LADRILLOS REFRACTARIOS EN LAS MINAS DE BÉDAR
G.H. RAMSAY & CO. SWALLWELL
Compañía de ladrillos G.H. Ramsay & Co de Swallwell, Newcastle-on-Tyne. Funcionó entre 1789 y 1925, fundada por G. Heppell, que estableció una fábrica en Derwenthaugh que llegó a producir 7 millones de ladrillos al año (fuentes: http://donduncan.org/tlog/200508/Cobija/;http://zhenya-kouritsin.narod.ru/angliiskie/;www.calbricks.netfirms.com y http://www.penmorfa.com/bricks/england19.html)
En el Pinar de Bédar se han hallado dos ladrillos refractarios estampillados con la marca RAMSAY, uno de ellos (bien conservada) fue hallado formando parte de uno de los mojones indicadores utilizados por TRAMESA para delimitar las escombreras, ubicado justo delante de las ruinas del edificio en ruinas que se encuentra ante los restos de la fundición Carmen. Es de suponer que para su construcción se utilizara este ladrillo procedente de los hornos de esta fundición. El otro se trata de un fragmento de ladrillo en los que aparecen las letras “RA” de morfología muy similar a los utilizados por este fabricante, que suponemos proceden de otro ladrillo de este tipo, cuya presencia en la zona queda demostrada de todas maneras por el ladrillo anteriormente mencionado, que presenta la inscripción completa y claramente legible. El fragmento de ladrillo fue hallado exactamente debajo de la chimenea, en el interior de la galería de humos. Los otros ejemplos de este tipo de ladrillos provienen de lugares tan alejados como Rusia, Chile, EEUU y, por supuesto, Inglaterra.
En la parte superior, inscripción RAMSAY en un ladrillo de una colección rusa, en la parte inferior, fragmento suelto encontrado en la base de la chimenea.
Otros ladrillos RAMSAY han sido encontrados en un cortijo ubicado junto al lecho del río Jauto, poco antes de la confluencia con el barranco de los Lobos. Como se puede apreciar en otros elementos del cortijo, se han utilizado planchas de metal y otro material procedente de estructuras mineras, los ladrillos habían sido utilizados para construir un pequeño depósito. Junto con los ladrillos de RAMSAY se encuentra uno de MT&Cº.
Las dos fotografías muestran ladrillos RAMSAY encontrados en un cortijo del río Jauto.
Otro fragmento de ladrillo refractario RAMSAY hallado en el Pinar de Bédar en 2014.
JOHN HALL & CO. STOURBRIDGE
Fabricante de ladrillos refractarios ubicada en Stourbridge (Dudley) Se tienen noticias de este fabricante al menos desde 1862.
Se han encontrado los restos de un ladrillo de este fabricante formando parte de la estructura de la base de la chimenea de la fundición Carmen en el Pinar de Bédar. Parcialmente desgastado, se interpreta la inscripción del ladrillo como “HALL STOURBRIDGE”, similar a otros ladrillos de este fabricante (www.flickr.com/photos/28709338@N04/page11/) pero sin las iniciales “OB” (over brick.)
En La parte superior inscripción de ladrillo de colección, en la parte inferior ladrillo ubicado en la base de la chimenea de la fundición.
Anuncio de la empresa de 1862:
http://www.gracesguide.co.uk/File:1862CatHall.jpg
Otra empresa dedicada a fabricar estos ladrillos es la John Hall & Son, en Dukinfield, con una actividad entre 1792 y 1967. En uno de los ladrillos de esta fábrica podemos observar como los caracteres de las “L” son idénticos al ladrillo de El Pinar de Bédar. http://www.pittdixon.go-plus.net/lpfc-duk-wharf/john-hall.htm
Las inscripciones “HALL” son muy similares.
Nuevo fragmento de ladrillo refractario hallado en el Pinar de Bédar (2014), aunque la fotografía es de mala calidad, se observa «HALL» y «..KBR..» lo que identifica claramente su procedencia.
JOHN HALL & CO. STOURBRIDGE vs BONNYBRIDGE Silica and Fire Clay Company, Ltd. Bonnybridge, Stirlingshire (Escocia.)
Entre los restos de la antigua casa de máquinas de la estación de cable de Carabinera ubicada en la vía Vulcano se han encontrado un ladrillo refractario en la que es legible parte de una inscripción de fabricante: *IDGE. El hecho que la inscripción se encuentre en el centro del ladrillo no hace posible que pueda contener otra palabra en la parte superior (como “HALL”.) Aunque no se puede asegurar por completo, por el tipo de letra y ubicación de la misma es muy posible que se trate del fabricante escocés al que hacemos referencia, aunque es posible que se trate de un “Stourbridge” en una versión del ladrillo sin el “HALL” (http://www.penmorfa.com/bricks/england20.html):
El ladrillo fue claramente reaprovechado en esta caseta procedente de otra estructura anterior. Se pueden comparar los tipos de inscripción con los de este ladrillo:
La fotografía superior nos muestra un ladrillo refractario fabricado por la fábrica de Bonnybridge, la inferior es la encontrada en Bédar, que podría corresponder a una de las dos. http://www.penmorfa.com/bricks/scotland.html
Este nuevo fragmento hallado en el Pinar de Bédar en 2014 «STO…», confirma al menos la existencia de ladrillos refractarios STOURBRIDGE.
M. THOMPSON & COMPANY (M.T. & Co.)
Esta empresa fabricó ladrillos refractarios durante la década de 1860. Se conocen dos fábricas, una en Quesburn y otra posterior en Scotswood, cerca de Newcastle (Inglaterra). Los ladrillos llevaban inpresas las iniciales de la empresa en un rectángulo. (Fuente: http://calbricks.netfirms.com/brick.mtco.html; información facilitada por Arthur Brickman, según se indica en la mencionada web).
Según la fuente http://www.scottishbrickhistory.co.uk/m-t-co-2/; se menciona también como origen la fábrica de Scotswood (Newcastle) en la década de 1870, aunque inicialmente se produjeron en Quesburn, donde se fabricaron estos ladrillos refractarios, que fueron exportados de forma extensiva.
Encontramos también algunos ejemplares en la página web de California – EEUU http://www.calbricks.netfirms.com y http://www.californiabricksociety.com; en el que presentan ladrillos con esta marca, considerándose como de importación y que, en el primer caso, se ubica en el año 1860 por el lugar donde fue encontrada.
Los ejemplares encontrados en Bédar proceden de los restos de la caseta del motor del cable aéreo de Carabinera, reutilizado de otra estructura de procedencia desconocida y otro encontrado en un cortijo del río Jauto, claramente procedente también de otro lugar.
En la parte superior, el fragmento de ladrillo procedente de la estación de Carabinera, el del medio es el encontrado en el cortijo del río Jauto, el de la parte inferior pertenece a la colección californiana.
OTROS
Otro ladrillo encontrado en Bédar «HK¿O?», de fabricante desconocido.
RUMBOS «TIPO BÉDAR» DE EL PINAR
Los restos más antiguos y la historia más compleja de la minería en Bédar no corresponde con la minería del hierro, es la del plomo y cobre del Pinar de Bédar. Aunque hay pocas pruebas claras que lo confirmen, se da por hecho que las minas de El Pinar se explotaron desde bastante antiguo. Quizás de momento solo los análisis de isótopos indican que ya se extraía cobre de El Pinar en la Edad del Bronce, pero con el tiempo estoy seguro de que aparecerán nuevas pruebas.
Hay todavía grandes incógnitas, como la ubicación original del lavadero de plomo medieval, pero sobre la minería a partir del siglo XIX los avances han sido bastante importantes. Se pueden distinguir diferentes fases «tecnológicas» muy diferentes, relacionadas con numerosos factores que no es momento ni lugar para analizar. Al igual que el cable aéreo Bédar-Garrucha llegó a ser el «no va más» de la tecnología de la época, lo mismo pasó con los lavaderos mecánicos de la Compañía de Águilas, tecnología punta en el momento, sin rival alguno ni en tecnología ni en capacidad de producción.
Sin extenderme más, el caso es que hay numerosos restos de antiguas estructuras en las minas del Pinar que son, digamos, de muy difícil interpretación. El trabajo ha sido muy complicado dada la superposición de trabajos de diferentes épocas y el poco cuidado que se ha tenido en conservar estos restos (sin hablar de la destrucción que ha supuesto la locura urbanizadora). Entre otras estructuras, encontramos una serie de «circulos» extraños, de función desconocida… hasta hace relativamente poco.
Hasta la invención del sistema de flotación, el lavado de minerales de plomo se realizaba mediante separación por gravedad, aprovechando la mayor densidad del mineral de plomo con respecto a la roca que lo contiene. Para ello se necesitaba agua, maquinaria de trituración y sistemas de lavado. Se utilizaron varios sistemas de diferentes tipos y grado de teconología, pero el producto de todos estos procesos de lavado era un lodo (partículas muy finas) que todavía contenía algo de mineral de plomo. Como todo se aprovechaba, mediante una serie de «artefactos», se podían lavar estos lodos para sacar el plomo que aún contenía. Para lavar el lodo se inventaron varias máquinas, pero la más efectiva siempre fue el Round-Buddle inglés. Ideado en Cornualles para el lavado de mineral de estaño, pronto fue adoptado en las cuencas mineras de Murcia y no tardó mucho en utilizarse también en las de Almería.
Claro que hablamos de sistemas de lavado de última generación (para la época, claro), movidos con máquinas de vapor y con unas dimensiones especialmente escogidas para cumplir con su función de lavado. Básicamente se trataba de una superficie plana con una ligera inclinación, en la que el mineral de plomo, al ser más pesado, se resistía más a ser arrastrado por el agua, de esta manera se podía separar.
Entonces pasó una cosa curiosa. Dada la simplicidad del artefacto, en algunos cotos mineros comenzaron a fabricarse unas versiones «artesanales» de la máquina que eran movidas a mano. Claro que eran mucho menos eficaces que las mecanizadas, pero lo barato de su construcción y la posibilidad de moverlas de un lugar a otro (eran transportables) las hizo una de las máquinas más utilizadas para el lavado de estos lodos resultantes de los diversos procesos de lavado. Estos «cacharros» comenzaron a llamarse «Rumbos», por una españolización de la pronunciación en inglés de «Round-Buddle».
No hace mucho, Antonio González Jódar localizó por primera vez los primeros restos de estos Rumbos en sierra Almagrera, que podían ser o bien los ejemplares «mecanizados» bien construidos, normalmente asociados a fundiciones o establecimientos modernos, o bien las versiones más artesanales en negocios mineros más modestos.
¿Hubo Rumbos en Bédar? Por supuesto. Los primeros Round-Buddles se utilizaron en los modernos lavaderos de la Compañía de Águilas en el Pinar. De hecho, en El Pinar se probaron o utilizaron todos los tipos de sistema de lavado de mineral que existía en esos entonces. Tal es así que era como una especie de escuela a la que iban los ingenieros que querían conocer los diferentes sistemas de lavado que existían entonces.
Uno de los Rumbos del tipo Bédar más curiosos. Con tan solo 1,5 metros de diámetro, superfície de piedra plana (en naranja) y una estructura o base del depósito de agua (en rojo) muy elaborado, más grande (en relación a la plataforma) y ubicado a más altitud (1,8 metros).
De momento, en Bédar hemos localizado unos restos que son un firme candidato a ser uno de los primeros rumbos «mecanizados» o Round-Buddles auténticos que se describen en Bédar, aunque falta realizar una serie de comprobaciones para confirmar que es así, por lo que nada más diré ahora.
Lo que sí está comprobado, tanto documentalmente como por la localización de diversos restos, es de la presencia de diveros modelos de Rumbos artesanales. Hemos podido explicar así una parte de las extrañas «ruinas» que hay en estas minas.
Estos descubrimientos indican, como ya comenté en su momento en el congreso del SEDPGYM celebrado hace unos años en Boltaña, lo que se puede considerar como una evolución (más bien involución) de estos artefactos. Si estuviésemos hablando de especies animales, sería como si en una isla aislada, una especie cualquiera hubiera ido evolucionando apartada de sus congéneres hasta formar nuevas especies extrañas.
En efecto, con el cierre de los lavaderos mecanizados en 1884, la Compañía de Águilas delegó la explotación de las minas de plomo en pequeños mineros partidarios que sobrevivían con medios muy rudimentarios, entre ellos las ya conocidas copias artesanales de los Round-Buddles. Estos partidarios persistieron hasta 1926, aunque cada vez eran menos, más pobres y con menos medios. Los Rumbos también evolucionaron, cada vez más pequeños e ineficaces, pero lo suficientemente baratos como para ser utilizados por mineros que, más que vivir, sobrevivían como podían.
Los Rumbos resultantes, son pues, «especies» de Rumbos propios y característicos de Bédar. Los parámetros que, de momento, estamos analizando en los mismos y que creemos pueden ayudar a clasificarlos en su época y momento adecuados son, precisamente, el diámetro de la plataforma de lavado y el material con la que está construida.
Rumbo en el Pinar de Bédar de 2 metros de plataforma (no quedan restos de la superfície original, posiblemente fue reaprovechada) junto al pilar del depósito de agua.
En 1906 están documentados en el Pinar Rumbos artesanales con plataformas de unos 4 metros diámetro y superficie de cerámica, que es la que se utilizaba en los Rumbos mecanizados. Por otro lado, el rumbo estaba construido con materiales de la zona y era movido manualmente por un muchacho (un niño) que se subía en el travesaño que sujetaba el eje.
Eran muy ineficaces, pero se podía suplir aumentando los tiempos de lavado con resultados más que aceptables.
A partir de aquí, los Rumbos involucionaron (degeneraron, de hecho) hasta llegar a los pequeños Rumbos con plataformas de a duras penas 1,5 metros y superficies a base de piedras planas. Éstos debieron ser los últimos y además sumamente ineficaces Rumbos, pero de alguna manera servían a los propósitos de estos partidarios. Parece que solo se desarrollaron en Bédar, debido a las circunstancias únicas que concurrieron entre 1884 y 1926 en los criaderos de plomo del Pinar de Bédar.
Para comprobar si se podía lavar mineral de plomo con rumbos de tamaño tan reducido, fabricamos un pequeño rumbo a escala 1:27 de los rumbos de 4 metros de 1906. Tras machacar una parte de dolomía con algo de galena y mezclarlo con un poco de agua para crear un barro con partículas de mineral de plomo, lo pasamos por este mini-rumbo de 15 cm de plataforma, y pudimos observar que… podíamos separar el mineral, aunque de una manera muy imperfecta y a base de pasar bastante agua por el artefacto. Las fotografías hablan por sí solas:
Creemos pues, que estas estructuras eran variaciones artesanales muy «degeneradas» de Rumbos ya de por sí artesanales, copias a su vez de los Round-Buddles ingleses. Debían ser muy ineficaces y sería necesario numerosas repeticiones para conseguir resultados apreciables, y en todo caso sería muy limitado y para cantidades pequeñas de mineral.
Plataforma de Rumbo en el Pinar de Bédar de 1,8 metros de diámetro (en naranja) delimitado por piedras planas en empalizada (en rojo).
Hemos dado en llamar «Rumbos tipo Bédar» a estos Rumbos pequeños, de entre 1,5 y 2 metros de plataforma y con superfície de piedra plana, toscamente pulida.
VESTIGIOS MINEROS EN LAS MINAS DE BÉDAR
La exploración de viejos complejos mineros y labores subterráneas conlleva siempre la posibilidad de encontrar restos o vestigios de la intensa actividad minera. Los restos encontrados han sido muchos, los suficientes como para surtir adecuadamente un museo de la mina o un centro de interpretación. Los restos son muy dispares, desde pequeños clavos de vía hasta vagonetas del cable aéreo e incluso alguna de volquete, pasando por pendientes de vagoneta aérea, rodaduras de cable, candiles, carburos, fragmentos del mismo, barrenas, espuertas (tanto de esparto como de goma), etc.
Vamos a dar un pequeño repaso por varios de los restos que hemos podido ir encontrando en nuestras investigaciones de campo. Muchos de ellos, si se rescatan y se restauran adecuadamente, podrían nutrir convenientemente un buen museo minero de Bédar, pero aún se nos antoja que aún tardaremos en ver algo similar. Quizás para entonces se hayan perdido muchas de estos vestigios de otra época…
Quizás no parezca un hallazgo importante, pero esta planimetría original de la Compañía de Águilas es una de la documentación que más información a aportado al conocimiento de la minería de Bédar.
Carburo de época de Hierros de Garrucha, no es infrecuente que se conserven en muchas de las casas de Bédar. Era muy utilizados también como iluminación del hogar.
No es difícil encontrar carburos de tiempos de Hierros de Garrucha, pero éste es el único carburo de vagoneta que hemos podido encontrar, y muy bien conservado además. Con la pinza se enganchaba a la vagoneta para poder iluminar el camino en las vías dentro de las galerías.
Uno de los primeros carburos, que empezaron a utilizarse ya a finales del siglo XIX, econtrado en el frente de corte de una mina del barranco de Gato. Se trata de la parte superior, falta el depósito de agua.
Lámpara tipo «siciliana» o «de Gallo». Era la utilizada por un capataz en la mina de la Palmera.
Candil tipo almadén, del último tercio del siglo XIX. Este candil se quedó aquí olvidado por más de 100 años. Encontrado en una mina del barranco de San Antonio el Alto.
Candil de aceite, posiblemente de principios del siglo XX, hallado en el barranco de San Marcos. Se ha encontrado otro candil de este tipo y se puede observar en fotografías antiguas, parecen ser una copias de poca calidad de candiles de petróleo de mejor calidad que también se utilizaban entonces. El artesano que surtía a los mineros debió fabricar varios candiles de este tipo, aunque lo desconocemos todo con respecto a ellos. Hemos dado en llamarlos «candiles tipo Pinar de Bédar».
Candil de petróleo antiguo, aunque procedente de Bédar, no sabemos con seguridad si fue usado en minas o solo para alumbrar hogares. Pudo ser el modelo en el que se inspiraron nuestros candiles tipo «Pinar de Bédar».
Winche conservado en Los Pinos. Es el que se utilizó para izar las vagonetas en el depósito de mineral de la mina San Manuel.
Uno de los restos más curiosos hallado en la mina Higuera. Pudimos reconstruir un botijo típico minero, con oberturas perforadas para evitar que entrara polvo o tierra. Toda una rareza.
Raíl de vía minera completa que sobresale de los restos de una excavación reciente. Los raíles fueron profusamente utilizados para construcción, servían como vigas, rejas, refuerzos…
Fragmentos de sujeciones de uno de los postes de cable aéreo que conectaba la mina Carabinera con la vía Vulcano. Es muy raro encontrar restos tan grandes, milagrosamente se escaparon al desmantelamiento de las líneas de cable aéreo y la actividad de los chatarreros y buscacores de hierros.
Rodadura de vagoneta aérea del antiguo cable Bédar-Garrucha. Fue recogido por un buscador de hierros, pero se salvó de ser vendido.
Se pueden encontrar, de vez en cuando, algunas barrenas de diferentes tipos, incluidas las las utilizadas por los martillos neumáticos. Estas proceden del Hoyo Júpiter y las Cañadicas.
Éste es uno de los restos más abundantes, los calvos de vías mineras. Los más grandes proceden de las vías del ferrocarril
Curiosa barrena fabricada a partir de un fragmento de vía, convenientemente doblada y afilada. Un extraño ejemplo de improvisación de herramientas en alguna fragua. Fue hallada en la mina Júpiter.
Uno de los restos más antiguos, parte de una bomba de agua procedente de la antigua fundición Carmen. No solo es una pieza increíblemente bien conservada, además confirma que esta fundición disponía de sistemas de lavado de mineral.
Las espuertas son un hallazgo también relativamente frecuenta. Estas son de lona y goma y eran las utilizadas por los mineros de hierros de Garrucha. Lugar: mina Júpiter.
Las espuertas de esparto eran más utilizadas en las viejas minas. El esparto era un material barato y servía también para la confección de cuerdas y otros útiles utilizados en las minas. Obsérvese también la punta de madera. Lugar: mina Higuera.
Sin duda uno de los restos más impresionantes, a esta vagoneta solo le falta el volquete.
Un resto histórico, este volante accionaba el freno del plano inclinado de Santa Catalina, el que llevaba hasta la tolva depósito de Tres Amigos. Si se salvó fue porque fue utilizada para crear esta prensa de vino artesanal, para lo cual se han aprovechado también placas metálicas de vagonetas. Todo podía ser aprovechado.
Extraño contenedor metálico hallado en la mina Júpiter. Puede ser de principios del siglo XX. Hemos encontrado dos contenedores de este tipo.
Esta marca que aparece en una de las latas nos recuerda mucho al logo de la Compañía de las Minas del Rif. Estamos investigando que pueden hacer dos contenedores metálicos de la Compañía de las Minas del Rif en una antigua mina en Serena.
Conducciones de agua, mina Higuera.
Conducciones de agua en la mina Carabinera.
Restos de un cabrestante en un pozo interior de la mina Júpiter. Se puede ver también la escala metálica para bajar por el pozo y la conducción de agua.