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HISTORIA NEGRA DE BEDAR
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CATÁSTROFES NATURALES
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ACCIDENTES EN LAS MINAS
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BANDOLEROS Y FALSIFICADORES
1. HISTORIA NEGRA DE BEDAR
Es evidente que, como ocurre en todos lados, no es difícil hurgar en el lado oscuro de un pueblo. Bédar no es una excepción, extorsiones, amotinamientos, asesinatos, robos, suicidios, accidentes… hasta vecinos fulminados por rayos. Destacan algunas noticias que han trascendido más y han tenido cierta difusión, como el tristemente célebre asesinato de la leñadora o la del recaudador de contribuciones de 1914, otras son más desconocidas, como el robo (de guante blanco) de los jornales de los mineros de la Compañía de Àguilas o un aparatoso accidente que sufrió el ferrocarril de Chávarri en el que la locomotora acabó boca abajo en un bancal con la chimenea clavada en la tierra.
No todo es luminoso en Bédar. Fotografía de Javier Pérez.
Sin embargo la mayor parte de las noticias del lado oscuro del pueblo se referían a cosas más sencillas, relacionadas con robos de comida en épocas de escasez, riñas y el uso de armas de fuego sin licencia. Veamos algunos ejemplos publicados por la prensa de la época: En 1917 detuvieron a Juan Tapias Haro, quien en completo estado de embriaguez había agredido al guardia municipal Juan Carrique Ibáñez. En el mismo año fue detenido por la guardia civil de Serón el minero de Bédar José García Herrerías por haber herido con una faca a su convecino Emilio Beltrán Cano.
En 1918 la guadia civil denunciaba ante el Juzgado municipal de Bédar a seis mujeres por el hurto de nueve arrobas de higos.
Más curioso fue el robo cometido por Ana Ureña Carrión también en 1918, pues aprovechando que Cayetana Pérez Cano se había quedado «a dormir» en casa de Francisco Ramos Mañas, se coló por la ventana de su casa y se llevó efectos de comer y de vestir; el botín consistió en una fanega de trigo, arroba y media de harina, media arroba de jabón, un celemín de almendras, dos panes y unas 7 u 8 prendas de vestir.
En 1919 la guardia civil detenía a Francisco Castaño Álvarez por hurtar siete arrobas de esparto. En 1923 la guardia civil de Los Gallardos de Bédar denunciaban a dos conductores de carros que no cumplían con el Reglamento de carreteras… ¿las primeras multas por exceso de velocidad?
En 1924 la benemérita de Cuevas detuvo a Francisco Martínez Rós, natural de Bédar, afecto de idiocia y mendigo de profesión, pues estaba en búsqueda, pues se creía que había muerto en el sitio denominado Castillicos, en el término del pueblo.
También en 1924 se interponía una denuncia por parte del Sindicato de Riegos de Turre a los vecinos de Bédar Luis Guerrero Cano, José Martínez Martínez y maría García Fuentes, por haber sustraído aguas de su propiedad.
En 1925 Alonso Martos Meca, alias Lázaro hurtaba de la casa de su hermano político, Pedro Meca Contreras, una arroba y media de tocino, seis kilos de longaniza y una arroba de patatas.
Antiguamente era habitual que la gente llevara armas de fuego sin licencia, por lo que no es extraño encontrar noticias referentes a armas requisadas por la guardia civil, como las aprehendidas a Juan Marín Gallardo y Juan Castaño Sánchez en Los Gallardos de Bédar en 1918. En 1925 la guardia civil incautaba un arma a Salvador López Cánovas, cuando se encontraba en el paraje de la mina Santa Catalina, en Serena. Y cómo no, las armas a veces se utilizaban. En 1919 Pedro Martín Castaño disparaba en la Carrasquica a Andrés López García, un vecino de Orce (Granada), que estaba pastoreando su ganado en ese lugar. La herida fue de gravedad y tuvo que ser atendido por el Dr. Renovales.
Pasamos a cosas much0 más serias, los asesinatos. Uno de ellos fue tristemente célebre, el conocido como asesinato de la leñadora, por su especial crueldad y porque no se pudo detener al asesino. El asunto fue tratado ampliamente en la prensa. Tomo la noticia publicada en El Imparcial el 18 de Enero de 1901. A pesar de la antigüedad de la noticia, he preferido omitir los nombres:
CRIMEN HORRIBLE
En el pueblo de Bédar (Almería) se cometió el día 10 del corriente un espantoso crimen, del cual no se han tenido detalles hasta ahora por una carta de un pariente de la víctima, que ha sido una pobre anciana de sesenta y tres años de edad, llamada XXXXXXXXXXX.
De dicha carta, dirigida á un colega de Sevilla, son los siguientes párrafos:
«Según parece María fué á coger leña á un barranco llamado del Curato, y el malhechor la cogió, dándola un puntapié en el lado izquierdo del pecho, que la hizo caer á tierra, y con la misma soga que llevaba la amarró del cuello ó la cintura, y desde lo alto de un cerro, tirando de ella, la arrastró por unas lastras, quedando la pobre descuartizada, con la ropa hecha girones, y vino á dejarla en la cruz de un olivo, donde la amarró, después de convencerse de que estaba muerta.
El sitio donde ha sido realizado tan horrendo crimen está muy cerca del pueblo y en sitio elevado, por lo cual no es verosímil que no haya nadie visto cometer tan repugnante hecho.»
El asesino no ha sido capturado.
Otro de los asesinatos, menos célebre pero no menos deleznable, fue el de Francisco, en 1928. La historia fue contada así en la prensa:
La Vanguardia, a 14 de Enero de 1928
En la cortijada de Humbrías (Bédar) Juan BS, de 30 años, casado y con tres hijos, se escondió debajo de la cama de su esposa BC, de 26 años y al llegar su suegro Francisco C, de 50 años, con su familia, observó que habían ensanchado un agujero en el pajar y que el perro no cesaba de ladrar.
Comenzó a reconocer la casa y al levantar la colcha de la cama de su hija, salió Juan y le asestó una puñalada en el vientre, perforándole los intestinos. También hirió a su suegra y se fugó, presentándose después en la cárcel.
Francisco murió. El suceso fué motivado por resentimientos, por estar el asesino conceptuado como gandúl y ser separado de la família.
Terribles son también los crímenes cometidos durante la Guerra Civil española, aunque los pueden encontrar en la página correspondiente de este blog, quiero recordar el triste fin del párroco de Bédar, José Castaño Galera. Al estallar la Guerra Civil fue detenido y obligado a realizar trabajos forzados entre golpes e insultos, sin apenas comida ni bebida. Finalmente el anciano párroco ya no pudo más «…don José se encontraba ya muy débil por los duros trabajos, el poco alimento y su avanzada edad; por la tarde se sentó en el suelo y soltó el azadón con el que trabajaba; entonces los milicianos le amenazaron diciéndole que, si no picaba, lo iban a matar, y él respondió: ‘Haced lo que queráis, muero gustoso por Cristo’. Le pusieron varias veces el astil del azadón en las manos pero ya no tenía fuerzas para sujetarlo, y allí mismo entre insultos, blasfemias y golpes lo acribillaron a tiros.»
José Castaño Galera
Legajo del Archivo municipal de Vera. El cólera y el miedo atávico que provoca.
2. CATÁSTROFES NATURALES
De los asesinatos pasamos a las muertes causadas por la naturaleza.
Hoy en día no podemos ni hacernos una idea de lo que debía ser vivir en Bédar en el siglo XIX para las personas que no tenían muchos recursos, pero debía ser terrible durante las devastadoras epidemias que asolaron la región. Almería sufrió cuatro oleadas sucesivas de cólrea, en 1834, 1855, 1860 y 1885, siendo la peor la de 1885. Pero los datos así mostrados son demasiado fríos, veamos un ejemplo concreto, un terrible suceso ocurrido en una cortijada de Bédar durante la epidemia de cólera de 1860, sobran más comentarios:
A las cuatro de la tarde de este día ha comparecido ante mi autoridad Beatriz Grima Collado de estos vecinos manifestando que el día 14 al que sigue fallecieron su marido Felipe Cazorla y su hija Josefa, al parecer del cólera, en el pago de los Collados de esta jurisdicción y distante legua y media de este Pueblo; y que habiendo fallecido cuatro días antes su madre Antonia Collado con iguales síntomas, ninguno de sus vecinos quiso prestarse a auxiliarles para conducirlos a este Cementerio; por lo que viéndose aislada, sin medios por su notoria pobreza y para precaber cualesquiera malos efectos que pudieran resultar, alarmados como se hallan los ánimos con dicha enfermedad, sepultó los cadáveres de dichos su marido e hija en un sitio inmediato al Cortijo de su habitación.
Dios guíe a los suyos.
Bédar, a 10 de Agosto de 1860.
Diego Carrillo Castaño.
Otras veces se trata de desastres climatológicos. El agua, normalmente tan escasa, se vuelve un verdadero problema. La falta de vegetación hace que cuando llueve en abundancia «salgan» los barrancos, como si el resto del tiempo hubiesen estado escondidos. A veces, si llueve mucho, salen con una fuerza terrible y pueden ocasionar muchos desperfectos. Bloquear barrancos y otros cauces de agua nunca ha sido buena idea, sobre todo en esta tierra, porque el agua no entiende de límites ni de suelos urbanizables y siempre busca su camino. Impactante sin duda una noticia de noviembre de 1884:
Bédar. El temporal duró 9 días. Las casas desplomadas ascienden a 15 y muchas más amenazaban ruina. Ha caído la parte mas elevada del templo parroquial, amenazando correrse a la parte S. del pueblo por una ladera que lamen las aguas de un barranco. Las haciendas han experimentado grandísimos daños, difíciles de expresar.
El agua tiene un lado bueno, especialmente en Bédar, pero tiene también su contrapartida negativa. Es algo tan deseado como temido.
Hubo más temporales, con resultados igualmente catastróficos, algún día vendría bien repasar lo que pasó y comprobar que no estemos construyendo donde no debemos. No recuerdo quien lo dijo, pero quien olvida la historia está condenado a repetir los mismos errores…
Legajo del archivo municipal de Vera en el que se cuenta como José Fernández fue partido por un rayo.
Pocas cosas hay más impresionantes que un rayo. Dicen que la probabilidad de morir por un rayo, vamos, de «que te parta un rayo», es de 1 entre 4,3 millones en un año concreto, lo que equivaldría a más o menos a 1 entre 56.000 a lo largo de toda una vida.
Y si es difícil que ocurra ¿cual puede ser la probabilidad de encontrar a alguien al que haya partido un rayo en un archivo municipal? pues a saber… Pero como en Bédar todo es posible y nos pasa de todo, no nos podría faltar un caso de este tipo:
Vera, 1862. Diligencias sumariales formadas de oficio a consecuencia de la desgraciada muerte de José Fernández Rubio vecino de Vedar producida por la descarga electrica hecha por una nuve la mañana del once de Mayo de dho. año en el sitio de la Loma de la Cerca término de espresada Villa. José Fernández se encaminó esa mañana hacia unos hornos con una carga de leña junto con otro bedarense, ambos dispuestos a cocer pan. Per en el camino, de una nube partió un rayo que lo mató en el instante.
En Bédar siempre ha habido un problema de comunicación, no hay autobuses regulares y el que no tenga coche… lo tiene bastante crudo. Evidente antes no fue mejor, y eso a pesar de las importantes compañías mineras que trabajadron en Bédar. El texto que viene a continuación es parte de un artículo que se público en un número del Eco de Levante de Garrucha por José Bueno en diciembre de 1900. Nos traslada a esa época en la que subir a Bédar era toda una aventura si no tenías la suerte de podr subir en el tren minero (lo que tampoco garantizaba no tener sustos, como veremos después); el relato incluye además una interesante profecía sobre la independencia de Los Gallardos…
…desde una pequeña eminencia, divisamos, iluminando por los primeros rayos del sol, el pintoresco caserío de Los Gallardos; ayer modesta cortijada, hoy preciosa villa, situada al borde de la carretera, entre huertas y olivares, y que, cual insaciable vampiro, valido de su riqueza y excelente situación, va chupándose poco á poco á su cabecera municipal, Bédar, y á las demás Cortijadas que no han podido crecer de modo tan exuberante. Hace poco le dieron Parroquia independiente. Poco tardará en tener Ayuntamiento.
La vereda era cada vez más accidentada, tanto que hubo de dejarla para no despeñarnos por aquellos barrancos. Teníamos que subir el repecho de Las Pastoras, en el que no se sabe que es peor, si la gran pendiente de la cuesta, ó los miles y miles de guijarros que la adornan ¡Qué camino!
-Aquí si que se suda, señorito. ¡Si V. supiera las fatigas que pasan los pobres carreros por esta sierra!
-¿Pero es que vienen carros por estas barranqueras?
-¿Por donde quiere V. que suban á Bédar?
Ustedes, los que viven en pueblos ricos y con vías de comunicación, no saben lo que es bueno.
En esta sierra hallan la muerte en poco tiempo las mejores bestias de carga.
-Malo es el camino, pero ¿tanto?
-Porque no lo ha visto usté cuando llueve. Todo esto es gredoso, y se pone tan escurrizo que se resbalan las bestias y caen al fondo. El año pasado se me mató la Librea, una mulica más hermosa…
Causa espanto, verdaderamente, el pensar lo que trabajan arrieros y bestias de acarreo para abastecer esta sierra. Estos caminos son propios de palomas, y están rodeados de tales precipicios, que dan vértigos.
Y si fuera solo esto, menos mal. Pero en cuanto llueve, salen ramblas y barrancos, y quedan en completo aislamiento Bédar, el Pinar, Las Pastoras, Los Pinos, y otras cortijadas, con los Gallardos, y con el orbe entero…
2. ACCIDENTES EN LAS MINAS
Sin duda lo ocurrido en tantos y tantos años de minería en Bédar han supuesto una gran aportación a la historia negra de Bédar. Las desgracias ocurridas durante la última fase de la minería en Bédar son más o menos conocidas, pero a buen seguro muy pocos conocen loso accidentes acaecidos en las antiguas minas de finales del XIX y principios del XX. Intentaremos dar hoy algunos datos al respecto.
Entre 1840 y 1919 se registraron un total de 75 accidentes mortales ocurridos en las minas, especialmente duro fue la década 1880-1890, con 21 accidentes mortales, coincidiendo con una de las fases de más actividad de la minería en Bédar.
Uno de los primeros accidentes mortales que tenemos registrados es de 1849, cuando un minero murió en El Pinar de Bédar al derrumbarse la galería en la que trabajaba. Los derrumbes y muertes por aplastamiento eran los más frecuentes, como es de esperar que ocurra en trabajos mineros, aunque no eran infrecuentes los atropellos, caídas en pozos y accidentes durante la explosión de barrenos.
Viendo esta fotografía tomada en la estación de cable de Cuatro Amigos solo cabe decir que si no hubo más accidentes fue de milagro.
Sin duda el accidente que más debió impresionar es el ocurrido en 1895, mientras se construía el ferrocarril que iba de Bédar a Garrucha. El opeario A.R.R.trabajaba en las obras transportando tierra con un carro cuando se dio aviso de que iban a explotar unos barrenos. El operario se colocó a 204 metros de distancia mientras sujetaba las caballerías de su carro para que no se espantaran, con tan mala suerte que al estallar el barreno una de las piedras salió disparada y le alcanzó, matándolo en el acto. El mismo año un encargado de la sociedad Chávarri moría debido a las heridas sufridas por un destajista de Mojácar, descontento con el jornal que había recibido.
En 1897 se produjo un espectacular descarrilamiento del tren cuando se dirigía hacia Bédar. Debido a un desprendimiento reciente por la lluvia la vía quedó cortada y debido al agua acumulada el maquinista no pudo advertirlo a tiempo, de manera que la locomotora salió despedida y acabó tumbada con las ruedas hacia arriba en uno de los bancales. A pesar de lo aparatoso del accidente no hubo ningún muerto esta vez, eso sí, tuvieron que sacar al fogonero y al maquinista de debajo de la locomotora. Ese mismo año el ferrocarril arrollaba a un operario que quedó en estado muy grave. Durante este nefasto año de 1897 otro encargado de la sociedad de Chávarri moría en la mina Santa Catalina al ser arrollado por una vagoneta tras caer accidentalmente a las vías.
Reconstrucción del accidente de febrero de 1897
En 1905 de nuevo un trabajador moría en un desprendimiento de terrenos, esta vez en la mina Júpiter. En 1906 se produce uno de los accidentes más sentidos, cuando un muchacho de 14 años moría atropellado por una de las locomotoras del ramal de ferrocarril de Santa Catalina, justo a la salida del tunel del Servalico. Sabemos que el 31 de marzo de 1906, la locomotora que realizaba el servicio de arrastre de minerales procedentes de las minas Santa Catalina y Angelita arrolló a la altura del túnel del Servalico al joven de 14 años Bernabé Moreno García, natural de Bédar y trabajador de esas minas. El muchaho guiaba una caballería, que también murió en el accidente, lo cual da una idea de la violencia del mismo. Lo peor de todo este caso es que la madre del muchacho era viuda, reclamó en todas partes una indemnización por la víctima, pero al parecer sin mucho resultado. La prensa de la época se quejaba de que la única cosa que hizo la socieda minera de Víctor Chávarri fue la de recomendar a los mineros que rezaran oraciones por el alma del niño. Quien vaya a hacer la ruta minera ya puede saber el significado de estas cruces grabadas a la entrada del túnel:
Las cruces marcan el lugar preciso, a la salida del túnel del Servalico, donde murió Bernabé Moreno García, aplastado por la locomotora.
Sin duda 1906 fue un año fatídico, ese año tenemos registrado el que fue el peor accidente de todos. Ocurrió en junio en la mina San Manuel, mientras una cuadrilla de seis operarios trabajaba en una de las galerías se produjo un desprendimiento que mató inmediatamente a uno de ellos y dejó sepultados a los otros cinco. Siguieron dos días de tensión y angustia porque se sabía que algunos mineros estaban vivos, pues daban golpes de retreta y se escuchaban los ecos de voces pidiendo auxilio. Pero finalmente dejaron de responder, y la desesperación se extendió entre todos los compañeros que trabajaban para salvarlos y los familiares que se habían acercado a la mina tras conocer lo ocurrido. Los trabajos de salvamento avanzaban muy lentamente y una gran multitud de gente se agolpaba a la entrada esperando ver lo que ocurría, mientras los familiares no cesaban de llorar y gritar. Finalmente y tras duros trabajos, se pudo encontrar con vida a cuatro obreros para alegría de muchos de los familiares. Los mineros estuvieron cincuenta horas sepultados a oscuras, sin poder beber ni comer. Entre los que más se distinguieron en los trabajos de salvamento se menciona al capataz Cipriano Perchenar. Finalmente el resultado fue de dos mineros muertos. Durante este trágico año de 1906 todavía moriría un minero más de 19 años, sepultado en la mina Reforma.
En 1908 un desprendimiento en la mina Carabinera dejó herido a un niño (en esta época todavía trabajaban los niños en la mina), éste sería un aviso de lo que pasaría más tarde, pues un mes después moría un minero debido también a un desprendimiento de terrenos en esta mina. Pero dejemos que sea un minero de Carabinera el que nos cuente cómo era el trabajo en esta mina del barranco del Jauto, el texto es de 1911: «Fuimos avisados para cenar, según costumbre. Para salir de la mina a la calle hay que subir por una trancada mal construida, donde apenas puede uno poner los pies en firme por la estrechez de sus escalones y lo resbaladizo de la mina que conduce a una galería designada con el número 2; y como en la referida mina hay agua en abundancia en este sitio nos detenemos para secarnos o mudarnos de ropas y efectuando que es esta operación, marchamos a la cena. La noche que me refiere, al regresar de haber comido, nos encontramos reundida la galería donde momentos antes habíamos cambiado de ropas y enterrados, en los escombros, los trajes que nos quitamos para salir. Y esto ocurrió en el paso de todo el relevo». Visto esto, lo milagroso es que no haya habido más muertes.
Aún tenemos más accidentes registrados, como un minero muerto en Júpiter por un desprendimiento en 1908, otro en 1909 por desprendimiento en San Manuel y otro más en 1911 por el mismo motivo y en la misma mina. En 1913 otro minero moría aplastado por otro derrumbe en la mina Pobreza. En 1914 otro minero moría, pero esta vez debido a la explosión de un barreno en la mina Santiago. En 1916 aún se recoge otro accidente mortal por desprendimiento y dos muertos más en 1920, uno por caída en un pozo.
Entrada a la galería San Diego, en la mina Pobreza.
Es difícil imaginar lo terrible que tenía que ser el trabajo del minero en esa época, se me hace difícil pensar que alguien haya podido estar trabajando en esos agujeros durante largas jornadas, hay estrechas trancadas por las que solo se puede pasar tumbado y claustrofóbicas galerías que solo invitan a salir de allí lo antes posible… siempre con el miedo de que se pueda hundir la galería de entrada y no poder salir de esa ratonera. Por ejemplo, la galería de San Diego de la mina Pobreza era accesible hasta hace dos años, pudimos acceder por ella entre 100 y 150 metros hasta que el aire enrarecido me impidió continuar; pero en nuestra última visita descubrimos que la galería se había hundido a unos 15 metros de la bocamina…
3. BANDOLEROS Y FALSIFICADORES
En este punto es obligado hablar de uno de los personajes más singulares que ha dado Bédar. Bédar ha dado al mundo médicos, abogados, párrocos, etc. pero hasta en esto hay un lado oscuro. Entre las muchas historias de la tradición oral de Bédar, se encuentran las historias referentes a un ladrón de oficio, de los buenos en su profesión, cuyas andanzas eran muy conocidas, siempre lejos de su pueblo, dicen que para que no se vieran afectados sus convecinos. Con tan pocos datos era difícil encontrar alguna información, pero como siempre pasa, la tradición oral siempre tiene parte de verdad, y en esta ocasión tuvimos suerte. Y no sólo hay datos, además tenemos una fotografía, aunque de muy mala calidad:
Francisco Padilla Caparrós, alias El Padi, nacido en Bédar el 5 de Abril de 1927, hijo de Benito y de Beatriz, casado, de oficio comerciante y emigrado a Barcelona, domiciliado en la calle de San Federico 58, de Barcelona. En el momento de su detención en Lérida en 1966, había sido ya detenido en veintitrés ocasiones en Barcelona y otras ciudades como Gijón, Madrid, Pamplona y Zaragoza, teniendo en su haber numerosas causas por robo y hurto y habiendo sido expulsado dos veces de Francia por paso clandestino de la frontera y por carterista. Estaba conceptuado como uno de los mejores carteristas de Barcelona.
Fue detenido en Lérida junto a un compinche, Baltasar sario Rodríguez, alias El gordito gorrión por haber sustraído once mil pesetas a un cliente en el Banco Español de Crédito.
Sobre él cuentan que nunca robaba a sus paisanos de Bédar y que una vez alguien del pueblo lo reconoció y quiso unirse a él, cuentan que Francisco se enfadó mucho ante esta petición y se negó en redondo. Según dicen, espetó lo siguiente: «¿no ves que yo voy a morir con los zapatos puestos?».
De Francisco Padilla no se puede decir que no fuera profesional en su trabajo, si se le puede llamar así, en contraposición tenemos a tres auténticos «frescos» que en 1927 se dedicaban a visitar las cortijadas de varios anejos pidiendo a cada vecino 2 pesetas con 50 céntimos con el objeto de mejorar las cuotas de consumos. Se trataba de José Ibáñez Aliaga alias El Manco, Francisco Gómez Martínez alias El Gómez y Francisco Hernández García alias Paco Chaquetas. Enterado el alcalde por las quejas de los vecinos sobre el supuesto impuesto fueron denunciados a pesar que muchos no quisieran hablar por miedo. La guardia civil los detuvo finalmente y los puso a disposición del Juzgado… simples aficionados.
Y para acabar, llegamos a uno de los clásicos del «lado oscuro» de Bédar de los que muchos han oído hablar, pero puede que no tengan más información que la aportada por la tradición oral. En 1920 los guardias civiles del puesto de Los Gallardos detenían a varias personas por haber instalado una fábrica de moneda falsa en Los Pinos, la noticia fue ampliamente cubierta por la prensa de la época. Gracias a la prensa de la época podemos saber con bastante aproximación lo que pasó, reproducimos a continuación la noticia publicada más completa que hemos podido encontrar sobre el tema de la fábrica de moneda falsa de Los Pinos de 1920. Omitimos los nombres por respeto a los familiares, así como el nombre del periódico, solo decir que la noticia está fechada en febrero de 1920:
LA GUARDIA CIVIL, DESCUBRE UNA FÁBRICA DE MONEDA FALSA. DETENCIÓN DE DOS SUJETOS DUEÑOS DEL NEGOCIO.
Ayer se tuvieron noticias en esta capital de un importante servicio llevado a cabo por la Benemérita del puesto de Los Gallardos.
He aquí los informes del hecho:
Hace varios días los guardias tuvieron unas confidencias reservadas de que hace aproximadamente unos dos o tres meses unos desconocidos habían llevado al indicado pueblo material para fabricar moneda falsa.
Seguidamente la Guardia civil se puso en movimiento averiguando que FXX y FXX (a) X con residencia en el cortijo de Los Pinos de aquél término municipal habían sacado con engaño a un sujeto llamado CXX (a) X, 2000 pesetas para un negocio importante cuya finalidad no le explicaron.
FXX y FXX, poco tiempo después trajeron el material para fabricar moneda falsa tratando de depositarlo en el domicilio de CXX, pero éste al enterarse de lo que se trataba y temiendo verse envuelto en un negocio que le podría acarrear desagradables consecuencias renunció a ello, haciendo que los dos individuos en cuestión se llevaran el material de su casa.
Además CXX exigió a FXX y FXX que le devolvieran sus 2000 pesetas, cosa que ofrecieron dichos individuos, pero amenazándole de muerte si revelaba el secreto.
Como los monederos falsos no cumplieron su promesa CXX amenazó de muerte a su vez a los dos «vivos» por tener noticias de que la cantidad que les entregó se la habían distribuido entre ellos, un sujeto desconocido y el municipal del Juzgado de Bédar.
Puestas en movimiento las fuerzas del puesto de la Guardia civil llevaron a cabo la detención de CXX en el sitio llamado Los Gallardos, siendo trasladado a la cárcel de Bédar, donde quedó incomunicado.
Momentos después eran detenidos así mismo en el cortijo de Los Pinos, FXX y FXX, ocupándole al primero un revólver y al segundo 850 pesetas en billetes del Banco.
Practicado un reconocimeinto en los domicilios de FXX y FXX fueron encontrados un crisol de fundir metales, kilo y medio de metal de platino, medio kilo de prez griega y otro medio kilo de polvos blancos como para limpiar monedas.
Además se incautaron 290 pesetas en moneda de plata de a duro, 48 en monedas de dos pesetas y 44 en moneda de uno.
Los detenidos, material y monedas encontradas fueron puestos a disposición del Juzgado municipal de Bédar que instruye sumario con motivo de este suceso.
A pesar de todo, se puede considerar que el lado luminoso de Bédar supera con mucho su lado oscuro. Sin embargo no hay lugar con tradición e historia que se precie que no tenga su lado oscuro, muchas veces más «interesante» que su lado bueno, por así decirlo. Hasta el lado más oscuro de Bédar tiene su belleza, vean si no esta fotografía de Javier Pérez: