La «leyenda» de Juan El Volaor es una de esas interesantes historias que ha conservado la tradición oral en Bédar. No es de extrañar que, por ejemplo, en Los Gallardos tengan su propia versión de la historia ni tampoco que afirmen que fue allí donde ocurrió y no en Bédar. Pero eso es lo de menos, aunque no deja de llamar la atención, si miran en el listado de mineros de Hierros de Garrucha que hay un Juan a. El Volaor, peón, que vivía en la calle Estación de Bédar.
En la fotografía, realizada en El Pinar de Bédar, podemos ver sentado a la derecha a Antonio Bolea, partícipe imprescindible de la leyenda de Juan «El Volaor».
Pero, ¿que cuenta la leyenda? Incluso en Bédar hay diferentes versiones, lo cual es normal, en la que difieren los detalles pero con un núcleo principal. Así que relataré una de ellas, pues repito que la historia es muy curiosa:
Cuentan de Juan que una vez se encontró con Don Antonio Bolea, el médico. Tenía éste la costumbre de llevar una capa para protegerse del frío, ya que en esos entonces debía desplazarse andando entre los diferentes pueblos y cortijadas que visitaba. Juan debió preguntarse la utilidad de dicha prenda, y como no halló respuesta le preguntó a Don Antonio: –Don Antonio, ¿por qué lleva puesta una capa? Don Antonio, muy dado a la broma, le contestó con ironía: -Es para cuando llego tarde, abro la capa y me voy volando. A saber qué ideas pasarían por la cabeza de Juan, pero parece que encontró razonable la explicación, además de muy útil eso de volar. A falta de capa, Juan se equipó con una sábana y subió a la terraza de la casa, y desplegando la sábana no dudó en lanzarse al vacío. Como era de esperar, todo lo que Juan voló esa noche fue lo que tardó en llegar al suelo, aunque no sufrió lesiones graves porque tampoco era mucha la altura. En algunas versiones difieren en lo que le contestó Antonio Bolea a Juan, básicamente que para llegar a su casa en el Marchal, abría su capa y llegaba volando a casa, atravesando el barranco para así llegar antes.
Fue así como se ganó el alias de «El Volaor», pues alguien debió verlo o contó su aventura. Siguiendo la tradición de los apodos en Bédar, varios miembros de su familia también heredaron dicho mote, pasando a ser «Los Volaores».
Aprovecho para comentar que hemos empezado a crear las páginas fijas del blog (las «secciones»), donde iremos añadiendo, poco a poco, información sobre Bédar, a modo de recopilación para consulta. Entre las páginas, tenemos el archivo, un museo virtual, una página de personajes, las fotografías de Antonia «la Retratista», numismática, etc. Iremos, poco a poco, aumentando el contenido de los mismos, conforme vayamos procesando la información que tenemos acumulada y la que nos va llegando. Esperamos que nos ayuden con datos y fotografías.