En el yacimiento romano de Cadima, en Los Gallardos, se diferenciaban dos grandes áreas, un llano y un cerrete donde se asentaba la necrópolis. No creo que a nadie le extrañe saber que dicho cerrete, y por tanto la necrópolis, fue totalmente arrasada hace ya bastantes años. En lo que queda, y según la documentación disponible, se pueden observar estructuras de muros y pavimentos, así como gran cantidad de tegulae (tejas). Se comenta que se podían encontrar abundantes escorias de mineral, ruedas de molino, e incluso una gran piedra labrada que podría ser un contrapeso de una prensa de aceite. El material cerámico era muy abundante, identificándose fragmentos de cerámica púnica, Terra Sigillata, lucernas, fragmentos de ánforas y cerámica común medieval. También se encontraron objetos de vidrio, remaches y punzones de metal.
La primera referencia al yacimiento es de carácter epigráfico. J. Cuadrado Ruiz recoge la existencia en el Museo de Almería de un bloque de piedra con una inscripción latina hallada en el paraje de «las piezas de Cadímar», en la que se podían leer con seguridad de las cinco líneas que conserva las siguientes palabras:
VR CO EMIN ORVMIN XXV |
No se conoce el nombre de esta villa, Juan Grima señala que el topónimo Cadímar procede del árabe «gadima», y significa ser «antiguo». Según este autor, por Cadímar pasaba la vía Herculea (que iba de Cartagena a Villaricos), desde Villaricos pasaba por Cadímar en dirección a Urci y Abdera.
La presencia de restos constructivos, como muros de sillares, ladrillo y mampostería, así como una sucesión de pavimentos, indican la presencia de, al menos, dos fases constructivas de un gran asentamiento tipo villa. También hay otra referencia que habla de un asentamiento íbero-romano, por la presencia de gran cantidad de monedas ibero-romanas que se encontraron allí. Se le asigna al asentamiento, por lo tanto un ocupación ininterrumpida desde el siglo II a.C. hasta la llegada de los musulmanes en el siglo VIII d.C. Las monedas íbero-romanas halladas que se mencionan corresponden a las cecas de Gádir (Cádiz), Carmona, Aipora (Sanlúcar de la Barrameda), Caura (Coria del Río), etc.
Excavación de urgencia por las obras de AVE (Manu Gallardo)
Parte de este yacimiento fue excavado en 2013, debido a que las obras del AVE cruzaban el yacimiento. La excavación de urgencia de unos 2.000 metros cuadrados dejó bien clara las dimensiones e importancia de Cadímar, única en toda la comarca del Levante almeriense. Según la prensa local (se puede acceder al artículo pulsando en la fotografía que muestran las excavaciones), se hallaron monedas, cerámicas, mosaicos e incluso una almazara. Si duda se trataba de una gran villa romana a la que poco tenían que envidiar ninguna otra del área mediterránea. Para mostrar al público los resultados, se realizó una conferencia en Turre que corrió a cargo de los encargados de la excavación: Óscar López Jiménez, Francisco Llidó López y Victoria Martínez Calvo. Las excavaciones mostraban tres etapas bien definidas: una ibérica tardía, la romana y otra califal.
Excavación de urgencia por las obras de AVE (Manu Gallardo)
Según la información facilitada a la prensa, se habla de una villa romana entre los siglos I a.C. y IV d.C. Entre ellos una casa señorial de época imperial con un gran patio central con columnas, a partir de la cual se distribuían las habitaciones. En una de estas salas se encontró un mosaico con motivos geométricos y vegetales. También se describe una «alcaría» o «zona industrial» donde se elaboraba el aceite y el vino (con restos de una almazara). En la excavación de urgencia se recuperaron alrededor de 300 piezas que, según se comenta, se llevarían al Museo de Almería con el fin de poder ser conservadas e incluso exhibidas. La intención, como no, era la de poder exponer en su lugar los hallazgos arqueológicos, para lo cual se creó la Asociación de Amigos del Museo de Turre (como primer paso). Esto ocurrió en 2013, pero un turista eventual en la zona que quiera saber algo sobre este yacimiento (y no digo ya ver algo) en 2015, lo tiene más que difícil.
Pavimento «opus spigatum».
Este yacimiento se está destruyendo de una forma lenta pero constante. Por efecto de la erosión natural, parte de las estructuras se han desplomado sobre el curso del río Aguas. En estas fotografías podemos ver diferentes vistas de los restos de Cadímar tal y como se presentan en el corte vertical producido por el río, observándose restos de muros y pavimentos, algunos en opus spicatum.
En este yacimiento también se han encontrado monedas de entre los siglos I y IV d.C. Hoy presentaremos una pequeña cantidad de estas monedas que hemos podido estudiar y que corresponden al periodo comprendido entre los siglos III y IV d.C.
Tras la muerte del emperador Alejandro Severo en el año 235 d.C., se inició un convulso periodo en el que el Imperio tuvo que lidiar con amenazas tanto externas como internas, en un contexto de una grave crisis económica. En esta etapa, conocida como de «Anarquía Militar», y hasta el ascenso de Diocleciano en el año 284, ocuparon el trono un total de veintiséis emperadores, que eran tan rápidamente proclamados como depuestos (vía asesinato, por lo general) por el ejército.
Piedra labrada.
Fragmento de tegulae romana.
A parte de una moneda de Caracalla y otra de Herennia Etruscilla, el grueso de monedas empieza con Galieno, que gobernó en solitario entre el 260 al 268 d.C. Estamos en plena crisis del siglo III, con el Imperio a la defensiva, con una gran inestabilidad política y una crisis económica condicionada por la disminución del aporte de esclavos y productos que proporcionaba la expansión romana. Fruto de esta crisis se crearon los Imperios de Palmira y el Imperio Galo, en el año 260 d.C., que no fueron sometidos a la autoridad de Roma hasta el año 272 y 274 d. C. respectivamente.
216 d. C. Denario del emperador Marco Aurelio Severo Antonino Augusto (Caracalla).
249-251 d.C. Antoniniano de Herennia Etruscilla (mujer de Trajano Decio). Acuñada en Roma.
La inflación era enorme, ya que los gastos para mantener el ejército y la administración del Imperio eran inasumibles, y la moneda romana había ido devaluándose para poder asumir los enormes costes. El denario de plata, la moneda romana por antonomasia, mantuvo su valor hasta el 64 d.C., pero a partir de ahí empezó a perder peso en plata. Finalmente, el emperador Caracalla (211-217 d.C.) introdujo el «antoniano» (a raíz del nombre del emperador, Marcus Aurelius Antoninus, Caracalla solo era su seudónimo), cuyo valor se fijaba en dos denarios de plata, a pesar de la pobre cantidad de plata que contenía, lo que provocó que se fuera devaluando paulatinamente. Con Gordiano III (238-244 d.C.) la nueva moneda sustituyó completamente al antiguo denario de plata y, finalmente, se acabó acuñando solo con bronce. Esta devaluación de la moneda agravó aún más la inflación, de manera que empezaron a cobrarse impuestos en especie e incrementó el comercio a través del trueque. Esta situación no acabó hasta que Diocleciano, ya en el s.IV d.C., suspendió el uso del denario y lo sustituyó por el «argenteus», reestructurando la economía y la política monetaria.
275 d.C. Antoniniano del emperador Galieno.
Marco Aurelio Claudio Augusto, general de caballería, dirigió las fuerzas del Imperio en la frontera de Iliria durante los reinados de los emperadores Decio, Valeriano y Galerio. Hizo una brillante carrera militar hasta que el año 268 d.C., tras la conspiración que acabó con la vida de Galieno (en la que se sospecha que estaba implicado también Claudio), fue nombrado como emperador. Empieza una etapa que será conocida como la de los emperadores ilirios, que acabaron salvando el Imperio de una manera casi milagrosa.
El Imperio de Claudio estaba dividido entonces en tres grandes zonas, con el Imperio Galo por un lado y el de Palmira por otro. Claudio intentó unificar de nuevo todos los territorios, pero tuvo que defender las fronteras, asediadas por las tribus bárbaras. Especialmente en los Balcanes la situación era crítica, con la invasión de los Escitas y Godos, que estaban causando enormes estragos. Claudio consiguió derrotarlos en Naisso (el valle de Moravia), y se ganó con esto el título de «Gótico», pero sus exitosas campañas fueron frenadas por su muerte en marzo de 270 d.C.
268 d.C. Antoniniano de Claudio II Gótico.
No es raro en este contexto tan inestable de que surgieran muchas «cecas extroficiales» que acuñaron imitaciones de antoninianos. Estas monedas de imitación circularon con total normalidad, siendo muchas de ellas buenas copias de las monedas oficiales. Poco a poco, surgieron imitaciones de peor calidad en el diseño y claramente inferiores en peso y tamaño.
Imitaciones bárbaras de Cadima de antoninianos póstumos de Claudio con diferentes calidades.
Cuando finalmente el emperador Aureliano (270-275 d.C.) consiguió reunificar el Imperio, prohibió la acuñación y circulación de estas monedas, a pesar de lo cual siguieron circulando. Claudio II fue muy querido en Hispania y estas acuñaciones bárbaras son un hallazgo frecuente en la península Ibérica, junto a monedas posteriores. Se acuñaron hasta finales del s. III en cecas locales indeterminadas y según algunos autores, pudieron haberse continuado acuñando en Hispania hasta el comienzo de la dominación visigoda.
Enganche de correaje de caballo.
Estas monedas de imitación eran también conocidas como acuñaciones bárbaras. En la serie de Cadímar nos encontramos, junto a un único ejemplar de Galieno, tres monedas oficiales de Claudio II (aunque es difícil a veces de diferenciar de las imitaciones de mejor calidad), y cuatro que son claramente imitaciones del tipo DIVO CLAUDIO (Divino Claudio). La muerte de Claudio II y el creciente desabastecimiento de moneda, parece que afianzó el predominio de estas imitaciones. Estas emisiones de imitación, de hecho, fueron enormemente corrientes en la franja costera mediterránea, síntoma claro de que la actividad monetaria no cesó en esta zona a pesar de la progresiva disminución de la masa monetaria oficial.
Estas emisiones locales son uno de los fenómenos monetarios más enigmáticos de la época imperial. Se desconoce por qué se eligieron precisamente en las imitaciones unas monedas oficiales póstumas muy concretas de «Consagración».
275-276 d.C. Antoniniano del emperador Tácito.
En la serie de Cadimar y hasta el emperador Constantino Magno, solo hay dos ejemplares de los emperadores Tácito y Probo. Aureliano consiguió restablecer la unidad territorial del Imperio e inició reformas necesarias para superar la crisis, que continuaron Diocleciano y Constantino, consiguiendo de esta manera que el Imperio resurgiera y pudiera pervivir dos siglos más. Diocleciano, al darse cuenta que un solo emperador no era suficiente para atender todas las necesidades, fundó la tetrarquía, mediante el cual el Imperio fue controlado mediante dos «augustos» y dos «césares» subordinados a ellos, repartiéndose así el control y la administración del Imperio.
La serie estudiada de Cadímar presenta cinco monedas de Constantino, dos de su hijo Crispo y una póstuma (seguramente una imitación). Constantino mantuvo las reformas de Diocleciano, pero durante su reinado tuvo lugar dos hechos fundamentales. En el 313 d.C. declaró la libertad de cultos, momento en el cual el Cristianismo empezó el camino en el que acabaría convirtiéndose en la religión oficial de Roma. Además fundó Constantinopla, que convirtió en capital imperial y relegaba a Roma a ser una ciudad secundaria.
324 d.C. Follis de Constantino Magno. Ceca de Thessalonica (Macedonia).
320-324 d.C. Follis de Crispo.
Flavio Julio Crispo, hijo de Constantino I y de su esposa Minerva, se destacó desde edades tempranas por su valor militar. Fue nombrado César de Occidente en el año 317 d.C. En el año 326 el emperador Constantino hizo ejecutar a su hijo Crispo por una supuesta relación su madrastra, que resultó ser falsa. Crispo sufrió la «damnatio memoriae», no solo fue ejecutado, además se eliminó todo lo que recordara al condenado.
351-355 d.C. Centenional del emperador Constancio II, ceca de Alejandría.
En la serie de Cadímar nos encontramos con diez monedas de Constancio II, cuatro de su hermano Constante y otra de su otro hermano Constantino II. Tras la muerte de Constantino Magno, el Imperio se repartió entre sus tres hijos. Constancio reinó sobre Constantinopla y todo oriente, mientras que Constante hacía lo propio sobre Italia, África y las provincias ilíricas. Cuando Constantino II murió, toda la parte occidental del Imperio quedó bajo control de Constante, hasta su muerte frente a las tropas del usurpador Magencio.
Fragmento de cerámica sigillata romana con decoración en gotas.
Constancio II acabó derrotando a Magencio en el 351 d.C. En el 353 d.C. Constancio quedaba como soberano único. Constancio emprendió una persecución de los paganos, ordenando la destrucción de todos los templos paganos en un edicto en el 354 d.C. Murió de unas fiebres en Tarsus en el 361 d.C., cuando iba a hacer frente a su césar, Juliano (que sería conocido como el Apóstata), que se alzó en armas y fue proclamado Augusto.
Punta de flecha de época medieval.
El último emperador de la Serie es Valentiniano II, en un salto de unos veinte años desde Constancio II, tras Juliano el Apóstata, Joviano y Valentiniano. Valentiniano II fue proclamado emperador a los 4 años por las legiones, compartiendo gobierno con su hermano Graciano. Graciano fue derrotado por el general Mario Máximo, proclamado emperador por sus legiones, que a su vez lo fue por Flavio Teodosio, Augusto del Imperio nombrado por Graciano. Teodosio, que sería el próximo emperador, dividiría el Imperio entre sus dos hijos y esta división fue ya definitiva.
Año 1038-1039. Abd Al-Aziz. Taifa de Almería anexionada al reino de Valencia. Se hace referencia a Al-Nasir.
La serie de monedas descritas nos indica la presencia de un poblado hispano-musulmán en la misma ubicación en la que se encontraba la antigua ciudad romana que conocemos actualmente como “Cadima”, al menos en un periodo comprendido entre finales del siglo X y la primera mitad del siglo XI. Se trata de monedas muy fragmentadas y desgastadas, monedas que han circulado y que seguramente los dueños perdieron durante intercambios comerciales. Dos son fragmentos de época del Califato, una de la taifa de Almería anexionada a la de Valencia y cuatro son fragmentos de dirhams y divisores de dirhams de la taifa de Almería. Destaca especialmente el fragmento de divisor de dirham de Abd al-Aziz, pues se lee claramente Al-Nasir (El Protector). En 1031 el rey de la taifa de Valencia Abd Al-Aziz nombró gobernador de Almería a su hijo Abd Allah, al que dio el título de “Al Nasir”. Sin embargo, Abd Allah murió muy pronto, sin haber dejado ningún rastro de su actuación. Poco después, en el año 1042, el cuñado de Abd Al-Aziz, Man ben Sumadih se independizó de Valencia, inaugurando la dinastía de los Banu Sumadih. Esta moneda, a nombre de Al Nasir es de especial interés, sobre todo sabiendo que ha sido hallada en Los Gallardos.
Año 1041-1051. Man ben Muhammad ben Sumadih. Taifa de Almería.
Año 1041-1051. Man ben Muhammad ben Sumadih. Taifa de Almería.
Es precisamente de Man Ben Sumadih que son la mayoría de los fragmentos disponibles, todas recortadas , lo que indica su uso y circulación intensos. En estas monedas lo que importaba era el peso de la plata, por lo que se recortaban para alcanzar el peso necesario para las transacciones. De ahí que la presencia de muchas monedas fragmentadas en un tesorillo, por poner un ejemplo, nos indica que éste circuló bastante. En concreto tenemos dos dirhams recortados y otros dos divisores de dirham también recortados.
LA VILLE ROMAINE OUBLIÉE DE CADIMA- LOS GALLARDOS (ALMERIE)
Dans ce gisement on distingue deux grandes zones, une plaine et une colline où se trouvait la nécropole mais a peu à peu disparu suite au développement urbain. Dans ce qui reste, et selon la documentation disponible, on peut observer des structures de murs et de pavés, ainsi qu’une grande quantité de tegulae (des tuiles). Des sources avancent qu’on pouvait y trouver des scories abondantes de minerai, des roues de moulin, et même une grande pierre travaillée qui pouvait être le contrepoids d’une presse d’huile. Le matériel céramique est très abondant, on a identifié des fragments de céramique punique, Terra Sigillata, des lustres, des fragments d’amphores et de la céramique commune médiévale. On a aussi trouvé des objets en verre, des rivets et des poinçons en métal.
La première référence au gisement est épigraphique. J. Cuadrado Ruiz indique l’existence dans le Musée d’Almeria d’un bloc de pierre avec une inscription latine, trouvée dans l’endroit nommé les « pièces de Cadimar », sur laquelle on peut lire avec assurance cinq lignes avec les mots suivants :
VR CO EMIN ORVMIN XXV |
On ne connaît pas le nom de cette ville, Juan Grima remarque que le toponyme « Cadimar » provient de l’arabe « Gadima », qui signifie « antique ». Selon cet auteur, la route Herculéenne (qui allait de Carthagène à Villaricos) passait par Cadimar dans la direction d’Urci et Abdera. La présence de constructions (murs de pierre de taille, des briques et de la maçonnerie), ainsi qu’une succession de pavés, tout cela indiquent la présence de, au moins, deux phases d’une grande installation de type « ville ». Il y a aussi une autre référence qui parle d’une installation ibère-romaine, par la présence d’une grande quantité de monnaies ibère-romaines. Par conséquent, on note une occupation ininterrompue dès le IIe siècle ap. J.-C. jusqu’à l’arrivée des musulmans au VIIIe siècle ap. J.-C. Les monnaies ibère-romaines trouvées appartiendraient aux fabriques de monnaies de Gadir (Cadix), Carmona, Aipora (Sanlucar de la Barrameda), Caura (Coria del Rio), etc.
Fouille archéologique d’urgence par les oeuvres de l’AVE (Manu Gallardo).
Grâce aux travaux de l’AVE on a pu faire une fouille archéologique d’urgence. Cette excavation d’urgence d’environ 2.000 mètres carrés a mis en évidence les dimensions et l’importance de Cadimar, unique dans tout le Levant d’Almeria. Selon la presse locale, des monnaies, des céramiques, des mosaïques et un moulin à l’huileont été trouvées. Sans doute s’agissait d’une grande ville identique à les autres de l’aire méditerranéenne. On a organisé une conférence à Turre pour montrer au public les résultats de cette fouille, qui a été réalisée par les préposés de l’excavation : Oscar Lopez Jimenez, Francisco Llido Lopez et Victoria Martinez Calvo. Les excavations montraient trois étapes bien définies: l’une ibérique tardive, une romaine et l’autre califale.
Fouille archéologique d’urgence par les oeuvres de l’AVE (Manu Gallardo).
Selon l’information donnée à la presse, on parle d’une ville romaine datée entre le Ier siècle ap. J.-C. et le IVe ap. J.-C. Entre les découvertes on parle d’une maison seigneuriale d’époque impériale avec une grande cour centrale pourvue de colonnes, à parti de laquelle les chambres étaient distribuées. Dans une des salles on a trouvé une mosaïque avec des motifs géométriques et végétaux. On décrit aussi une « alcaría » ou une zone industrielle, où on élaborait de l’huile et du vin. Dans cette excavation d’urgence on a récupéré autour de 300 pièces exposées au Musée d’Almeria afin de pouvoir être conservés et même exhibés. L’intention était de pouvoir exposer les découvertes archéologiques près de l’endroit de leur découverte. Mais depuis leur découverte en 2013; ces vestiges ne sont toujours pas accessibles au public.
Cadima. Opus spigatum.
Ce gisement s’éboule peu à peu dans la rivière Aguas par effet de l’érosion naturelle. Dans les photographies nous pouvons voir une coupure verticale produite par cet effondrement. En observant des restes de murs et de pavés, et même des « opus spicatum ». Dans ce gisement on a trouvé aussi des monnaies dans les décombres. Nous pouvons présenter une petite quantité de ces monnaies que nous avons pu étudier et qui appartiennent à la période comprise entre le IIIe et le IVe sièclesap. J.-C.
Après la mort de l’empereur Septime Sévère en 235 ap. J.-C. s’est initiée une période de troubles. L’Empire a eu à combattre des menaces externes et internes, dans un contexte de crise économique grave. Dans cette étape, connue comme « Anarchie Militaire », et jusqu’à l’avancement de Dioclétien l’année 284, ont occupé le trône un total de vingt-six empereurs, qui étaient proclamés aussi rapidement qu’ils étaient déposés par l’armée.
Cadima. Pierre travaillé.
Cadima. Fragment de «tegulae» romaine.
Mise à part une monnaie de Caracalla et une autre de Herennia Etruscilla, le gros de notre série de Cadimar commence avec Gallien, qui a gouverné seul entre les années 260 et 268 ap. J.-C. Nous sommes engagés dans la crise du IIIe siècle. Un Empire sur la défensive, connaissant une grande instabilité politique et une crise économique, conditionnée par la diminution de l’apport d´esclaves et des produits que l’expansion romaine fournissait d’habitude. Cette crise a permis la création des Empires de Palmira et de l’Empire Gaulois, l’année 260 ap. J.-C. Ces derniers sont restés indépendants de Rome; respectivement jusqu’en 272 et 274 ap. J.-C.
Cadima. 216 ap. J.-C. Denier de l’empereur Marcus Aurelius Severus Antoninus Augustus (Caracalla)
Cadima. 249-251 ap. J.-C. Antoninien de Herennia Etruscilla (femme de Trajan Dèce). Frappée à Rome.
L’inflation était énorme, puisque les frais pour maintenir l’armée et l’administration de l’Empire étaient élévés, la monnaie romaine a donc été dévaluée pour pouvoir assumer les énormes dépenses. Le denier en argent, la monnaie romaine par antonomase, a maintenu sa valeur jusqu’aux 64 ap. J.-C., mais à partir de là il a commencé à perdre du poids en argent. Finalement, l’empereur Caracalla (211-217 ap. J.-C.) a introduit le « antoninien » (à la suite du nom de l’empereur, Marcus Aurelius Antoninus, Caracalla était son pseudonyme), dont la valeur était fixée à deux deniers en argent. La pauvre quantité en argent qu’il contenait a provoqué une nouvelle dévaluation.
Cadima. 275 ap. J.-C. Antoninien de l’empereur Gallien.
Avec Gordien III (238-244 ap. J.-C.) la nouvelle monnaie a complètement substitué le denier ancien en argent et, finalement, on a fini par frapper la monnaie en bronze. Cette dévaluation de la monnaie a aggravé encore plus l’inflation, de façon que les impôts ont commencé à se payer en nature. Cette situation a perduré jusqu’à ce que Dioclétien suspend l’usage du denier et le remplace par le « argenteus », en restructurant l’économie et la politique monétaire.
Cadima. 268 ap. J.-C. Antoninien de Claude le Gothique.
Dans cette période d’« Anarchie Militaire » Marcus Aurelius Claudius, général de cavalerie, a dirigé les forces de l’Empire à la frontière d’Illyrie pendant les règnes des empereurs Dèce, Valérien et Gallien. Il a fait une brillante carrière militaire jusqu’en 268 ap. J.-C., date laquelle une conspiration a mis fin au règne de Gallien. Claude a été nommé comme empereur et a commencé une étape qui sera connue comme celle des empereurs illyriens, qui ont fini par sauver l’Empire d’une manière presque miraculeuse.
Claude a essayé d’unifier à nouveau tous les territoires, notamment l’Empire Gaulois et celui de Palmira, mais il a dû d’aller défendre les frontières, assiégées par les tribus barbares. La situation était critique surtout aux Balkans, avec l’invasion des Scythes et les Goths, qui causaient d’énormes ravages. Claude a réussi à les battre à Naissus (vallée de Moravia), par cela il a gagné le titre de « Gothique », mais ses campagnes victorieuses ont été stoppées par sa mort en mars 270 ap. J.-C.
Des imitations barbares de Cadima d’antoniniens posthumes de Claude avec différentes qualités.
Dans ce contexte si instable il n’est pas rare de voir surgir des fabriques de monnaie officieuses qui ont frappé des imitations d’antoniniens. Ces monnaies d’imitation ont circulé avec une normalité totale, plusieurs d’elles étaient des bonnes copies de monnaies officielles. Peu à peu, des imitations de piètres qualitéssont apparues, avec un poids et une taille clairement inférieurs. Quand finalement l’Empereur Aurélien (270-275 ap. J.-C.) a réunifié l’Empire, il a interdit la frappe et circulation de ces monnaies, mais malgré l’interdiction elles ont continué à circuler. Claude II a été très aimé en Hispanie, et ces frappes barbares sont une découverte fréquente dans la péninsule Ibérique. Ce type de monnaies a été frappé jusqu’à le fin du IIIe siècle, dans des fabriques indéterminées et, selon quelques auteurs, on a continué de battre cette monnaie en Hispanie jusqu’au commencement de la domination des Wisigoths.
Cadima. Crochet de rennes de cheval.
Ces monnaies d’imitation sont aussi connues comme des « imitations barbares ». Dans notre série de Cadimar nous trouvons une monnaie de Gallien et trois monnaies officielles de Claude II (bien que parfois il soit difficile de différencier les imitations de meilleure qualité des monnaies officielles). La mort de Claude II et le désapprovisionnement croissant de monnaie officielle a fait augmenter la circulation de ces imitations. En fait, ces émissions d’imitations été très courantes dans la frange côtière méditerranéenne, un symptôme clair que l’activité monétaire n’a pas cessé dans cette zone malgré la diminution progressive de la masse monétaire officielle.
Il s’agit d’un des phénomènes monétaires le plus énigmatique de l’époque impériale. On ignore pourquoi on a choisi de copier ces monnaies posthumes de « consécration ». Constantin I le Grand a tenté de légitimer son usurpation du trône en s’autoproclamant descendant de Claude le Goth, et il a même émis des monnaies divinisant son prétendu ancêtre.
Cadima. 275-276 ap. J.-C. Antoninien de l’empereur Tacite.
Dans la série de Cadimar, de Claude jusqu’à Constantin le Grand, il n’y a qu’un exemplaire datant de l’Empereur Tacite et un autre de Probus. Aurélien a réussi à rétablir l’unité territoriale de l’Empire et a initié les réformes nécessaires pour dépasser cette crise. Des mesures que Dioclétien et Constantin le Grand ont continuées, en assurant de cette manière la survie de l’Empire pour encore deux siècles. Dioclétien s’est rendu compte qu’un seul empereur n’était pas suffisant pour s’occuper de l’Empire, il a donc mis en place la « tétrarchie ». Ce système prévoyait le partage et le contrôle de l’administration de l’Empire entre deux Augustes assistés de deux césars.
Cadima. 316-317 ap. J.-C. Follis de Constantin Ier le Grand. Frappé à Rome.
Dans la série de Cadima nous avons aussi trouvé six monnaies de Constantin le Grand dont une posthume (sûrement une imitation), et deux de son fils Crispus. Constantin a maintenu les réformes de Dioclétien, mais pendant son règne il y a eu deux faits fondamentaux. En 313 ap. J.-C. il a autorisé la liberté de culte(le moment dans lequel le christianisme a commencé le chemin qui finirait par être la religion officielle de Rome.)En 324ap. J.-C. a fondé Constantinople, qu’il a désigné comme capitale impériale, en reléguant Rome à être une ville secondaire.
Cadima. 320-324 ap. J.-C. Follis de Crispus.
Flavius IuliusCrispus, fils de Constantin et de son épouse Minervina s’est fait remarquer depuis son enfance par sa valeur militaire. Il a été nommé César d’Occident en 317 ap. J.-C. Mais en 326 l’Empereur Constantin l’a fait exécuter suite à une relation supposée avec sa belle-mère, qui s’est révélée être fausse. Crispus a subi la « damnatio memoriae », il a été exécuté, mais on a aussi éliminé tout celui ce qui rappelait le condamné.
Cadima. 351-355 ap. J.-C. Centenionalis de l’empereur Constance II, frappé à Alexandrie.
Dans cette série nous trouvons avec dix monnaies de Constance II, quatre de son frère Constant et une autre de son autre frère Constantin II. Après la mort de Constantin le Grand, l’Empire a été réparti entre ses trois fils. Constance a régné sur Constantinople et tout l’orient, alors que Constant faisait de même sur l’Italie, l’Afrique et les provinces illyriennes. Constantin II a régné sur l’Occident, mais quand il est mort, toute cette partie occidentale est restée sous contrôle de Constant, jusqu’à sa mort par les troupes de l’usurpateur Magnence. Constance II a fini par battre Magnence en 351 ap. J.-C. et en 353 ap. J.-C. il est devenu l’unique souverain. Constance a entrepris la persécution des païens, en ordonnant la destruction de tous les temples païens dans un édit en 354 ap. J.-C. Constance est mort d’une fièvre à Tarsus en 361 ap. J.-C, alors qu’il allait combattre Julien, qui s’était déclaré Auguste après un soulèvement armé.
Cadima. Fragment de céramique sigillata romaine avec décoration en «gouttes».
Cadima. Fragments de céramique sigillata romaine
Le dernier empereur représenté dans cette série est Valentinien II, soit environ vingt années après Constance II. Valentinien I est arrivé au trône après Julien l’Apostat et Jovien. Valentinien II, son fils, a été déclaré empereur à 4 ans par les légions, mais c’est son frère Gratien aui exerçait le pouvoir. Gratien a été battu par le général Marius Maximus, proclamé empereur par ses légions, qui ont ensuite proclamé Flavius Theodosius (Théodose Ier le Grand). Théodose divisa l’Empire entre ses deux fils, cette division sera la dernière.
Cadima. Pointe de flèche d’époque médiévale.
Cadima. Embout d’étui médiévale
Notre série de monnaies comprend également des exemplaires hispano-arabes. En effet les arabes se sont installés au même lieu qu’occupait la ville romaine connue actuellement comme Cadima. Ces monnaies datent d’une période comprise entre le fin du Xe siècle et la première moitié du XIe siècle. Il s’agit de monnaies très fragmentées et usées, des monnaies qui ont circulé beaucoup, sûrement perdues durant des échanges commerciaux. Deux sont des fragments d’époque du Califat, une appartient à la taïfa d’Almeria annexée à celle de Valence, et quatre fragments de dirhams et ses diviseurs de la taïfa d’Almeria indépendante.
Cadima. Années 1038-1039. Abd Al-Aziz. Taïfa d’Almeria annexée au royaume de Valence. On fait référence à Al-Nasir.
Il faut remarquerspécialement le diviseur de dirham d’Abd el-Aziz, puisque on peut lire clairement « Al-Nasir » (Le Protecteur). L’année 1031 le roi de la taïfa de Valence, Abd Al-Aziz, a nommé gouverneur d’Almeria son fils Abd Allah, qui a reçu le titre de « Al-Nassir ». Cependant, Abd Allah est mort si vite qu’il n’a pu laisser aucune trace de son règne. Peu après, en 1042, le beau-frère d’Abd Al-Aziz, Man ben Sumadih, a emancipé la taïfa d’Almeria, en inaugurant la dynastie des Banu Sumadih. Cette monnaie au nom d’Al-Nasir est d’un intérêt spécial, surtout en sachant qu’elle a été trouvée à Cadima.
Cadima. Années 1041-1051. Man ben Muhammad ben Sumadih. Taïfa d’Almeria.
Cadima. Années 1041-1051. Man ben Muhammad ben Sumadih. Taïfa d’Almeria.
Dans notre série on trouve précisément des fragments de l’époque de Man Ben Sumadih, des petits fragments qui indiquent un usage intense. Dans ces monnaies l’important était le poids en argent et on les coupait pour atteindre le poids nécessaire pour les transactions.
Cadima. Années 1041-1051. Man ben Muhammad ben Sumadih. Taïfa d’Almeria.