Portada original de los planos del ferrocarril Bédar-Garrucha
En el camino que lleva a Bédar desde Los Gallardos, a mano izquierda, se observa un extraño edificio antiguo, una antigua y enorme tolva de carga minera. El ferrocarril de Bédar a Garrucha comenzó a construirse en 1895 por parte del industrial Víctor Chávarri. La llegada al sureste almeriense de destacados industriales vascos tiene su explicación en el precio de los arrendamientos de las minas de Almería, que eran mucho más bajos que los de las minas de Vizcaya, debido su riqueza, facilidad para el transporte y embarque del mineral. Las minas de Bédar fueron cedidas por George C. Pecket al industrial vasco, con la condición de que construyera un ferrocarril para dar salida al mineral hasta el puerto de Garrucha, ya que el cable aéreo de la Compañía de Águilas se había demostrado insuficiente para las grandes cantidades de mineral descubiertas en la sierra.
Planos originales del ferrocarril de la Sociedad Chávarri. La estación de «Tres Amigos» queda recogida, aunque no se señalan las diferentes instalaciones de la misma, que se construyeron a la vez que el ferrocarril. El trazado termina donde hoy en día se encuentra la tolva-embudo, sin estar indicado el ramal de Santa Catalina. Se observa, sin embargo, como el antiguo camino de Los Gallardos a Bédar aprovechaba el paso de los barrancos.
Es mucho más conocida la estación de descarga de Garrucha, varias de las empresas mineras que trabajaron en Bédar prefirieron utilizar Garrucha por su mayor visibilidad e importancia como reputado punto de embarque de minerales. La estación de origen del ferrocarril, sin embargo, siempre ha sido mucho más desconocida, y todavía hay muchos aspectos de la misma que se desconocen, entre otras cosas por la inexplicable desaparición de los documentos que se refieren a ella, incluyendo las fotografías que, a buen seguro, se tuvieron que realizar durante los aproximadamente 40 años de funcionamiento del ferrocarril.
Visión panorámica de la Estación de Tres Amigos de Bédar. En primer plano la tolva-embudo. A la izquierda la mina «Unión de Tres Amigos», a la derecha la casa-dirección y, más al fondo, las tolvas reguladoras del ramal de Santa Catalina.
La tolva depósito de Tres Amigos es el punto de partida de las rutas mineras de Bédar. La explanada junto a la tolva es limpiada con regularidad, pues es uno de los pocos lugares que ofrecen espacio suficiente para que vehículos de particulares y autobuses puedan estacionar. Al fondo, la casa dirección. Un único panel explicativo indica la ruta a seguir.
Poco a poco, sin embargo, vamos descubriendo documentación al respecto, que ayuda a conocer un poco mejor lo que fue esta estación de ferrocarril minero. No en vano, la tolva-depósito de Tres Amigos y la conocida como «casa rosada», o antiguo domicilio de los directores ingenieros de la Sociedad, se han convertido en un símbolo para la minería de Bédar.
La tolva-depósito de Tres Amigos se ha convertido en un símbolo habitual de las rutas mineras de Bédar. En esta fotografía todavía se aprecia la puerta en el túnel, de la época en la que era utilizada como aprisco de ganado.
La imagen de esta impresionante tolva es el icono perfecto para las rutas mineras de Bédar, punto de partida de las rutas mineras por la Sierra. Cerca se encuentra la «casa rosada», un edificio histórico que ha sido restaurado por sus propietarios buscando recuperar el antiguo esplendor de esta histórica construcción; también encontramos bastante cerca la conocida como «casa de la tortuga», centro de cría de este emblemático animal construido en 2004 pero que todavía no está en funcionamiento. A pesar de que estas instalaciones se encuentran un poco alejados de Bédar, todos estos elementos conforman un potencial centro turístico de gran importancia. El centro de cría de la tortuga, aunque nunca ha entrado en funcionamiento, pertenece desde hace ya bastantes años al Ayuntamiento y sería relativamente fácil ponerlo en funcionamiento si existiera un mínimo de voluntad política para ello. La casa rosada está también restaurada, buscando recuperar su antiguo aspecto, y se muestra como un espacio perfecto para el museo y centro de interpretación que merecen la historia y patrimonio de Bédar. Nos consta que los propietarios estarían dispuestos a negociar un alquiler, pero como siempre, hace falta un mínimo de interés y de voluntad política en Bédar que, desgraciadamente, no existe en estos momentos.
Túnel interior de la tolva-depósito. Disponía de compuertas para la carga en los vagones.
La calidad de la construcción de la tolva-depósito de Santa Catalina es impresionante, en uno de los laterales observamos las escaleras de acceso a las tolvas, seguramente para control de la misma, en la que no se ahorraba en decorativos arcos.
En una sola «unidad geográfica», por decirlo de alguna manera, se reunirían dos de los principales atractivos turísticos potenciales de este municipio, la historia minera y sus rutas y uno de los más importantes centros de cría de tortugas moras, que harían las delicias de muchos amantes de la naturaleza. Creo, incluso, que sería justo que se pusiera en marcha este centro de cría, ya que me parece una falta de respeto que tras gastar casi medio millón de euros del dinero del contribuyente (de todos nosotros) para su construcción (incluyendo un edificio de restauración), dichas instalaciones estén abandonadas y sin uso, o al menos sin el uso para la que fueron concebidas.
Representación de la Estación de Tres Amigos en la obra «Trenes, Cables y Minas de Almería», de José Antonio Gómez Martínez y José Vicente Coves Navarro. Como en muchos aspectos, esta obra es una referencia obligada para los estudiosos de estos temas. En lo que respecta a esta representación, correcta en todos sus aspectos, es de gran ayuda para comprender la distribución de esta estación de carga de ferrocarril minero, que a su vez funcionaba como centro regulador del mineral procedente de las diversas minas.
Pero el interés no acaba ahí. La Estación de Tres Amigos no es tan solo la mencionada y conocida tolva de Tres Amigos, se trataba realmente de una estación reguladora y de carga del mineral en el ferrocarril, que recogía, almacenaba y distribuía el mineral de las diferentes minas propiedad de la sociedad de Chávarri. En ella confluían los dos pequeños ramales de minas provenientes uno de Santa Catalina (nuestra tolva-icono) y el de la Mulata, que utilizaba como depósito una de las tolvas más extrañas e incomprensibles de la que tenemos conocimiento, la tolva-embudo de Tres Amigos.
Taller de la cabecera del plano de la Mulata. Una de las pocas estructuras que han sobrevivido de este ramal.
Ambos ramales de ferrocarril minero llegaban a un nivel superior sobre la Estación, por lo que era necesario instalar dos planos inclinados provistos de un freno, que permitía bajar de manera controlada el mineral desde ambos ramales para ser depositada en las tolvas de carga. La del ramal de Santa Catalina es nuestra gran tolva, que permitía la carga de dos trenes a la vez, pues disponía de un túnel de carga y compuertas laterales. La tolva-embudo, en cambio, solo disponía de una pequeña compuerta de carga, de apenas 1,6 metros, lo cual parece ridículo para una tolva en forma de embudo que, según las mediciones que hemos realizado , presenta un diámetro aproximado en su extremo superior de 20 metros y un altura de 28 metros entre desde el punto más alto del resbaladero hasta la única puerta de descarga, de un poco más de un metro de anchura y 1,6 de alto. Esta compuerta descarga en un túnel de 37,8 metros de longitud, 4,96 de anchura y 4 metros de altura. Esta tolva se construyó a la vez que el ferrocarril entre 1895 y 1896, bajo la dirección de los canteros e ingenieros de la compañía minera de Chávarri, con una capacidad para algo más de 2300 toneladas de mineral de hierro.
Ubicación de la tolva-embudo y del plano inclinado del ramal de la Mulata. Todo resto de la cabecera del plano ha sido borrada por los chalets que ocupan la zona.
Debido a su enormidad, es muy difícil fotografiar completa dicha tolva. Para contemplarla en todo su esplendor se necesitan composiciones como la de esta imagen, obra de Gonzalo Leal, aunque ninguna fotografía es capaz de captar la sensación de vacío que se experimenta al estar de pie delante de este gigantesco embudo de piedra. Desde el inmenso embudo es imposible ver su compuerta inferior, motivo por el cual hemos tenido muchas dificultades para realizar las medidas. A pesar de que la construcción es de una calidad comparable a la tolva-depósito, la vegetación que invade sus paredes acabará por destrozarla si no se interviene.
Entrada al túnel debajo del embudo de la tolva.
Compuerta de carga de la tolva-embudo. Parece ridícula con respecto a las dimensiones de la tolva, imposible ver el borde de la misma. Aunque esta tolva aprovecha de forma magistral la geografía de la zona, un sistema de carga de una sola compuerta debía hacer complicada la carga en el ferrocarril, que se tenía que hacer vagón por vagón y no todos a la vez.
Trinchera de entrada a la tolva-embudo
La tolva-depósito del ramal de Santa Catalina, sin embargo, era un inmenso edificio de mampostería de gran calidad, atravesada por un túnel interior de 52,5 metros de longitud, y con unas tolvas superiores separadas por tabiques que superan los 20 metros de longitud.
Los planos inclinados no disponían de motor pues se utilizaba el peso de la vagoneta cargada para subir la vacía, para lo que solo se precisaba de un freno que evitara que la vagoneta cargada se estrellara contra el cargadero. Desconocemos si se utilizaba una vía doble, aunque lo más probable es que se utilizara una única vía con un abrigo intermedio de doble vía que permitiese el cruce de ambas vagonetas. El tambor del freno estaba ubicado en un castillete en la parte superior del plano. En este tipo de planos inclinados, el peso del cable cabrestante era importante, porque en la parte superior del plano ralentizaba el movimiento de la vagoneta y al final tendían a acelerarlo Por ello, los planos se construían con más inclinación en la parte superior y con menos pendiente en la inferior. Un operario controlaba toda la operación mediante una manivela instalada en la parte superior del plano, con la que se tensaba a voluntad unos cables conectados al tambor de freno, regulando de esta manera la velocidad de descenso de la vagoneta. Conocemos bien este sistema de freno gracias a unos planos conservados de un plano de este tipo que se instaló en la mina Higuera. Aunque no es habitual encontrar elementos metálicos de las minas, por el aprovechamiento posterior de hierros, se conserva todavía la manivela y tornillo del freno de Santa Catalina gracias a que fue «reconvertido» en prensa de vino. Sin duda un elemento histórico que debería estar instalado en el museo o centro de interpretación de la minería de Bédar.
Ubicación del plano inclinado de Santa Catalina.
Funcionamiento de un plano inclinado con freno. Este ejemplo procede de un plano de uno de ellos, instalado en la mina Higuera. En el caso del plano de Santa Catalina el funcionamiento era similar, aunque la manivela del freno estaba en la parte superior. Con dicha manivela, parecida a un timón de un barco (la fotografía corresponde a la manivela y tornillo originales del plano de Santa Catalina reconvertidos en prensa de vino), se podía subir y bajar un pesado tornillo, anclado a un cable por el medio del que se podía elevar o descender un contrapeso que tensaba un tambor de freno. Con este mecanismo, tan sencillo como ingenioso, se podía aprovechar el peso de las vagonetas que bajaban cargadas de mineral para hacer subir las vacías, sin esfuerzo alguno y sin necesidad de un motor.
Ruinas de la cabecera del plano de Santa Catalina, donde estaba instalado el tambor de freno, además de la báscula, además de pequeños edificios para el personal. Esta pequeña estación es denominada en la documentación antigua como «Estación del plano».
Además de las tolvas y planos inclinados, la Estación de Tres Amigos disponía de todos elementos necesarios para el negocio minero. En la cabecera del plano de la Mulata se instaló una báscula de 8.000 Kg, un taller para fragua y un depósito para la locomotora 020T (de todos estos elementos, lo único que queda). La cabecera del ramal de Santa Catalina está mejor conservado (afortunadamente, se ha salvado de la época de urbanización descontrolada), también disponía de una báscula de 8.000 Kg, un taller de fraguas y una caseta para la locomotora, que se encuentra cerca de la entrada del túnel de la Higuera.
El nombre de «Tres Amigos» proviene de una de las minas más antiguas e importantes, la de «Unión de Tres Amigos», ejemplo de cómo las minas han influenciado a la población y su toponimia, de esta mina quedan diversos pozos y una enorme roza perfectamente visible junto a la tolva-embudo. Además de esta mina, junto al depósito-cargadero de Santa Catalina se ubicada otra mina, de nombre «La Gracia», poco más que un pozo (hoy tapado), una galería y una pequeña roza.
Trinchera de la mina Unión de Tres Amigos en la que se aprecia el mineral oscuro, los óxidos de hierro de buena calidad que fueron explotados con avaricia en esta mina.
Las tres fotografías superiores nos muestran la entrada (espectacular, por cierto) y uno de los pozos inclinados de «Unión de Tres Amigos». Tras una cuidada entrada con escaleras, nos topamos por sorpresa tras un recodo un plano inclinado, pero con tal pendiente que parece casi un pozo (y desde luego, es tan peligroso como tal). De profundidad desconocida, por la ausencia de planos de esta mina, sí que sabemos que la profundidad alcanza más de 50 metros y que da acceso a galerías de explotación laterales. Esta mina fue explotada ambiciosamente, por la buena calidad del mineral y la cercanía al ferrocarril. Las labores muchas veces fueron calificadas como «muy peligrosas» por los mineros, aunque no tenemos recogidas noticias de desgracias en ellas (lo que no quiere decir, para nada, que no las hubiera). También tuvieron muchos problemas por la presencia de agua en las galerías inferiores, que dificultó mucho la explotación pese a la utilización de un pulsómetro para su desagüe.
Más desconocida es la existencia, justo en la trinchera de salida del túnel de la tolva-embudo, de un antiguo cargadero de cable proveniente de otra de las minas importantes de la sierra, la mina «Cuatro Amigos». Esta mina fue explotada por la sociedad de capital mixto vaso-inglés de nombre «The Garrucha Iron Mining Company Ltd.», que llegó a transportar una cierta cantidad de mineral por el ferrocarril a pesar de que en tres años tuvo que paralizar sus trabajos. La construcción del ramal de cable aéreo de la mina «Cuatro Amigos», se tuvieron que realizar obras de adaptación en ambas estaciones del ferrocarril .
Restos de las instalaciones de descarga de la mina «Cuatro Amigos», junto a la trinchera de la tolva-embudo
Hasta aquí, estos son todos los elementos más o menos conocidos de esta antigua estación de ferrocarril. ¿Había algo más en esta estación? A pesar de la falta de documentación y fotografías, tenemos indicios claros de que había otra serie de instalaciones.
En unos documentos inéditos se indica que entre los edificios de la estación de Tres Amigos se incluía la ya conocida «Casa del Jefe de Tres Amigos», que disponía ni más ni menos que de 17 habitaciones. Pero además, la sociedad minera disponía de una casa de empleados, con 8 habitaciones, otra casa llamada «la Cuadra» con 6 habitaciones y un corral, otra casa aneja a «la Cuadra» con 5 habitaciones y un corral, y un cortijo, con 3 habitaciones. Además, se menciona que dicha sociedad disponía de una casa en Bédar de planta baja y principal con 6 habitaciones y un corral y de casas viviendas, también en Bédar) con otras 6 habitaciones y otro corral. Todas estas instalaciones estaban destinadas a los ingenieros y otros empleados de la sociedad. Además, se disponía de un depósito de mampostería para explosivos y otro para el agua.
La conocida como «casa Cuenca», posiblemente la «casa de Empleados» mencionada en los documentos. De la casa original solo queda la parte inferior y las escaleras de entrada, que como se aprecia en la fotografía, se ha intentado conservar dejándolas visibles en la reconstrucción de la casa.
La casa de los Ingenieros, casa rosada, casa dirección, «chatelet» de los Chávarri… casa histórica y parte importante del patrimonio de Bédar, pues es un símbolo para el pueblo. No se nos ocurre mejor ubicación para un museo y centro de interpretación de las minas. La única fotografía que conocemos de esta estación corresponde a esta fantástica fotografía de 1905 de la casa dirección, un documento excepcional. Con sus 17 habitaciones, fue la residencia del ingeniero director de las minas de la sociedad de Chávarri, inicialmente Dn. Manuel Figuera, y posteriormente Andrés López de la Presa.
¿Donde se encontraban estos edificios? es difícil saberlo. Es muy posible que la casa de Empleados de 8 habitaciones sea la conocida como «casa Cuenca», muy cercana a la casa de dirección. La casa «La Cuadra» puede corresponderse muy bien con las ruinas de una vieja edificación que se encuentran cerca de la tolva de Santa Catalina, a su vez cerca de la mina conocida, precisamente, como «La Cuadra» (en realidad una labor correspondiente a la mina Pobreza». Sin embargo, diversa información documental y un nuevo plano consultado, añaden otro elemento a la lista de instalaciones de esta Estación. Se trata del «almacén de Coloniales» que los señores Sintas y Plá instalaron en Tres Amigos para surtir de productos básicos y otras mercancías a los mineros. No hay que confundirse, no se trataba de una tienda normal. El Sr. Sintas puede que fuera empleado de la sociedad minera y, en todo caso, nos topamos con una práctica muy extendida en el mundo minero, que es la del abusivo sistema de «vales». Muchas veces los mineros tenían necesidad de que avanzaran parte de sus salarios, algo que parece que fue especialmente necesario para los obreros de la sociedad de Chávarri, pues según documentos que manejamos, los salarios (de 2 pesetas por jornal) se pagaban a dos meses vista. Esta práctica obligaba a los mineros a recurrir a prestamistas, por lo que eran presa fácil de usureros. En otros documentos se habla de un retraso de 15 días en el pago, por lo que se veían obligados a tomar el dinero al 24 por 1000, con una garantía de «vale» que se les facilitaba. Pero la cosa no acababa ahí, dichos vales solo podían ser canjeados en instalaciones autorizadas, por lo que el minero se veía obligado a ir a determinados almacenes, que abusaban normalmente de esta circunstancia. De estos «economatos-almacenes» hubo dos, uno en Bédar y otro en Garrucha, en La Marina. El de Bédar estaba en Tres Amigos.
En este nuevo plano, se indica claramente la existencia del «almacén de Dn. Gonzalo Plá» Obsérvese su posición respecto a la mina «La Gracia» y a «La Pobreza», a la que pertenece la labor conocida como «La Cuadra». En el plano se menciona también la «casa de Tres Amigos», y la «Torva de la Higuera», pues dicha tolva depósito recogía el mineral de las minas «Santa Catalina», «Higuera», «Alerta» y también más tarde la de «Pobreza» y de otras minas de otros propietarios como «Soria», «Angelita» o «Santiago».
La correspondencia del primer director de la sociedad de Chávarri (Manuel Figuera) nos indica que el almacén se instaló en 1897, poco después de la puesta en marcha del ferrocarril, por parte de los mencionados Sintas y Plá, y tal y como cuenta el mismo Manuel Figuera «Acaban de venir Sintas y Plá que entre ambos ponen la tienda en Tres Amigos. Respecto a la misma han hablado con el Sr. Arregui relativamente a que este último señor repartiera vales o papeletas a los obreros mediante los cuales éstos percibirían géneros y cuyas papeletas se harían efectivas el día del pago. Conformemente con lo que usted me dijo –refiriéndose a Víctor de Chávarri- y en completo acuerdo conmigo, D. Pablo Arregui ha contestado negativamente, quedando así evitados tantos abusos que este sistema de papeletas suele originar en todas partes, como el trabajo y molestia materiales que en el día de pago resultarían.»
El lugar donde se ubicaba este «almacén» se corresponde con las ruinas de una antiguo edificio, aunque podría ser también el edificio mencionado como «La Cuadra», pues no se encuentra lejos de las labores con dicho nombre. Las ruinas son lo suficientemente amplias como para haber albergado ambos edificios.
Sin embargo, es evidente que se acabó instalando dicho sistema de vales, pues cuando se da la noticia de su cierre en 1902, en El Eco de Levante se informa que esta noticia que «causó gran alegría entre los más perjudicados: los comerciantes de Garrucha y los mismos mineros, que preferían cobrar en dinero y no en especie.» ¿Sabemos donde se encontraba este almacén en Tres Amigos? No exactamente, pero disponemos de un plano en el que se menciona específicamente el «Almacén de Dn. Gonzalo Plá», que parece corresponder con las ruinas cercanas a la estación de Tres Amigos.
En fin, y para acabar por hoy, faltan todavía muchas cosas por conocer de esta antigua estación de ferrocarril minero. Algún día puede que aparezcan más documentos o, puede, alguna de las fotografías que sabemos que se hicieron.
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La hermosa fotografía de 1905 que figura en el artículo, la realizó mi abuelo, Alfonso Carmona Saldaña. Alfonso era el administrativo de la sociedad Chavarri.
En efecto, la fotografía es de Alfonso Carmona Saldaña, administrativo de la sociedad de Chávarri hast 1931, como contable y encargado del economato. Preciosa e histórica fotografía.
Gran trabajo de «El Faro» en documentar a partir de la memoria y no olvidar… felicitaciones.
Saludos desde Bahia Blanca, Argentina y GRACIAS por vuestro esfuerzo.
Gracias a vosotros por todas las aportaciones que hacéis, es la historia de todos nosotros.