Volvemos a tratar del tema de la mezquita/iglesia de Serena. Ya han pasado 9 años desde que saltó la polémica cuando los propietarios pusieron las ruinas de esta antigua iglesia en venta. Tras el revuelo que se montó, la Consejería de Cultura de la Junta pareció reaccionar y, tras una evaluación preceptiva, declaró en el año 2012 bien de interés cultural (BIC) esta valiosa pieza de nuestro patrimonio.
Pero como suele ser habitual, nada ha cambiado. Y la propiedad sigue en venta, para quien tenga ganas de restaurar una antigua mezquita/iglesia y, por supuesto, pueda permitirse desembolsar 85.000 euros para ello. Pero claro, como BIC que es, todo proyecto que pueda afectarlo ha de ser revisado y tener el visto bueno de la Consejería de Cultura, sin olvidar el deber de conservación que incumbe a las personas propietarias de bienes integrantes del Patrimonio Histórico Andaluz… Un proyecto de tal embergadura se antoja algo difícil para quien no sea especialista en la restauración de edificios antiguos.
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Mientras tanto, la iglesia prosigue su lento pero imparable deterioro. Ha habido un intento de frenar el desmorone de parte de la esquina SE del edificio con una desafortunada intervención a base de cemento, hace tiempo también que desaparecieron los objetos acumulados y el arbusto que estaba deteriorando el arco de medio punto y el alfiz de la entrada. Pero a parte de esto, todo parece seguir igual.
El edificio en ruinas sigue siendo visitado muchas veces por los senderistas de la cercana ruta minera, un punto de alto valor histórico muy cerca de la parada habitual en la fuente de Serena para recobrar fuerzas.
Pero ¿qué se sabe realmente sobre esta mezquita? Las referencias e información son realmente escasas, es más, ni siquiera todo el mundo considera que se trate de una antigua mezquita reutilizada en iglesia. La tradición oral en Bédar, sin embargo, lo tiene muy claro: el edificio fue mezquita, luego iglesia y, finalmente, almazara. Y no se trata de un mito moderno, como otros que se han creado para cubrir las muchas lagunas históricas del municipio, es algo que viene de muy antiguo.
Mariano Martín García, arquitécto técnico de la Universidad de Granada, menciona en varias ocasiones esa antigua iglesia en dos artículos sobre las iglesias fortificadas construidas en el reino de Granada en los siglos XVI y XVII (Iglesias fortificadas del levante almeriense a principios del siglo XVI, en Axarquía, Revista del Levante almeriense nº 9; y su continuación Iglesias fortificadas de la costa Granadina, IV Congreso de Castellología, Madrid, marzo de 2012).
Aunque tras la conquista cristiana las mezquitas se usaron para el culto cristiano, es a partir de 1505 que en Almería se empiezan a construir nuevas iglesias. Para cuando estalla la rebelión de los moriscos en 1568, casi todas las nuevas iglesias están ya construidas. Ante la peligrosidad de la zona (ataques de monfíes y piratas), estas iglesias tenían además la función de lugar de refugio en caso de ataques, de ahí el concepto de iglesia-fortaleza. Tras la guerra de las Alpujarras, muchas fueron parcialmente destruidas o incendiadas, por lo que tuvieron que ser restauradas a partir de 1.570, de ahí que en la diócesis de Almería ostenten el escudo del obispo Antonio Corrionero. Es lo que pasó con la iglesia de Bédar, pero no con la de Serena, pues al ser repoblada muy tardíamente, no se llegó a restaurar.
Planta de la iglesia de Serena, es la más pequeña con unas dimensiones de 15,90 metros x 7,85 metros (Mariano Martín García, Iglesias fortificadas del levante almeriense a principios del siglo XVI, en Axarquía, Revista del Levante almeriense nº 9). El muro S de la torre fue derribado para realizar una ampliación a la nave principal que fue usada como zona de almacenamiento de la oliva. A parte de la puerta que ya existía entre la nave principal y la torre, se abrió otra puerta más en el muro O para acceso a esta zona de almacenamiento.
Es decir, como la iglesia de la despoblada Teresa en sierra Cabrera, la de Serena no fue restaurada a partir de 1570, por lo que queda en su estado original tras la guerra de los moriscos. Esto no es realmente del todo cierto, pues fue parcialmente modificada para ser usada como almazara, aunque no deja de ser una de las menos modificadas.
Según indica el autor, Mariano Martín, en su artículo de Iglesias fortificadas del levante almeriense a principios del siglo XVI, la puerta originaria es la situada en el acceso S, y la del lado E, la provista del alfiz de ladrillo, posiblemente fue abierta tras la guerra de las Alpujarras. Sin embargo, y dado que posteriormente el mismo autor afirma que no fue restaurada tras la guerra, no se puede aceptar esta conclusión. Dicha puerta del lado E (la del alfiz de ladrillo) pudo ser parte parte de la reconversión de la mezquita en iglesia, de ahí su gran parecido a la entrada de la iglesia de Santa Fe de Mondújar; pero nada indica que no se construyera sobre la puerta original de la mezquita o aprovechando parte de su estructura o decoración. La puerta S parece más moderna y pudiera ser que su construcción datara de su fase de almazara, pues se tapió la puerta principal al E durante esta fase, por lo que debió abrirse forzosamente otra entrada.
No deja de ser evidente el parecido de esta entrada con otras como la de la ermita de estilo mudéjar (múdejares: musulmanes bajo dominio cristiano, antes de ser convertidos forzosamente y convertirse en moriscos) de Mondújar (Santa Fe de Mondújar, restaurada en 2016), que también se cree construida sobre los restos de la antigua mezquita musulmana. De hecho, la puerta y ventana del muro S, la «creencia popular» también la relaciona con su etapa de almazara, para lo que la puerta del muro este fue tapiada completamente, dejando una abertura para poder evacuar el alperujo, que tras secarse se usaba como combustible.
Comparación de la entrada de la iglesia de Serena (izquierda) con la de la ermita mudéjar de Mondújar (derecha) antes de ser restaurada (fotografías procedentes de http://www.culturandalucia.com/ALMER%CDA/SANTA_FE_DE_MONDUJAR/IGLESIA_MUDEJAR_DE_MONDUJAR/Iglesia_mudejar_de_Mondujar.htm ).
Aspecto que debió tener la fachada E durante el periodo de utilización como almazara, la entrada principal estaba tapiada salvo un agujero que se usaba para evacual los alperujos resultado del proceso de producción del aceite.
Destaca también en la iglesia de Serena la diferencia de construcción entre los muros de la nave y los hastiales (estructura triangular de mampostería para el techo a dos aguas). Lo mismo pasa en la iglesia de Teresa. ¿Fue el techo a dos aguas un añadido posterior?
Está claro que la iglesia dispuso de un techo a dos aguas, mucho más económica que una cobertura plana, se desconoce a ciencia exacta cuando se llevó a cabo. Siguiendo lo expuesto por Mariano Martín, las coberturas planas eran habituales en las mezquitas medievales, procedimiento que se continuó utilizando en algunas iglesias a principios del siglo XVI, especialmente en la Alpujarra granadina. Las diferencias que se aprecian en la iglesia de Serena, como la de Teresa, puede ser debida a dos fases constructivas diferentes, es decir, que a una mezquita o iglesia originariamente con cobertura se le añadiera una más económica a dos aguas. Por cierto que la iglesia de Teresa también se considerada como edificada sobre la antigua mezquita de la población.
Iglesias de Teresa (izquierda) y Serena (derecha), en las que se aprecia una diferencia de materiales entre los hastiales de la cubierta a dos aguas y los muros de la construcción.
Recreación del aspecto que debió tener la iglesia de Serena, tras la reutilización (presumiblemenete) del antiguo edificio de mezquita y si consideramos que incialmente dispuso de una cubierta plana, con un aspecto muy similar al que debió tener como antigua mezquita. La entrada tuvo que disponer de unas escaleras de acceso, ya que el terreno es muy pendiente y el suelo de la iglesia estaba a cierta altura del nivel del terreno. Se desconoce el aspecto que pudo tener la torre, o bien se conservó el viejo minarete de la mezquita o bien fue sin duda de estilo mudéjar, como la entrada, pero bastante simple y poco decorada. Como iglesia-fortaleza que era, era de aspecto macizo, con pocas aberturas y decoración. La torre debió disponer de arpilleras defensivas, como se aprecian en el campanario del actual campanario de la iglesia de Bédar.
Borrador del aspecto que debió presentar la iglesia con su techo a dos aguas.
Queda por hablar del asunto más espinoso, que es si la mezquita de Serena fue edificada sobre los restos de la antigua mezquita del lugar, tal como parece que sucedió con la de Teresa o la misma ermita de Mondújar a la que hemos hecho mención. Cabe decir que en los primeros tiempos tras la reconquista dristiana, las nuevas iglesias que se construyeron apenas se diferenciaban de las viejas mezquitas a las que sustituían. Ciertamente, en vez de minaretes se construían campanarios, manteniendo la misma disposición de las edificios, con los lógicos cambios decorativos y simbológicos . Muchas se construyeron de nueva planta en una ubicación diferente a la de la vieja mezquita, pero otras se construyeron readaptando la antigua mezquita del lugar.
Sabemos que en Bédar la nueva iglesia no aprovechó la vieja mezquita, lo que no impidió que la mezquita fuera utilizada como iglesia hasta que la nueva no estuvo a punto (las claras menciones en el Libro de Apeo a la iglesia nueva y a la iglesia vieja son muy clarificadoras en este sentido). En cuanto a Serena, no hay nada claro. Dos datos, sin embargo, apuntan a que fue así. Si hacemos caso al historiador José Angel Tapia Garrido, éste afirma en su obra Historia general de Almería y su provincia, volumen 7 (1989) lo siguiente “En Serena, su anejo, la mezquita estuvo en uso hasta el 1.570, que los moriscos abandonaron el lugar y se arruinó.” Por otro lado, los expertos de la Consejería de Cultura que estudiaron las ruinas son claros en este aspecto y afirman lo siguiente: La Ermita de Serena, edificio originariamente construido para albergar una mezquita, presenta una inusitada dimensión espacial para su tipología, y fue adaptado al culto cristiano como ermita tras la conquista cristiana de Bédar, manteniendo dicho uso religioso hasta la construcción, a fines del siglo XVII, de la iglesia parroquial de la localidad. En este punto expresa claramente que si en Serena no se rehabilitó su iglesia es porque quedó relegada a ser un anexo de Bédar.
Dirhem de plata nazarí procedente del hisn de Serena.
No hay que olvidar que Serena fue una población independiente de la de Bédar hasta el final de la guerra de las Alpujarras, incluso más poblada que esta última. Pero tras la marcha de los moriscos quedó relegada a una mera pedanía de Bédar. Serena disponía, por lo tanto, de su propia mezquita, así como hemos podido comprobar que contaba con su propio hisn, al igual que Bédar. Tras la conquista, por lo tanto, es lógico que se habilitara con su propia iglesia, aunque a diferencia de Bédar parece que se aprovechó la estructura o los restos de la antigua mezquita. Si fue así, el minarete sería reconvertido en campanario, los restos del mismo todavía se pueden ver en la cara oeste. La cubierta, que podría haber sido plana por continuidad con la que disponía la misma mezquita, fue transformada en una a dos aguas. Esto pudo ocurrir tanto en la misma rehabilitación de la mezquita como iglesia o bien posteriormente. La función de iglesia-fortaleza queda clara por la solidez de la construcción y la falta de elementos decorativos y aberturas. No sorprenderá que la mezquita precedente también cumpliera esa función de fortaleza, algo lógico al tratarse de una zona de frontera donde se temía constantemente los ataques cristianos.
Puerta de acceso entre la nave principal y la antigua torre y posteriormente el anexo de almacenamiento de oliva. Se puede observar que es del mismo estilo que el de la puerta del muro E. Este detalle deja la duda sobre si el «estilo mudéjar» que se asigna a esta puerta E (especialmente en su comparación a la iglesia de Santa Fe de Mondújar) no hubiera realmente modificado de manera esencial la antigua puerta de la antigua mezquita.
La otra puerta que da acceso a la zona de almacenamiento, en lo que vendría a ser el muro O de la antigua nave principal, es de estilo muy diferente y de aspecto más moderno.
Espacio de almacenamiento anexo de la almazara realizada desde lo que fue la antigua torre. A la izquierda se observa lo que sería el muro O de la nave principal, apreciándose los restos de donde se situaba el muro S de la torre. Se aprecia claramente la calidad de construcción entre los muros de la construcción originaria y los del anexo, que además son de mucha menos altura (salvo la parte correspondiente a la antigua torre).
Para acabar, las modificaciones que se realizaron para la transformación de iglesia en almazara son evidentes. A parte de tapiarse la entrada en el muro este, se derribó uno de los muros de la base del campanario para añadir todo un anexo dedicado al almacenamiento de la oliva en «atroces», y la instalación de un techo plano (curiosamente, tal y como debió ser en su etapa de mezquita), para lo cual se rebajaron los dos arcos de medio punto que dividen la planta en tres tramos, así como posiblemente la rebaja a nivel de la fachada E, a un nivel inferior al que se aprecia en los muros norte y sur. Tanto la puerta como la ventana en el lado sur también parecen modificaciones para su uso como almazara, así como la segunda abertura que da acceso al anexo de almacenamiento, de construcción claramente diferenciada a la que da acceso al nivel del antiguo campanario, que es del mismo estilo que el de la entrada E.
Uno de los dos arcos de medio punto que dividen la planta principal en tres espacios. Se observan laspiedras del molino de la antigua almazara y diferentes «atroces» instalados.
Aspecto de la parte superior de la esquina entre el muro E y el S, con los restos de la cobertura plana de la almazara. Da la impresión de que el muro E fue rebajado para la instalación de esta cubierta.