Una de las cosas más sorprendentes, y que cuesta explicar, es el hecho de que caminando tranquilamente por el campo, le des una patada a una piedra y resulte que es algún resto arqueológico interesante. Eso en otros sitios no ocurre, pero en el Levante Almeriense, es tanta la historia y la arqueología como poco el interés en ponerlo en valor.
Ya conté en otra ocasión como encontré una figurita de barro mientras pasaba por un bancal, y resultó ser un juguete posiblemente mozárabe. También explica los hallazgos ocasionales de monedas antiguas en labores agrícolas o simplemente caminando por la sierra. De ahí que no sorprenda que nos hayan enviado otra interesante moneda encontrada en Los Gallardos, un resello del siglo XVII parecido a los ya encontrados en Bédar y que ya comenté ampliamente en su momento. La pieza es muy bonita, aunque estamos a la espera de su análisis numismático, parece ser muy interesante por la gran cantidad de resellos que presenta, destacando uno claramente de 1641:
Claro que de lo que uno entiende un poco es de arqueología industrial, especialmente la minera. Ya comenté en su momento la «aparición» de una bonita vagoneta que perteneció al cable aéreo Serena-Los Gallardos. No hace mucho, un buen amigo nos alertó de la presencia de varios «pendientes» en un lugar de bastante difícil acceso, motivo sin duda al que tenemos que agradecer que no fueran vendidos como chatarra.
La vagoneta ha seguido su periplo ya se encuentra junto al edificio del centro de interpretación minero de Serena. Supongo que tendrán alguna idea interesante para exponerla. Pero digo yo, ¿que tal si se expone con su respectivo pendiente y colgada tal y como debió de hacerlo en el cable original. Fragmentos del antiguo cable Serena-Los Gallardos son relativamente fáciles de encontrar, algunos de bastantes metros.
Los pendientes hallados están en muy buen estado de conservación, presentan restos de la grasa utilizada para el engrasado y son de tan buena construcción que las ruedas del cable todavía se mueven silenciosamente. En su momento debieron caer del cable, en un lugar tan poco accesible que consideraron poco aconsejable dedicar el esfuerzo necesario para recuperarlos.
En fin, las cosas siguen allí, esperando a que alguien decida alguna vez rescatarlas y restaurarlas debidamente para que puedan ser visitadas.
Por cierto, no me resisto a poner esta fotografía de una bonita mariposa macaón (Papilio machaon) que me acompañó durante el difícil trayecto hacia los pendientes perdidos. Con esos bonitos tonos amarillo crema delimitados en negro y con toques de azul eléctrico, se camuflaba perfectamente entre la amarillenta vegetación: