En otras ocasión ya hablé de las monedas «Divo Claudio» (Divino Claudio), un curioso fenómeno que se vivió en pleno siglo III, durante una profunda crisis del Imperio romano que casi acaba con él. Hemos localizado varios ejemplares de este tipo de curiosa moneda, todas procedentes de Cadima.
Como ya comentamos, hablamos concretamente de imitaciones locales de moneda oficial póstuma del emperador Marcus Aurelius Valerius Claudius Augustus, más conocido como Claudio II Gótico. Claudio II fue proclamado emperador tras el asesinato del emperador Galieno, en septiembre del año 268 d.C. En esos momentos el imperio romano sufría una grave crisis, con el imperio dividido y acosado por los ejércitos bárbaros. El sobrenombre de «Gótico» lo obtuvo al derrotar a los ejércitos godos en la batalla de Naissus (actual Nisch, en Serbia)en el año 269 d.C. En esos entonces Hispania estaba bajo el control del imperio Galo-romano, un territorio fuera del control del emperador de occidente. Las legiones galas fieles al usurpador Póstumo ocuparon Hispania en el 261 d.C. Fue precisamente bajo el gobierno de Claudio II Gótico cuando Hispania volvió bajo el control de Roma.
Se han encontrado en muchos yacimientos de Hispania imitaciones locales de monedas póstumas de Claudio II, datadas a partir de la muerte de éste en el 270 d.C. Se trata de uno de los fenómenos monetarios más enigmáticos de la época imperial. Se encuentran en gran proporción en muchos yacimientos romanos peninsulares del bajo imperio. Se cree que su origen procede de emisiones locales o regionales, pero se desconoce el motivo por el cual se imitaron unas monedas oficiales póstumas muy concretas de «consagración» (CONSECRATIO) de este emperador ¿por qué esos tipos concretos y no otro tipo de monedas? En concreto, estas monedas póstumas representan el busto de Claudio II con la leyenda CLAUDIO en el anverso. En el reverso pueden representar ya sea un altar (subdividido o con guirnalda) o un águila con las alas semi-desplegadas. También se realizaron copias locales con otros reversos diferentes, de las cuales tenemos algunos ejemplos en Cadima.
Como explicación a este hecho, se han sugerido motivaciones políticas, ya que se constata el hecho de que los hispanos fueron seguidores del emperador Claudio II desde el año 269 d.C. También es un tema no resuelto el tiempo en el que estuvieron fabricándose este tipo de moneda. Las primeras se emitieron tras la muerte de Claudio II en el año 270 d.C, y su fabricación se prolongó durante bastantes años, llegando a una máxima difusión durante el reinado del emperador Probo. Aunque el emperador Aureliano prohibió la circulación de estas pequeñas monedas de imitación, parece que la escasez de moneda fraccionaria propició que se continuaran acuñando. Su circulación puede prolongarse incluso a los inicios del siglo V, durante la dominación visigoda en Hispania.
Estas imitaciones locales o «bárbaras» de antoninianos póstumos del emperador Claudio II. Se reconocen porque eran más pequeñas y de peor calidad que los originales oficiales, llegando a ser, en ocasiones, bastante grotescas. Los dibujos representan a ejemplares de una colección privada procedentes de Cadima (Los Gallardos). Las diferentes figuras guardan las proporciones reales con respecto a lo que sería un «antoniniano» (la moneda oficial, equivalente a dos denarios), de 20 mm de diámetro y que está representado con la primera figura de este post. A partir de ella podemos observar diferentes imitaciones locales de monedas de este tipo, más o menos afortunadas, alguna incluso de poco más de 10 mm y muy descentrada, a pesar de lo cual, circuló.
Estas monedas, de escaso valor para los coleccionistas, no dejan de ser de «producción propia» en talleres no oficiales, y marcan una época de desabastecimiento importante de moneda oficial por parte de las cecas imperiales, por lo que la población tuvo que fabricar su propia moneda para que no se paralizara el comercio. Por este motivo, es muy interesante poder saber en qué porcentaje se encuentra con respecto del resto de monedas oficiales de la época (hablamos del Bajo Imperio). Todavía faltan monedas del bajo imperio de Cadima por analizar, y actualmente estamos tras la pista de otras colecciones privadas que nos permitirán estudiar una amplia cantidad de monedas, esta vez procedentes de Villaricos, de la misma época del Bajo Imperio. ¿Abarcarán estas monedas de Baria el mismo periodo de tiempo que las convecinas de Cadima? ¿estarán en la misma proporción? ¿Qué cecas mostrarán? Pronto lo sabremos.