Hacía tiempo que quería escribir un poco sobre los baños de Alfaix. Desde pequeño que escucho hablar de los «baños árabes de Alfaix» y siempre he sentido curiosidad por saber más. Una vez reunida suficiente información, me atrevo a dar unos cuantos datos.
Tal y como se publicó en un número de Ajícara, no recuerdo cual, los baños funcionaron entre 1924 y 1950, en la que después de una riada tuvo que cerrar. Si esto fuera así no sería un tema a tratar en este blog, que está dedicado a Bédar. También se habló, no hace mucho, de recuperar el balneario para fomentar el turismo, pero desconozco como está el tema.
Como ya se sabe bien, Los Gallardos junto con esta barriada se independizaron de Bédar precisamente en 1924, pero realmente los datos nos llevan más atrás, por lo que cae de lleno en los temas en los que está especializado este blog.
Realmente el balneario funcionaba al menos desde 1914 y era muy frecuentado por bañistas de poblaciones cercanas. Ubicado en la afluencia del río Jauto y el río Aguas. Eran entonces e propiedad particular, perteneciendo a los herederos de Don Plácido López Fuentes. Por estar ubicado a nivel del río, durante la época de lluvia se producían siempre desperfectos que debían ser reparados cada primavera para poder afrontar la temporada de verano. Las instalaciones contaban con dos casas divididas en viviendas que se alquilaban para familias durante la temporada, que no era fija. No contaba con médico ni tampoco estaban declarados estos baños como de utilidad pública.
La primera fuente que se descubrió y utilizó era de aguas calientes carbonatadas, cálcicas y ferruginosas, estas aguas se utilizaban para la curación de enfermedades artríticas. La ambición del propietario, que quiso alumbrar mayor cantidad de aguas con una galería, hizo que se perdiera el manantial. Afortunadamente, a unos cien metros de éste nacía otra fuente de aguas frías sulfurado-cálcicas, que eran las utilizadas en ese año 1914, especialmente indicadas para curar enfermedades de la piel. Es posible que la fuente de aguas termales se recuperara posteriormente, aunque no he obtenido más datos que aclaren este punto.
En 1924 y ya en Los Gallardos, el establecimiento continuaba su actividad con el nombre de «Balneario de Anear«, propiedad de Don Francisco Crespo Mañas. Las aguas estaban recomendadas especialmente para afecciones de la piel, aunque el centro no llegó a tener reconocimiento oficial.
Recuperemos un relato de un afortunado que pudo disfrutar de estos baños en 1924:
«Héme, pues, en el balneario El Anear, sorprendido al hallar en este oculto rincón, tan preciosos dones de la naturaleza; contemplo un hermoso panorama, respiro el perfume del tomillo, del romero, del membrillo y manzanas, y agradezco al Supremo el haberme transportado a éste lugar tan grato. Cuando el astro Febo extienda sus rayos, le desafío zambulléndome en las cristalinas y medicinales aguas, o a la sombra de uno de los corpulentos eucaliptos, hasta que al atardecer, a la hora del crepúsculo, me reúno con los amigos Cuenca, Bolea, Castaño, etc.»
Desde luego parece que se lo estaba pasando la mar de bien.
Excelente lugar http://www.balneariolatoja.es