Quiero agradecer a Julian Pérez Flores que me facilitara un resumen de la conferencia de la arqueóloga Montserrat Menasanch del 27 de septiembre pasado, a la que no pude asistir.
Estamos hablando de unos yacimientos arqueológicos de primer orden, y tengo que decir que me sorprende mucho que no se haya reflejado más en la prensa un acontecimiento de este tipo y me preocupa mucho lo poco que conocen los propios almerienses su propio patrimonio. Ya me quejaba de ello con el asunto de las «7 maravillas», que no olvidemos que se trataba de un acto para promocionar el patrimonio fuera y «dentro» de cada localidad. En Bédar, por lo menos, se demostró lo poco que se conocía (o que importaba, que tanto da) el propio patrimonio.
En varias ocasiones he comentado con personas de dentro y fuera de Almería el tema de las subvenciones que serían necesarias para promocionar el patrimonio de pueblos como Bédar o Antas, o inversiones en proyectos para proteger la tortuga mora o incluso para restaurar o hacer excavaciones en zonas arqueológicas. En no pocas ocasiones se muestra cierta preocupación ética o moral por plantear gastar dinero en este tipo de proyectos habiendo, como hay, una enorme tasa de paro, pues debería destinarse este dinero a esos parados que lo están pasando muy mal.
Yo creo que no hay que olvidar nunca que hoy en día el turismo es uno de los motores económicos más viables (y sostenibles) para muchos pueblos del levante almeriense. Y no me refiero solo al turismo de bocadillo, sol y playa, que suele ser muy masivo pero que no deja mucho dinero. Me refiero al turismo cultural, de los turistas que buscan algo más que sol y playa. Pueblos sin playa, como son Antas o Bédar ¿qué pueden ofrecer al visitante? ¿qué es lo que hará que vayan a nuestros pueblos, a comer en nuestros restaurantes y bares y alojarse en nuestros cortijos rurales?
Tenemos que dar todas las ayudas necesarias a los desempleados, desde luego, pero no olvidemos que lo que necesitan los desempleados es trabajo y no ayudas. No podemos pretender atraer el turismo cultural si no ponemos en valor y promocionamos nuestro propio patrimonio. Y mal vamos si ni siquiera sabemos lo que tenemos…
Como ya dijo Lao-Tsé, «Si das pescado a un hombre hambriento le nutres una jornada. Si le enseñas a pescar, le nutrirás toda la vida.»
Y por último, y antes de dar paso al interesante texto remitido por Julian, quiero recordar a todos que lo que es bueno para Antas, también lo es para Bédar y viceversa. Esa rivalidad tan infantil que existe entre pueblos del levante no es más que una tontería, todos vamos en el mismo barco.
ANTAS ENTRE LA ANTIGÜEDAD Y LA EDAD MEDIA ; El yacimiento de Cabezo Maria.
La arqueóloga Montserrat Menasanch desarrolló una magistral conferencia en el edificio Museo arqueológico Pedro Flores, la asistencia de público fue completa ya que incluso hubo personas que acompañaron la conferencia de pie.
Basándome en algunas de sus publicaciones puedo comentar que la fundación de los «poblados de altura» tuvo lugar en el contexto de cambios profundos que se sucedieron en la región a raíz de la quiebra del «orden romano» vigente durante los siglos III y IV. En ese momento la depresión de Vera contaba con un volumen de población importante no superado o incluso igualado hasta la colonización del siglo XVIII (Menasanch 2003, p.241). El doblamiento adopto una forma dominantemente concentrada en un núcleo urbano y en un número reducido de grandes asentamientos tipo «Villa».
Después de la desarticulación del imperio romano se produce un despoblamiento de Baria y alrededores. En primer lugar la perdida de su carácter urbano supuso su desaparición como centro socio político e ideológico, y por lo tanto, el cese de la presencia efectiva del estado romano y de sus instituciones en la depresión de Vera. La desarticulación de la estructura socioeconómica romana se ve reflejada también en las transformaciones que experimentaron las antiguas «villae»; ahora total o parcialmente despobladas, con escasa capacidad de consumo de productos de importación y paulatinamente se fueron abandonando a lo largo de los siglos V y VI y no logaron sobrevivir más allá de la mitad del siglo VIII. El debilitamiento del sistema económico implantado suprarregional bajó estrepitosamente el consumo de importación y empezaron a aparecer las producciones de cerámicas locales. Esta situación dio lugar al abandono de prácticamente la totalidad de asentamientos bajo imperiales, a un descenso demográfico que se quedo reflejado en la reducción del número de hectáreas ocupadas y a la dispersión de la población en una serie de asentamientos de nueva fundación que se situaron todos en lugares que ofrecían mayor protección. Los mismos constituyeron el grueso del doblamiento tardo antiguo de la
depresión de Vera. Este proceso se inicio en el siglo V y se consolido en el siglo VI, siguió siendo marcadamente agrícola con predominio de producción del trigo sobre la cebada.
Podemos decir, que a partir del siglo V se produjo una disociación entre la importancia demográfica de los asentamientos y localizaciones geológicas de tipo agrícola central, y esto se produce en los núcleos de gran tamaño como Cabezo María (yacimiento) en Antas y Cerro Montroy en Cuevas fundados sobre elevaciones del terreno situadas respectivamente en la extensiones terciarias del borde norte occidental de la depresión y en una ubicación costera. Ambos asentamientos conforman el grupo de los denominados «Poblados de altura», junto a ellos se puede incluir el yacimiento de «Los Orives».
El Cabezo María se sitúa sobre un cerro volcánico del Valle de Antas, este yacimiento es el más extenso de los reseñados, su fase de ocupación se desarrolla con el inicio en el siglo V y concluye en el siglo VIII, aunque ni en la cima ni en ningún punto de la elevación se observan elementos de fortificación. Su topografía los haría prescindibles. Los restos de estructuras visibles en superficie están edificados con materiales y técnicas locales. La documentación de las excavaciones antiguas que realizo el antuso Pedro Flores (colaborador de Luis Siret, durante 50 años y el verdadero descubridor de la mayoría de los yacimientos) y que la inmensa mayoría del tejido social desconoce. Es justo reconocer su gran labor realizada. Recoge la planta de dos edificaciones llamadas casa nº 1 y casa nº 2.
El material mueble indica que se trata de espacios de uso doméstico. Las características de las estancias de la casa nº 2 sugieren una unidad doméstica formada por ámbitos de habitación, almacén-despensa y un posible establo. Aun siendo, el núcleo de mayor tamaño, y por lo tanto, un centro demográfico de envergadura, se ubicaba en un entorno terciario de escaso potencial agrícola y en la cuenca fluvial con menor superficie de captación hídrica de la depresión. Su localización no primaba la accesibilidad al mar ni a otras vías de comunicación suprarregionales. Por otro lado, concentraba material cerámico de importación a larga y media distancia en medida similar a Cerron Montroy. Todo ello
sugiere su capacidad para apropiarse del sobreproducto de otros asentamientos en forma de excedente o para obtenerlo en forma de intercambio. Debo decir que también asistieron a la conferencia historiadores y varios arqueólogos de la provincia.
Como coordinador y organizador desde hace unos años con la colaboración de la Concejalía de cultura del Ayuntamiento de Antas representada por Loreto Soler Campoy,me permito hacer la siguiente reflexión:
Considero que en una primera fase la cultura del Argar y sus yacimientos deberían ser declarados Patrimonio de la Humanidad por la Unesco , aunque la riqueza arqueológica de la zona supera su propia relevancia y que esta solicitud debería estar vinculada con lo que se conoce como «Paisaje Siretiano» del levante almeriense y región murciana en una segunda fase.
En esta primera fase se debería incluir; «El Argar», «Lugarico Viejo», «Fuente Bermeja» en Antas, «Fuente Álamo» en Cuevas», «Gatas» en Turre y otros yacimientos así como en la región murciana, «La Bastida» en Totana.
En la segunda fase, en la zona de Almería deberían englobarse desde los asentamientos de las fases neolíticas tempranas como el poblado «Cabecitos negros» en Vera, «Lomas del campo» en Mojacar; del neolítico reciente «El Garcel» en Antas, del mundo Millares «Almizaraque», » Zahara y Campos» en Cuevas de Almanzora y » Las Pilas» en Mojacar; del mundo fenicio y ocupación púnica en Villaricos, Cuevas de Almanzora, «El Pajaraco» en el río Antas; de la romanización » Cerro Montroy» en Cuevas de Almanzora, «Las pilas» en Mojacar; del Medievo, «Mojacar la vieja» hasta llegar a la implantación de las primeras
explotaciones minero-metalúrgicas.
Estos yacimientos arqueológicos me cautivaron así como cautivaron un día a Luis Siret, y le hicieron quedarse en la comarca desenvolviendo sus proyectos junto a Pedro Flores, colaborador fiel e inteligente que aprendió muy pronto los entresijos de la arqueología, estando al frente de la mayoría de las excavaciones en los yacimientos arqueológicos durante casi 50 años.
Julian Pérez Flores. Arquitecto
Es increíble lo que difundís con vuestros arduos estudios de mente y de manos. Lástima no tener más canales de difusión!!! Ante todo mi admiración a todos y especial lugar a Montserrat Menasanch de T.
Un abrazo , esperando veros más sin tener que buscarlos!!!