Nuevo divisor púnico en Baria (Villaricos)

Hoy nos hacemos eco de la identificación de un nuevo divisor de la serie de monedas acuñadas en la púnica Baria (Villaricos), publicado en Aula Orientalis, la Revista de estudios del Próximo Oriente Antiguo (clicar sobre el nombre o alguna de las imágenes para acceder).

Duplo de Baria, imitación de la empresa Remoneda, muy conocida por este tipo de imitaciones que a veces se usan de forma fraudulenta, pero que nos ayuda a ver como eran estas acuñaciones.

Duplo de Baria, colección privada.

Hasta ahora se conocían solo dos tipos, el duplo y la mitad. En la fotografía superior, el duplo de Baria , con peso del doble de un shekel de unos 10-11 gramos, siguiendo la metrología de los acuñados en Ebusus (Ibiza). En Baria se emiten también mitades, de unos 5-5,5 gramos.  Para sus amonetaciones, las autoridades de una ciudad solían escoger un símbolo de la autonomía política de la ciudad e ilustrar o hacer propaganda de alguno de los elementos identitarios que les fueran más queridos. La iconografía de Baria es muy significativa, presenta una cabeza femenina velada mirando hacia la derecha y una palmera datilera en el reverso, como representación del árbol de la vida. Esta cabeza presenta a la diosa Astarté con un estilo egiptizante (identificada con la Isis egipcia).  La mitad representaba también un símbolo también claramente de influencia egipcia, un ureus (un sol con cobras reales) en el anverso y al igual que un duplo una palmera en el reverso.

La moneda superior muestra la mitad  (medio shekel) de Baria. En su anverso muestra un ureus de influencia egipcia, en el reverso, la palmera datilera. En el sistema monetario de Baria solo se usaron los dobles de la unidad (el shekel) y su mitad o divisor, algo que no era  inédito en el mundo púnico. Vendrían a ser como los billetes grandes y la moneda menuda para pequeños intercambios, y ya desde hace tiempo se planteaba la existencia de otro tipo de divisores, incluidos algunos en plomo.

Baria se ubicaba sobre la antigua ensenada formada en la desembocadura del río Almanzora, al pie de Sierra Almagrera, conocida por sus ricos recursos minerales, y controlando las fértiles vegas fluviales. Desde su posición en la costa, podía comunicarse con la Bastetania íbera. Su puerto era un punto de paso obligatorio hacia el estrecho de Gibraltar (Gadir) y el norte de África. Tras la toma de Qart Hadasht (Cartagena) por los romanos durante la segunda Guerra Púncia, Baria era el siguiente paso lógico, su control podría evitar la llegada de refuerzos desde Gadir y el norte de África. Dada la importancia estratégica de Baria para los cartagineses, ésta estaba bien defendida y disponía de una guarnición y fuertes murallas.

La toma de Qart Hadasht debió alertar a los habitantes de Baria, aliados de los cartagineses, que se aprestaron a la defensa. De hecho, fue Baria la única ciudad del sur de la península que resistió a los romanos, el resto, simplemente, capitularon.  Sin duda el asalto de Baria fue un mensaje claro de lo que pasaba a los que se les oponían al poder romano.

Las fuentes que nos hablan de este asedio son coherentes entre sí, además se ha podido documentar arqueológicamente este episodio, lo cual no es muy habitual. Según estas fuentes, Escipión puso asedio a las murallas de Baria, y mientras impartía justicia en su campamento (como era la costumbre), afirmó que al día siguiente impartiría justicia en el tempo situado tras las murallas de la ciudad, en el templo de Afrodita (equiparable a la diosa Astarté púnica) que dominaba la ciudad (en esa época era habitual impartir justicia en los templos).

A parecer, el asedio de la ciudad duró 3 días y la ciudad fue tomada al asalto. Los registros arqueológicos han confirmado esta destrucción de la ciudad, que fue realmente traumática. Estratos de ceniza con numerosos fragmentos cerámicos indican el suceso, rotas de forma voluntaria, junto a numerosos adobos descompuestos. Tras el ataque, quedaron amplias áreas abandonadas que no volvieron a ocuparse. Además, la ciudad dejó de acuñar moneda, a pesar de que contaba con numerosos recursos mineros. Otras ciudades de fundación fenicia siguieron emitiendo moneda con toda normalidad, pero el asalto romano paró la evolución de estas emisiones de Baria. Además, Siret excavó tumbas en las que se encontraron enterramientos colectivos, sin ajuares, en los que un cráneo estaba marcado por marcas de un arma blanca, sin duda una víctima del asalto.

Como decíamos, Baria fue la única ciudad fenicia que se resistió por la fuerza de las armas, todo el litoral hasta Gadir cayó en manos de Escipión sin lucha. En la batalla de Baecula en el 208 a. C., Escipión derrotó al hermano de Aníbal, Asdrúbal Barca; posteriormente vencería en la batalla de Ilipa, en el 206 a. C. a los últimos caudillos cartagineses en la Turdetania, Asdrúbal Giscón y Magón Barca. Así acaba el dominio cartaginés de la península.

Posteriormente Publio Cornelio Escipión acabaría derrotando a Aníbal en la batalla de Zama, cerca de Cartago, en el 202 a. C. poniendo fin al conflicto.

Nuevo divisor púnico. Colección J. M. Flores

El nuevo divisor completa un poco más la apasionante historia de Baria. El nuevo ejemplar fue hallado en las inmediaciones de la antigua Baria, en Villaricos. Es descrita por los autores del artículo como una acuñación oficial que seguía los prototipos cartagineses sicilianos y datándola en una fecha cercana a la conquista romana de Baria. Presenta en su anverso un Zeus barbado a derecha con una cinta en su pelo y en su reverso un prótomo de caballo con una gran crin a derecha.