Quizás sea la mina La Mulata una de las minas más conocidas de Bédar. El motivo es sencillo, está junto al pueblo, es imposible no verla. Sin embargo sorprenderá saber que hace unos 12 años nadie conocía este nombre, otra víctima de la amnesia «degenerativa» que sufrió la historia minera de Bédar durante el «boom» urbanístico que casi se carga toda la sierra. Antes se conocía como «la roza del Indio», y era habitual escuchar historias de cómo se podía ir del campo del fútbol de Bédar hasta la Cueva Oscura siguiendo oscuras galerías y sorteando pozos.
Plano de las concesiones junto a Bédar. La concesión de «Dos Amigos» estaría justo donde hoy se encuentra el pueblo, lo que da una idea de lo poco que importaba qué hubiera encima si el mineral que había por debajo era interesante económicamente.
Afortunadamente hoy sabemos bastante más, y el nombre de «Mulata» vuelve a ser conocido y utilizado para hablar de esta mina. Se traba de un registro de doce pertenencias (120.000 metros cuadrados) que incluía al cerro de la Ermita de Bédar. El criadero se componía de diferentes crestones de hematites parda con óxido de manganeso y hierro oligisto, además de una pequeña cantidad de mica, sobre todo en los puntos de contacto con la roca caliza que hace de caja. Estos crestones se disponían en sentido de norte a sur, siendo menores los situados al norte, siendo el más grande el ubicado en la cumbre del cerro de la Ermita o cerro de la Virgen, ocupando la cúspide entera del cerro en una extensión de unos 4.500 metros cuadrados.
El estudio de Manuel Lacasa era más una estrategia comercial que no una verdadera necesidad de conocer las reservas de mineral. Obsérvese la enorme masa de mineral bajo la ermita de la Virgen de la Cabeza y las líneas de nivel de un cerro que pronto acabó totalmente agujereado… y el pueblo peligrosamente cerca…
Estos datos los sabemos gracias a la memoria realizada por Manuel La casa en 1873. Cuando se realizó la memoria, existían pequeñas labores sobre las masas de mineral. En concreto se describe una galería ubicada en la ladera norte del barranco de grandes dimensiones pero de poca longitud, en cuyo interior se observaban la boca de dos pequeñas galerías. En la ladera sur del barranco, en la base del cerro de la Ermita, se encontraban la boca de dos pequeñas galerías, una de 6,6 metros de longitud x 3,50 de altura x 2 anchura y otra galería espaciosa de 30 metros de longitud con una anchura variable entre 4 y 10 metros en cuyo interior se encontraba un pozo de unos 3 metros, al parecer relleno de escombros.
Dos fotografías del barranco de la Cueva Oscura. La masa verde de zarzas y matorrales ocupa el espacio en el que estaba la tolva cónica que recogía el mineral, que actúa como una enorme maceta, llena de escombros del barranco y permite que crezca tan lujuriosa vegetación. Obsérvese enla fotografía superior el tamaño real de la masa verde en comparación con la persona que aparece en primer plano (José Soler Castro, para más señas). En la primera fotografía vemos la Cueva Oscura, justo en frente de la tolva, y la sengunda la Cueva de los Caballos, una de las labores de la Mulata Baja y es más conocida por ser la cueva del Tesoro en una famosa película de piratas de Disney.
Estas labores iniciales están ubicadas en el barranco de la Cueva Oscura, la primera parte de la concesión en ser explotada. La concesión era propiedad de una sociedad de nombre «La Mulata» (nada original en este caso), presidida por Gerónimo Abad Sánchez. Como pasaba con otras minas de hierro, la falta de un ferrocarril o cable aéreo las hacía casi inexplotables, pues los costes de transporte superaban con mucho el beneficio que podrían obtener. Estas primeras explotaciones buscaban extraer los abundantes carbonatos de hierro de estas minas, que eran utilizados en las fundiciones de la costa como fundentes en la reducción de los plomos argentíferos.
La primera fotografía nos muestra la galería de salida del túnel de transporte a nivel de la Cueva Oscura´. En la fotografía inferior, la zona donde estuvo instalado el plano inclinado de la Mulata y el «Carrete», en Bedarín. Obsérvese el desnivel que debía de salvar este plano.
Es por eso que la Sociedad Mulata encargó a Manuel Lacasa la realización de este informe. En un movimiento comercial inédito entonces, se hizo pública dicha memoria, que ensalzaba la riqueza en hierro de la mina y el gran beneficio que tendría quien quisiera invertir en la construcción de un ferrocarril. De algo sirvió, primero arrendada por el viceconsul inglés en Garrucha, George Clifton Pecket, y después cedidas al industrial Chávarri, llegó el ferrocarril, que no hubiera sido posible sin la existencia de minas con tanto potencial como el de La Mulata.
En la primera fotografía observamos el cerro de la Virgen y las cicatrices que le dejó las dos canteras, el pueblo estaba demasiado cerca. Se puede ver como una vía minera partía desde esta cantera. En la segunda fotografía podemos ver el interior de la cantera principal de la mina, un sitio muy utilizado como vertedero ilegal (desgraciadamente). La tercera fotografía, realizada desde la (peligrosa) cima del cerro, nos muestra la otra cantera practicada sobre el cerro, más pequeña y que viene a salir sobre la zona conocida como el Malecom.
Con el ferrocarril en marcha, se inició una explotación a gran escala de esta mina. A grandes rasgos, la mina se dividía en dos, la Mulata «Alta» y la Mulata «Baja» (no se rompieron mucho la cabeza para poner nombres). La Mulata Baja la componían los yacimientos del barranco de la Cueva Oscura, los más accesibles y que ya habían sido explotados para la extracción de carbonatos. La Mulata Alta era el cerro de la Virgen, que no dejaba de ser una enorme masa de mineral de hierro.
La primera fotografía nos muestra lo poco que queda de la tolva cónica del barranco de la Fuentecica, parte del muro de mampostería y el resbaladero. La segunda fotografía nos muestra la posición relativa de esta tolva (y del campo de fútbol) con respecto al cerro de la Virgen y las labores que se encuentran en esa ladera.
Aspecto del cerro de la Virgen de Bédar antes de que la sociedad de Chávarri iniciara las labores en la mina Mulata. En la cima del cerro, la primera ermita. (Fotografía procedente del nº 1 del Boletín de la Asociación de Electores Levante Sostenible de Bédar).
Para llevar el mineral a la cabecera del ferrocarril de Bédar (ramal de la Mulata), que estaba a la altura de la Palmera, más abajo en la rambla, se instaló un plano inclinado, ya que el desnivel era demasiado importante como para una vía sencilla. En la parte superior del plano se instaló el freno del mismo, que evitaba que las vagonetas cargadas bajaran demasiado deprisa. Este freno, que tenía la forma de un carrete gigante, persistió bastante tiempo después de que el plano fuera desinstalado, y seguro que hay muchos todavía en Bédar que se acuerdan del «Carrete» de Bedarín. Uno de los túneles o labores a nivel del barranco de la Cueva Oscura se llamaba «Túnel del Peraico». Curiosamente, este nombre se ha conservado en el paraje que cruza la carretera que va hacia Bedarín.
El interior del cerro está hueco. Como se puede ver en las fotografías, se trata de una explotación en huecos y pilares, con grandes cámaras y enormes pilares, tanto de mineral como de mampostería. Dentro, la fauna típica de estas minas, murciélagos (morcigillos para los bedarenses) y exploradores mal pertrechados.
Cuando los ingenieros de minas pusieron el objetivo en las enormes reservas de mineral del cerro de la Señora, a una altura considerable sobre el barranco, se plantearon si instalar otro plano inclinado para bajar el mineral «controladamente». En un principio ese fue el plan, pero abandonaron esta idea y idearon algo bastante más complicado. Dado que la sociedad minera tenía otras minas al otro lado del cerro de la Señora, y puesto que también tenían que darle una salida hacia el barranco de la Cueva Oscura para llevarlo hasta el ferrocarril, idearon un sistema de transporte consistente en realizar una galería que, desde el barranco de la Cueva Oscura (desde la misma Cueva Oscura), llegara hasta el barranco de la Fuentecica, junto al lugar donde hoy se encuentra el campo de fútbol de Bédar.
En el barranco de la Fuentecica instalaron una tolva de mampostería en forma de embudo, que recogía el mineral de la mina Segunda Mulata (Pozo Plaza) y Mozambique. Este túnel cruzaba todo el cerro de la Virgen y venía a salir en lo que hoy en día es la Cueva Oscura. De esta manera, tan solo tenían que dirigir el mineral del Cerro de la Virgen hasta el túnel inferior, lo que facilitaba mucho el transporte, pues solo tenían que dejar caer el mineral.
Sabemos que este fue el sistema de transporte elegido finalmente, aunque desconocemos exactamente cuando se llevó a cabo, pues sobre esta mina no se han conservado planos (que sepamos) y la documentación es muy escasa y rara de encontrar. Como en otras ocasiones, la exploración de campo ayuda a entender lo que pasó, pues el cerro de la Virgen presenta dos grandes canteras a cielo abierto, como dos grandes cicatrices, a parte de un nutrido grupo de galerías que, por varias vías, conducen el mineral a la galería inferior de transporte. Una vía minera, que partía de la cantera de más tamaño, contornaba el cerro evitando pasar por el pueblo (que se encarama por una de las laderas del cerro de la Virgen). Esta vieja vía minera podía haberse utilizado tanto para llevar el mineral desde las canteras hasta el barranco de la Cueva Oscura, como para el transporte de estériles (o puede que ambas cosas). Hoy en día, esa vieja vía minera, ampliada, es el camino que lleva al Malecom y que nos permite llegar cómodamente hasta Bédar desde el barranco de la Basalta.
La mina también ha recibido la visita de verdaderos especialistas. Aquí tenemos a Christian Hibchs, de la universidad de Nancy, inspeccionando la mina.
Pero sigamos. Independientemte de si las canteras fueron antes, después o a la vez que se desarrolló el sistema inferior de transporte (todo parece indicar que fue a la vez), el hecho de que se trabajara en dos grandes canteras justo al lado del pueblo, tuvo que dar problemas. Efectivamente los hubo, y los periódicos reflejan el malestar que las continuas explosiones de barrenos (con la conbsiguiente lluvia de pedruscos) resonaran un día sí y otro también en Bédar. Hay que imaginarse la situación, te encuentras tranquilamente junto a tu casa realizando cualquier tarea cotidiana, cuando de repente resuena el sonido inconfundible de una caracola. Más vale que corrieras entonces, pues era la señal de la «pega» de barrenos, y tenías unos minutos para ponerte a cubierto en casa antes de que el suelo temblara y una lluvia de pedruscos aporreara el techo de tu casa. Esto, que parece un poco exagerado, es justamente lo que ocurría en Bédar. No acabaron ahí los disgustos. La ermita de la querida patrona de Bédar, la Virgen de la Cabeza, estaba justo encima del Cerro de la Virgen. Como el gran tajo o roza estaba tan cerca ya de la ermita, los ingenieros temieron que algun vecino acabara despeñándose cantera abajo, con los disgustos y retrasos que eso hubiera provocado en la explotación. Así que se decidió derribar la ermita y trasladar la Virgen a otra ermita, más cerca de Bédar, que fue financiada por la Sociedad de Chávarri. Muchos se acordarán de esta otra ermita, que fue derribada en tiempos recientes, pese a su valor histórico, siendo sustituida por la ermita actual, más pequeña y con cierto parecido con la ermita antigua.
En algunas de las galerías que conectan los diferentes huecos podemos ver todavía las marcas de las vías mineras por las que circulaban las vagonetas.
Es fácil pensar que los ingenieros que explotaban el hierro de este cerro decidieran en cómodas y económicas canteras, decidieron en un momento dado seguir la explotación en galerías, para evitar así seguir molestando a los vecinos y convertir su cerro de la Señora en algo así como «El gran agujero», algo ciertamente peligros para tener junto a una zona poblada. Realmente no debió ser así, porque por lo que parece, en esos entonces a las compañías mineras les importaba bien poco si causaban o no perjuicios a los vecinos. No se puede esperar otra cosa de una compañía minera que siguió utilizando a niños para el transporte del mineral hasta bien entrado el siglo XX.
Algunos pasos son sencillamente espectaculares, como este camino elevado que comunica con una galería, pasando a cierta altura por uno de los huecos más grandes bajo el cerro, que hemos dado en llamar «sala Grande», justo bajo la cima del cerro.
Si queremos conocer los motivos reales, tenemos que buscar un motivo económico, lo único que les importaba. Este motivo lo encontramos rápidamente cuando descubrimos que la gran masa de mineral que creían que formaba el Cerro de la Virgen no era tal. La escasa documentación que disponemos de esta mina deja bien claro que, lejos de ser una masa uniforme, existían numerosas zonas con mineral de muy baja ley o simplemente estéril. Este es uno de los pocos motivos que pueden inducir a realizar galerías subterráneas en vez de explotaciones a cielo abierto. El motivo es sencillo, si para obtener una tonelada de mineral bueno has de movilizar cien toneladas de rocas y mineral inútil, la explotación a cielo abierto puede ser mucho más costosa que unas galerías que recorran simplemente las zonas más ricas de mineral. Debió ser este, y no otro, el motivo por el cual se desarrolló una red tan extensa de galerías bajo el cerro y no se siguió con la explotación a cielo abierto, motivo por el cual todavía Bédar tiene un Cerro de la Virgen.
Los diferentes niveles de la mina se comunican con sencillas tolvas excavadas en la roca, aquí tenemos el «agujero» de carga utilizado para cargar el mineral procedente de la «Sala Grande» hasta el túnel inferior de transporte.
En el barranco de la Cueva Oscura también se produjo un cambio importante en el sistema de transporte. Sabemos que se acabó desinstalando el plano inclinado y que, en una fecha que desconocemos, se instaló otra enorme tolva de embudo y se realizó un túnel que conectaba ésta con la Palmera, el el «Túnel de la Palmera». Las vagonetas podían llevarse a cargar justo bajo la tolva. ¿Por qué cambiaron el sistema de transporte? Aunque era más cómodo cargar los vagones del ferrocarril justo bajo la tolva, no creemos que lo hicieran para evitar que los pobres operarios no se cansaran mucho descargando las vagonetas que llegaban por el plano y cargándola en los vagones del tren. No sabemos a ciencia cierta por qué (no hay ninguna prueba documental), pero existe una historia transmitida por tradición oral que sí que nos explica lo que pasó… Cuentan que vinieron unos ingenieros ingleses a ver las minas, los cuales hicieron un estudio y estimaro que bajo el barranco de la Cueva Oscura había grandes cantidades de mineral. Como no tenía sentido elevar este mineral hasta el barranco para luego hacerlo descender por el plano de la Mulata hasta la Palmera (eso no es nada económico), decidieron sencillamente realizar un túnel que llevara directamente hacia el punto de carga en el ferrocarril. Ahora bien, aprovechando el túnel para explotar este mineral bajo el barranco, no sería ya muy complicado cargar en este túnel el mineral que llegaba por la Cueva Oscura, para lo cual solo tuvieron que añadir una de las bonitas tolvas en embudo de mampostería que esta sociedad gustaba instalar.
Algunas partes de la mina son muy espectaculares. Cabe decir que parte de esta mina se utiliza como «almacén». Aunque pongan puertas, las minas pertenencen al Estado…
Y hasta aquí este repaso a esta bonita mina. Hay que decir que es cierto que desde el campo de fútbol se puede llegar hasta el barranco de la Cueva Oscura «bajo la montaña». Son oscuras galerías y algún paso un poco angosto, pero el que esto escribe lo ha hecho ya en varias ocasiones. Eso sí, desaconsejo vivamente que nadie intente nada parecido, es ciertamente muy peligroso. El interior del cerro está casi completamente hueco, aunque los ingenieros de la sociedad de Chávarri se preocuparon en dejar enormes columnas (ya sea de mineral o de mampostería) para sostener la el cerro, lo que hace que a al recorrer la mina a veces tengamos la sensación de encontrarnos en una enorme catedral (o en las minas de Moria, para que me entiendan los fans de «El Señor de los Anillos»). Algún día puede que pueda ser visitable, eso sí, si los cerdos (y lo siento mucho, pero son unos cerdos) que tiran basura y escombros a la roza del Indio dejaran de hacerlo ¿se piensan acaso que nadie los ve?