Hoy seguimos con una más de las pequeñas minas olvidadas de Bédar. Pocos conocían donde se encontraba la mina de la cueva de la Barrilla, pero muchos menos conocían su verdadero nombre, la mina Ureña y los dos Compadres.
Poco sabemos de ella, y menos aún del vecino que la demarcó, don Francisco Ureña Guerrero en 1894, del que solo sabemos que llegó ser alcalde de Bédar a finales del siglo XIX.
Los pocos datos que hemos podido recuperar sobre esta mina nos hablan de una producción declarada de mineral de hierro durante los años 1892 y 1894 a nombre de dos sociedades, tan misteriosas como la misma mina, la Sociedad Trinidad y la Sociedad Ureña. La producción durante estos años no es nada despreciable, 21.586 toneladas declaradas (lo que significa que en realidad fue bastante más), 6.400 de las cuales fueron declaradas a nombre de Carlos Bahlsen en 1893. Que Carlos Bahlsen, antiguo jefe de instaladores del cable aéreo de la Compañía de Águilas, trabajara la mina a partido o que formara parte de alguna de estas sociedades (si es que no tenían nada que ver), es algo que no sabemos todavía.
Aspecto en Google Maps de la mina «Ureña y los dos Compadres». Destaca una gran explotación a cielo abierto, con una bocamina que conduce a una galería doble. En la cima del cerro se encuentran los restos de una edificación que se corresponden con el Polvorín de la mina, tal y como se recoge en algunas operaciones de demarcación de concesiones mineras cercanas. Otro edificio, el tipo de construcción muy característica de finales del siglo XIX, podría haber albergado algún tipo de maquinaria, aunque no se han encontrado pozos cerca. Una plataforma elevada podría haber servido de cargadero para la carga del mineral en las carretas. Parece claro por la disposición que el mineral se transportó siguiendo el curso del barranco de la Fuensanta, un conocido antiguo carril de transporte en la época.
Tampoco está claro a quien vendían el mineral y de qué modo ni por donde lo transportaban. Aunque cerca del trayecto del ferrocarril, los años de producción son justo antes de su construcción. Solo queda el cable de la Compañía de Águilas como punto más cercano de transporte de mineral, y lo más seguro es que se usara como vía de transporte (por carretas, seguramente) siguiendo el barranco de la Fuensanta, un antiguo camino (como muchos barrancos) que conectaba el barranco de los Burgos con el viejo camino, ya olvidado, que desde Bédar conducía hasta Vera. Este barranco les hubiera permitido transportar el mineral hasta el punto de embarque más próximo al cable aéreo, el de la estación de la Carretera.
De momento, más preguntas que respuestas, esperamos poder descubrir algo más respecto a esta interesante mina y sobre los que la explotaron.
Bocamina y galería de la conocida como «cueva de la Barrilla».
Dos imágenes de la explotación cielo abierto de la mina «Ureña y los dos Compadres». Junto al barranco de la Fuensanta, un antiguo edificio en ruinas.
Antiguo edificio de la mina. Parte de los muros se ha desprendido sobre el barranco. Podría haberse tratado de una caseta de máquinas, puede que para compresores de martillos neumáticos, dada la ausencia de pozos en la zona. Ante la poca entidad de las galerías asociadas a la mina, puede que simplemente de reconocimiento, parece que la mayor parte del mineral extraído procedió de esta corta a cielo abierto.
En esta fotografía se aprecia la belleza de la zona que rodea al barranco de la Fuensanta, más conocida como El Curato. A pesar de su aspecto, a finales del siglo XIX y principios del XX era una zona importante de cultivos, vertebrada por el camino que aprovechaba este barranco, que conectaba el barranco de los Burgos con la vieja carretera de Bédar a Vera.
Con la construcción de la línea del ferrocarril en 1897, esta zona cobró más interés. Para cruzar el barranco de la Fuensanta se construyó un imponente puente, el puente de la Barrilla. La presencia del ferrocarril permitió la explotación de otras minas en la zona, como la mina Abeja y la de San Antonio Segundo.
En documentos antiguos del S.XVIII, se nombra el «pago de la Cueva de la Barrilla» y la «rambla de la Barrilla o por otro nombre de los Alamicos». Se encuentran a un cuarto de legua de la población de Bédar. Muy interesante. Un saludo.
Gracias Rafa. Un apunte muy interesante, como siempre. Un saludo.