Vista de Somontín y del valle del Almanzora.
Ayuntamiento de Somontín.
Iglesia parroquial de Somontín.
Casa que fue propiedad de Manuel Berruezo en Somontín.
En el último número de la prestigiosa De Re Metallica, publicada por la Sociedad Española para la Defensa del Patrimonio Geológico y Minero, se ha publicado el artículo La explotación del talco de Somontín (Almería) durante el periodo de actividad empresarial de Manuel Berruezo Ayora (1845-1874). Este artículo viene a arrojar luz sobre una de las minerías más desconocidas de todo el levante almeriense y durante mucho tiempo olvidada de los investigadores de la historia minera, que la han tratado muy superficialmente.
El artículo está realizado por en investigador José Berruezo García, en coautoría con el que escribe estas líneas. El trabajo documental meticuloso y la rigurosidad con la que José Berruezo realiza sus investigaciones son una garantía de un trabajo bien hecho. Con el hilo conductor de la actividad empresarial de Manuel Berruezo Ayora entre los años 1845 y 1874, el artículo nos lleva a este peculiar y prolongado periodo de minería de talco, también llamado jaboncillo, cuyo principal destino era la pontente industria textil de Cataluña, donde el talco de excelente calidad de Somontín era especialmente apreciado.
Antonio Azor Oliver durante la visita guiada a las minas en el pozo Falange.
Entrada a la mina de Juan Resina.
Jaboncillo blanco de calidad superior en el interior de la mina de Juan Resina.
La minería de Somontín se diferencia en gran medida de la minería en otras zonas cercanas, pues siguió una explotación comunal que, aunque aportó grandes beneficios al pueblo, impidió el desarrollo de una minería a mayor escala y un mejor aprovechamiento de sus recursos. De hecho, hasta mediados del siglo XX en Somontín la minería no era muy diferente de la que realizaron mineros locales en Almagrera o partidarios en las minas de plomo de El Pinar de Bédar, donde el mayor avance tecnológico fue el torno manual de albardilla y en donde la mecanización brilla por su ausencia. Las minas, pozos y trancadas son irregulares y anárquicas, siguiendo siempre el preciado talco blanco, en el que en Somontín alcanzaba unos grados de pureza que no se veían en otros lugares.
Por supuesto, para conocer estas minas hemos contado con Antonio Azor Oliver, gran conocedor y estudioso de la minería de Somontín, al que quiero agradecer especialmente la jornada de descubrimiento de esas minas. Según nos ha contado Antonio, todavía se conservan, como reliquias, algunos de esos tornos, utilizados hasta el cese de actividad, que se ubicaban justo encima del pozo y con el que los mineros accedían a las labores, simplemente entrelazando la pierna en la soga, tal y como hacían los partidarios de la Compañía de Águilas en El Pinar de Bédar a finales del siglo XIX.
Uno de los mojones indicadores de las concesiones mineras, al fondo se observa la Tetica de Bacares.
Típica plazoleta donde se acumulaba y pesaba el jaboncillo.
Uno de los pozos en la mina Águila.
Mención a parte tiene el procesamiento del talco obtenido en estas minas. El talco necesitaba ser triturado, lo que aumentaba su valor, y en Somontín se conservan todavía los molinos que se usaban para la pulverización del jaboncillo, ya fuera molinos harineros adaptados o molinos ya construidos para tal fin, como el molino del que dispuso el propio Manuel Berruezo. El talco se transportaba en recuas de mulos hasta Garrucha, principalmente, para su embarque. Era una relación estrecha la que existía entre Somontín y Garrucha a causa del jaboncillo, algo que tratamos extensamente en el artículo.
Restos del molino de jaboncillo de Echevarría.
Tramo de vía minera y vagoneta de descarga lateral Decauville conservada en la mina Desagüe.
Para más información pueden visitar la página de Los Berruezo. La revista Re Metallica está disponible en la página web de la SEDPGYM.
05 de septiembre de 2020
Juan Antonio Soler Jódar.
Me llamo ramon y junto con tres o cuatro no me acuerdo bien, creo que fuimos los últimos que trabajamos en las minas de talco de Somontin
Gracias Ramón por compartirlo con nosotros. Seguiremos trabajando por poner en valor patrimonios como los de Somontín.