Exposición «Montañas al Sur. Sierra Nevada en la mirada europea»

El pasado 15 de abril se inauguró en Granada la exposición «Montañas al Sur. Sierra Nevada en la mirada europea», una exposición conmemorativa del XXV aniversario de la declaración de Sierra Nevada como Parque Nacional (1999-2024). Esta exposición abarca un conjunto amplio y variado de relatos, impresiones, estudio e imágenes elaborados por viajeros, pintores y científicos procedentes de países extranjeros que viajaron al Reino de Granada, adentrándose en sus territorios y sierras y dejaron testimonio de su visita.

En esta importante exposición, que estará abierta hasta el mes de julio, el pueblo de Bédar ha hecho su pequeña aportación, prestando un álbum de fotografías de 1898 de la visita de una expedición minera al Sudeste español y Portugal promovida por la sociedad minera francesa Schneider y Compañía. La riqueza mineral del Sudeste español hizo muy habitual la organización de expediciones de prospección, integradas por ingenieros de minas y personal de las empresas interesadas en su explotación, que se hacían acompañar por guías locales. Las memorias técnicas que elaboraban solían acompañarse de un registro fotográfico más o menos amplio, que incluía no solo los yacimientos visitados, sino las localidades recorridas, las gentes que las poblaban y el recuerdo de las visitas turísticas que complementaban el viaje.

El álbum prestado a la exposición es particularmente rico en este tipo de material. Con más de 300 fotografías, realizadas en 1898, se muestran diferentes lugares desde Murcia hasta Moncorvo, en Portugal, incluyendo diferentes pueblos y grandes capitales como Almería, Granada, Córdoba, Sevilla y Madrid. Con excelentes fotografías, sobre todo de los pueblos de la Alpujarra Granadina, Motril, Berja, Rodalquilar… y por supuesto Bédar y Serena. Los ingenieros de la sociedad francesa buscaban yacimientos de hierro que poder explotar para alimentar sus fundiciones en Cette (la actual Sète), por lo que visitaron las minas de Clifton Pecket en la sierra de Bédar, incluidas las minas Mulata y Santa Catalina.

Minería de Bédar en la Feria de Vera de 2023

Ha llegado nuestras manos un ejemplar del libro de la Feria de Vera de este año 2023. Este prestigioso libro de ferias contiene habitualmente muchos artículos de interés, fuente de información para muchos investigadores.

Este año queremos destacar un extenso artículo que recupera la minería específicamente veratense, en especial sus principales protagonistas, las fundiciones de plomo y la Escuela de capataces de minas, haciendo incidencia en el patrimonio que hay llegado hasta nosotros. Esta minería es indisociable de la la del levante almeriense, que incluye también el importante patriomio bedarense.

Asociado a este artículo, se incluye un extenso reportaje sobre la exposición «Luces y Sombras», de la que hemos hablado en diferentes ocasiones en este blog y de la que la asociación APAMIBE fue organizadora. Con una asistencia récord de más de 7000 visitantes, en esta exposición se mostraron diferentes joyas del patrimonio minero bedarense, algunas desconocidas, como es el caso del escritorio del ingeniero de la Compañía de Águilas, Afredo Dorn, una vagoneta Bleichert original del cable Serena-Los Gallardos o el Sagrado Corazón original de la iglesia minera de El Pinar de Bédar.

Entre los modelos a escala expuestos, destacaba uno de la fundición «La Española», el palacio de Juan Anglada en Madrid y una de las locomotoras del ferrocarril de la Compañía Chávarri, Lecoq y Compañía, la locomotora «Bédar», de la línea Bédar-Garrucha con un vagón de mineral.

Entre los centenares de objetos expuestos, se podían encontrar todo tipo de material minero original, mucho procedente de la minería de Bédar, como carburos, cascos, barrenas… hasta un martillo neumático, pasando por teodolitos, pantómetros y hasta un prisma topográfico original utilizado por los ingenieros de minas en Bédar.

No podemos dejar de dar las gracias al Ayuntamiento de Vera y a los organizadores, en especial a su comisaria Magdalena Navarro Arias.

Los increíbles sellos de caucho mineros bedarenses de la exposición «Luces y Sombras» de Vera

Volvemos para analizar de los muchos objetos extraordinarios mostrados en la exposición «Luces y Sombras» celebrada hace los pasados meses de abril y mayo. Los que se dedican al estudio de la historia minera de nuestra provincia sabe lo difícil que es encontrar documentación original perteneciente a las muchas compañías mineras que se formaron, pues más difícil aún es contar con el material de oficina utilizado para generar esos documentos. Nos referimos a los sellos de caucho, imprescindibles para rubricar dichos documentos que ya son, de entrada, difíciles de encontrar.
Entre las muchas maravillas que pudimos ver en dicha exposición había varios sellos de caucho, cinco que fueron expuestos y dos que no. Hoy vamos a echarles un vistazo y sobre todo, volver a utilizarlos, algo que no se hacía con alguno de ellos desde hacía más de 100 años.

El primero de ellos estaba expuesto en «medicina y minería» y por una muy buena razón. Cuando lo volvemos a utilizar, nos aparece el sello de un médico, concretamente del médico bedarense Don Antonio Bolea, un personaje muy conocido en Bédar (una plaza del pueblo le está dedicada). No podemos olvidar que no solo fue médico del pueblo sino que también trabajó para la sociedad minera Unión Bedareña como médico perteneciente a la mutualidad Hispania. Un auténtico vestigio histórico.

Este otro sello estaba algo deteriorado por el mucho uso y los muchos años pasados, pero al volver a utilizarlo no tuvimos problemas en reconocer de qué se trataba por haberlo visto ya antes en algunos documentos. Se trata del sello de una de las sociedades cooperativas de mineros más antiguas, la sociedad La Igualdad de El Pinar de Bédar.

El siguiente sello es simple, pero hace referencia a la que fue una de las compañías mineras más importantes, la todopoderosa Compañía de Águilas, un sello que hemos visto en muchos certificados de trabajo de mineros de la misma, aunque normalmente con tinta roja.

La siguiente nos muestra otra de las sociedades mineras más importantes, la propietaria del cable aéreo Bédar-Garrucha. Se trata de la Sociedad de Explotación de las minas de hierro de Bédar, una filial de la Compañía de Águilas. Se trata también de un sello sencillo que se utilizaba básicamente en cartas y certificados para mineros, aunque a diferencia de la anterior, se solía utilizar con tinta azul, seguramente para evitar errores con la anterior.

El siguiente es quizás uno de los sellos de caucho más impresionantes y elaborados. Se trata de un sello de nuevo de la Compañía de Águilas-Sociedad Minera Anónima. El sello es también de mejor calidad, con una marca de latón en el pomo más elaborada (para identificar rápidamente la posición correcta del mismo) que se utilizaba para cartas más importantes. Como curiosidad, se indica «Apartado Vera Provincia Almería», por lo que podemos saber que se trata de uno de los últimos sellos de esta compañía minera utilizado en el levante almeriense, a pesar de lo cual ya sobrepasa los 100 años.

El siguiente sello no llegó a ser expuesto por falta de espacio, pero sí estuvo entre los objetos cedidos a los que hemos podido acceder. Se trata de un sello más moderno que los anteriores y que, por las informaciones que poseemos, posiblemente perteneció a un ingeniero de TRAMISA (Tratamientos Minerales SA), una empresa que se dedicó al lavado de minerales en Bédar y en la zona de Cabo de Gata. Lo único que se puede leer es «Ángel Vicente Grespo» y «Almería«. El resto del sello ha sido deliberadamente borrado, seguramente para poder seguir utilizándolo tras un cambio de empresa y de dirección, que podría tratarse perfectamente con la empresa minera mencionada.

El último sello, compañero del anterior y seguramente del mismo dueño. La utilidad es evidente.

De lo práctico a lo lujoso: proveedores mineros en el levante almeriense

Al contrario que se pensaba, las minas almerienses del siglo XIX y primera mitad del siglo XX contaron con la mejor tecnología de la época. Aún persiste la idea errónea que el pasado de nuestra comarca estuvo marcado por la miseria y que en sus minas se trabajaba casi como esclavos de la época de los faraones, tirando a base de latigazos.

Nada más lejos de la realidad, la investigación de vieja documentación minera procedente del levante almeriense nos ha proporcionado las pistas de numerosos proveedores de los más variados productos necesarios para las minas de última tecnología (para la época), y no sorprende ver cómo se compró e instaló, por ejemplo, equipamiento eléctrico desde finales del siglo XIX, locomotoras de aceite pesado, motores diésel, cabrestantes eléctricos, motores de gas pobre, etc.

Daremos un breve repaso por algunos de estos proveedores encontrados entre la documentación minera de empresas mineras del levante almeriense desde finales del siglo XIX hasta los años 1930, gracias a la colaboración de nuestro equipo de investigadores (Juan Antonio Soler, Magdalena Navarro, José Berruezo, Antonio González y Ine Thijs).

La desaparecida Weyher & Richemond de Pantin (Sena), fue que proporcionó muchas de las máquinas de vapor que se instalaron en la sierra de Bédar y Almagrera.

Los motores Otto de las locomotoras Deutz también estuvieron presentes en el levante.

No podían faltar los fabricantes de cables aéreos de transporte, en especial el alemán Julius Pöhlig, de Colonia.

Lauffer & Cía suministraba, entre otros, modernos compresores y motores.

Lo motores de gas pobre del fabricante alemán Körting dieron muy buenos resultados en algunas minas, especialmente para el desgüe de labores.

Los compresores de la Ingersoll-Rand fueron también de elección para el servicio de los martillos neumáticos.

La Thomson Houston Iberica S.A. proporcionaba también excelentes motores, incluidos los eléctricos.

Parece que eran especialmente apreciados los quebrantadores de la Georg Merck de Hannover, aunque también disponían de diverso material de extracción y lavado.

Un clásico entre los proveedores era la Salvador Escudero Vidal, con su amplio catálogo de material para minas, incluidos malacates, tornos, vagonetas, herramientas… todo lo que se pudiera necesitar, incluidas las correas para motores de pelo de camello.

La francesa Decauville era también una de las más solicitadas, especialmente su vagonetas, plataformas giratorias y vías. En la fotografía, una curiosa fotografía de las instalaciones de la fábrica, con numerosas vagonetas y unos operarios ajustando una pequeña locomotora.

Los tractores Daimler es otra de las sorpresas, un día volveremos sobre el tema.

Otro de los proveedores de material para minas eran El Candado, en Almería. El propietario, Segundo Peón, tuvo mucha relación con la minería de levante, pero ya retomaremos otro día el tema.

Algunos propietarios pudientes y directores de minas no tardaron en adquirir vehículos para sus desplazamientos, eligiendo entre diferentes marcas, como la alemana Dürkopp.

Otro fabricante alemán, R.A.W. Automobile.

Para diferentes repuestos no hacía falta ir muy lejos, aquí tenemos a este fabricante de Almería.

La practicidad no tenía que estar reñida con la elegancia, aquí tenemos un elegante «Torpedo» del fabricante francés Berliet.

Los neumáticos de la época precisaban repuestos y vulcanizadores. Aquí tenemos un catálogo de Michelin de 1913.

Y para acabar, no nos podía faltar la mítica Pegaso.

Documentos para la historia de Bédar

Iniciamos una nueva sección en la que iremos mostrando algunos documentos inéditos para la historia de Bédar. Se trata de dos cartas de dos alcaldes de Bédar en 1918 y 1919.

En esta primera carta, firmada por el entonces alcalde Bernardo Ortega en mayo de 1918, se informa al ingeniero de minas Ismael Fernández, residente en el barrio de Reforma (El Pinar de Bédar) que las cuotas por arbitrios de las compañías que formaron la Unión Bedareña quedan refundidos en uno solo.

Otra carta de otro alcalde, Robustiano Martínez, firmada en mayo de 1918, en la que informa al ingeniero Director de la Unión Bedareña del fallecimiento de Antonio Bolea García, padre de Antonio Bolea Flores.

Viaje al fondo de los pozos mineros de Bédar

Volvemos tras un periodo sin publicar novedades, aunque no porque hayamos seguido trabajando en diferentes temas ligados al patrimonio de la zona, en especial la recopilación de datos sobre mineros.

Gracias a Bajo los Espartales (https://agjodar.blogspot.com/) y a su administrador Antonio González Jódar y con la ayuda de Francisco Soler, hemos procedido a realizar los primeros descensos con cabria por dos de los pozos mineros más emblemáticos de Bédar: el pozo P de la mina Mahoma y el pozo Esperanza en la demasía a Sagunto.

La cabria, diseñada por Antonio González, dispone de una cámara robotizada y focos, lo que permite explorar con seguridad los viejos pozos mineros, además de recoger muestras de agua si fuera necesario. Habiendo ya sido testada en los profundos pozos de Sierra Almagrera, llegó el momento de «echar un ojo» a los pozos del coto minero de Bédar.

El pozo P, ubicado en el barranco de la Hoya, cerca de la barriada de Los Pinos (Serena) era uno de los pozos de extracción de la Compañía de Águilas (como todos los que fueron designados con letras mayúsculas). Se situaba en el margen de avance de la mina Mahoma en su avance desde el pozo Júpiter, siguiendo el buzamiento de la capa de mineral de hierro en lo que se conoción en 1901 como «fosa de Mahoma». El pozo disponía de un castillete de mampostería para dar soporte a la cabria, accionada por una máquina locomovil a vapor. Dos edificios completaban la instalación, uno de ellos para proteger la máquina de vapor.

De los muchos castilletes que llegó a haber en Bédar, es precisamente el castillete del pozo P el único que se conserva en Bédar, casi de forma milagrosa. Y, por una de esas casualidades, es del único el que hemos podido localizar los planos originales.

El pozo P, de esmerada construcción, presenta unos 60 metros de profundidad. Cerca del fondo se encuentra la galería de enganche, en la que todavía se puede observar una vía para vagonetas.

El pozo Esperanza era el pozo principal de extracción de las labores de la concesión demasía a Sagunto. En su época dispuso de una castillete y máquina se extraccion, provisto de una curiosísima tolva en forma de medio embudo que era el origen de una pequeña vía mienra, conocida como vía Esperanza, que conectaba con la de Vulcano, que llevaba el mienral hasta el cargadero de cable aéreo de la Compañía de Águilas.

Posteriormente y a diferencia del pozo P, la mina fue explotada de nuevo por Hierros de Garrucha a partir de 1952, rehabilitando los mismos elementos (pozo, tolva y máquina de extracción), aunque esta vez utilizando un motor eléctrico (de ahí la presencia de una torre de transformación). El pozo muestras las diferentes reparaciones efectuadas en esta segunda época de extracción.

El pozo, también de 66 metros de profundidad, presenta un primer enganche a 9 metros, un acceso para mineros y material, y otro, el principal, a 58 metros, con un curioso refuerzo metálico con raíles reutilizados.

El Faro de Bédar: nuevas videoteca y audioteca del blog

Inauguramos dos nuevas páginas en el web, en concreto la videoteca y la audioteca del blog. Desde la creación del blog en 2004, publicamos hoy la entrada número 604, en un total de 17 años. A día de hoy se acumulan en el blog miles de historias, documentos y fotografías de Bédar, tanto antiguas como recientes, así como de todo el levante almeriense. Principalmente nos centramos en la historia, el patrimonio y las tradiciones, con especial atención al importante pasado minero de la localidad, aunque también no han faltado noticias e información sobre la actualidad y el futuro de nuestro pueblo.

Aunque el blog ha sufrido varias modificaciones importantes, en especial una migración obligada en 2013, hace no muchos años, el blog evolucionó y empezamos a incluir audios y videos.

A pesar de que el blog cuenta con un buscador incorporado que facilita la localización de las entradas, las dimensiones del blog y la enorme cantidad de información que contiene, hacen difícil el acceso a mucho material, en especial a los videos y audios. Un sistema de páginas (a las que se puede acceder por medio del menú lateral derecho) ha sido de gran utilidad para ir clasificando la enorme cantidad de información en páginas temáticas mucho más manejables, pero aún así a veces cuesta acceder a ciertos contenidos. Entre estas páginas se encuentran colecciones completas de fotografías antiguas, colecciones de documentos de todo tipo: periódicos, artículos y revistas, de acceso fácil y gratuito, que se pueden descargar en la biblioteca, la hemeroteca y en el Arhivo histórico.

Una videoteca y una audioteca eran ya necesarias, ante el aumento en especial de videos, por lo que hemos procedido a incluirlos en el blog, añadiendo además un acceso directo rápido en el menú superior (debajo de la portada), en las secciones más consultadas del blog, las colecciones fotográficas de Antonia la Retratista, el registro de mineros y la biblioteca del blog. Esperemos poder seguir informando y aportando material durante mucho tiempo.

Gracias a todos nuestros seguidores por su confianza y fidelidad.

Captura de un viejo vídeo VHS de 1997 que, aunque con la mala calidad de este tipo de videos, conserva el color y los sonidos de las fiestas de moros y cristianos de Bédar que muchos guardamos en la memoria. Es alguno de los videos incluidos en la videoteca del Faro.
Captura de radio en la que se menciona al Faro de Bédar en Comunicación Vera Levante. La audioteca contiene pocos documentos, esperemos que se incremente progresivamente.
Una de nuestras páginas preferidas es la de Reconstrucciones históricas del patrimoinio de Bédar, en la que se incluyen reconstrucciones artísticas de los elementos más importantes del patrimonio bedarense y del levante.

Las minas de Bédar y las tareas de carga en Garrucha, como nunca antes vistas- un video que no deben perderse

Aprovechamos para recomendar el video en le que se realiza una entrevista a los trabajadores de Hierros de Garrucha: Diego Rubio y Mario Guillén. En el video, subtitulado en inglés, los testigos nos cuentan gran cantidad de anécdotas y curiosidades del trabajo en las minas, todo con impresionantes vistas y fotografías de las mismas. Un video que sin duda no deben perderse.

Presentamos también una actualización de las listas de mineros de Bédar, incluyendo la lista de los miembros conocidos de los diferentes sindicatos mineros de la época (La Luz del Obrero y La Regeneración). El listado en descargable en versión pdf en la imagen que se encuentra a continuación y que también podrán encontar en la página-sección de «Los Mineros» de este blog. Esperamos sus aportaciones para aumentar esta base de datos. >

El Hoyo Júpiter de Bédar (Serena), algo más que una simple roza

A pocos días de navidad de este atípico año, volvemos a los temas clásicos que tratamos en en este blog y, concretamente, a la joya de la minería de Bédar, el Hoyo Júpiter de Serena.

Es uno de los puntos estrella de la ruta minera de Bédar, cuando ya cerca de Serena queda a la vista un enorme hoyo de unos 200 metros de largo y 50 de ancho en la que se vilsumbran los restos de algunos edificios. Si tiene la suerte de ir con un guía o con alguien que conozca la historia minera de Bédar, posiblemente le cuente cómo en ese lugar se ubicaba un cerro que fue completamente explotado por la Compañía de Águilas, y su mineral transportado por el cable aéreo hasta Garrucha, desde donde se distribuyó entre diferentes acerías inglesas, alemanas e incluso norteamericanas.

Se calcula en más de dos millones de toneladas de mineral de hierro lo que se extrajo del «Hoyo» durante toda su historia minera, con una cantidad desconocida de estériles que tuvo que ser movilizado para permitir el avance de la explotación.

Si bien ha quedado muy poco material documental, hemos podido recoger los suficientes para dibujar con bastante exactitud la planificación y avances de esta mina (en realidad tres, Porfiado), que fue siempre el «buque insignia» de la Compañía de Águilas. Si bien se conoce actualmente como Hoyo Júpiter, realmente el Hoyo se extiende por las concesiones de Porfiado, Mahoma y Júpiter, donde existían gruesas capas de mineral de hierro oxidado con bastante manganesa y muy poco fósforo, lo que lo hacía especialmente interesante para la fabricación de acero. La presencia de de grandes «conchas» de estériles siempre puso a prueba la competencia de los ingenieros que se encargaron de su explotación, preocupados siempre en poder evacuar los estériles y depositarlos sin poner en riesgo el avance de la explotación.

Es por eso que, a pesar del aparente caos que se observa hoy en día, se trata de una explotación muy planificada, desde que en 1895 los ingenieros Putz y Dietrichon planearon el ataque inicial a la montaña de hierro que ocupaba el lugar, a partir de una serie de pocillos de exploración. La explotación se llevó a cabo a cielo abierto durante sus primeros años, donde llegaron a emplearse 480 operarios (incluida la vecina mina San Manuel, donde se encontraba la estación del cable aéreo). La explotación, dividida en diferentes zonas de trabajo o «Hoyos», semejaba un hormiguero, con numerosas vías mineras de superficie, con planos inclinados y sus correspondientes máquinas de vapor para salvar los diferentes desniveles. Un plano conservado de 1895 nos muestra el complejo sistema de vías superficiales del Hoyo (plano adjunto), donde se aprecian, al menos dos planos automotores y varios de los «hoyos» o rozas en explotación en esos momentos.

Es díficil imaginar como pudieron trasladar hasta esas minas las calderas y maquinaria necesaria para los planos inclinados, sin contar la ingente cantidad de traviesas y raíles necesarios para toda la infraestructura. Como para la construcción del cable aéreo, debió utilizarse la vía natural de acceso a esa zona, el cauce del río Jauto, por medio de carretas tiradas por bueyes. Sin embargo, el subirlos al cerro donde se encuentran las minas y emplazarlos en la parte superior de las crestas y relieves no debió ser nada fácil.

Sobre los trabajos no sabemos gran cosa, a parte de algunos de los nombres de las rozas. Así tenemos la roza de San Marcos, la del Teléfono y la de Porfiado en la concesión de Porfiado y la roza Colorada, la roza Negra y los diferentes planes del «hoyo Júpiter». En algunos documentos se mencionan las malas condiciones en las que tenían que trabajar en ocasiones, como cuando se comenta en 1906 cómo los operarios trabajaban en la roza de San Marcos colgados de cuerdas por la cintura en los cortes de la misma. Sin embargo, no todos eran jornaleros a sueldo de la Compañía. Muchos de los mineros eran autónomos (contratistas), pequeñas cuadrillas a las que se les encargaba trabajos muy concretos (cortar cierta cantidad de mineral, la construcción de una galería, un pozo…), muchos de ellos originarios de Bédar. Así sabemos por ejemplo que en 1898 en la roza de San Marcos trabajaba en contratista Felipe Guirao Ródenas, en la de San Manuel Francisco Crespo Campoy y Francisco Quilés Caparrós y en la de Mahoma Antonio Martínez López, Juan Guerrero Yáñez, Andrés Caparrós y Nicolás Collado Gómez.

Cuando el Hoyo alcanzó cierta profundidad, se habilitó una galería a la cota 365 que recogía el mineral de forma más económica y la llevaba hacia el cargadero del cable aéreo. Finalmente, cuando los costes de extraer el estéril superaron al beneficio del mineral, empezaron a realizarse explotaciones subterráneas, que partían de la periferia del Hoyo, aunque siguieron los trabajos a cielo abierto. Pero esto ya es otra historia que deberá ser contada en otra ocasión.

Minería de Bédar: los compresores de Hierros de Garrucha

Ilustración que muestra a un minero en unos trabajos de exploración instalando un compresor portátil BETICO DE 20 HP tipo GALÁN.

Uno de los aspectos de dificulta más el estudio de la historia minera en nuestra zona es la falta de documentación de las empresas que explotaron las minas. Esto hace que sea muy complicado conocer el tipo de herramientas que utilizaron, especialmente en la primera época minera (XIX-XX). Con esto no hacemos referencia al material ferroviario, que normalmente es más fácil de rastrear, sino a todo ese tipo de instrumentos y material necesarios en toda mina, como son los elementos de iluminación, explosivos y detonadores, máquinas de tracción de pozos, cables metálicos, cuerdas, vagonetas, compresores, mangueras de presión, martillos picadores, paleadoras, afiladores de barrenos, etc. Aspectos que normalmente no suelen ser tratados en investigación minera.

Diferente publicidad de compresores y martillos neumáticos para minas de las décadas de 1850-1860. La oferta era bastante más amplia y variada de lo que se puede llegar a pensar.
Muchos de los ingenieros de minas eran a la vez representantes de una o varias casas comerciales de material minero. En este anuncio de 1897 vemos como representante de la casa alemana FELTEN Y GUILLEAUME a un viejo conocido de la minería almeriense en general y bedarense en particular, Carlos (Karl) Bahlsen, en su domicilio de Reforma en el Pinar de Bédar. Entre los productos ofertados se encuentran cintas de abacá para minas, el abacá es un tipo de platanero del que se obtenían unas fibras muy resistentes, además de cables metálicos.

De todo esto poco sabemos, aunque es seguro que utilizaron una gran y amplia gama de material procedente de diversos fabricantes, tanto españoles como extranjeros, pues la oferta fue mucho más variada de lo que podamos llegar a pensar. Como hoy en día las grandes empresas, recibirían periódicamente agentes comerciales y folletos publicitarios por correo de las diferentes casas comerciales, ofreciendo todo tipo de maquinaria y efectos para la mina.

Anuncio de época de compresores de aire de la marca alemana FLOTTMANN.

Nuestro conocimiento no es mucho mayor en lo que respecta a la fase minera durante el periodo autárquico. A parte de los conocidos carbureros de patente FISMA, poco se sabe del resto de material utilizado por Hierros de Garrucha, a excepción de nuevo del material ferroviario, en este caso las locomotoras diésel, de las que tratamos también en el libro sobre la minería en el levante almeriense que verá la luz el año que viene.

Hay una pequeña excepción a este desconocimiento general en lo que respecta a los compresores utilizados por Hierros de Garrucha. En un artículo del periódico YUGO del 1 de abril de 1959 se hace una relación de los compresores que poseía la empresa, y que pasamos a detallar:

-Un compresor eléctrio de 125 H.P. de marca DEMAG

-Un compresor de 40 H.P. de marca INGERSOLL

-Un compresor de 40 H.p. de marca FLOTTMANN

-Dos compresores de 40 H.P. de marca BETICO

-Tres compresores portátiles de 20 H.P. de marca BETICO

Fabrica en Eibar y logo de la fábrica de compresores y motores diésel BETICO.

Como se podría esperar, la empresa utilizaba compresores de diferentes fabricantes. El de más potencia, el de 120 H.P. de la marca alemana DEMAG, es sin duda el que se instaló en el Hoyo Júpiter, la mayor explotación del coto. Los demás estarían instalados en las minas Esperanza, el socavón de Los Lobos, la Alerta, la mina Tres Amigos o la Cuadra. En varias de estas minas todavía se pueden ver las casetas y bases de cemento donde estaban instalados estos compresores fijos.

Anuncio de época con la gama de herramientas neumáticas de la marca alemana FLOTTMANN

También disponínan de 3 compresores portátiles de 20 HP de la marca BETICO, que se utilizaban para los trabajos de investigación. Hay que recordar que en la época el único método de transporte posible por muchos de los accidentados caminos de la sierra eran los burros, único transporte capaz de llevar el necesario material de construcción y demás herramientas. Los tres compresores portátiles de los que disponía de compañía minera se utilizaban para realizar labores de investigación, como las que sabemos que se realizaron en minas como Cuatro Amigos (Majá la Cana) y Carabinera. Estos compresores podían llevarse hasta la zona de trabajo con la ayuda de burros, aunque a veces se encontraran en zonas de muy difícil acceso, permitiendo que los mineros pudieran utilizar sus herramientas neumáticas. Se trataban de pequeños compresores montados sobre un chasis con ruedas de 20 H.P. del fabricante eibarrés, seguramente de los tipos B-F-7 (FOGOSO) o G-F-7 (GALÁN).

Otro de los elementos imprescindibles eran las mangueras para alimentar los martillos neumáticos, fabricadas en caucho. Algunas empresas estaban (y están) especializadas en estos productos, como la muy conocida Pirelli, que aquí vemos en un anuncio de la época.

Aunque no disponemos de ningún dato, es muy posible que también se hubieran comprado martillos neumáticos a los mismos fabricantes a los que compraron los compresores. Sin duda compraron a diferentes frabricantes en función de las necesidades y de las ofertas o contactos que hubieran podido tener. Los mineros de Hierros de Garrucha comentaban que utilizaban martillos «españoles» y «alemanes», pero que preferían especialmente los de fabricación alemana, ya que eran mucho más eficaces y resistentes.

El mayor compresor de Hierros de Garrucha era de fabricación alemana, de la empresa DEMAG.
Los martillos «alemanes» que algunos testimonios refieren que utilizaron en las minas de Bédar podrían tratarse de los fabricados por la marca alemana FLOTTMANN o bien DEMAG.