Metalurgia en Palomares: patrimonio del levante almeriense

Finalizan dos semanas intensas de actividades, en especial en lo relacionado a la exitosa exposición inaugurada en Vera el 11 de marzo pasado. El viernes finalizaba con una conferencia sobre las fundiciones en Palomares, en las que se han presentado el estado actual de la investigación de estos interesantes establecimientos tan característicos del patrimonio de nuestra comarca y de las cuales se conservan verdaderas joyas, como son las fundiciónes Esperanza Segunda, San Andrés, Encarnación y por supuesto, nuestra fundición local, Carmen de Bédar.

En la conferencia del viernes pasado (gracias al Ayuntamiento de Cuevas del Almanzora y a su cronista oficial, Enrique Fernández Bolea por la invitación) expusimos por primera vez aspectos interesantes como son los restos del foco metalúrgico de Palomares de finales del siglo XIX, con la identificación de Trinidad, una desconocida fundición (hasta ahora) del industrial Hilarion Roux; la identificación de los restos de Don Guillermo, y el importante papel en la génesis de la propia Palomares por parte de San Francisco Javier, la importante fundición Guillermo H. Huelin.

Esquema de horno de manga de la fundición San Jacinto (Garrucha)

También expusimos los descubrimientos referente al importante episodio de la minería del cobre, la caracterización tecnológica y evolución de los procedimientos mineralúrgicos y metalúrgicos de estas fundiciones, así como interesantes aspectos refererente a los laboratorios y métodos de ensayo de estos establecimientos. Destacamos los últimos datos referentes a los restos de crisoles y copelas de ensayo hayados en estas fundiciones, entre los que destacan los descubiertos por la arqueóloga Laura Larios Boqué utilizados desde finales del siglo XIX para el ensayo por vía seca de minerales cobrizos.

Plano de la fundición San Francisco Javier de Palomares, con su sistema de galerías de condensación en rojo y sus dos chimeneas, de las cuales solo queda la más cercana a las instalaciones.

Conferencia en Palomares: «La Industria metalúrgica en Palomares y su entorno durante el siglo XIX», celebrada el pasado 11 de marzo.

Reconstrucción artístcia de la fundición Don Guillermo (luego conocida como Santo Tomás) que se encontraba en el actual Playazo de Vera, junto a la rambla del Jatico. A la derecha, los restos de Trinidad.

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4 comentarios en “Metalurgia en Palomares: patrimonio del levante almeriense

  1. ¿Dónde puedo encontrar más información sobre la fundición Trinidad? ¿Se puede hacer algo para detener el desarrollo del sitio de San Andes? Las excavadoras se habían mudado cuando estuve allí en enero. Una de las chimeneas de la fundición Don Guillermo aún estaba en pie en 1966, aparece en una de las fotografías americanas donde cargaban partes del avión tras el desastre. Dada la ausencia de galerías de condensación, ¿se puede suponer que, al igual que la fundición de Duro, se utilizaron cámaras de condensación de Stokoe? Matorral y fino rocío de agua.

    • En efecto, la chimenea y gran parte de las ruinas de Don Guillermo-Santo Tomás estaban en pie cuando el asuto de la bomba. Don Guillermo-Santo Tomás tenía galerías de condensación, incorporadas en las paredes exteriores y en el interior, como se ve en los planos; las de la fábrica del Duro (Madrileña) no sabemos dónde se encontraban, solo tenemos planos del patio de hornos y las fotos históricas no dan pistas al respecto. En los que respecta a San Andrés, que está razonablemente bien conservada, aunque es una de las fundiciones ligada a Palomares, por estar actualmente en término de Vera, corresponde a este municipio su conservación y puesta en valor. Nosotros ya hemos comunicado al ayuntamiento de Vera la importancia de conservar esta fundición, que actualmente creemos que pertenece a un banco, por lo que lo que podemos hacer es darla a conocer para que acabe derribada en el olvido. En cuanto a Trinidad, son informaciones halladas en el AHPA, al igual que otras fundiciones no bien conocidas hasta ahora como Santa Trinidad (en Herrerías) o la fundición de Grima, en esta pedanía. Trinidad era una fundición dedicada al tratamiento de escorias tras la fiebre desatada cuando se consiguió su aprovechamiento en Cartagena hacia 1844-1845. Hemos de suponer que contaba con hornos de calcinación y de manga al uso, lo que cambiaría serían los procesos de tratamiento de las parvas, fundentes, etc necesarios para la fusión de escorias. Los restos que quedan son los que se ven en los vuelos americanos, si no aparece alguna foto nueva de esos años que nos pueda dar más pistas, es muy posible que contara con galerías-cámaras de condensación, pero imposible saberlo sin tener más datos.

      • Gracias por su respuesta. Madoz describió el sistema de condensación del Duro como cámaras Stokoe. Una elección sensata dada su posición con fácil acceso al agua. No he podido averiguar mucho sobre ellos aparte del hecho de que todos los hornos estaban vinculado. El humo fue forzado a través de un banco de puestos descentrados, mientras que una neblina de agua de mar descendía de un depósito en la parte superior de la cámara. La maleza, colocada sobre un arreglo de vigas horizontales, filtraba el humo al pasar de un abrevadero al siguiente. Cuando el agua alcanzó cierto nivel, se escurrió y el sedimento en él recogido. ver imagen Cuando estuve en la fundición de San Andrés en enero, noté que había grandes trozos de lo que parecía hierro que parecían haber caído de las ruinas de los hornos posteriores. Me pregunté si serían lo que había quedado en los sumideros de la última fundición. >

      • A ver, esas cámaras de condensación, ya fuera con cortinas de agua, neblinas, subdivisiones, ramas, rejillas, etc. se conocían como «trampas de humo» pues pensaban que permitía recolectar más humos con plomo. Hubo muchas y de muchos tipos, y desde luego podemos encontrar diferentes tipos en las muchas fundiciones de la época, no sé si Madoz menciona algún tipo concreto de ese tipo de trampas de humos en Madrileña, si no recuerdo mal eran dos cámaras asociadas a la chimenea, que era de 80 pies de altura, pero no recuerdo referencia a las galerías que, necesariamente, tuvo que haber. Realmente ninguna servía para nada, ya que en la época no se conocía el mecanismo de sublimación que está tras el fenómeno de los humos de plomo de estas galerías de condensación, lo único que funcionaba era la longitud de las mismas. San Andrés debió contar con diferentes sistemas de este tipo, hay cámaras, subdivisiones y pequeñas chimeneas posicionadas por toda la red de galerías; algo parecido pasa con Encarnación. Lo que se ve en San Andrés son fragmentos de siderita y óxidos de hierro, tanto en los hornos de calcinación como donde estaban los de manga-piltz, es normal encontrarlos porque eran fundentes habituales. También no cuesta mucho recuperar fragmentos de coque.

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