Recuperando el patrimonio minero: el martillo neumático

Hay pocas herramientas tan representativas del trabajo del minero como los martillos neumáticos de perforación, sin embargo, en lo que respecta a la minería en nuestra región, dar con uno se puede considerar como algo realmente excepcional. Tras el cierre de las minas, la venta de material primero y el expolio por parte de chatarreros hace que sea muy difícil encontrar cualquier resto metálico más grande que un tornillo. Pero a veces hay suerte. Ya habíamos encontrado restos realmente interesantes (barrenas, candiles, ruedas de vagonetas…) pero hoy presentamos el excepcional hallazgo de un martillo neumático (con barrena incluida). El instrumento, que puede datar de los años 1950 o 1970, se encuentra en un buen estado de conservación, hasta tal punto que, dada la simplicidad de estas herramientas y con un poco de aceite, no dudamos que pudiera ponerse en funcionamiento de nuevo.

En la mina, el trabajo de martillero era de los más duros y de más riesgo para la salud a causa del gran esfuerzo necesario para esta tarea y la presencia de grandes cantidades de polvo, sin olvidar el riesgo de accidente. Fueron los martilleros los más afectados por las afecciones pulmonares típicas de los mineros, y dado el peso del martillo neumático hallado, resulta difícil imaginar cómo podían manipular dicha herramienta en esos espacios, a veces tan estrechos.

Martillo de aire comprimido con barrena perforadora.

En minería el arranque se puede hacer mediante arranque mecánico y por explosivos. Para el arranque mecánico se utilizan dos tipos de martillos. Los martillos quebrantadores se pueden utilizar cuando las condiciones del trabajo impiden el poner explosivos. Los martillos excavadores no son tan potentes como los anteriores, aunque sí más ligeros y manejables, pudiéndoseles adaptar palas, y se utilizan cuando los materiales a excavar son de poca dureza.

El arranque por explosivos es mucho más rápido, y es el de elección siempre que las condiciones lo permitan. Para colocar el explosivo se han de perforar barrenos en la roca que posteriormente se llenarán de explosivos, para realizar estos barrenos se utilizan largas barrenas perforadoras. Para rocas muy blandas se pueden utilizar perforadoras rotativas, que pueden ser eléctricas o de aire comprimido, pero para rocas duras se utilizaban en la época principalmente martillos perforadores de aire comprimido, que pueden combinar movimientos de golpeo y de rotación.

Detalle del martillo neumático con su barrena perforadora.

Existen diferentes tipos de martillos neumáticos percutores, los ligeros (11 a 17 kg), como el hallado en Bédar y los semipesados (18-22 kg) podían ser manejados por un solo hombre, pero cuando sobrepasaban los 22 kg debían utilizarse métodos de soporte . Los martillos con soporte neumático pueden usarse en casi todo tipo de terrenos y especialmente en aquellos donde no podían usarse máquinas perforadoras de mayor rendimiento, como por ejemplo los carros barrenadores o perforadoras de columna, dotadas de mecanismo de avance automáticos, de los que no tenemos constancia que se utilizaran en la época de Hierros de Garrucha en las minas de Bédar.

José Soler Campoy nos muestra el martillo neumático en Bédar.

La perforación de los barrenos podía hacerse en seco, en el cual el aire a presión llega al fondo del barreno para ir eliminando los detritus. También se podían utilizar la perforación húmeda. La inyección de agua normalmente es beneficiosa, pues aumenta la duración del útil y puede facilitar la salida de los detritus, pero su utilización era obligada cuando el polvo resultante de la perforación era nocivo para la salud. Según nos cuentan varios testimonios (entre ellos Diego Rubio, antiguo minero de Bédar), si no se regulaba bien la salida de agua en el martillo (y aparentemente no era nada fácil) se generaba bastante barro, que dificultaba mucho el trabajo, por lo que los martilleros no usaron este sistema todo lo que hubiera sido deseable.

Publicidad de la época de martillos neumáticos Flottmann, similares al de la fotografía. Realmente hacían falta unos brazos como los del operario de la ilustración para manejar estas herramientas.

Sin duda, un buen hallazgo que puede tener un lugar destacado en cualquier museo de la minería.

Minero instalando un compresor portátil marca Bético en la mina Angustias de Bédar, transporta al hombro uno de estos martillos de aire comprimido.

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