El misterio de los lingotes de la fundición Carmelita de Villaricos

A principios del mes de agosto pasado publicamos nuestro primer libro independiente con un catálogo completo de las fundiciones históricas de nuestro levante (Atlas ilustrado de fundiciones del Levante Almeriense, ss. XIX-XX). Una de las historias que más nos sorprendieron, de las muchas que se cuentan en esta obra, es el de los lingotes de plomo argentífero (plomo y plata) de la mítica fundición de Villaricos «Carmelita», que fundía los no menos míticos minerales de la mina Virgen del Carmen del barranco Jaroso de Almagrera. Estos lingotes para exportación, también llamados galápagos, podían sobrepasar los 50 kilogramos de peso y tenían forma alargada, y no eran muy diferentes de los antiguos lingotes de plomo romanos que se han podido recuperar. Para indicar su procedencia, solían tener marcado el nombre de la fundición.

No es, desde luego, la primera vez que aparecen lingotes de fundiciones de plomo del siglo XIX en Almería, pero son más bien raros, pues solo se conocen lingotes de la fundición San Andrés de Adra y de la fundición de Presidio de Andarax (Fuente Victoria). Todos proceden de pecios hundidos.

Sin embargo, los de Carmelita son los primeros que se localizan procedentes de la región metalúrgica de Sierra Almagrera. Y todo sea dicho, si hubiéramos podido elegir de qué fundición hubiéramos deseado localizar uno de estos lingotes, Carmelita hubiera sido una de las primeras opciones. La fábrica que fundió el mineral argentífero del mítico barranco Jaroso, ¿quién puede pedir más?

Pero no acaban ahí las sorpresas. Si hubiera aparecido entre los restos de uno de los navíos franceses que transportaban habitualmente el plomo de Almagrera hasta el puerto de Marsella a finales del siglo XIX , pues sería hasta casi de esperar. Y, curiosamente, los lingotes de Carmelita han aparecido efectivamente entre los restos de un pecio que los llevaba a Marsella, pero no se trataba de un barco francés ni se hundió a finales del siglo XIX. La sorpresa viene cuando comprobamos que se trataba de un elegante mercante danés hundido en 1943 a la altura de Castellón cuando se dirigía a Marsella, que es lo mismo que decir que se trataba de un barco nazi. Y no se hundió a causa de una tormenta, fue gracias a los torpedos de un submarino inglés.

Si tenemos en cuenta que Carmelita cesó su actividad de fundición antes de 1900… ¿qué hacían los lingotes de una fundición que había cesado su actividad unos 50 años antes en un barco nazi en 1943? En el «Atlas de fundiciones del levante» exponemos todos las informaciones y datos al respecto, porque no hemos reparado en gastos ni en esfuerzos, porque hemos entrevistado a todos los implicados en el hallazgo de estos lingotes. A pesar de todo todavía quedan muchas incógnitas… como no podía ser menos cuando se trata de una buena historia de nuestra tierra.