Trataremos hoy sobre algunos accidentes del viejo ferrocarril Bédar-Garrucha. No fueron infrecuentes los sabotajes de la vía mediante la colocación de piedras. Estos sabotajes estuvieron provocados por los problemas con los propietarios de los terrenos expropiados para la construcción del ferrocarril, pues la compañía de Chávarri incumplió los acuerdos a los que llegó con algunos de ellos, además de utilizar estratagemas para retrasar los pagos, como la de retrasar la inauguración oficial del ferrocarril a pesar de que ya funcionaba.
Veamos algunos de estos accidentes descritos por la prensa de la época:
Accidente de enero de 1897:
Escriben de Garrucha que el tren número 1 del ferrocarril minero de los señores Chávarri, Lecoq y Compañía en su viaje de subida á la sierra de Bédar, descarriló en la madrugada de ayer 15, en las inmediaciones de la casa del guarda número 3 de la vía.
Las causas del siniestro han sido las copiosas lluvias de aquella noche, que inundaron la vía en varios sitios y causaron en ella varios desperfectos y cortaduras, no advertidas á tiempo por estar cubiertas aun por el agua, efecto de no haber cesado el temporal.
Al descarrilar, la máquina fue lanzada á unos bancales limítrofes de la vía, quedando con la chimenea hundida en la tierra y las ruedas hacia arriba, habiendo sufrido grandes desperfectos.
Por fortuna no hay que lamentar la muerte de ninguna de las personas que iban en el tren. Únicamente han sufrido algunas contusiones que no revisten gravedad, el jefe de la 1ª sección señor D. Andrés de Lapresa, y uno de los fogoneros, que fueron extraídos de debajo de la máquina. El maquinista tuvo que salir por una de las ventanillas del tender.
El servicio ha quedado interrumpido.
Accidente ocurrido en febrero de 1897:
…se recibió la desagradable de haber descarrilado cerca del puente de los Burgos a la caída de la tarde de ayer, el tren minero de los Sres. Chávarri, Lecoq y C.ª en tercera expedición de regreso de Sierra de Bédar, conduciendo mineral de hierro.
Lo peligroso del sitio de la ocurrencia, por la altura de los terraplenes y por su proximidad al puente referido, hizo temer que hubiesen ocurrido desgracias personales. Por fortuna no fue así, y salvo algunas contusiones, el personal que conducía el convoy, no sufrió más daños.
La máquina nº 2 que arrastraba el tren, que por cierto es la misma que descarriló días pasados, ha sufrido grandes desperfectos, así como varios wagones de mineral, que han quedado casi destrozados. Inmediatamente salió para el lugar de la ocurrencia todo el personal facultativo, acompañado de una brigada de obreros, y se confía en que la línea, que también ha sufrido mucho, quedará libre en breve.
Corren rumores, de los que solo me hago eco a título de información, de que el hecho de haber saltado la máquina de la vía, causa del descarrilamiento, obedece a que una mano criminal pudo colocar piedras en los raíles, no faltando quien murmure por ahí, que tan salvaje atentado puede muy bien haber sido realizado por alguno de los propietarios de los terrenos ocupados por la vía, que soñaron con sacar el oro y el moro de sus tierras, y no se conforman hoy día con que les indemnicen con menos cantidad de la que esperaban.
Accidente cerca de Garrucha ocurrido en diciembre de 1899:
Accidente grave.- Pudo serlo mucho, y hasta ocasionar varias desgracias entre los conductores del tren, el sucedido á la una de la tarde del día 18 del actual al tren n.º 2 del ferro-carril minero de los Sres. Chávarri, Lecoq y Compañía, en la curva que por detrás de la finca Vista Alegre, da acceso á las agujas de la estación de Garrucha.
Manos criminales arrastraron una gran piedra hasta la vía, y la colocaron sobre los raíles, y en sitio en que por el gran desarrollo de la curva, entre trincheras, no pudo ser vista por el maquinista y fogonero hasta que la máquina se echó encima, y por pronto que el maquinista pudo parar y evitar milagrosamente un descarrilamiento, sufrieron bastantes desperfectos la locomotora n.º 3, que era la que arrastraba el comboy; y cuatro vagones de los que bajaban cargados de mineral.
Hecho tan salvaje, merece la execreción de todos por las intenciones que revela; y como no es el primero, ni será el último, y la vigilancia en toda esta zona deja bastante que desear, por estar confiada sola y exclusivamente á guardas particulares, sin autoridad ni prerrogativa, EL ECO DE LEVANTE llama la atención de las autoridades, y reclama una vez más el establecimiento en Garrucha de un puesto de la Guardia civil que persiga y corrija á tales cafres.