Cacaruca

Antes de entrar en tema del patrimonio minero de Bédar, quiero hacer referencia a una noticia curiosa publicada en ELALMERIA de 17/08 y titulada «Apuestan por impulsar el turismo arqueológico través de los yacimientos». La noticia dice así:

El Servicio Provincial de Turismo tiene el objetivo de poner en valor la cultura argárica. El yacimiento arqueológico de El Argar, junto a La Gerundia, ubicados en Antas, constituyen el poblado prehistórico de la Edad del Bronce del sudeste ibérico que da el nombre a la cultura argárica. Levantado sobre una meseta con abruptas pendientes en su lado occidental y laderas más suaves en el resto, el yacimiento de El Argar se considera un asentamiento de nueva fundación, sin antecedentes calcolíticos.

El Servicio Provincial de Turismo, de la Diputación de Almería, ha apostado una vez más por la puesta en valor de una de las zonas que más curiosidad despierta entre los visitantes, ya que los amantes de la historia encuentran en estos emplazamientos un motivo para adentrarse en el apasionante mundo de los ancestros.

Sorprende un poco la poca difusión de una noticia como ésta, y no parece casual, sobre todo tras la reciente campaña de conferencias organizadas por la Asociación ARGAR-FUENTE ALAMO para poner en valor precisamente estos importantes yacimientos. Tampoco puedo dejar de recordar la reciente apertura al público de los yacimientos de Baria. No creo necesario recordar lo importante que será para todo el levante almeriense que se lleven adelante estos proyectos, aunque espero ver todavía hasta qué punto nuestros gestores políticos se van a implicar en ellos, no se podría entender que dejaran pasar esta gran oportunidad.

Y ahora vamos a las minas. En otros posts he hablado de los minerales de El Pinar. Es normal, pues son bonitos y coloridos, muy apreciados por los coleccionistas. Muchos son coleccionados y debidamente identificados, y no deparan pocas sopresas. Sin embargo, a veces (y no pocas) me han preguntado por los minerales de hierro que se explotaban en Bédar. No soy quizás la persona más indicada para responder a esto, ni soy geólogo, ni ingeniero de minas, ni tampoco soy especialmente aficcionado a la mineralogía. Pero sí puedo responder, en cierta manera, basándome en los conocimientos que los mismos mineros tenían y que han quedado reflejados en algunos documentos.

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Diversas muestras de óxidos de hierro con inclusiones de cristales de barita. Por orden, se trata de mineral procedente de la mina Higuera, hierro «colorado» procedente de la mina Júpiter, y mineral procedente de la mina Nunca es tarde.

En las minas de hierro de Bédar se han explotado principalmente óxidos de hierro (hematites) más o menos manganesíferos. Suelen ser grandes masas amorfas de rocas que van desde un color pardo, con tonos rojizos o de un negro azulado. Se incluyen oligistos, ocres, «hierros de los pantanos» (hematites pardas y limonitas)y otros como magnetitas, goethitas, etc. Resumiendo, grandes masas de mineral de un aburrido color oscuro.

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En las fotografías superiores, diversas muestras de minerales de hierro procedentes de la mina Cuatro Amigos, la primera se trata de una limonita, las dos siguientes son muestras de hematites típicas de esta mina.

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Dos muestras más de óxidos de hierro procedentes de Cuatro Amigos, en una parte del yacimiento cercana a la cortijada de Centinares.

BARRANCO

El barranco de los Burgos en su trayecto por el curato de los Bolea de Bédar. Estos agrestes parajes, que escaparon por muy poco de las avariciosas garras de los «ladrilleros» (llegó a proyectarse por aquí una enorme urbanización y un campo de golf), es uno de los parajes más bonitos y desconocidos de toda la sierra de Bédar.

CURATO

Otra panorámica del Curato de los Bolea. Es difícil poder contemplar parajes de cerros como éstos sin la presencia de chalets ilegal… perdón, de aljibes y corrales de ganado en sus cumbres y laderas.

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En la fotografía podemos observar el cargadero del ramal de cable de la mina Cuatro Amigos, en el Curato de los Bolea. Esta mina, más conocida en la zona como «Majá la Cana» era propiedad de la Garrucha Iron Mining Company. Sus minas conectaban mediante un ramal de cable de 1,5 km de longitud con Tres Amigos.

En las minas de Serena en las últimas décadas del siglo XIX se reconocían dos tipos de mineral de hierro. Un mineral negro-azulado (muy rico en hierro, húmedo y con poco fósforo) y un mineral rojizo con menor ley en hierro (más seco y con algo más de fósforo). En la Higuera se hablaba de grandes masas de hematites pardas, con una ley menor en hierro pero en grandes cantidades. En la Mulata, con grandes cantidades de hematites pardas y pequeñas zonas de mineral más rico, incluyendo magnetitas.
También se pueden encontrar hematites rojos o negros con cristales blancos de Barita, que se encuentran con facilidad en las minas de Serena (Júpiter, Porfiado, Nunca es tarde, Higuera…)

Hay numerosas minas que por dimensiones y cantidad explotada considero como «menores» y de las que todavía no he hablado mucho. Hace poco se publicó en el MTI-Blog un artículo sobre la desconocida mina «Nunca es tarde», una mina que seguro que todos en Serena han visto muchas veces como una pequeña escombrera en la cima de uno de los cerros.

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Dos fotografías, una del interior y otra de los trabajos en el exterior, en la mina San Antonio Segundo, junto al trayecto del ferrocarril a Garrucha.

Pero una mina tan pequeña como desconocida es la de San Antonio Segundo, ubicada justo al lado del trazado de la vía de ferrocarril. Es muy posible que se trate de la mina explotada por Agustín Flores Zamora, que empezó a trabajarse en el año 1914 y en la que contó con varios empleados, entre ellos sus hijos. Aunque el yacimiento explotado no era importante, la cercanía del ferrocarril facilitaba mucho el transporte del mineral. El arrendamiento, e incluso sub-arrendamiento de minas por parte de la sociedad Chávarri a pequeños explotadores era una práctica habitual, como está documentado ampliamente en la mina Gracia. El negocio era rendondo, sin hacer ninguna inversión la empresa arrendaba al minero la mina y tan sólo se ocupaba de transportar el mineral, comprándole el mismo a un precio ya establecido.

En San Antonio Segundo se explotaban las ya habituales hematites pardas, pero como siempre, hay sorpresas. Junto a las labores de la mina pude detectar manchas verdes y negras correspondientes a carbonatos de cobre y manganeso, unos minerales que si no fuera porque los encontré allí «in situ», juraría que proceden de El Pinar. Otro pequeño misterio que corresponde a los científicos estudiar.

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Carbonatos de cobre y «flores» de manganeso en una muestra de mineral procedente de la mina San Atonio Segundo y que no se encuentra, aunque lo parezca, en El Pinar de Bédar.

Hay otras minas con estructuras muy curiosas, como la mina Los Rincones, de la que hablaré en otra ocasión. Hay más, está Mi Gitana, Angustias y Leonor, SilencSe sabe también que en las minas de El Pinar se explotaba el mineral de cobre, pero de una forma complementaria a la del plomo y en mucha menos cantidad. Sin embargo se pueden encontrar los restos en el barranco de San Marcos de lo que vendría a ser una explotación dedicada, en exclusiva, a la explotación de cobre. El mineral de cobre (malaquita y azurita), se explotaba por medio de pequeñas galerías y era posteriormente triturado y garbillado, a tenor de los restos que se pueden observar. Desconocemos el nombre de la mina y a que compañía pertenecía, pero es la única de la zona que se dedicaba a la explotación en exclusiva de este mineral. Todavía es posible recoger parte del mineral que explotaban:

MARCOS

Carbonatos de cobre explotado en una de las minas del barranco de San Marcos, en El Pinar de Bédar.

De estas minas menores es muy difícil encontrar datos. Los mineros de El Pinar llamaban «cacaruca» a un tipo de galena que se encontraba en la mina Suerte. El nombre viene a significar algo así como «difícil de realizar», y que viene al pelo para definir este tipo de yacimiento compuesto de diminutos fragmentos de galena dismeninados por las grietas del mineral y que debía ser especialmente difícil de separar. Sin duda tiene cacaruca el estudiar estas minas menores, y se me antoja que tiene mucha más cacaruca conseguir que alguna vez el patrimonio de Bédar pueda ser valorado en la medida de su importancia. Y por no decir de la cacaruca que tiene conseguir que alguna vez los políticos de este Levante Almeriense dejen de mirarse el ombligo y empiecen a preocuparse por su tierra.

No puedo acabar este post sin mencionar la barriada abandonada de Los Olivicos, ubicada en la cañada del Buitre y con unas fantásticas vistas hacia el Jauro… testigo mudo de otra época:

OLIVICOS

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