«Luces y sombras, la sociedad del sureste de España en tiempos mineros. (s. XIX y s. XX).»

Este sábado se inaugura la exposición «Luces y Sombras» en Vera. APAMIBE ha colaborado aportando mucho de la historia y restos mineros de Bédar, que podrán contemplarse allí. Queremos destacar la recuperación de un carretón del cable aéreo Bédar-Los Gallardos perdido en el barranco de Serena gracias a nuestros amigos, la asociación los Correcaminos de Turre y su presidente Jacinto Alias. La vagoneta aérea con carretón será expuesta, por primera vez, en esta exposición. No pueden faltar a la inauguración el sábado a las 8:00 de la tarde.

Gracias a todos los miembros de Correcaminos por su trabajo de recuperación de nuestro patrimonio, y a todos los miembros de APAMIBE que han colaborado, especialmente a Antonio González e Ine Thijs. Bédar y su historia minera siempre presentes, asesorando a los coordinadores de la exposición, Magdalena Navarro Arias y José Berruezo García. Gracias, en definitiva, a todos los que han a aportado información y objetos.

Viaje al fondo de los pozos mineros de Bédar

Volvemos tras un periodo sin publicar novedades, aunque no porque hayamos seguido trabajando en diferentes temas ligados al patrimonio de la zona, en especial la recopilación de datos sobre mineros.

Gracias a Bajo los Espartales (https://agjodar.blogspot.com/) y a su administrador Antonio González Jódar y con la ayuda de Francisco Soler, hemos procedido a realizar los primeros descensos con cabria por dos de los pozos mineros más emblemáticos de Bédar: el pozo P de la mina Mahoma y el pozo Esperanza en la demasía a Sagunto.

La cabria, diseñada por Antonio González, dispone de una cámara robotizada y focos, lo que permite explorar con seguridad los viejos pozos mineros, además de recoger muestras de agua si fuera necesario. Habiendo ya sido testada en los profundos pozos de Sierra Almagrera, llegó el momento de «echar un ojo» a los pozos del coto minero de Bédar.

El pozo P, ubicado en el barranco de la Hoya, cerca de la barriada de Los Pinos (Serena) era uno de los pozos de extracción de la Compañía de Águilas (como todos los que fueron designados con letras mayúsculas). Se situaba en el margen de avance de la mina Mahoma en su avance desde el pozo Júpiter, siguiendo el buzamiento de la capa de mineral de hierro en lo que se conoción en 1901 como «fosa de Mahoma». El pozo disponía de un castillete de mampostería para dar soporte a la cabria, accionada por una máquina locomovil a vapor. Dos edificios completaban la instalación, uno de ellos para proteger la máquina de vapor.

De los muchos castilletes que llegó a haber en Bédar, es precisamente el castillete del pozo P el único que se conserva en Bédar, casi de forma milagrosa. Y, por una de esas casualidades, es del único el que hemos podido localizar los planos originales.

El pozo P, de esmerada construcción, presenta unos 60 metros de profundidad. Cerca del fondo se encuentra la galería de enganche, en la que todavía se puede observar una vía para vagonetas.

El pozo Esperanza era el pozo principal de extracción de las labores de la concesión demasía a Sagunto. En su época dispuso de una castillete y máquina se extraccion, provisto de una curiosísima tolva en forma de medio embudo que era el origen de una pequeña vía mienra, conocida como vía Esperanza, que conectaba con la de Vulcano, que llevaba el mienral hasta el cargadero de cable aéreo de la Compañía de Águilas.

Posteriormente y a diferencia del pozo P, la mina fue explotada de nuevo por Hierros de Garrucha a partir de 1952, rehabilitando los mismos elementos (pozo, tolva y máquina de extracción), aunque esta vez utilizando un motor eléctrico (de ahí la presencia de una torre de transformación). El pozo muestras las diferentes reparaciones efectuadas en esta segunda época de extracción.

El pozo, también de 66 metros de profundidad, presenta un primer enganche a 9 metros, un acceso para mineros y material, y otro, el principal, a 58 metros, con un curioso refuerzo metálico con raíles reutilizados.

Una línea de alta tensión amenaza el futuro turístico de Bédar, Serena y Los Gallardos

La nueva red eléctrica prevista cambiará la imagen de Bédar radicalmente.

Las noticias que nos llegan son muy preocupantes en lo que respecta al trazado de la línea de alta tensión que debe alimentar la línea del AVE, concretamente hacia una subestación prevista junto al Cabezo María, en Antas. Los trazados previstos han hecho saltar todas las alarmas, pues la línea de cables y torres de alta tension cruza de lleno la sierra de Bédar, pasando directamente por la pedanía de Serena y pasando prácticamente al lado de uno de nuestros símbolos más reconocibles, la estación de carga de Tres Amigos.

Como una imagen vale más de mil palabras, hemos hecho una reconstrucción de lo que supondrá en Tres Amigos esta obra. Añadimos también los planos con el trazado previsto. En definitiva, un ataque frontal a uno de los elementos más representativos de Bédar. Además del pasar justo por encima de Serena, con todo el riesgo que puede suponer el paso de líneas de alta tensión por una zona poblada como es Serena. Además, la línea cruzará toda la zona de la conocida ruta minera de Bédar, que tanto tiempo ha tomado en estudiar, proyectar y poner en funcionamiento. La línea destrozará el atractivo paisajístico de toda esta ruta.

Tal y como se aprecia en el plano, la líne apasa pegada a Serena y cruza por todo el trazado d ela Ruta minera hasta Tres Amigos.
La línea cruza también el término municipal de Los Gallardos, también justo al lado de su ruta minera, lo que supone de nuevo un deterioro de uno de sus mayores atractivos: el paisaje.
La pedanía de Serena (Bédar) es uno de los pueblos del levante que ha conservado mejor su pasado hispano-musulmán y es el punto de llegada de la ruta minera de Bédar. La nueva línea, que pasará justo al lado, supondrá un grave perjuicio pata todos los vecinos de Serena y para Bédar, en general.

Serena (Bédar): crónica del descubrimiento de un castillo olvidado

Fue en 2010 cuando dimos a conocer el hallazgo e identificación de un nuevo castillo en la pedanía bedarense de Serena, antigua población independiente en época (al menos) nazarí. Escuchando una transmisión radiofónica hace una semana (que hemos publicado en el blog), se volvió a recordar el descubrimiento de este castillo, y nos hemos dado cuenta que vuelve a caer lentamente en el olvido, algo a lo que parece que tiende todo lo que concierne a Bédar y Serena. No esperamos que se promueva ninguna iniciativa de excavación arqueológica, con la cantidad de restos arqueológicos de primer orden de la zona que esperan su turno, sería muy inocente de nuestra parte. Tampoco pedimos que se reconozca su condición de lugar progegido, como toda fortaleza militar aunque sea desconocida, su calificación como BIC es automática por el simple hecho de serlo.

Volveremos a recordar cómo lo encontramos y, sobre todo, cómo podemos afirmar con seguridad que es lo que afirmamos que es. Sería hacia 2004 cuando una idea me empezó a dar vueltas; en esos momentos estaba documentando la mezquita-iglesia de Serena y ya estaba claro que Serena fue una población independiente en época nazarí, incluso hasta más grande que ésta. Tenía su propia mezquita y… ¿no tendría también su propio castillo? Era evidente que debía tener una, ya que durante el reinado del rey de Granada Muhammad V (1354-1358 y 1361-1390) que se construyeron y repararon la mayor parte de las fortalezas de la frontera; se estableció que cada núcleo de población, por pequeño que fuese, debía disponer por lo menos de una torre de refugio para la población.

La clave la encontré finalmente en el Libro de Repartimiento y Apeo, en el que se indicaba claramente la presencia de una «antigua fortaleza», que se encontraba a un lado del gollizno del camino que seguía desde el pago de la Coca hasta el pago de la Mar. Serena es uno de los pueblos de Almería que mejor ha conservado su pasado musulmán, el sistema de riego y los pagos prácticamente no han cambiado. Fue realmente un juego de niños seguir las indicaciones hasta localizar los restos de la fortaleza. Posteriormente pareció evidente que era el lugar más indicado, pero eso es fácil decirlo a posteriori, de la misma manera que fue difícil que la gente creyera la historia del castillo perdido de Serena.

Representación del aspecto que debió tener el castillo moro de Serena.
Plano a escala en la que se representan de forma aproximada los diferentes elementos de los que debió contar el castillo de Serena. Las torres se representan en color violeta y la ubicción aproximada del aljibe en rojo. El castillo debió contar con dos superfícies a diferentes alturas, representandas en verde y amarillo en el plano. La entrada parece que se ubicaba en el vértice SE, donde una pequeña torre debió servir de defensa del este punto de acceso.

Pero ahí estaban los restos del castillo, sobre la cima amesetada de un cerro. No existen caminos para subir y los restos son casi invisibles, pero quedaban algunos restos de cerámica. Posteriormente algunos vecinos nos informaron de la aparición de una serie de monedas y otros restos, al parecer relacionadas con unas excavaciones realizadas en la zona aparentemente para el soterramiento de una línea eléctrica durante los años 80 y 90 (datos que no pudimos confirmar), además de la existencia de otros restos antiguos en la cima del conocido como cerro de la Cruz. En un post anterior ya explicamos cómo reunimos la información y analizamos parte de este hallazgo, que denominamos «tesorillo de Serena» a pesar del escaso número de ejemplares y su mal estado. Elaboramos un ejemplo de cartel con los datos fruto de la investigación, el que destaca un felus datado en 1474 o una fracción de un dinar de Muley Hacén. También pudimos constatar la presencia de los restos de una antigua atalaya en el cerro de la Cruz, que aseguraría un control de los accesos a Serena desde Bédar y un punto de comunicación con el castillo vecino, con el que no hay una conexión visual directa. Con todos estos elementos, si incluímos las referencias documentales a Serena en época nazarí, nadie podrá poner en duda la entidad de las ruinas a las que hacemos referencia.

Fotografías de diferentes elementos numismáticos de Serena de época nazarí. Destaca el fragmento central, una fracción de dirham cuidadosamente recortado en el que se aprecia el nombre del rey de Granada Abū al-Ḥasan ʿAlī ben Saʿd más conocido entre los cristianos como Muley Hacén o Mulhacén, fallecido en 1485.

Serena, como pueblo independiente, contaba con su propia mezquita, cuyas ruinas se han conservado milagrosamente gracias a que, tras ser utilizada como iglesia, se destinó a almazara de aceite. Se trataba de una sólida construcción, prácticamente desprovista de decoración, que podía ser usada como fortaleza en caso necesario.

También descubrimos que había quien dudaba de que el viejo edificio de Serena hubiera sido realmente una mezquita, evocando, en particualr, su parecido con la ermita mudéjar de Santa Fe de Mondújar. El parecido es evidente, pero queda también la duda de que esta ermita no esté también construida sobre una antigua mezquita. Dado que Serena se entregó pacíficamente al rey Don Fernando en 1488 tras la caída de Vera, la mezquita no debió sufrir daños y, de la misma manera que se ha constatado documentalmente en Bédar, ésta se «reconvertió» en iglesia, es lógico pensar que en Serena se hiciera lo mismo, para lo cual parece que la mezquita sufrió una serie de modificaciones para su nueva función de iglseia, modificaciones que ya analizamos en un anterior post. En cuanto a la mezquita de Serena, el prestigioso historiador José Angel Tapia Garrido, éste afirma en su obra Historia general de Almería y su provincia, volumen 7 (1989) lo siguiente “En Serena, su anejo, la mezquita estuvo en uso hasta el 1.570, que los moriscos abandonaron el lugar y se arruinó.”  Por otro lado, los expertos de la Consejería de Cultura que estudiaron las ruinas para su declaración como BIC son también claros en este aspecto: «La Ermita de Serena, edificio originariamente construido para albergar una mezquita, presenta una inusitada dimensión espacial para su tipología, y fue adaptado al culto cristiano como ermita tras la conquista cristiana de Bédar, manteniendo dicho uso religioso hasta la construcción, a fines del siglo XVII, de la iglesia parroquial de la localidad.» Es por esto que, a pesar de algunos comentarios, podemos afirmar con seguridad que estamos ante una antigua mezquita, eso sí, reconvertida en iglesia mudéjar con posterioridad. Fue el hecho de que Serena acabara como una pedanía de Bédar lo que permitió que se conservara hasta hoy en día, ya que en Bédar finalmente se acabó construyendo una iglesia nueva y la «iglesia vieja» acabó desapareciendo.

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Restos de la antigua mezquita-iglesia
Comparativa de la entrada de la mezquita-iglesia de Serena y la ermita mudéjar de Santa Fe de Mondújar antes de su restauración. Los parecidos son evidentes.
Se han documentado diferentes elementos de época nazarí procedentes de Serena, como estos anillos de bronce.

El castillo de Serena, a diferencia de su mezquita, fue demolido. Lo mismo pasó con el de Bédar, y es algo lógico ya que dado que no hubo una ocupación inmediata por parte de tropas cristianas de estas fortalezas, se quería evitar que fueran utilizadas en caso de insurrección. Los castillos de Serena y Bédar eran pequeños castillos roqueros que parece que contaron con una torre principal y una o dos torres que protegían la entrada. El castillo de Bédar era un poco más grande que el de Serena y parece más antiguo, con una herrería y un pequeño arrabal en la loma del cerro, al menos datando de época del califato, pero solo un estudio arqueológico podría sacarnos de dudas. Parece ser que se tomaron más molestias en destruir el castillo de Serena, del que prácticamente no quedó nada en pie y hasta el aljibe fue completamente demolido. Por el momento, todo lo que se sabe sobre el castillo de Serena se corresponde con la época nazarí.

También se han encontrado fragmentos de cerámica esgrafiada al manganeso en Serena, como en diferentes lugares de Bédar. A la izquierda encontramos un interesante fragmento procedente de Serena en el que se aprecia lo que parece un índalo, seguramente algún tipo de decoración que aparenta una forma antropomorfa y que recuerda vivamente a otro fragmento hallado en Bédar (derecha) con una especie de figura similar. Otro más de los parecidos entre ambas poblaciones.
A la izquierda, resto de un lienzo de muralla en en lado E del castillo de Serena, uno de los pocos de los que quedan restos. El castillo fue demolido a conciencia, diferetes fragmentos de enlucido de cal se encuentran cerca del vértice SE, restos del aljibe de la fortaleza.
Esta contera de espada atestigua la función primordialmente militar de esta estructura.
Restos de cerámica decoradas de grandes recipientes de almacenamiento de líquidos.

Y hasta aquí este pequeño resumen de más de 17 años de investigaciones completamente amateurs y sin ningún tipo de ayuda. Esperamos que algún día une estudio arqueológico confirme o desmienta estos datos que aportamos, pero en todo caso estamos seguros que la historia final será incluso más apasionante de lo que pensamos. Lo que es indudable es que Serena guarda todavía el espíritu de la antigua alquería nazarí que fue, quizás sea uno de los lugares más auténticos, a salvo por ahora de la locura urbanizadora, que queda en Almería. Y está a un solo paso de la ruta minera de Bédar… 12/05/2021 Juan A. Soler.

Los restos de una atalaya en el cercano cerro de la Cruz pudieron servir en su época para la necesaria comunicación con el castillo vecino de Bédar, con el que no había una línea visual directa. La posición ofrecía además una vista de todo el valle de Vera, además de controlar el camino de acceso a Serena desde Bédar, parte del antiguo camino que llevaba hasta Sorbas.
Fragmentos de cerámica medieval encontradas junto a los restos de la atalaya del cerro de la Cruz no dejan dudas sobre su origen.
Cartel divulgativo sobre el «tesorillo de Serena».

El Hoyo Júpiter de Bédar (Serena), algo más que una simple roza

A pocos días de navidad de este atípico año, volvemos a los temas clásicos que tratamos en en este blog y, concretamente, a la joya de la minería de Bédar, el Hoyo Júpiter de Serena.

Es uno de los puntos estrella de la ruta minera de Bédar, cuando ya cerca de Serena queda a la vista un enorme hoyo de unos 200 metros de largo y 50 de ancho en la que se vilsumbran los restos de algunos edificios. Si tiene la suerte de ir con un guía o con alguien que conozca la historia minera de Bédar, posiblemente le cuente cómo en ese lugar se ubicaba un cerro que fue completamente explotado por la Compañía de Águilas, y su mineral transportado por el cable aéreo hasta Garrucha, desde donde se distribuyó entre diferentes acerías inglesas, alemanas e incluso norteamericanas.

Se calcula en más de dos millones de toneladas de mineral de hierro lo que se extrajo del «Hoyo» durante toda su historia minera, con una cantidad desconocida de estériles que tuvo que ser movilizado para permitir el avance de la explotación.

Si bien ha quedado muy poco material documental, hemos podido recoger los suficientes para dibujar con bastante exactitud la planificación y avances de esta mina (en realidad tres, Porfiado), que fue siempre el «buque insignia» de la Compañía de Águilas. Si bien se conoce actualmente como Hoyo Júpiter, realmente el Hoyo se extiende por las concesiones de Porfiado, Mahoma y Júpiter, donde existían gruesas capas de mineral de hierro oxidado con bastante manganesa y muy poco fósforo, lo que lo hacía especialmente interesante para la fabricación de acero. La presencia de de grandes «conchas» de estériles siempre puso a prueba la competencia de los ingenieros que se encargaron de su explotación, preocupados siempre en poder evacuar los estériles y depositarlos sin poner en riesgo el avance de la explotación.

Es por eso que, a pesar del aparente caos que se observa hoy en día, se trata de una explotación muy planificada, desde que en 1895 los ingenieros Putz y Dietrichon planearon el ataque inicial a la montaña de hierro que ocupaba el lugar, a partir de una serie de pocillos de exploración. La explotación se llevó a cabo a cielo abierto durante sus primeros años, donde llegaron a emplearse 480 operarios (incluida la vecina mina San Manuel, donde se encontraba la estación del cable aéreo). La explotación, dividida en diferentes zonas de trabajo o «Hoyos», semejaba un hormiguero, con numerosas vías mineras de superficie, con planos inclinados y sus correspondientes máquinas de vapor para salvar los diferentes desniveles. Un plano conservado de 1895 nos muestra el complejo sistema de vías superficiales del Hoyo (plano adjunto), donde se aprecian, al menos dos planos automotores y varios de los «hoyos» o rozas en explotación en esos momentos.

Es díficil imaginar como pudieron trasladar hasta esas minas las calderas y maquinaria necesaria para los planos inclinados, sin contar la ingente cantidad de traviesas y raíles necesarios para toda la infraestructura. Como para la construcción del cable aéreo, debió utilizarse la vía natural de acceso a esa zona, el cauce del río Jauto, por medio de carretas tiradas por bueyes. Sin embargo, el subirlos al cerro donde se encuentran las minas y emplazarlos en la parte superior de las crestas y relieves no debió ser nada fácil.

Sobre los trabajos no sabemos gran cosa, a parte de algunos de los nombres de las rozas. Así tenemos la roza de San Marcos, la del Teléfono y la de Porfiado en la concesión de Porfiado y la roza Colorada, la roza Negra y los diferentes planes del «hoyo Júpiter». En algunos documentos se mencionan las malas condiciones en las que tenían que trabajar en ocasiones, como cuando se comenta en 1906 cómo los operarios trabajaban en la roza de San Marcos colgados de cuerdas por la cintura en los cortes de la misma. Sin embargo, no todos eran jornaleros a sueldo de la Compañía. Muchos de los mineros eran autónomos (contratistas), pequeñas cuadrillas a las que se les encargaba trabajos muy concretos (cortar cierta cantidad de mineral, la construcción de una galería, un pozo…), muchos de ellos originarios de Bédar. Así sabemos por ejemplo que en 1898 en la roza de San Marcos trabajaba en contratista Felipe Guirao Ródenas, en la de San Manuel Francisco Crespo Campoy y Francisco Quilés Caparrós y en la de Mahoma Antonio Martínez López, Juan Guerrero Yáñez, Andrés Caparrós y Nicolás Collado Gómez.

Cuando el Hoyo alcanzó cierta profundidad, se habilitó una galería a la cota 365 que recogía el mineral de forma más económica y la llevaba hacia el cargadero del cable aéreo. Finalmente, cuando los costes de extraer el estéril superaron al beneficio del mineral, empezaron a realizarse explotaciones subterráneas, que partían de la periferia del Hoyo, aunque siguieron los trabajos a cielo abierto. Pero esto ya es otra historia que deberá ser contada en otra ocasión.

Patrimonio de Bédar: el tesorillo nazarí de Serena

Presentamos, como ejemplo, el diseño de un póster o panel informativo como el que podría utilizarse para promocionar el patrimonio bedarense. Tomamos como ejemplo el tesorillo (de dimensiones modestas, pero tesorillo, al fin y al cabo) de Serena, presentado en un póster muy sencillo a escala (indicado en una esquina). Como cartel explicativo podría incluir un pequeño resumen de la historia de esta pedanía de Bédar, una aldea independiente en época nazarí que ha escapado afortunadamente al turismo de masas y que conserva todavía el carácter hispano-musulmán que está en sus orígenes.

 

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El tesorillo nazarí de Serena (Bédar)

Esperando aligerar este duro periodo de confinamiento y deseando que acabe cuanto antes, hoy presentamos en exclusiva un estudio preliminar tras un arduo trabajo de localización, estudio e identificación de un conjunto monetal de época hispano-musulmana encontrado en la pedanía de Serena (Bédar), que constituía en época nazarí una población independiente.

Se trata de un conjunto de, al menos, 13 piezas, aunque sospechamos que pudieron ser más, en un espacio de terreno que hemos considerado de aproximadamente de 6 x 6 metros, por lo que suponemos que se trata de parte de un tesorillo, o depósito cerrado, que se puso de manifiesto tras la realización de unas pequeñas excavaciones en una fecha que no podemos determinar con seguridad pero anterior, en todo caso, a 1990.

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Serena (Bédar)

Tras tener constancia de un primer ejemplar en 2004, seguimos la pista hasta poder documentar un total de 13 ejemplares que proceden, con poco margen de dudas, del mismo y limitado espacio indicado. Aunque el número parece escaso por el momento, procedemos a dar la exclusiva, con información provisional y animamos a quien haya podido tener conocimiento de este hallazgo, o posea algún ejemplar, que se ponga en contacto con nostros para poder documentarlo y aumentar nuestro conocimiento del mismo.

Un tesorillo no es más que una serie de piezas reunidas de forma intencionada y que, por algún motivo, fueron escondidas por su dueño, que nunca llegaría a recuperarlas. El tesorillo más cercano es sin duda el del Tiján, en Turre, con 377 piezas de plata de época califal, conservadas en una colección particular y que se encontraron dispersas en un espacio de unos 4 x 4 metros. El tesorillo más cercano de moneda nazarí es el hallado en Cuevas del Almanzora, con un total de 134 monedas de plata de época datada entre 1465-1485. Otro cercano es el de Lucainena de las Torres, hallado en 1948 en una vasija, con cerca de 2.000 dirhames de época almohade, de las cuales solo pudieron recuperarse tres doblas, un fragmento y unos doscientos dirhames, habiéndose repartido el resto entre vecinos y tratantes del mercado que se encontraban allí en el momento del hallazgo. Otro tesorillo de época de taifas fue hallado en río Alcaide, en Vélez Blanco, de 190 monedas, fechado entre el 1040 y el 1041/2, con monedas de vellón de las taifas de Almería, Denia y Toledo. Otro tesorillo de 692 monedas de platas de época almohade fue descubierto por unos obreros en un desmonte de la construcción de la carretera que une Pechina con Rioja.

 

SOBRINAS, BÉDAR. LA SERENA. - YouTube

Fuente pública de Serena

 

Aunque nuestro tesorillo parece irrisorio si lo comparamos con los anteriormente mencionados, creemos que puede ser interesante para el conocimiento de la circulación monetaria en ambientes rurales del sureste andalusí, con la ventaja de conocer exactamente de donde proceden, lo que no es ni mucho menos habitual. Al menos, esperamos, resultará interesante a los vecinos de Bédar y Serena, como parte de su historia. Posteriormente lo completaremos con otra serie de piezas que hemos podido estudiar procedentes de Los Gallardos.

Veamos, uno por uno, los ejemplares estudiados. Nos ayudaremos con dibujos, pues dado el estado de varias de ellas, facilitará apreciar las leyendas:

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Nº 1. Fracción de 1/2 dirham de ‘Alī ibn Sa’ad (Abū al-Hasan ‘Alī, conocido como Muley Hacén o Mulhacén, 1464–1485) de 0,19 gramos de plata. Medina n.º 263. Es a destacar que el recorte de este medio dirham es muy cuidadoso y parece que con la intención de conservar una parte de las leyendas religiosas.

Leyendas (las leyendas que se indican entre paréntesis están fuera del cospel por recorte):

IA (izquierda): (No dios sino) / Dios, Mahoma / enviado de Dios

IIA (derecha): (Siervo de D)ios ‘Alī / (Al-Gaih) Bīllāh / Granada

 

medir2

Nº 2. Medio dirham anónimo del reino nazarí de Granada de 0,73 gramos de plata, Medina n.º 266 (Vives n.º 2197) Datada entre el 1238-1492.  Presenta dos perforaciones.

En cuanto a las leyendas, este tipo de dirham llevaba únicamente leyendas religiosas, de las que en este ejemplar se pueden ver la primera línea y la segunda parcialmente (IA izquierda y IIA derecha, respectivamente, por lo que la ceca no es visible en nuestro ejemplar:

dirhem nazari

Las monedas de plata nazaríes no llevan fecha y tan solo el nombre del emir con Muḥammad I (1230–1273), después son anónimas y no vuelven a tener el nombre del sultán hasta ‘Alī ibn Sa’ad (1464–1485) y Muḥammad XIII. Es por este motivo que este tipo de dirham no es útil para estimar muy precisamente la fecha, ya que se emitieron desde 1238 hasta 1492. De los 4 medios dirham anónimos descritos en Serena, es el de mejor factura, a pesar de que la acuñación es defectuosa.

 

medio

Nº 3. 1/2 dirham. A diferencia de la anterior la acuñación es más descuidada y la escritura más tosca y con ceca de Almería (Medina nº. 266 d). Es de vellón de 0,78 grs. Presenta una grieta, al parecer por el intento fallido de perforarla.

Las leyendas, que se ven parcialmente, son las siguientes en IA (izquierda) y IIA (derecha):

ALMERIA

Parece que las emisiones con ceca de Almería eran de peor calidad que las de Granada. en este ejmplar se puede apreciar además parte de la grafila de otro cuño en IIA (derecha.)

 

medir1

Nº 4. Fragmento de 1/2 dirham de plata de 0,26 gr de peso. Se pueden leer parcialmente las dos primeras líneas del texto, lo que permite su clasificación aunque la ceca no es visible. Presenta una única perforación que ha agrietado la pieza.

 

dir4

Nº 5. Fragmento de 1/2 dirham de vellón de 0,73 gr de peso de acuñación descuidada, con escritura tosca y con ceca de Almería, del mismo tipo que la nº. 3 pero más tosca. Presenta igualmente una perforación que parece haber sido hecha con un estilete.

 

cuarto1(1)

N.º 6. 1/4 de dirham de plata de 0,38 gramos del reino nazarí de Granada (Medina n.º 269). Son tres los ejemplares de este tipo y de los tres éste es el que presenta una escritura menos tosca y una mejor acuñación a pesar de lo irregular del cospel. Se trata del tipo «almohade» o «rombo» con la datación entre 1238-1492.

Las leyendas son como siguen:

c

La ceca se encuentra en las esquinas que delimita el rombo, se trata también de monedas anónimas sin fecha.

 

medir3

N.º 7. 1/4 de dirham de vellón de 0,38 gramos del reino nazarí de Granada tipo rombo (Medina n.º 269). La escritura es tosca si se compara con la anterior (aunque lleva las mismas leyendas) y la plata es de menos calidad, pues contiene cobre (vellón.) Presenta dos perforaciones, lo que es remarcable para una moneda tan pequeña.

 

cuarto2

N.º 8. Fragmento de 1/4 de dirham de vellón del que no disponemos del peso. Por el tamaño se trata con toda seguridad de un 1/4 de dirham tipo rombo (Medina n.º 269.)

 

almoh

N.º 9. Esta  pieza es una de las más sorprendentes de todo el conjunto. Se trata de un dirham incompleto almohade de plata de Abd al Mu’min ben Alī de 0,24 gramos de peso. Está muy deteriorado y sus leyendas casi ilegibles. Presenta una perforación única (es posible que otra perforación sea la causante de la parte faltante pues no presenta las marcas de corte típicas de los fragmentos.) 

Las pocas leyendas y orlas restantes muestran una orla cuadrada dentro de una circular. Las únicas leyendas visibles se encuentran en IIA (derecha), lo que permite identificarla como una Vives nº 196 a nombre de  Abd al Mu’min ben Alī pero atribuida a Idris I (1227-1232). Los nazaríes utilizaron las monedas existentes a su llegada al poder, aunque inmediatamente empezaron a acuñar las suyas propias, sustitutendo paulatinamiente. De hecho, el sistema nazarí siguió el patrón almohade en sus emisiones.

 

felus

N.º 10.  Se trata de una moneda muy diferente al resto, ya que se trata de una emisión en bronce de 1,34 gr. Se trata de un felus de cobre del reino nazarí de Granada, Medina n.º 272 y atribuido a ‘Alī ibn Sa’ad (Muley Hacén.)

Solo son legibles parcialmente las leyendas por uno de sus lados. El interés de estos felus es que solía indicarse la fecha, y afortunadamente las leyenas legibles de este ejemplar nos indican la misma:

f

Se trata del año 1474 (897 de la Hégira), catorce años antes de la entrega de las plazas de Mojácar y Vera al rey Don Fernado, lo que aconteció en julio de 1488, tras lo cual todas las alquerías de la zona se entregaron, entre ellas la de Serena, representada por Almaf Canif. Tras su entrega, todas las fortalezas fueron derribadas excepto las de Vera y Mojácar, para evitar que fueran utilizadas en caso de insurrección.

Es muy raro encontrar tesorillos con monedas de bronce, dado el carácter fiduciario de esta moneda de bajo valor. Se hallan más frecuentemente en «cajas» de comercios o «monederos» de comerciante y clientes, pues se usaban para transacciones corrientes, también en pérdidas esporádicas.

 

sin

sin2

sin3

N.º 11-13. Se trata de 3 monedas sin leyendas visibles de 0,4, 0,2 y 0,39 gramos respectivamente, aparentemente de vellón la 11 y la 12 y de bronce la 13.

 

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Ermita de Santiago (Serena)

La siguiente no pertenence a este conjunto, pero la incluimos por el evidente interés por la cercanía a Serena.

 

octavo

N.º 1 B. Se trata de una moneda muy poco común, 1/8 de dirham de 0,2 gramos de peso procedente de Bédar y con una acuñación muy descuidada. En el área IA aparecen dos líneas de una leyenda religiosa (tenía tres a pesar de su pequeño tamaño). En la segunda área aparece claramente una abreviatura típica en las monedas nazaríes y, afortunadamente, parte de la ceca, concretamente la terminación “ta” de Garnata lo que nos identifican la moneda como acuñada en Granada.

 

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Mezquita/iglesia de Serena

 

CONCLUSIONES

Como conclusión, nos encontramos con un muy limitado número de monedas, lo que parece ser solo una parte de un acúmulo de monedas de época nazarí que pudo haberse ocultado poco antes de la entrega de Serena a Fernando el Católico en 1488. La presencia de un fragmento de dirham del sultán Abū al-Hasan ‘Alī, además de un felus de 1474 que con toda evidencia formaba parte del conjunto, parecen indicar que el ocultamiento se produjo poco antes de este hecho histórico, entre 1474 y 1488, seguramente como consecuencia del miedo ante la llegada de las huestes cristianas. La mayor parte se compone de monedas anónimas y sin fecha de las cecas de Granada y Almería, varias fragmentadas y casi todas con diferentes perforaciones. La presencia de una moneda atribuible a la época almohade puede resultar extraña, pero según se ha comentado en alguna ocasión, parece que hubo acuñaciones almohades con un período de circulación muy prolongado e incluso algunos tipos almohades que continuaron acuñándose por los nazaríes, según el historiador Ibn Jatib, que las describe entre las que circulaban en su tiempo.

 

Bédar: El ramal de la mina Mulata y la Cueva Oscura

Antes de empezar el tema de hoy, nuestra más sincera felicitación para el grupo de bordado que ha llevado a cabo el manto de la virgen, bajo la dirección de Juan Luis González Gallardo, cuya labor fue reconocida el pasado día de Andalucía.

 

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Entrega del reconocimiento el 28 de febrero de 2019

 

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Presentación del manto en una exposición en Olula del río y nuevo proyecto previsto para la Virgen de los Dolores. En la fotografía, el alcalde de Olula del río, Antonio Martinez junto a un concejal del ayuntamiento.

 

Siguiendo con con el tema que nos ocupa, en el anterior post comentábamos el proyecto de la vía verde Garrucha-Bédar de la que se oye hablar desde hace tiempo. En interés que Los Gallardos y Bédar podrían tener en este proyecto es más que evidente, pues facilitaría enormemente el flujo de visitantes desde las playas. El problema es, como casi siempre, saber aprovechar de estas oportunidades.

En Bédar, la ruta verde acaba oficialmente en la antigua estación de Tres Amigos, punto de partida de la ruta de las minas de este municipio, que aprovecha el antiguo ramal minero que provenía de la mina Santa Catalina, junto a la pedanía de Serena. Sin embargo, la segunda vía, la de la mina Mulata, ha prácticamente desaparecido bajo nuevas construcciones y campos de cultivo.

 

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La Cueva Oscura en 2004. Gran parte de la entrada se encuentra cubierta con escombros que han sido arrastrados por el barranco.

 

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Aspecto de la mina en 1898. Dado que la locomotora no podía subir por el plano inclinado, desde la bocamina hasta el plano inclinado los vagones del tren tuvieron que ser conducidos por medio de caballerizas.

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Imagen actual de la Cueva Oscura de Bédar, punto de partida del ramal de la vía Mulata. Actualmente está en gran parte cubierta por el material arrastrado por el barranco, pero en su momento la mina disponía de dos galerías de transporte.

 

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Galería de transporte de la mina Mulata, Cueva Oscura.

 

El abandono de este antiguo ramal de la mina Mulata es un problema para el pueblo de Bédar, pues se trataría de la vía de acceso perfecto hacia la mina Mulata y hacia el mismo pueblo y su zona comercial. En efecto, el antiguo trazado del ramal de la mina Mulata se ve interrumpido en numerosos tramos por parte de edificios y campos de cultivos. El puente que cruzaba la antigua carretera a los Gallardos está prácticamente destruido e impracticable, mientras que el otro puente que se ubicaba a la altura del paraje de la Palmera todavía presenta los estribos, lo que permitiría el emplazar un nuevo tablero. La rehabilitación de esta vía, con las modificaciones necesarias, sería uno de los puntos importantes a tratar para poder reconducir el flujo de visitantes hacia el pueblo.

La propia mina, la Mulata, ha sido objetivo de estudio de cara a su explotación turística, estudio que ya está en manos del ayuntamiento. Esta mina, origen del otro gran ramal minero del ferrocarril junto al de la mina Santa Catalina, parte desde el punto conocido como Cueva Oscura, antiguo punto de partida del ramal. Un plano inclinado se encargaba de hacer descender los vagones cargados del ferrocarril hacia un punto ubicado a un nivel inferior en el barranco de Bédar, en el punto conocido como la Palmera, desde donde la pequeña locomotora 020T «Mulata» podía conducirlos hacia la gran Tolva en embudo de Tres Amigos.

 

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Tramo conservado del ramal de la mina Mulata.

 

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Sólidos estribos del puente de la Palmera.

 

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Vista de Bédar y la mina Mulata desde la Palmera. Frente a la fotografía, el desnivel que salvaba el plano inclinado.

Bédar: 1/8 de dirham nazarí

Nos envían las fotografías de otra pieza numismática procedente de Bédar. Son varias las monedas de época hispano-árabe que parecen haberse encontrado en Bédar a lo largo del tiempo, pero nunca habíamos podido analizar ninguna de ellas… hasta ahora.

 

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Se trata de una diminuta pieza cuadrada de plata de, por lo que nos indican, 9 x 8,5 mm y de 0,2 gramos solamente. Parece proceder de un paraje muy cercano al castillo de la localidad. Un estudio de las fotografías releva rápidamente que se trata de una fracción de 1/8 de un dirham nazarí, muy mal acuñado como suelen ser las monedas de este tipo por la zona, un tipo de moneda rara pero en ningún modo fuera de lugar.

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Las leyendas están muy descentradas, por lo que gran parte de las mismas están fuera del cospel, pero por su tamaño corresponden bien a una moneda de 1/8 acuñada como tal y no a una moneda de más valor recortada. En la primera área aparecen dos líneas de una leyenda religiosa (tenía tres a pesar de su pequeño tamaño). En la segunda área aparece claramente una abreviatura típica en las monedas nazaríes y, afortunadamente, parte de la ceca, concretamente la terminación «ta» de Garnata lo que nos identifican la moneda como acuñada en Granada.

Sorprenden estas diminutas fracciones de moneda de plata. Si la vemos comparada en con un medio dirhem (de la vecina Serena), con un tamaño parecido a nuestro centavo de euro, podemos apreciar mejor su tamaño:

comparacionMontaje para comparar el tamaño de 1/8 de dirham de Bédar con 1/2 de dirham de Serena.

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La abreviatura que se aprecia en la segunda área es muy típica de las monedas nazaríes. Se trata de la abreviatura de «ta’ala» (ensalzado sea).

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