Mientras los esfuerzos del Ayuntamiento se centran en asuntos tan poco rentables últimamente como son las urbanizaciones, por fin he podido ver acabado uno de los grandes proyectos que según el alcalde iban a convertir Bédar en una villa ecoturística y a atraer turismo, etc.
En un post anterior comentaba el misterioso mensaje que pude observar hace unas semanas en la puerta, por otro lado cerrada, del mencionado centro. Lo que quedaba claro es que para visitarlo había que hacer reserva previa al número móvil (¿un móvil? ¿de quién?) que estaba en la puerta. Sin un vigilante no podrá estar abierto a todo el público que pase, y sin aparcamiento disponible no será mucha la gente que pueda pasar, es ridícula la idea de un Centro de Interpretación en el que se ha de pedir reserva previa.
No sé cuando se inauguró, yo esperaba al menos una foto del grupo municipal socialista al completo (es lo que mejor saben hacer) cortando una cinta o algo por el estilo, pero nada de eso, todo ha ocurrido silenciosamente, sigilosamente, cautelosamente… todo hay qeu decirlo, como si no les interesara mucho el tema.
Como estoy seguro que hay más gente que quiere saber en qué se han gastado el dinero público, mejor que lo vean con sus propios ojos:
Podría comentar muchas cosas sobre lo que se ve en este video, desde luego se echa mano del Archivo Municipal de Bédar (es decir, el libro de Apeo, el Catastro de la Ensenada y un plano de las minas de Bédar que debe estar datado entre 1888 y 1895, que son los fondos completos con los que cuenta), pero para no aburrir más a nadie con datos y observaciones demasiado técnicas, solo voy a decir que no se ven traducciones en inglés ni en otros idiomas y que lo que se ve en el video es parte del material con el que empezamos la investigación de las minas de Bédar allá por 2003/2004, no hay nada nuevo a aportar. La palabra que define lo que he visto en el video es «decepción» y seguro que muchos de los que habrán visto el video pensarán «vaya forma de tirar el dinero».
Como restos mineros antiguos que aparecen en el video vemos un carburo, un casco y una barrena (todos de época de la empresa Hierros de Garrucha 1942-1975.) Si alguien quiere ver un casco de los antiguos mineros de Bédar que se acerque al bar de El Pinar y, entre algunas interesantes fotografías, podrá observar expuesto en una pared un casco de bronce con ala de los que usaban antes los mineros.
Como ya he dicho otras veces, un centro de Interpretación debe ser algo dinámico que sirva para desarrollar más rutas y mejorar las que hay y no limitarse a un triste punto de visita más en el trayecto de una de ellas. Sin ir más lejos, en Bédar Sostenible, que no cobra nada ni espera nada de lo que hace, las investigaciones no paran de deparar sorpresas.
Mucho del trabajo reciente lo debemos a Lise Hansen, de la que ya he hablado en otras ocasiones y que se está mostrando como una investigadora excelente. Ya está confirmada sin duda alguna la presencia del ingeniero Dietrichson en Bédar y su importancia, además de la presencia de los ingenieros noruegos que nos dio a conocer Lise. Éste ha sido el punto de partida de una serie de nuevos descubrimientos que me han dejado muy sorprendido, y eso que yo que creía que conocía todo lo que se podía conocer sobre las minas de Bédar tras 10 años de búsqueda… siempre va bien una cura de humildad.
Dietrichson ha pasado a ser de un simple nombre que aparecía en algún documento poco importante a una de las fuentes más importantes sobre la historia minera de Bédar. ¿Cómo puede ser esto? no hay que ser impacientes, todo a su tiempo, todavía estamos estudiando los nuevos datos. De momento pueden ver su retrato, y con él van a tener tragarse sus palabras todos los que han dicho que nosotros «nos inventábamos» estas cosas, y ya aviso que a partir de ahora no se entenderá un libro o artículo que hable de la minas de Bédar del siglo XIX o del cable aéreo que no mencione a Dietrichson. En el centro de Interpretación ni se menciona…
Como hemos tenido noticia de un aparatoso accidente que sufrió el cable en 1890, con más de 300 metros de cable y decenas de vagonetas por los suelos, decidí hacer una pequeña investigación de campo pensando que un accidente de estas dimensiones debió dejar muchos restos que podría fotografiar. No tenía de todas formas muchas esperanzas, pues la búsqueda de hierros de después del cierre de las primeras minas fue de tal intensidad que muy pocos elementos metálicos escaparon, la gente se moría de hambre y no había otras formas de ganar algo de dinero. Aún así tuve algo de suerte:
De las torres del cable poco ha quedado, todas las instalaciones fueron vendidas, quedan las bases en las que iban ancladas los postes de las torres, que podían ser de madera o hierro en función de la tensión que debían soportar. En la fotografía tenemos una de las bases de una torre de las grandes (de las de hierro) situada en un paraje muy abrupto entre la trinchera nº 5 y 6 del cable.
No tardé en empezar a encontrar restos del accidente, justo en la zona donde las noticias que tenemos nos dicen que ocurrió. ¿Qué cabría esperar? en principio, y tal como se explica en el artículo de Juan Pié para La Crónica (el que está aumentado en forma de poster en el centro que aparece en el video) los operarios del cable arreglaban las roturas del cable de una forma muy rápida, gracias al sistema de nudos que servían para el anclaje de los enganches de las vagonetas. El cable, formado a su vez por diferentes cables de pequeño grosor entrelazados, se desilachaba cuando se rompía y previamente a unir dos cabos del mismo los fragmentos deshilachados debían ser cortados con alicates. En la zona donde se hubiera reparado un cable esperaríamos encontrar precisamente estos trozos cortados, muy significativos de este tipo de reparaciones y a su vez lo suficientmente pequeños como pasar desapercibidos a los buscadores de restos de hierro que recorrieron la sierra. En efecto, en la zona del accidente pude observar varios de estos fragmentos, de unos 9-10 cm de largo, además de otros elementos metálicos pequeños como arandelas y tuercas.
Como elemento más significativo pude encontrar un fragmento de una de las ruedas del sistema de rodadura por el cable fijo del cable de Bédar (fragmento triangular en la parte superior de la fotografía.) Su identificación fue fácil, pues he podido observar dos ruedas de este tipo enteras, y para que una de ellas se pudiera romper tuvo que haber
caído desde mucha altura y estrellarse contra las rocas. Fue una sorpresa encontrar también uno de los enganches de sujeción de una de las torres, todavía engarzada en su barra de hierro. Esta pieza nos cuenta que al menos la torre en cuya base encontré el resto también se vino abajo.
Pero el resto que más me impactó fue el encotrar un fragmento de una rueda dentada. Se trata de un fragmento de arco de una gran rueda dentada de 1-2 metros de diámetro, por el lugar donde lo encontré podría provenir tanto de una máquina de vapor como de uno de los engranajes que movían el cable aéreo, seguramente de la estación de Ángulo de El Pinar:
Lo más curioso de esta pieza es que mientras que algunos de los dientes de la rueda son los originales (los dos de la derecha), otros han sido añadidos mediante trozos de hierro moldeados por habilidosos herreros sobre ranuras practicadas a tal fin, a base de martillo y fragua. Se observan también dos ranuras sin el diente correspondiente. Es fácil de entender que era muy complicado y costoso sustituir una rueda dentada de tal tamaño, aunque se tuvieran repuestos.
Y no quiero aburrir más con el tema, aunque es emocionante comprobar cómo todavía hoy en día se pueden seguir los rastros sobre el terreno de un accidente que tuvo lugar hace 120 años, y todavía sigo preguntándome cómo demonios pudieron instalar una infraestructura tan colosal en unos barrancos tan inaccesibles y abruptos como los de Bédar, por los que estuve a punto de caerme en varias ocasiones, y eso que solo estaba de paso.
Bon dia: Estoy haciendo un pequeño estudio sobre un telefèrico construido en 1951-1953 entre Malpàs (Pont de Suert) y Xerallo (Pobla de Segur), construido por Garcia Lagarde Hijo. ¿ Que sabe usted de esta empresa ? Atentament