En busca de la mina perdida: Angelita

Este año he podido asistir por fin al festival andalusí-morisco de Bédar. Aunque parezca mentira, hasta ahora no había coincidido nunca con mis estancias en Bédar. Es indudable que es una fiesta creada para turistas, sin tradición previa en Bédar, aunque se quiera justificar con el pasado morisco de Bédar. Sin embargo, y aunque te pueda gustar más o menos desde el punto de vista tradicionalista, no se puede ocultar que es una fiesta absolutamente necesaria.

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Desfile de las tropas moras por la plaza de la Cruz.

Esto es así porque Bédar necesita turismo, y cualquier cosa que sirva para atraer a la gente nunca estará de más. Además, desde la nueva concejalía de cultura, que creo que ostenta el concejal José Ramón Muñoz (aunque no lo sé seguro), empiezan a tomarse más en serio las rutas senderistas y la necesidad de que pasen por Bédar, para fomentar el comercio y las empresas de restauración locales.

Espero que tomen también en consideración los proyectos de musealización de una mina (y la instalación de un pequeño ferrocarril turístico) que estamos promoviendo desde Bédar Sostenible, así como la adhesión a la Asociación de Amigos del Argar, para el desarrollo del turismo arqueológico en la zona. No es cuestión de tener dinero, que es lo que nunca se tiene, es cuestión de ganas, de interés y de solicitar las subvenciones necesarias… pero para aprovecharlas en algo que pueda, a medio plazo, suponer un incremento de los ingresos y la posibilidad de generar puestos de trabajo.

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Diversas actividades durante los dos días de fiesta. Desfile de los bandoleros de Mojácar y espectáculo de pirotecnia nocturno.

También fui a ver los desperfectos sufridos en el túnel del Servalico. Por suerte solo se ha tratado de un pequeño desprendimiento de la mampostería que recubre el interior del túnel cerca de una de las salidas. Los escombros han sido retirados y cubiertos los bordes con pelladas de yeso o cemento.

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El túnel del Servalico sigue aguantando tras más de 120 años después de ser construido. Sin duda los pedriceros de Bédar tienen la culpa. El pequeño desprendimiento de una pequeña parte de la mampostería que recubre el túnel no ha supuesto consecuencias de importancia. Sin embargo, ésta (y otras estructuras) reclaman mantenimiento. Quiero recordar la chimenea de la fundición Carmen, que precisa de fora urgente una actuación para evitar que acabe cayendo al suelo.

Este túnel se hizo a conciencia para durar muchos años, y los pedriceros de Bédar siempre han sido de los mejores. Por cierto, me paré a observar las cruces grabadas en la salida del lado de la mina Pobreza. Hace ya meses que descubrimos el significado de esas cruces: las fue haciendo la gente en recuerdo de un muchacho de 14 años que fue arrollado por la locomotora Santa Catalina en ese lugar. Esto ocurrió en 1906 y el menor se llamaba Bernabé Moreno. A esa edad ya trabajaban en las minas.

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En este lugar murió atropellado el joven Bernabé. Es el sentido de estas cruces grabadas en los sillares de la entrada del túnel del Servalico.

Y de minas, cómo no, hablaré ahora. Aprovechando las vacaciones, me puse a investigar un poco en uno de los aspectos menos conocidos de la historia de la minería de Bédar. Se trata de un grupo de minas, que yo considero como «menores» y que fueron explotadas por George Pecket por medio de Arturo Lengo, además de otros partidarios como el muy conocido Carlos Bahlsen. Estas minas se encuentran en la cortijada de Los Pinos (cerca de la pedanía de Serena). Básicamente se trata de tres minas: Santiago, Soria y Angelita. Muchos de los que leen esto, incluyendo los que viven en Los Pinos y Serena, seguro que es la primera vez que escuchan estos nombres.

CERRO CABREROSANTIAGO 2
Dos imágenes, la primera corresponde al barranco de los Lobos y el cerro Cabrero visto desde Los Pinos con la sierra Cabrera al fondo. La segunda son Los Pinos vistos desde las rellanas, a la derecha se puede observar el cargadero de la mina Santiago. La espectacularidad de los paisajes lo dice todo.

Quizás no sea justo considerarlas como «minas menores», fueron algo más que calicatas o pequeñas galerías de exploración, y de hecho se extrajeron miles de toneladas de estas minas. Claro que no llegan, ni de lejos, a la actividad de las grandes minas de la zona, como Júpiter, Santa Catalina o La Higuera. Sin embargo, por las producciones de mineral
sabía que tenían que quedar restos importantes de estas minas, y efectivamente, así ha ocurrido.

SANTIAGO 1

Detalle de lo que hemos identificado como parte del cargadero de cable de la mina Santiago. Una serie de tolvas y resbaladeros servían para transportar el mineral hasta este punto desde la corta y la galería situada en la parte superior de la mina.

No quiero cansar a nadie con los pormenores de la búsqueda, los documentos y referencias son muy escasos y la ubicación en los planos ha sido muy complicada. Pero finalmente, y creo que muy satisfactoriamente, puedo decir que he localizado e identificado la mina Angelita y, en los restos ya conocidos, he podido distinguir los de Soria y Santiago.

SORIA1
Parte del sistema de transporte y carga en la mina Soria. El pequeño cargadero que se ve al fondo, provisto de un único resbaladero, descargaba en una pequeña trinchera. Es posible que utilizara el cable aéreo de la vecina Santiago, o puede que sirviera como punto de carga para las carretas o bestias que transportaban el mineral a la cercana Santa Catalina.

Cualquiera que conozca Los Pinos, o que viva allí, seguro que ha reparado en la presencia de restos mineros en dos de los barrancos que bajan de las Rellanas. Ya me comentó hace mucho tiempo un antiguo minero, Antonio Imbernón, que había minas en dos barrancos en Los Pinos (me dijo los nombres de los barrancos, pero no los recuerdo, uno era el de «los rincones de los Pinos»). También me comentó que Hierros de Garrucha tenía previsto tender un cable aéreo desde esos restos hasta el camino a Vulcano, y llegó a construir la tolva, pero que finalmente no lo hizo.

SORIA 2
Bocamina con arco de mampostería medio anegada por escombros de la mina Soria. Se trataría de una galería principal, aunque hay otras más pequeñas y una pequeña corta en la parte superior de la mina.

Y ahí quedo la cosa. Poco tiempo después identifiqué los restos mineros de ambos barrancos como correspondientes a la mina Santiago. No tardé mucho en darme cuenta que había un error en toda la bibliografía precedente, que consideraba que existió un cable aéreo desde la mina Santiago y el ramal de la Mulata. Realmente el cable conectaba con la mina Santa Catalina y es el mismo que Hierros de Garrucha quiso volver a instalar.

ANGELITA 1
Las galerías de la mina Angelita destacan por la gran utilización de fortificaciones com mampostería seca, únicamente comparables a la mina Mulata. En la fotografía se puede observar una angustiosamente estrecha galería fortificada bajo una enorme masa de excelente mineral de hematites (obsérvese de las tonalidades negras del mineral).

El problema llegó cuando, ya provisto de más datos y de referencias más concretas, tuve que ubicar tres minas donde solo se conocían los restos de una: Santiago, Soria y Angelita. Todas las minas fueron arrendadas por diferentes explotadores (George Clifton Pecket-Arturo Lengo, Carlos Bahlsen…)que trabajaron estas minas, con una producción de varios miles de toneladas de mineral de hierro, que transportaron hacia la mina Santa Catalina y, desde aquí, al ferrocarril Bédar-Garrucha. De hecho, la estrategia de George Clifton, que fue uno de los principales promotores del ferrocarril Bédar-Garrucha, fue la de ceder minas para que la sociedad de Chávarri construyera el ferrocarril y reservarse otras minas periféricas a las que había cedido, que luego podría explotar aprovechando la presencia cercana del ferrocarril para transportar sus minerales. Y funcionó, hasta tal punto que inicialmente el ramal de ferrocarril de Santa Catalina no se llamó así, en una noticia de época se cuenta que Pecket estaba inspeccionando el tren arrastrado por la locomotora «Angelita»… Luego se llamó Santa Catalina, pues fue la mina de origen principal del ramal, pero la noticia es sin duda muy significativa.

Como pasa en muchas minas de la zona, las galerías presentan en ocasiones una especie de tabiques de mampostería y mortero de cal a modo de «puertas». También se pueden observar en otras minas como La Higuera. La función es desconocida, ¿tabiques de contención en caso de filtración de aguas subterráneas?
ANGELITA 2

 

Pero ¿dónde estaban Angelita y Soria? Tras descubrir unos planos de concesiones, el asunto de Soria quedó claro, porque lo que en un principio consideré que era solo una mina, realmente eran dos. Fue un error porque Antonio Imbernón ya me comentó que eran dos minas en dos barrancos, pero como son barrancos contiguos… parecía una sola. De ahí la confusión inicial.

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Seguramente hace bastante tiempo que nadie visitaba las galerías de la mina Angelita (al menos, sabiendo que estaba pisando una mina con ese nombre). Eso sí, los habitantes habituales de las minas la conocen muy bien. Aquí tenemos a dos murciélagos descansando en el frente de corte de una de las galerías.

Angelita fue más difícil, finalmente localicé unas coordenadas en un viejo documento, y así pude ubicar y explorar una interesantísima red de galerías reforzadas con mampostería que se corresponden a esta mina. Desde Angelita podía transportarse fácilmente el mineral hasta Santa Catalina por medio de un camino carretero (o incluso un cable aéreo, aunque no hay referencias a ninguno). Desde Santa Catalina se transportaba el mineral por el túnel de la Higuera, cartografiado recientemente por los alumnos de la Universidad de Nancy, hasta el cargadero de Santa Catalina en La Higuera, desde donde se cargaba en el ferrocarril que llevaba el mineral hasta la icónica tolva-depósito de Tres Amigos.

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Los refuerzos de mampostería se utilizaron con mucha profusión en esta mina, la mayor parte de las galerías discurren por debajo de una gran masa de mineral. Tras una pequeña sala de explotación en huecos y pilares, varias galerías y trancadas recorren y reconocen la masa de mineral de esta mina. En la fotografía, una galería con paredes de mampostería de refuerzo muestra un pequeño derrumbe de la mampostería un poco más adelante. Comparado con el trabajo de La Mulata (y siendo más o menos de la misma época), se denota una mampostería de peor calidad.

Si me preguntan si me lo pasé mejor en la fiesta morisca o en la búsqueda de la mina Angelita, no sabría que decir. También fui en busca de la «mina menor» Concepción, que aunque no pude llegar a visitar por lo difícil del acceso, sí que la tengo bien documentada y ubicada en el mapa. De momento, cuando la gente de Los Pinos vean estos restos mineros, al menos ya sabrán que nombres ponerles.

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La época de explotación de esta mina queda clara en los frentes de corte de las galerías. En la fotografía observamos una clara marca de barrena en la piedra que nos indica que se trata de una mina explotada a finales del siglo XIX y principios del XX. Aparece una amplia mancha oscura en la zona de ataque de la barrena, muy parecida a las marcas que dejan carburos y lámparas de aceite, que no habíamos observado en otras marcas similares de otras minas de la época. De momento no hemos sabido interpretar lo que significan estas extrañas manchas oscuras.

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