Patrimonio historico. Minas y mineros.

Seguimos con el trabajo. Este verano estamos preparándonos para el XII Congreso Internacional sobre Patrimonio Geológico y Minero, XVI Sesión Científica del SEDPGYM, que se celebra en septiembre y en el que presentamos un trabajo en el que hemos desarrollados nuevas rutas turísticas pensadas para poder ampliar la oferta de rutas turísticas que a la vez permiten conocer la historia minera de Bédar, además de disfrutar de los otros muchos atractivos, paisajísticos, fauna y flora de la zona.

A parte ampliamos la ya establecida Ruta de las Tolvas con diversos itinerarios alternativos, con diferente dificultad, que permiten a los senderistas más preparados descubrir los rincones más secretos de las sierras de Bédar y Alcornia.

Los últimos avances conseguidos en temas de historia han permitido acabar de llenar las diversas lagunas que presentaba la historia de las minas en Bédar, gracias a los nuevos accesos a bibliotecas y archivos de diverso tipo, donde aguardaban valiosas piezas de historia esperando a que alguien las recogiera y las colocara en su lugar en el gran puzzle. Esta nueva información ha permitido, en última instancia, llegar hasta los que más difícilmente suelen quedar reflejados en los documentos históricos: los mineros. Por desgracia, con mucha frecuencia esos nombres se recuerdan por hechos trágicos, accidentes en las minas y otras circunstancias tampoco nada agradables, como motines o huelgas.

De esta manera se dibuja un pasado bastante más tumultuoso de lo que se pueda pensar, grandes huelgas, periodos de trabajo y otras hambre y miseria, manifestaciones, sabotajes, atentados con barrenos, motines… todo lo que una buena historia necesita. Y otro aspecto importante, los accidentes y desgracias en las minas, que tando duelen todavía en algunos aunque no se hayan parado nunca a ver los cómos y los porqués de lo que ocurrió. Tenemos así accidentes de todo tipo, desde atropellos con vagonetas y locomotoras a derrumbes, caídas por pozos e incluso caídas desde el cable aéreo…

Como otras veces ya ha ocurrido, es posible que alguno de estos datos puedan ser de interés para familiares, que busquen o quieran saber donde trabajaron y cómo vivieron sus padres, abuelos y bisabuelos. Es por eso que he elaborado una lista con todos los nombres que han surgido en los diversos (centenares) de documentos analizados, en los pocos en los que aparecían nombres y en los menos aún en los que se ofrecían datos sobre ellos. Si puede ser de utilidad, he publicado una lista en el siguiente blog accesorio:

http://elminerodebedar.blogspot.com/

Como trata de mineros, le he puesto la cabecera de El Minero de Bédar, no se me ha ocurrido nada más apropiado. Son dos listados, uno con los trabajadores de Hierros de Garrucha (unos 300 trabajadores de Los Gallardos y Bédar) elaborado gracias al listado publicado en la Cimbra de Los Gallardos y la recopilación que hice hace ya un tiempo con la colaboración de muchos vecinos del pueblo. El otro listado a duras pena sobrepasa los 120, muy pocos mineros, bastantes de los ingenieros y representantes (es más fácil que aparezcan en la prensa y otros documentos.) De cada uno indico si conozco la mina donde trabajaba o en la que aparece la referencia a él, si falleció o no de accidente de trabajo y si tengo o no datos adicionales.

Si alguien reconoce algun familiar en ellos, que no dude en ponerse en contacto conmigo, de la misma manera de los que tienen familiares conocidos que trabajaron en Bédar y que quieren que sus nombres aparezcan en el listado, o ampliar datos de uno que ya esté.

JAJC

Yo ya puse mi granito de arena con mi bisabuelo Juan Antonio Jódar Cánovas, el de la fotografía (la única que tengo de él.) Era minero y por culpa de la mina quedó inválido. Desconozco la mina, pero se cuenta que fue sorprendido en un derrumbe que no le mató por poco, pero le quebró ambas piernas ocasinándole lesiones de las que nunca se recuperó. De las fracturas, que debieron ser conminutas (en muchos trocitos), sugía de vez en cuando alguna astilla de hueso que perforaba la piel y debía ser extraída antes que se infectase.

Como no podía andar, tuvo que buscarse una profesión con la que dar de comer a sus hijos, por lo que se dedicó a hacer alpargatas de esparto, por lo que se ganó el alias de «Alpargatero», apodo que heredó parte de mi familia. Pero al parecer no tenía ni un pelo de tonto, sin poder moverse se dedicó a leer y, gracias a su memoria prodigiosa, podía recitar obras enteras e incluso se había memorizado toda la misa en latín (literalmente, se sabía la misa en latín). Aún en sus últimos años, ciego ya por las cataratas (como se puede ver en la fotografía), la memoria nunca le llegó a flaquear.

De como la mina conformó la historia de mi familia… así ocurrió con mucha más gente, sin duda.

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