Decir que es un descubrimiento impresionante es quedarse corto. Un equipo de arqueólogos de la Universidad Autónoma de Barcelona ha descubierto en Pliego (Murcia) lo que viene a ser el primer recinto específicamente político construido en la Europa continental.
A pesar de tratarse un yacimiento expoliado muchas veces por personas sin escrúpulos, por suerte no llegaron a descubrir las maravillas que atesoraba, hasta la llegada del equipo de la UAB.
La Almoloya fue un auténtico centro de concentración política y de riqueza dentro del territorio político de El Argar, y arroja luz sobre cómo eran la política y las relaciones de género en una de las primeras sociedades urbanas de Occidente.
Los hallazgos incluyen una trama urbana con su utillaje completo, decenas de tumbas, muchas con ofrendas. Como novedades importantes, se observan paredes decoradas con estucos de motivos geométricos y naturalistas, lo que vendría a ser el estilo artístico argárico. Destaca una amplia sala de techos altos y capacidad para 64 personas que podían sentarse un unos bancos adosados a las paredes, con un gran hogar ceremonial y un podio de carácter simbólico. Se trata, sin duda de un edificio de carácter político, interpretado como una sala de audiencias o para reuniones de gobierno.
Entre las tumbas destaca una por las ofrendas de gran valor que contiene. Se enterraron un hombre y una mujer, en posición flexionada, acompañados de hasta una treintena de ricas ofrendas, en metales nobles y piedras semipreciosas. Destaca una diadema de plata, ciñendo el cráneo de la mujer. Pedro Flores, el capataz de Siret, descubrió cinco diademas de plata similares en el Argar hace más de 130 años, y ninguna se conserva hoy en España. Otros objetos son dilatadores de oreja (algo inusual en la época), brazaletes, pendientes, anillos, un punzón de cobre con mango de plata… y un vasito cerámico cuyo borde y cuerpo aparecen cubiertos por finas láminas de plata.
Para dar a conocer estos importantes hallazgos, se celebró una conferencia en Madrid impartida por Vicente Llull, Roberto Risch, Cristiana Rihuete, Rafael Mico, Kristian Kristiansen (de la universidad de Goteburgo) y Robert Chapman (de la Universidad de Reading). Algunos de estos conferenciantes seguro que les suenan de las conferencias celebradas por la asociación amigos del ARGAR-FUENTE ÁLAMO que se llevaron a cabo este verano pasado en Antas y Cuevas.
Julián Pérez Flores fue a la conferencia en representación de la asociación, como presidente de la misma y acompañad por autoridades de la zona.
Envidia de la sana es la que produce ver lo que otras provincias están haciendo con su patrimonio, teniendo como tenemos en Almería yacimientos tan importantes como El Argar… y no sólo el Argar, hay otros yacimientos de la misma época muy importantes, pero necesitan protección. Para conocer nuestro propio patrimonio contamos con las inestimables investigaciones realizadas por Luis Siret y Pedro Flores, con mucho esfuerzo y a pesar de los medios limitados con los que contaban en la época. Pero si no los protegemos, es posible que todo ese trabajo se eche a perder.
Desde la asociación amigos de el ARGAR-FUENTE ÁLAMO, a la que como ya sabéis pertenezco, se intenta ejercer presión para que se consiga una tutela efectiva del descomunal patrimonio de Almería. Es la herencia que tenemos que dejar a las generaciones futuras y es nuestra obligación, el asegurar su protección y, ojalá, llegar a realizar estudios arqueológicos modernos en ellos a imagen de lo que se hace en Totana o Pliego.
Estos yacimientos, cuya importancia es ya internacionalmente conocida, pueden musealizarse y prepararse para las visitas, el beneficio para el territorio sería innegable. Sin embargo, en Almería se denota una exasperante pasividad por parte de las autoridades y científicos responsables y un inexplicable desconocimiento por parte de los ciudadanos. Las diferencias entre lo que se hace en nuestra vecina Murcia y lo que hacemos aquí es como para sonrojar a cualquiera.
Señores, dejémonos ya de mirarnos el ombligo, quitémonos las legañas de los ojos, y empecemos a proteger lo nuestro.