Tras repasar anteriormente el castillete del pozo P y la gran Tolva Embudo de Tres Amigos, vamos a hablar hoy, a dos años del centenario de su construcción, de otro de los principales elementos del patrimonio arqueológico-minero de Bédar.
La tolva de la trinchera de los Villaltas, o más conocida como tolva de la trinchera Villalta, fue una impresionante tolva de mampostería, la última gran obra de los excelentes pedriceros de Bédar.
Aún hoy, a pesar del estado de ruina en el que se encuentra, es una tolva que asombra por sus colosales dimensiones y excelente trabajo en piedra.
Aun estando en ruinas con el muro frontal derrumbado, impresiona todavía el buen trabajo de mampostería y la altura de los muros de esta tolva. En los muros se observan los gruesos cables que anclaban el muro frontal.
A diferencia de otros elementos del patrimonio minero de Bédar, en el caso de la trinchera Villalta tenemos la suerte de disponer de los planos originales, concretamente el plano 15-E, un documento excepcional que nos desvela todos los secretos de esta maravilla.
El motivo de su construcción radica en la desmantelación de parte del cable aéreo de la Compañía de Águilas que, desde Serena, llevaba el mineral hasta Garrucha. Tras el parón en la explotación de las minas debido a la Gran Guerra, se reinició de nuevo la actividad, aunque ante el mercado había cambiado y la única posibilidad de ser competitivos residía en fusionar las dos grandes compañías mineras que actuaban en la zona, la Sociedad de Chávarri y la Compañía de Águilas. Es así como en 1916 surge una nueva compañía, la Unión Bedareña.
La nueva compañía disponía ahora de dos sistemas de transportes paralelos, el ferrocarril y el cable aéreo. Dado que el ferrocarril disponía de una capacidad de carga que el cable aéreo, se decidió desinstalar todo el cable desde la estación de El Pinar de Bédar hasta Garrucha, e instalar una pequeña derivación que desde El Pinar conectara con la línea de ferrocarril.
Solo se conserva completa una de las compuertas de la sección central.
El punto elegido fue una de las trincheras más altas de las que atravesaba el ferrocarril, la trinchera de los Villaltas, situada a poca distancia del túnel del Boliche y no muy lejos de El Pinar de Bédar. La enorme trinchera presentaba unas laderas inclinadas que podían aprovecharse para la construcción de una tolva-depósito de gran capacidad. Sería la tolva más tardía y también la más grande de las construidas, superando las dimensiones de las tolvas reguladoras de Tres Amigos.
El proyecto contemplaba una tolva en tres secciones con tres compuertas de carga cada una, el concepto era muy similar a la de la Tolva-depósito de Tres Amigos, la de la mina Esperanza y a las tolvas de Vulcano, que aprovechan una fuerte pendiente para acumular gran cantidad de mineral de hierro, facilitando su carga en los vagones por medio de numerosas compuertas.
Antiguo trayecto del ferrocarril Bédar-Garrucha por la Trinchera Villalta. Los escombros del derrumbe del muro frontal obligó a desviar ligeramente el trayecto de camino que discurre por esta antigua vía férrea.
Visión en Google Maps de los restos de esta tolva. Una de las secciones ha prácticamente desaparecido. El ramal de cable aéreo proveniente de El Pinar, de 918 metros, llegaba a la parte superior de la trinchera, donde se había instalado una pequeña estación de descarga del cable. Unos operarios se encargaban de descargar el mineral en las tolvas.
El muro frontal era de una altura de algo más de 10 metros y de más de 50 metros de largo. Disponía de tres secciones con tres compuertas de 1,5 x 0,5 metros, dotadas de un artístico arco de medio punto y a 3,4 metros de altura. La pendiente de la tolva era de 23,6 metros de longitud y no era plana, como en el caso de las otras tolvas, sino que presentaba una forma en «V» que canalizaba el mineral directamente hacia las compuertas.
Las compuertas estaban dotadas de buzones de carga que se abrían gracias a un contrapeso, lo que permitía poder cargar nueve vagones a la vez. Dado que el muro frontal era el que debía soportar la mayor presión, se habían previsto la instalación de gruesos cables insertados tanto en los muros laterales como en los de separación, que anclados en la roca evitaban que el muro frontal cediera hacia afuera por la presión del mineral de hierro.
Planimetría ( plano 15-E) de la Unión Bedareña, vista lateral de la tolva con el sistema de apertura de la compuerta y los cables de anclaje.
Visión frontal de una de las secciones con sus tres compuertas. La superficie en forma de «V» canalizaba directamente el mineral hacia las compuertas y facilitaba la carga.
Perfil de los muros laterales y los de separación con el sistema de anclaje del muro frontal, que era más grueso en su base para que la estructura fuera más estable.
Aunque se trataba de una tolva de dimensiones faraónicas, se tardó menos de un año en tenerla lista. Una escueta noticia procedente de un periódico de septiembre de 1919 menciona precisamente al maestro albañil encargado de su construcción: La Benemérita de Los Gallardos (Bédar) comunica que en la mañana del 20 se le presentó al maestro albañil de la compañía minera “La Unión Bedareña” Juan Pedro Murcia Oliver, denunciando que en el sitio llamado Trinchera de los Villaltas, donde se edifican unas torvas, y a consecuencia de haber descontado un cuarto de día a dos peones que no habían concurrido a su hora al trabajo, lo habían dejado plantado a éste 16 peones que llevaba pertenecientes al Centro Obrero, reclamando a la vez aumento de jornal. Temía el maestro que pudieran causar desmanes en las obras que realizaba por su cuenta. La Guardia Civil se personó en el lugar indicado, encontrando a los 16 obreros que protestaban del trato que les da el contratista y del poco jornal. Invitados a disolverse pacíficamente si no querían trabajar, acordaron reanudar el trabajo y así lo efectuaron a la una de la tarde, quedando todo normal.
Desgraciadamente la tolva no ha soportado bien el paso del tiempo. Pese a los pesados cables de anclaje y debido a la falta de mantenimiento, el muro frontal hace tiempo que se derrumbó sobre la antigua vía del ferrocarril, dejando expuestos los grueso cables, que no pudieron ser rapiñados por los chatarristas, estaban demaisado sólidamente fijados a la roca. Todos los demás elementos metálicos hace tiempo que desaparecieron (compuertas, sistema de poleas, etc.) Además, y debido a la excelente piedra utilizada para su construcción, la tolva fue durante mucho tiempo una cantera de piedra para muchas de las construcciones de los alrededores.
Actualmente deberían realizarse tareas de limpieza de los restos y apuntalar las partes más inestables para evitar que continúe el lento pero imparable deterioro. La tolva de la Trinchera Villalta es uno de los principales elementos patrimoniales del antiguo trayecto del ferrocarril Bédar-Garrucha. Hasta aquí nuestra pequeña sección del patrimonio minero de Bédar.
Reconstrucción de las tolvas de la trinchera de los Villaltas, cuya construcción fue dirigida por el maestro albañil Juan Pedro Murcia Oliver. Un convoy está procediendo a posicionar los vagones bajo las compuertas para poder comenzar las tareas de carga.