Minas de Bédar: nuevos descubrimientos

El 27 de diciembre del ya pasado año 2022 se celebró en el teatro municipal de Bédar una presentación para dar a conocer los últimos descubrimientos sobre la minería de Bédar después de la publicación en 2020 del libro sobre minería. Sin embargo, no se trata solamente de la minería bedaranse, ya que las compañías estudiadas tuvieron actividad en otros lugares tan dispares como Almagrera, Níjar, Mazarrón y hasta en el Protectorado Español de Marruecos. Intensa fue también la relación de otros municipios del levante almeriense, como Los Gallardos, Lubrín, Cuevas del Almanzora, Turre, Garrucha, Mojácar y, especialmente Vera, lugar donde se halló el archivo empresarial posiblemente más completo de la minería almeriense, cubriendo especialmente el periodo entre 1910 hasta 1942, una fase muy desconocida de la minería en la comarca, incluyendo todas las vicisitudes acaecidas durante la guerra civil, todas desde el punto de vista de la minería comarcal.

La conservación de los miles de cartas, balances, recibos, estudios, registros de mineros, incluidas fotografías y diferentes objetos mineros, lo debemos a la familia del ingeniero Don Ismael Fernández, además de otra documentación recuperada de la empresa TRAMESA, que realizó estudios topográficos y análisis en la zona del Pinar de Bédar. En dicha presentación, que podrán visualizar pulsando en la fotografía siguiente (gracias a Iron Mountain Bédar).

Con la inestimable colaboración de Magdalena Navarro, investigadora veratense, se expone tanto el material como se describen los principales personajes relacionados con el archivo (los hermanos Ismael y Ovidio Fernández, Alfredo Dörn, Carlos Bahlsen y muchos otros). Todo el material será expuesto en Vera durante una exposición de minería que se celebrará durante los meses de marzo y abril próximos y de la que ya iremos dando más información.

Para completar dicha presentación, incluimos una de las cartas, que nos ha parecido especialmente curiosa y que mostramos a título de ejemplo:

A continuación, una galería de varios de los numerosos sellos de estas cartas, también a título de ejemplo de la variedad de la información que contienen:

Proyecto de la locomotora «Bédar» a escala 1:25: cómo se hizo

El proyecto de la locomotora «Bédar» nace de nuestra amiga Magda, de Vera, que nos retó a realizar un modelo que pudiera ser expuesto de las bastante desconocidas locomotoras de la muy conocida línea de ferrocarril minera que unió Garrucha con Bédar a finales del siglo XIX. La justificación era simple, a pesar del material gráfico existente sobre estas locomotoras, en general es muy difícil imaginar las dimensiones y el aspecto real que tuvieron estos ingenios. Cuando se habla de ellas se piensa en locomotoras pequeñas y destartaladas, casi artesanales, pues tal es la idea que tradicionalmente se ha transmitido de nuestro pasado minero. Pero nada más lejos de la realidad, se trataba de tres grandes, modernas y elegantes locomotoras que ostentaron los bonitos nombres de «Garrucha», «Mojácar» y «Bédar». Como ya imaginarán a estas alturas, aceptamos el reto. ¿Cómo acabó? pasen y vean.

Aspecto final de la locomotora 030T caracterizada como la n.º 3 «Bédar» del ferrocarril Bédar-Garrucha, con un vagón de mineral ya finalizado y antes de er protegido por una vitrina.
El vagón de mineral, identificado con el número 23 tal y como estaban los vagones originales, está cargado con mineral de hierro auténtico de Bédar. El balasto de la vía también está confeccionado con material genuino procedente de una cantera.

Por difícil que parezca, llegaron por mar a una Garrucha entonces sin un puerto, desmontadas en tres partes. Aún nos cuesta imaginar cómo pudieron descargar semejantes bultos sin los medios presentes en un puerto convencional. Tampoco es fácil de concebir cómo pudieron construir una línea de ferrocarril en un terreno tan complicado en tan solo un año Posteriormente fueron montadas en las vías de la línea a punto de finalizar.

El ferrocarril para transportar el mineral desde las minas de Bédar hata Garrucha/Mojácar contaba con tres curiosas locomotoras de vía métrica de tres ejes y 30 toneladas y distribución de tipo Walschaerts. Fueron compradas por la Chávarri, Lecoq y Cía para su servicio en la línea almeriense al constructor belga Saint Léonard de Lieja (Bélgica), llegando a Garrucha en 1895. Se trataba de un modelo único con tan solo tres ejemplares, los tres destinados a la misma línea.

No ha sido que hasta hace muy poco que hemos podido contemplar fotografías de estas locomotoras en servicio en la línea Bédar-Garrucha (sí que se conocían fotografías posteriores con las locomotoras ya modificadas). Estaban numeradas del 1 al 3 y los nombres que recibieron los conocemos: «Garrucha», «Mojácar» y «Bédar. Claro que hemos representado la «Bédar» número 3, pero cámbiele el número y la plaquita y tendrá la que desee, las tres eran iguales.

Con 7.94 m de largo y 3,5 de alto, presentaba la curiosidad de disponer de un bastidor exterior, por lo que las ruedas se encontraban en la parte interior. El ténder o carbonera estaba incluido dentro de la misma, concretamente en el depósito lateral izquierdo y era de poca capacidad, unos 800 kg, lo que parece bastante poco, pero al parecer suficiente para el viaje de 17,5 km de la línea general. También destaca la curiosa cubierta en forma de botella de las válvulas de seguridad, seguramente de resorte tipo Ross.

El modelo está creado a escala 1:25 en base a los planos existentes del fabricante belga y a las pocas fotografías conocidas hasta ahora.

Para el modelo a escala decidimos trabajar con materiales con los que ya teníamos algo de experiencia: poliéster de modelismo, resinas y alambre. La escala elegida de 1:25 nos dejaba una composición locomotora-vagón (incluida la base) de casi 54 cm de largo y 24 de alto, lo que permitiría un buen detallado que aportara realismo al modelo, que fuera un fiel reflejo de estas máquinas tan cercanas a obras de arte.

Además de los aerógrafos y pinceles, las herramientas que más hemos utilizado son cuchillas, alicates y limas de diferentes tamaños. Obviamente, todo modelista tiene sus propios trucos.

Obviamente, la parte más difícil de realizar fue el bastidor y ruedas, en especial en este modelo en el que las ruedas se encuentran en el interior del bastidor, los cilindros y las complicadas conexiones y bielas que lo conectan con las ruedas. Una vez acabado empezamos con la caldera y todos los elementos que soporta: chimenea, domo, arenero y cobertura de las válvulas de seguridad.

Conseguir la forma y dimensiones correctas del domo y de la chimenea no fue tampoco tarea fácil, especialmente por las escasas fotografías conocidas de estas locomotoras. Una vez conseguido, pasamos a confeccionar los depósitos laterales y la estructura exterior de la cabina. En esta fase empieza ya el trabajo de hiperdetallado, con la colocación de los remaches (sí, a mano y uno a uno) barandillas, registros, asideros… Alguna de las piezas, en especial la caldera, reciben capas de pintura metálica para poder observar más fácilmente y corregir toda imperfección. El domo se va corrigiendo progresivamente hasta que alcanza la forma deseada.

El hiperdetallado de la cabina es otro de los puntos importantes. La locomotora dispone de una cabina bastante abierta, por lo que es importante detallar bien todo el interior, lo que dará al modelo aún más realismo. Por lo tanto, no hemos reparado en detalles en el interior: manómetros, válvulas, palancas, interruptores, niveles de agua, etc. Todo ha de estar preparado y pintado antes de acoplar definitivamente la caldera al bastidor, pues una vez hecho ya no se podrá trabajar cómodamente en el interior.

Tras solidarizar definitivamente ambas partes de la locomotora, procedimos a completar todos los detalles y finalizar domo y chimenea, así como a fijar definitivamente los cilindros y poner la plancha protectora que la cubría, así como otros detalles como las cajas laterales, topes, escalerillas, apoya pies, enganches, tuberías, válvulas, diversas barandillas… Se aplican también las pinturas acrílicas definitivas, básicamente negro mate y rojo, usando un aerógrafo de doble efecto. La locomotora ya va tomando la forma deseada.

Una vez la locomotora casi terminada, comenzamos el vagón de mineral de 8 toneladas. Aunque más sencilla, la ausencia de planos (y de información) al respecto dificulta mucho su diseño. Contamos con pocas fotografías para reproducirla. La caja de madera ofrece otra dificultad al tener que conformarla por medio de tablones con sujeciones metálicas y numerosos remaches. Para identificar los frenos hemos necesitado consultar a diversos especialistas.

A pesar de la falta de información, la construcción de la vagoneta es mucho más sencilla que la de la locomotora. Se representa el número 23 por partida doble en ambos lados, tal y como las llevaban en las fotografías conservadas. Curiosamente, parece que no llevaban las siglas de la compañía (CLC por Chávarri, Lecoq y Cía), como sí que lo hacían las vagonetas de 4 toneladas de los ramales.

Un detalle menor pero no menos importante son las placas de numeración, identificación y de fabricante. Este trabajo ha requerido de una lupa de 6 aumentos a pesar de tratarse de un modelo a escala bastante grande. Una vez todo montado, se procede a un lavado de color y a aplicar diversos efectos de óxido, calcáreo, suciedad, etc.

La última parte realizada fue la base con un tramo de vía sobre balasto y a «rellenar» el vagón con mineral, auténtico mineral de Bédar. Los resultados a la vista están, aunque avisamos… al natural es mucho mejor.

La historia de Bédar animada

Muchos ya conocerán la nueva aplicación de MyHeritage «Deep Nostalgia» que está causando furor. Se trata de una herramienta que permite animar viejas fotografías (y no tan viejas) por medio de un algoritmo de Inteligencia Artificial.

Evidentemente, no hemos podido resistirnos a ver cómo quedarían en movimiento algunos de los personajes que han formado parte de la historia de nuestro pueblo y queremos compartir con todos vosotros los resultados, añadiendo algunos comentarios para quienes no los conozcan. Algunas impresionan bastantes. Otras, en cambio, no convencen tanto. Véanlas ustedes mismos y decidan.

El noruego Anton Getz fue el primer director de la Compañía de Águilas en Bédar, director de las minas de plomo de El Pinar hasta que fue sustido por Federico Dietrichson. A nuestro parecer, se trata de una de las animaciones mejor conseguidas.

Federico (Fredrik) Dietrichson sustituyó a Anton Getz en la direccion de la 2ª Sección de la Compañía de Águilas (Bédar y Herrerías y Sierra Almagrera). Bajo su dirección se instaló en cable aéreo Bédar-Garrucha.

Georges C. Pecket. Vicecónsul británico en Garrucha y poseedor de concesiones mineras en Bédar, fue el principal promotor del ferrocarril de Bédar a Garrucha.

No podría faltar en este repaso Víctor Chávarri y Salazar, industrial vasco responsable de la instalación del ferrocarril Bédar-Garrucha.

Otros de los personajes muy ligados a Bédar fue el Dr. Bernardo Renovales, quien fue médico de la Compañía de Águilas y de la Sociedad Chávarri.

El ingeniero de origen alemán Alfredo Dörn fue el último de los directores de las antiguas minas de Bédar, hasta el cierre de la Unión Bedareña. El algoritmo ha interpretado las manchas de la fotografía como lunares, pero aparte de eso, está bien conseguida.

Otro de los directores de la Compañia de Águilas en Bédar entre 1901 y 1902, Willhem Baron von Fircks. De origen alemán, trabajó posteriormente en las minas de los montes Urales y acabó siendo un político relevante de la minoría alemana en Letonia tras la declaración de independencia en 1920. No se olvidó de Bédar en su memoria «Meine Reisedecke», que podría traducirse como «Mi manta de viaje», donde relata el milagroso rescate de una minero en El Pinar de Bédar, Juanito «el Moro».

Gustav Thorkildssen fue el ingeniero que instaló el cable aéreo de Bédar a Garrucha entre 1888 y 1889, siendo la mano derecha del famoso industrial Julius Pohlig. A él le debemos mucha información sobre este episodio vital en la historia de Bédar. Una de sus descendientes fue la esposa del importante político alemán Willy Brandt. La animación no es de las mejor conseguidas pero eso no quita ni un ápice de importancia al personaje.

Johan Nordahl Brun Preus fue otro de los ingenieros noruegos que trabajaron en Bédar. Era cuñado de Fredrik Dietrichson y le reemplazaba en Bédar cuando éste debía viajar a Noruega. Tampoco es de las animaciones mejor conseguidas.

El bedarense Matías Castro fue el capataz de la mina La Palmera. Fue el abuelo de nuestra querida Maruja Cintas.

Esta animación es una de la que más nos ha impresionado. Se trata de una figura muy conocida en Bédar, el médico Antonio Bolea hacia 1910. Sobran comentarios.

De todos estos personajes, y de muchos más, se trata en el libro que, si el virus lo permite, está previsto publicarse.

Pozos mineros en Bédar: el peligro a evitar

A causa de un accidente reciente en El Pinar de Bédar en el que un perro ha caído a un pozo de unos 12 metros de profundidad (afortunadamente el animal ha podido ser rescatado con vida) nos ha parecido interesante volver sobre el tema de los pozos, que ya hemos tratado alguna vez.

No es un problema solo de Bédar, sin ir muy lejos tenemos el caso de Sierra Almagrera, con multitud de pozos de profundidades que sobrepasan tranquilamente los 100 metros, pero no solo pasa en zonas mineras tan conocidas, hasta en Garrucha se ha dado el caso de la necesidad de enterrar pozos mineros. El problema es casi siempre la falta de estudio y catálogo adecuado del patrimonio minero, lo que hace que sea muy difícil que las autoridades puedan estar al tanto de estas peligrosos accesos mineros, que no fueron protegidos como era necesario tras el cierre de las correspondientes compañías mineras que los utilizaron y de los que, en muchas ocasiones, se olvidó su existencia, salvo para los que frecuentan esos lugares que los conocen y evitan.

Como en muchos otros municipios con historia minera, en Bédar desde luego hay pozos mineros sin proteger, aunque ya se han realizado intervenciones en algunos de ellos. Queremos recordar que, sin embargo, lo mejor no es meter una máquina para taparlo, destrozando parte del patrimonio y toda posibilidad de estudio posterior. Lo ideal es poder indicarlos y protejerlos con alguna estructura que impida que nada ni nadie caiga dentro, pero que puerda permitir en un futuro el acceso a posibles investigadores (por ejemplo una protección de ladrillo con puerta con candado o rejillas).

pozos bédar

Por el momento y para los habitantes de Bédar, facilitamos un plano en My Maps con los pozos localizados hasta el momento en las diferentes investigaciones sobre el patrimonio minero que se ha realizado. Por supuesto estamos abierto a modificaciones y añadidos, pues toda información puede ser útil para los posibles senderistas y también para las autoridades competentes, que podrán evaluar el riesgo y tomar así las medidas que consideren más adecuadas para proteger a su población. He aquí el enlace:

https://www.google.com/maps/d/u/0/edit?mid=1OwHFDVl2NLLMLDsDH3XdAK-ZAsDPImVc&ll=37.17621009669951%2C-1.9675607189369382&z=16

Pinar de Bédar: la mina «Mentira»

Seguimos con un apartado más de la investigación minera en Bédar. Volvemos a El Pinar de Bédar, a otra de las minas poco conocidas, la Mentira, que, aunque parezca mentira y sin querer repetirme mucho, antes se llamaba Verdad, aunque la verdad es que sabemos muy poco sobre ella.

Lo que sí que parece claro es que a veces los nombres de las minas, especialmente los registros de plomo más antiguos, recibían nombres muy curiosos, y en El Pinar de Bédar tenemos numerosos ejemplos.

 

mentiraplano

A la derecha, plano de la zona explotada hacia 1850, entre las minas de Dos Hermanas y Sanguijuela encontramos la concesión de explotación de terreras Aquí te quiero escopeta y la mina la Verdad. El plano de la derecha muestra la misma zona hacia 1870, la zona está ocupada ahora por una concesión mayor de nombre Mentira, propiedad de la sociedad Filantropía.

verdad

Diferentes elementos estudiados ubicados sobre un plano de google maps. Se observan los grandes depósitos de escombreras entre los vestigios del antiguo bosque de pinos que ocupa la parte alta del barranco del Gato, uno de los pocos que queda en la zona.

 

Un conjunto de estas pequeñas y antiguas minas de plomo se encuentran en la parte más alta del barranco del Gato, justo al norte de las más conocidas minas de Dos Hermanas y Medidas Extraordinarias. Sin embargo, la práctica ausencia de documentación sobre ellas contrasta con la gran cantidad de restos mineros que existen en la zona, que indican una más que intensa actividad extractiva y mineralúrgica para la extracción de la galena, en especial de triturado y lavado de minerales.

Aunque sospechamos que se trata de una de las zonas en las que está documentado que se extrajo mineral durante el siglo XVI, la intensa actividad minera posterior ha borrado los posibles vestigios que hubieran quedar.

La Mentira aparece como una de las concesiones mineras propiedad de la sociedad Filantropía cuando ésta fue adquirida por la Compañía de Aguilas previo arriendo en 1878. Sabemos, sin embargo, que hacia 1850 el espacio ocupado por Mentira lo ocupaban las pequeñas minas Verdad, una de las minas pertenecientes a la sociedad Constancia, participada por Heredia y la familia Berruezo de Garrucha, y una pequeña concesión para la explotación de terreras (escombreras) con el curioso nombre de Aquí te quiero escopeta, demarcada al menos desde 1848. El hecho de la existencia de una concesión para el aprovechamiento de escombreras nos lleva ya a la existencia de una actividad minera anterior, sabiendo que el inicio de la minería moderna de plomo en el Pinar de Bédar data de 1843.

El estudio en detalle sobre el terreno nos da muchas más pistas, que merecen ser comentadas.

 

mentira8

escopeta1

escopeta2

escopeta3

mentira9

Zona de escombreras y minas superficiales (alguna de ellas reaprovechada como vivienda de minero) de la zona de la concesión de Aquí te quiero escopeta, con el aspecto habitual de las minas de El Pinar, con numerosos vestigios del tratamiento y lavado de minerales.

 

Este sector del barranco del Gato, en su lado izquierdo ascendiendo por ella, presenta grandes escombreras, procedentes de diversas galerías muy irregulares y de poca profundidad que jalonan toda esta ladera. Las escombreras, que corresponderían a la vieja concesión de Aquí te quiero escopeta, presentan diferente granulometría, lo que nos habla de diferentes procesos de triturado y lavado para la obtención de la preciada galena.

En su margen derecho, sin embargo, muestra una serie de restos mineros que difieren en parte de lo que viene siendo habitual en este coto minero. La presencia de lo que a primera vista parece un cortijo, con numerosos restos de cerámica doméstica, puede engañar, ya que no existen tierras cultivables en las cercanías. Junto al cortijo hay pequeñas galerías, pero destacan principalmente la presencia de un pozo y de una galería de características muy diferentes a las que habitualmente se encuentras en estas minas.

El «cortijo» está claramente ligado a esta mina, en terrenos de lo que fue la mina Verdad, y seguramente se trataba de un almacén de mineral y habitación para un guarda de minas. Desconocemos a qué compañía pudo pertenecer, pues no se trata del cortijo-almacén que poseía la mina Constancia, cuyo almacén sabemos hoy que estaba en la mina Justicia del Cielo, ni tampoco del almacén de la sociedad Filantropía, pues se encontraba también en otro lugar.

 

mentira1

mentira2

mentira3

Ruinas del cortijo-almacén y pozo de la concesión.

 

La principal galería supone el punto más misterioso de esta mina, ya se explotara como Verdad o como Mentira. A diferencia de las galerías típicas de la zona, irregulares, poco cuidadas y poco profundas, esta mina es regular y bien labrada (para lo que es la zona, claro está), sin marcas de martillos neumáticos ni de barrenos, pero sin espacios claramente dispuestos para la disposición de candiles, aunque algunas hubieran podido servir para ello sin dificultad. La galería desciende en una pendiente pronunciada, aproximadamente unos 20 metros (lo cual es bastante para la media de la zona), sin bifurcaciones, hasta el frente de corte.

A la salida de la mina se haya una zona de escombrera con restos evidentes de machacado, así como un pequeño edificio en ruinas cuya funcionalidad desconocemos. El pozo parece un esfuerzo de explorar y acceder a un yacimiento que se asociaba claramente a esta galería, digamos, inusual.

 

mentira4

mentira5

Zona a la salida de la galería, con los restos de un edificio pequeño rectangular y una escombrera con morfología de zona de triturado y posiblemente lavado.

 

mentira6

mentira7

Aspecto y entrada de la galería principal de la concesión, cuya morfología es claramente diferente de las otras explotaciones de la zona, como las que hemos visto en Aquí te quiero escopeta.

 

Lo único que podemos afirmar con seguridad es que esta mina fue explotada o al menos investigada por rebuscadores de la sierra (mineros que buscaban mineral en minas abandonadas y escombreras), pues hayamos la parte superior de un carburero que data de principios del siglo XX, si tenemos en cuenta que las lámparas de acetileno se patentaron en 1899 y que se trata de un modelo de estilo antiguo.

A penas quedan restos del mineral explotado en esta galería, cuyo yacimiento, seguramente una veta de galena de mejor calidad que lo habitual, fue explotado a conciencia. Sin duda la galería se abandonó al perderse dicha veta en profundidad, ya que existen catas laterales en algunos puntos, pero que no se continuaron.

La antigüedad originaria de esta galería nos ofrece algunas dudas, aunque no disponemos de ningún indicio que sustente esta hipótesis, más que las características mismas de la galería.

 

galena

Algunas de las muestras recogidas en las paredes de la galería muestran sin duda alguna cual era el mineral explotado: la galena.

carburo1

Parte superior de un carburo encontrado en el frente de corte de la galería principal. Por su diseño se puede datar de principios del siglo XX.

Minas de Bédar: la cabecera del plano de Santa Catalina

Tres Amigos

 

La estación de Tres Amigos, punto de partida del ferrocarril minero a Garrucha, comprende las tolvas reguladoras de los ramales de la mina Mulata y Santa Catalina. Ambas tolvas, muy diferentes en concepción y funcionamiento, aprovechaban el hecho de que ambos ramales se encontraban por encima del nivel de la estación.

Sin embargo, para hacer descender los vagones cargados desde las cabeceras de los ramales hasta las respectivas tolvas, se precisaban de planos inclinados. Se trataba de unos sistemas que estaban pensados para frenar en su descenso la vagoneta cargada y, de paso, aprovechar el empuje para hacer subir una vagoneta vacía. El cable de arrastre estaba enrollado en torno a un tambor, que solía estar instalado en la parte superior del plano. El sistema de freno era por fricción, por medio de un cable o cinta que, sujeta al tambor, podía tensarse o destensarse a voluntad, mediante un pesado volante ubicado sobre un pivote, que hacía ascender o descender un enorme tornillo.

 

DSC_0167

DSC_0168

26092011236

26092011242

Edificios de la cabecera del plano del ramal de Santa Catalina.

 

Lo que se descendía y ascendía eran los mismos vagones del ferrocarril, con capacidad para 3 toneladas y media. Era importante disponer de un freno seguro, ya que en el caso de que una vagoneta cargada descendiera sin control, el accidente podría tener graves consecuencias, algo que ya ocurrió en uno de los planos de la Mulata.

Por desgracia, la cabecera del plano de la tolva del ramal de la vía Mulata, el de la tolva embudo, ha sido prácticamente arrasado, a excepción del pequeño taller de fraguas. El de Santa Catalina, sin embargo, ha permanecido sin tocar, olvidado gracias a la derivación que se realizó durante Hierros de Garrucha para el paso de camiones. Esta cabecera de Santa Catalina se componía según la documentación disponible de un pequeño taller para la fragua, un edificio para una báscula de 8.000 kilos y del castillete que albergaba el freno y el cabrestante para el servicio del plano inclinado.

 

cab

 

Las imágenes de satélite nos muestran los restos de estos tres edificios donde los documentos indican que estaban, así como el trayecto del antiguo plano inclinado, lo que deja la posibilidad de realizar algún tipo de actuación que ponga en valor estas estructuras, tan ligadas a la icónica tolva-depósito de Tres Amigos. Además, y esto es realmente excepcional, se ha conservado el volante del freno de este castillete, que estaba instalado en este punto, gracias a que se reconvertió en prensa artesanal de vino por su peso, utilizando el tornillo original que accionaba el cable de freno, con cierto parecido al timón de un navío.

 

100-0006_IMG_2

Volante y tornillo del freno del plano inclinado de Santa Catalina.

 

santa catalina1(2)

Las vagonetas de 3,5 toneladas iban numeradas y con la marca CLCº, es decir, Chávarri, Lecoq y Compañía.

 

La vía verde Garrucha-Bédar

vagonvagon3Jardinera del ferrocarril Bédar-Garrucha siendo arrastrada por caballos en sentido a Bédar.

via5

Portada de los planos de la línea del ferrocarril.

 

Uno de los asuntos de los que se habla con cierta frecuencia en el levante almeriense es el de la vía verde del viejo ferrocarril de los Chávarri que conectaba Garrucha con Bédar.

En muchos lugares se han reconvertido las viejas líneas de ferrocarril en vías verdes, una forma fácil de favorecer el Turismo por medio de unas infraestructuras sin uso. Pero hasta para esto parece que no somos capaces de reaccionar en nuestro levante almeriense, tan rico en patrimonio como escaso en iniciativa e interés de sus habitantes.

En efecto, esta antigua vía minera, de unos 17 km de recorrido, conecta la costa con la sierra de Bédar, lo que supondría un eje de conexión perfecto entre una serie de municipios que tendrían mucho que ganar, desde el punto de vista de promoción turística. Para Garrucha y Mojácar se trataría de una novedad en la oferta de actividades, y para Los Gallardos y Bédar supondría una nueva e interesante forma de atraer visitantes.

 

Tres Amigos webLocomotora del ferrocarril Bédar-Garrucha en la estación de Tres Amigos.

GENERAL (3)

Recorrido del ferrocarril en la actualidad, hasta su origen en la mina Mulata de Bédar.

 

La vía recorre los municipios de Mojácar, Garrucha, Los Gallardos y Bédar, que son  los que tendrían que ponerse de acuerdo para dicho proyecto. Los terrenos del ferrocarril, como antigua vía minera volvieron ya a ser propiedad del Estado, al haber finalizado su periodo de cesión para explotación.

La vía se conserva razonablemente en buen estado si tenemos en cuenta que tiene más de 100 años y que en varios puntos ha sido invadida por cultivos privados y otras estructuras, aunque no se trata de daños irreparables. En su recorrido, puentes y túneles pueden ser fácilmente recuperados, aunque el cruce de las principales vías de transporte podrían suponer un problema , en especial el paso por la autopista y el recorrido del AVE.

El aspecto histórico-patrimonial también sería un punto importante a tratar, con paneles informativos que rememoren su uso original como ferrocarril minero. Desde el punto de carga en Garrucha como las diferentes casas de peones vieros, cuyos restos todavía se encuentran junto al recorrido de la vía. Si olvidar de la conducción de agua con la que los Chávarri regaban sus cultivos de uva con el agua que se alumbraba en las minas.

 

via1

Vía minera en su recorrido por la sierra de Bédar.

via3

Caseta de los peones de vías.

via2

Estación de Garrucha.

 

En el aspecto histórico, últimamente se están recuperado muchos datos históricos referentes a este ferrocarril, incluidas fotografías de las locomotoras. Como dato curioso, recogido en el libro Trenes, Cables y Minas de Almería, el ferrocarril disponía de una «jardinera» o pequeño vagón para el transporte del personal de las minas. Esta jardinera se acoplaba a los convoyes para ir hasta la estación de Tres Amigos de Bédar. Pero para la bajada la jardinera podía aprovechar la pendiente favorable de la vía para bajar sola, con la sola ayuda del freno. Los días que no había convoy que subiera a Bédar, la jardinera podia subir por tracción animal, a modo de los viejos tranvías a caballos.

vagonvagon3

El Pinar de Bédar: la mina Águila

Volvemos a ver hoy una de las centenares de minas poco conocidas de Bédar, la mina Águila, ubicada en El Pinar de Bédar. Como de costumbre, se trata de una mina muy poco conocida, pero con una cierta importancia en la historia minera del municipio por una serie de razones que no vamos a tratar aquí en profundidad, ya que pronto nuestro amigo José Berruezo publicará pronto un artículo, fruto de una concienzuda investigación al respecto de la oscura época minera que se desarrolló entre los años 1850 y 1860.

 

aguila

aguila1

aguila2

 

En general, la mina Águila nos lleva al casi desconocido tema de la participación local en la minería. Aunque los trabajos mineros estuvieron copadas por empresas extranjeras, los vecinos de Bédar no se limitaron a ser simples espectadores o trabajadores en ellas, hubo muchas iniciativas, algunas de las cuales merecen un capítulo propio en la historia minera de la localidad.

Esta mina es el centro precisamente de uno de estos proyectos, cuyas consecuencias podremos conocer con detalle gracias al trabajo de José Berruezo. El promotor no fue otro que Antonio Bolea Rodríguez, el padre del conocido y estimado médico bedarense Antonio Bolea García. Pocos sospechan de la intensa actividad minera de esta familia, en especial en las minas de plomo de El Pinar de Bédar. Fallecido en 1902 a los 80 años, Antonio Bolea Rodríguez fue una persona muy respetada en el pueblo, habiendo sido también secretario del Ayuntamiento, y del que sospechamos que tuvo un papel importante, aunque todavía no está claro, en el famoso motín de 1850.

 

aguila3

aguila4

aguila5

aguila6

 

Los restos en esta pequeña mina no se diferencian demasiado de las similares del mismo periodo, aunque los trabajos son de cierta importancia si tenemos en cuenta los medios precarios que se utilizaron para su explotación, en busca de las finas vetas de galena que caracterizan estos criaderos. A parte de las características galerías de poca profundidad, destaca una hoya o explotación a cielo abierto de ciertas dimensiones.

 

Bédar: trabajos para la rehabilitación de la mina Mulata.

Entramos en la recta final de los trabajos de cartografía de la mina Mulata. A la espera de la elaboración de los planos definitivos y presentación de los proyectos turísticos más apropiados para esta mina, Thomas Pesenti y Maxence Regnault comienzan a facilitarnos numerosos datos y planos provisionales de la mina.

El estudio no se ha limitado a una simple cartografía 3D, se ha estudiado también desde un punto de vista geológico y mineralogico, identificándose las zonas seguras y las que hay que evitar por su inestabilidad o peligrosidad. También confirma que, contrariamente de lo que se podría pensar, las galerías no se encuentran por debajo del pueblo y que no hay  ninguna casa que haya sido construida enteramente sobre labores subterráneas. En el siguiente plano superpuesto en Google Maps podemos ver la extensión de estas galerías con respecto a la montaña:

 

MINA

 

Los datos confirman la presencia de amplias salas bajo la montaña, apropiadas para diversas actividades turísticas y, posiblemente, a otras actividades económicas que pueden suponer un plus para la población. La red de galerías es caótica, tal y como lo hacía suponer la historia de esta mina, en los que se siguió una capa muy irregular de mineral de hierro.

 

36064206_10215811514138544_4534264031711592448_n

IMG-20180623-WA0000

 

En las fotografías superiores, la sala principal de la mina Mulata, iluminada en ocasión de la visita del alcalde de Bédar, Angel Collado, junto a uno de los concejales y el policía local.

Otro de los objetivos era confirmar los datos tanto históricos como procedentes de la tradición oral que afirmaban la existencia de un túnel de transporte en la parte más baja de la mina que comunicaba los barrancos de la Fuentecica con el de la Cueva Oscura y que se utilizó para dirigir el mineral de hierro de La Mulata hasta el cargadero del ferrocarril.

 

IMG-20180615-WA0002

 

En la fotografía superior, la búsqueda de minerales en la pared de una de las galerías.

 

 

IMG-20180623-WA0001

 

Dicha galería de transporte se construyó en el emplazamiento de un antiguo punto de agua de la localidad, la Cueva Oscura. Esta galería, a la que por el momento solo se puede acceder por el interior de la mina, sigue recogiendo este agua. Para su exploración y cartografiado, los geólogos han tenido que improvisar un calzado impermeable que les permitiera pasar por la galería semi-inundada, como se observa en la fotografía superior.

 

36026800_10215811513058517_7558949996360368128_n

 

En la fotografía superior, sección de la galería inferior de transporte de la vía Mulata, con el curso de agua.

 

35963760_10215811520338699_6855443089239048192_n

 

Punto final del túnel de transporte de la mina Mulata. El trayecto se encuentra obstruido en el punto en el que se alcanzaba la tolva cónica que se encontraba en el barranco de la Fuentecica y que sería para transportar el mineral de otras minas adyacentes a la Mulata, en concreto la Segunda Mulata (el conocido como Pozo Plaza) y la mina Mozambique. Como se observa en la fotografía superior, la galería estaba reforzada con mampostería en este punto. La tolva fue completamente colmatada de escombros y tierra, que a su vez obstruyó la galería inferior al caer por la compuerta de carga.

 

36063225_10215811524818811_3491710331774828544_n

 

A la galería de transporte también conecta con este pozo, que se corresponde en superficie al pozo que se encuentra más o menos en el centro de la roza del Indio, y que se encuentra parcialmente obstruido. Fue utilizado seguramente para poder cargar el mineral de la cantera.

 

El Pinar de Bédar: los partidarios de la Compañía de Águilas

La minería en el Pinar de Bédar tiene una larga e interesante historia. Aunque probablemente fueron explotadas sus vetas de cobre en la prehistoria y las de plomo por los romanos y en época hispano-musulmana, los primeros datos documentales de su explotación nos llevan al siglo XVII, en el que se registra una intensa actividad.

El prolongado periodo de explotación entre 1843 y 1926 se puede dividir en varios periodos muy bien definidos, en los que se alternan fases de minería artesanal y otras de intensa mecanización.

 

ATAIF.jpg

Restos de un ataifor de época nazarita hayado en una escombrera de una mina de plomo en La Gamberra.

 

El periodo más largo y del que tenemos más información es el de los «partidarios de la Compañía de Águilas», que trabajaron en estas minas aproximadamente entre 1885 y 1926. Esta información procede de varios documentos, en especial algunas cartas de los directores mineros de la Compañía de Águilas, pero el que más información aporta es sin duda el ingeniero Otto Pütz, que en 1906 visita estas minas, experiencias que recoge en un artículo que publicó en una revista alemana.

 

ALBARDILLAp

Los partidarios utilizaban simples tornos de albardilla para el acceso a los pozos. Para bajar simplemente etrelazaban la pierna en la soga de esparto.

 

La Compañía de Águilas, que había adquirido el coto minero de El Pinar de Bédar, había intentado sacar beneficio en esta minas de plomo por medio de una gran inversión en maquinaria. Sin embargo, tuvo que abandonar el proyecto en 1884 ante la falta de beneficios. Sin embargo, esto no supuso el fin de la minería.

La Compañía decidió dar partidos de rebusca a los mineros, con el fin de retener a los trabajadores, pues estaba en marcha un nuevo proyecto de explotar las cercanas minas de hierro de Serena. Estos «rebuscadores de la sierra» o «partidarios», que era como los conocían, buscaban por cuenta propia el mineral que podía haber quedado en las diferentes minas y vaciaderos, llegando a beneficiar hasta 300 toneladas de mineral al mes.

cartagenera

Criba cartagenera, esquema realizado por Otto Putz de las utilizadas en el Pinar de Bédar.

 

ROYO

Mesa de arroyo o «Royo», de los utilizados en el Pinar de Bédar (O. Putz).

 

La Compañía de Águilas les arrendaba parcelas de terreno, que explotaban de forma autónoma. Además, la Compañía les proporcionaba el agua necesaria para el lavado de minerales, comprándoles luego el mineral concentrado que habían obtenido.

A pesar de la dificultad del trabajo, llegaron a haber hasta 100 de estas explotaciones en 1906, en las que en algunas trabajaban familias enteras. En estas pequeñas parcelas, por las que pagaban una pequeña cantidad a la Compañía, se concentraban numerosos pozos y galerías. Había muchos niños empleados en los trabajos, y aunque se trabajaba en alguna mina, la mayor parte de las tareas eran de lavado de minerales. No era raro que las escombreras que un partidario había lavado ya, fueran lavadas de nuevo por otro para aprovechar hasta la más pequeña partícula de mineral.

 

cueva1

cueva4

cueva5

Diferentes casas-cueva ocupadas por los mineros que trabajaban para la Compañía de Águilas. Disponían de alacenas, minúsculas habitaciones y un hogar con chimeneas improvisadas en la roca. La última fotografía muestra uno de los hornos de la fundición Carmen rehabilitado como vivienda.

 

En las pocas minas en explotación se trabajaba a cielo abierto, pero también por medio de pozos. En los pozos se utilizaban los tornos de albardilla, las cuerdas y cestas eran de esparto y los mineros bajaban por ellos simplemente enlazando su pierna en la soga, sin otra medida de seguridad. Los niños eran especialmente utilizados en las minas, pues su pequeño tamaño les permitía acceder más fácilmente, transportando el mineral en unas cestas que llevaban a la espalda.

Casi todo el mineral extraído, al igual que las escombreras, debía ser sometido a un tratamiento que les ocupaba la mayor parte del tiempo. Primero trituraban el mineral con unas pesadas mazas con mango de madera flexible, que volteaban por encima de la cabeza para golpear con más fuerza. Algunas de los partidarios poseían molinos trituradores propulsados por mulas, pero era tal su coste que era muy raro que se utilizaran.

Para el lavado se utilizaban diversas máquinas.  Dejando a parte las cribas cartageneras, se usaban unas copias artesanales de maquinaria moderna, pero fabricadas con los materiales que estos mineros tenían más a mano.  Su construcción permitía que fueran fácilmente desinstaladas y trasladadas a otra zona o vaciadero.

 

cueva2

cueva3

Casa-cueva al parecer realizada aprovechando una explotación minera pre-existente.

 

Primero se usaba la criba cartagenera, con el que se recuperaban las partículas más gruesas. Se trataba de un gran cajón con agua y una criba que se accionaba con una palanca. Lo que pasaba por la criba y se depositaba en el fondo del cajón se llevaba a una máquina llamada «Royo», o mesa de arroyo. Era una tabla larga ligeramente inclinada en la que se exponía el mineral a una corriente de agua que se llevaba las partículas menos densas.  Conforme se lavaba, y a base de numerosas repeticiones, la tierra se iba volviendo más gris, hasta que la galena estaba lo suficientemente concentrada como para poder ser vendida. Un operario se encargaba de ir retirando el mineral limpio y poniendo más tierra, sin interrumpir el proceso de lavado.

La tercera y última máquina era el «Rumbo», forma en que se conocía a estas copias artesanales de los «round-buddles» de origen inglés. En el Rumbo se lavaba la tierra arrastrada por el agua en los Royos, que se sacaba con una azada especial llamada «rodillo». Esta arena fina todavía contenía partículas de galena que eran susceptibles de ser concentradas con el Rumbo.

El Rumbo era una superficie cónica con muy poca inclinación. La arena se arrastraba con agua hasta la superfície cónica, por la que descendía lentamente ayudada por unos fragmentos de lona que rotaban lentamente (de forma manual). La galena se quedaba en la zona más central mientras que las partículas más ligeras eran arrastradas más hacia la periferia. De esta manera se recogía la parte central, que era de nuevo pasada por la máquina, y así de 4 a 5 veces, en un proceso que llevaba aproximadamente una hora.

El trabajo se llevaba a cabo durante largas horas bajo el sol abrasador. El beneficio era muy poco, pero les permitía sobrevivir. Muchos de estos mineros vivían en pequeñas e insalubres casas-cueva. Incluso se llegaron a habilitar los hornos de la antigua fundición Carmen como vivienda improvisada para estos mineros. A pesar de la ineficiencia de estas máquinas artesanales, estos mineros obtenían beneficios gracias a la repetición sin pausa de los diferentes procesos de lavado. Además del plomo, se obtenía, como producto secundario, una cierta cantidad de mineral de cobre, pero de escasa calidad.

 

 

rumbo1

Dibujo y reconstrucción a escala de uno de estos rumbos descritos por O. Putz en 1906. como los rumbos mecanizados de los que derivaban, la plataforma circular era de de 4 métros de diámetro, tamaño óptimo para rentabilizar el lavado.

 

rumbo reforma

Plataforma de un «round-buddle» parcialente desenterrada. Se trata de una de las que funcionaron en lavadero mecánico de la mina Reforma a la par que el lavadero Grande de El Pinar (1882-1884). La plataforma está construida de mortero de cal y se puede observar el lugar donde estaba el eje y los radios que se utilizaron para su construcción. El diámetro es de 4 métros.

RUMBOS REFORMA 2

Ampliación de una fotografía de José Rodrigo en el que se muestra el round-buddle excavado en la fotografía anterior, que formaba parte de una batería de estos artefactos, todos movidos por una máquina de vapor. Los elementos básicos eran los mismos, en azul se observa la plataforma circular de 4 métros, el amarillo los soportes del eje, y el rosa los depósitos para el mineral  y el agua.

 

rumbo aprovechado

Restos de un rumbo artesanal ubicado en la mina Aprovechado. de 1,8 métros de diámetro, está ya lejos de los 4 metros de los primeros Rumbos, por lo que debe tratarse de uno de fase tardía.

 

MAQUETA RUMBO

Ensayo de lavado con «Rumbo» a escala, de 15 cm de plataforma. La característica más importante para su funcionamiento era la inclinación de la pendiente de la plataforma de lavado. Rumbos con plataformas de menos de 4 metros podían funcionar perfectamente, tal y como lo demuestra esta miniatura de 15 centímetros de plataforma pero con la inclinación correcta. Sin embargo, estos Rumbos en miniatura debían ser muy ineficaces y requérir de muchas más repeticiones para obtener los mismos resultados que con uno más grande.

RUMBOp

El lavado con el Rumbo era una tarea repetitiva y monótona. A falta de máquina que moviera el ingenio, habitualmente era un muchacho el que, subido a la traviesa, accionaba el eje.

 

Aunque cueste de creer, este tipo de minería se mantuvo hasta 1926. Los restos estudiados en El Pinar nos llevan a pensar que los diferentes sistemas de lavado utilizados por estos partidarios sufrieron una especie de «regresión». Por ejemplo, de los 4 métros de diámetros que tienen los Rumbos descritos por Putz (al igual que los rumbos mecanizados de los que derivan), se han encontrado algunos rumbos de tan solo 1,5 metros de diámetro. Aunque estos «mini-rumbos» eran sin duda capaces de lavar mineral, debían ser muy ineficaces, lo que en la práctica supondría un aumento del tiempo necesario para lavar una misma cantidad de mineral.

Sea como fuere, en 1916 se registra una producción anual ya bastante reducida procedente de los «partidarios», tan solo 74,6 toneladas. Esta cantidad se redujo a unas casi residuales 44 toneladas en 1926, cuando ya solo trabajaban en las minas 62 mineros. Aunque se dio posteriormente algún partido de rebusca, se puede considerar este año de 1926 como el del fin de la minería del plomo.

 

pinar

Marcados en rojo, la ubicación de los restos de «Rumbos» artesanales conocidos. Estos se encuentran en el paraje de La Gamberra, mina Reforma, mina Aprovechado y barranco de San Marcos. En cuanto a los puntos en amarillo, indica la presencia de casas-cueva, especialmente abundantes cerca de la fundición Carmen de Bédar y en la parte más alta del barranco del Gato. Había más de estas casas-cueva cerca el centro de la urbanización, desparecidas actualmente.