El Imperio romano en Los Gallardos (Cadima) por sus emperadores

Hoy daremos un repaso a los emperadores documentados en esta villa romana de Los Gallardos, en un periodo que va desde el siglo I hasta prácticamente el fin del imperio romano en el siglo IV. Entre lo emperadores del Alto Imperio destacan especialmente los de la época de Anarquía Militar (siglo III), mientras que son los emperadores de la dinastía constantiniana los más frecuentes entre los del Bajo Imperio (desde Diocleciano), en especial el emperador Constancio II.

Trajano (Marco Ulpio Trajano) 98-117 d. C. Conquistador de la Dacia y Mesopotamia y primer emperador de origen hispano. Pasó la mayor parte de su reinado ocupado en las campañas militares aunque realizó diversas reformas administrativas en el Imperio. Se mostró intransigente contra los cristianos pero no promovió ninguna persecución.

Caracalla (Marco Aurelio Antonino) 211-217 d.C. Su reinado estuvo marcado por la crueldad y la extravagancia, aunque también promulgó un edicto que concedió el derecho de ciudadanía a todos los habitantes del Imperio. Fue asesinado por el jefe de la Guardia Pretoriana en Mesopotamia.

Herennia Etruscilla, fallecida tal ve en 251 d.C. Fue la mujer del emperador Trajano Decio (201-251d.C) y madre de los futuros emperadores Herenio Etrusco y Hostiliano. Trajano Decio fue emperador entre el 249 y el 251 d.C. ya en la época de la Anarquía Militar, fue instigador de la primera persecución general contra los cristianos, ordenando que acreditaran su fidelidad a las divinidades romanas.

Galieno (Publio Licinio Egnacio Galieno) 218-268 d.C. Galieno inauguró una nueva política de reconstrucción del imperio que fue seguida por sus sucesores encaminadas a fortalecer las fronteras ante el avance de los bárbaros; de ese modo, en lugar de mantener una línea de defensa continua desplegada a lo largo de la frontera. En lo que respecta a su política religiosa, Galieno abandonó las persecuciones a los cristianos.

Claudio II Gótico (Marco Aurelio Claudio Augusto) 268-270 d.C. Todavía durante el periodo de Anarquía Militar, Claudio intentó recomponer la gloria perdida del Imperio y obtuvo una gran victoria contra los alamanos cerca de Varona, pero su mayor batalla fue la que libró el 269 d.C., cuando derrotó al ejército godo, la más grave amenaza hasta entonces contra Roma. Eso le valió el apodo de Gótico.

Tácito (Marco Claudio Tácito) 275-276 d.C. Hombre de gran integridad moral, aceptó el cargo de emperador a instancias del Senado, se dedicó a mantener contento al ejército para conseguir el orden y la paz.

Probo (Marco Aurelio Probo) 276-282 d.C. Muy popular entre el ejército, consiguió estabilizar las fronteras del Imperio. Lograda la paz, proyectó y construyó muchas obras públicas. Inició las reformas que con Diocleciano conseguirían sacar el Imperio de la crisis.

Diocleciano (Cayo Aurelio Valerio) 284-305 d.C. Este emperador desarrolló una extensa reforma monetaria, fiscal y administrativa que daría fin a la crisis de la época de la Anarquía Militar. Las reformas que llevó a cabo Diocleciano dieron fin a la crisis del siglo III, que a punto estuvo con acabar con el imperio. Las reformas de Diocleciano ayudaron a estabilizarlo económica y militarmente, permitiendo que perdurase todavía unos cien años más.

Constantino I el Grande (Flavio Valerio Constantino Magno) 306-337 d.C. Constantino es famoso por haber sido el primer emperador en abrazar la religión cristiana. No solo reunificó el Imperio, sino que obtuvo importantes victorias sobre los bárbaros (francos, visigodos, alamanes y sármatas).

Crispo (Flavio Julio Crispo) 217-326 d.C. Hijo de Constantino I, destacó por su habilidad y valor militar, siendo nombrado César de Occidente en 317. Fue mandado ejecutar por su padre, aparentemente por un engaño, lo que atormentó a Constantino I hasta su muerte.

Constancio II (Flavio Julio Valerio) 353-361 d.C. Hijo de Constantino I el Grande. Consiguió reunificar el imperio tras la muerte de sus dos hermanos, entre los que su padre había repartido el Imperio. Es el emperador del que más monedas se han documentado en Los Gallardos, es más probable que buena parte de las monedas de Constancio II llegasen con los contingentes militares enviados a la península a partir del 352 d.C. para luchar contra el usurpador Magnencio.

Constante (Flavio Julio Constante) fallecido el 350 d.C. Otro de los hijos de Constantino I el Grande y que recibió el gobierno de los territorios de Italia, Africa y los Balcanes. Se anexionó Hispania, Gallia y Britannia tras la muerte de su hermano Constantino II. Falleció a causa de la conspiración de Magnencio, en un pequeño pueblo poco antes de los Pirineos cuando huía hacia Hispania. Tras la derrota de Magnencio, fue Constancio II, el tercero de los hermanos, el que tomó control de todo el Imperio.

Valentiniano I (Flavio Valentiniano) 364-374 d.C. Ferviente cristiano, restauró la libertad de cultos y algunos privilegios de los cristianos, anulados por Juliano II el Apóstata. Fue el fundador de la última dinastía romana, la Valentiniana. Asoció al mando a su hermano Valente, confiándole las provincias Orientales. Murió enfermo en el 375, tomando el relevo Valente en Oriente y Graciano en Occidente.

Valente (Flavio Valente) 364-378 d.C. La mayor parte de su reinado la ocupó en diferentes campañas contra los godos en las fronteras del Danubio. Murió en la trágica derrota de Hadrianopolis, en la que el ejército romano fue casi aniquilado, algo que solo solucionaría Teodosio I posteriormente.

Teodosio I el Grande (Flavio Teodosio) 379-395 d.C. Nacido en Cauca (Hispania), fue el último de de los emperadores romanos que llegó a gobernar sobre todo el imperio romano tras la muerte de Valentiniano II, emperador del imperio de Occidente. A su muerte, la división del imperio entre Occidente y Oriente fue ya definitiva, siendo ya imposible reunir dos territorios ya muy diferenciados cultural, política y económicamente, controlados desde Roma y Constantinopla respectivamente, que quedaron a su muerte bajo el control de sus hijos Honorio y Arcadio.

Honorio (Flavio Honorio) 395-423 d.C. Hijo de Teodosio I, sucedió a su padre como emperador de Occidente mientras que su hermano hacía lo propio con Oriente.

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Los Gallardos: bronce del emperador Teodosio en Cadima

Flavius Theodosius Augustus (346-395 d.C.), emperador romano nacido en Cauca (Hispania) que se conocería como Teodosio I el Grande, fue el último de de los emperadores romanos que llegó a gobernar sobre todo el imperio romano. A su muerte, la división del imperio entre Occidente y Oriente fue ya definitiva, siendo ya imposible reunir dos territorios ya muy diferenciados cultural, política y económicamente, controlados desde Roma y Constantinopla respectivamente, que quedaron a su muerte bajo el control de sus hijos Honorio y Arcadio.

La aparición de un pequeño bronce de Arcadio en Cadima (curiosamente el emperador de Oriente y no de Honorio como sería más lógico) ya auguraba que muy posiblemente habría también de su padre Teodosio. Finalmente lo encontramos en este pequeño bronce de poco más de un centímetro de diámetro del que nos han facilitado estas fotografías.

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Teodosio era cristiano, fiel de la doctrina de Atanasio, fue el emperador que adoptó el cristianismo como religión oficial del imperio, prohibiendo el arrianismo, que tenía mucha tradición en oriente y prohibiendo los cultos paganos en todo el imperio a partir del 392. En nuestro bronce aparece el Crismón, el símbolo instaurado por Constantino I el Grande. La ceca es AQS (Aquileia, oficina segunda). El reverso es del tipo «SALUS REI PVBLICAE» (la salud del del bien público) y representa una Victoria en marcha arrastrando un cautivo con la mano izquierda y portando un trofeo con la derecha.

 

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Fracción de centenional acuñada en Antiochia (Siria) del emperador Aracadio, hallada posiblemente en Cadima. Se trata del mismo tipo de moneda que la de su padre, Teodosio, con reverso «SALUS REI PVBLICAE», representando también un crismón.

 

 

 

Villaricos: recogida de firmas para salvar Baria (otra vez)

El grupo GRAECA inicia una campaña de recogida de firmas para la protección de la antigua ciudad de Baria contra la agresión especulativa que respaldamos completamente. Es una vergüenza el desprecio por el patrimonio que es de todos. Estamos convencidos de que si quien/es tiene/n la responsabilidad hubieran tomado todas las medidas y puesto el interés que merece este yacimiento arqueológico, nunca hubiéramos asistido a un espectáculo tan lamentable.

Otra vez han sido los vecinos de Villaricos los que han dado la voz de alarma y el grupo Salvemos Baria el que ha presentado batalla, reaccionando rápidamente. Por el contrario, autoridades municipales, provinciales y autonómicas o no han dado la cara o ésta ha sido muy timorata, mostrando, como poco, un alarmante desinterés. Realmente, la impresión que nos deja a todos es que esto huele pero que muy mal, poderoso caballero es don Dinero. Parafraseando la célebre frase, en cuanto a la honestidad… el político no solo ha de serlo sino además parecerlo.

Tómense un par de minutos, no hace falta más para firmar por Baria. No dejen que nadie se enriquezca destruyendo lo que es de todos.

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