Guerra Civil en el levante almeriense: los sellos más curiosos relacionados con la minería

Las investigaciones que llevamos a cabo sobre la minería en el levante almeriense durante la Guerra Civil (incluyendo también los años de la República previos y la posguerra inmediata) son complicadas debido a la escasa documentación al respecto. Sin embargo, ya contamos con una interesante lista de sindicatos y ayuntamientos de Los Gallardos, Vera, Bédar, Huércal-Overa y Garrucha; organismos gubernamentales y otros extranjeros más sorprendentes que, de una manera o de otra, estuvieron implicados. Es importante recalcar que no se trata de una investigación sobre la Guerra Civil Española, se trata de lo que pasó en una comarca tan minera como es el levante durante esta época y las importantes repercusiones que tuvo.

Los resultados de estas investigaciones serán publicadas a su debido tiempo, pero para ir abriendo boca vamos a desvelar, siguiendo nuestro post anterior sobre «sellos de caucho mineros», varios de los sellos identificados hasta ahora. No indicaremos todavía en qué se relacionan con la minería, pero algunos se pueden intuir y algunos, sin duda, van a sorprender mucho.

Sorprende la cantidad y variedad de sindicatos y organizaciones en Los Gallardos, y por ellos empezamos. En esta un sello de la Juventud Socialista Unificada, decorado con una simple estrella.

Aquí tenemos los de la Sociedad de trabajadores de la tierra y oficios varios, de la Unión General de Trabajadores y el que ya conocíamos previamente, el del Comité Local Antifascista de Los Gallardos.

Aquí tenemos un interesantísimo y raro sello del Regimiento Popular Autónomo de Los Gallardos, firmado en diciembre de 1936. Sobre lo que era y su relación con la minería ya lo trataremos en otra ocasión, pero llama mucho la atención cómo se ha eliminado la corona del escudo y se ha sustituido por una estrella, un hoz y un martillo, denotando sus inclinaciones comunistas.

Los ayuntamientos, posteriormente Consejos Municipales, tuvieron que adaptar la simbología en sus respectivos sellos durante la guerra. La corona-castillo del sello de Bédar no daba muchos problemas, pero la monárquica del sello de Los Gallardos precisaba de un buen borrón en rojo para adaptarse a los tiempos que se vivían.

La Comunidad de Obreros Mineros de la Mina Fuensanta de Mazarrón tuvo una relación más que interesante con una conocida sociedad minera en Almería. La Piqueta, de Garrucha, también tuvo una serie de interacciones, muy relaccionadas con el puerto de Garrucha.

Sellos del Comité Ejecutivo de Enlace del Frente Popular y del ayuntamiento (posteriormente Consejo Municipal) de Bédar.

El sello del muy desconocido Hospital Militar de Vera y el de la Asamblea Local de la Cruz Roja Española de Huércal-Overa, en una carta del ayudante de minas José Pérez Alarcón. Ambos mantuvieron unas relaciones con empresas mineras que desvelaremos en su momento.

Es bien conocida la búsqueda de los alemanes de wolframio para los blindajes de sus tanques, pero también buscaron recursos y el sello habla por sí solo. En ambos casos, hay una historia que contar relacionada con el levante almeriense y su minería. La carta está firmada por un tal Schneider.

Un sello del Sindicato Obrero «Fraternidad» de Oficios Varios de Bédar. El nombre seguramente sonará a muchos bedarenses.

Dos sellos sin duda muy antagónicos. ¿Qué relación pudo tener los Talleres de Fundición «Pablo Iglesias» de Murcia con el levante almeriense durante la guerra? El segundo sellos nos muestra el sello del ayuntamiento de Los Gallardos en la inmediata posguerra.

Ciertamente, la Subsecretaría de Armamento del Ministerio de Defensa Nacional de la República Española en Almería, tuvo también algo que decir. El otro sello es, como se indica, del Distrito Minero de Almería.

Otro de los organismos gubernamentales que vemos implicados es el del Parque Central Automóvil del Ejército n.º 6 (Ministerio de Defensa Nacional, Dirección de Transportes).

Y hasta aquí la selección especial de hoy, esperamos que les haya gustado.

Vestigios de la historia: la primera vagoneta de cable aéreo preservada en Almería

Tras su dificultosa recuperación para la exposición celebrara en Vera (Luces y Sombras), la vagoneta aérea ha vuelto a Bédar, donde ha sido emplazada a la entrada del parking del cementerio, sin más ceremonia ni cartel o panel explicativo que indique al eventual visitante de qué se trata.
Recuperada gracias a los esfuerzos de la asociación Correcaminos de Turre, la Asociación para la Protección del Patrimonio minero de Bédar (APAMIBE) y la colaboración de los ayuntamientos de Bédar y Vera, se trata de una de las vagonetas del cable aéreo de transporte de mineral de hierro que conectó Serena con Los Gallardos construido por la empresa García de Legarda, Hijo bajo la dirección de Joaquín Larragoiti, que ya venían de instalar un cable aéreo similar en el Pirineo de Lérida, entre Malpàs y Xerrallo.

Carretón y detalle del sistema de enganche

El cable, de casi 4 km de longitud, empezó a funcionar en 1956, transportando mineral de hierro desde la mina de San Manuel hasta un cargadero junto a la carretera de Los Gallardos, desde donde se enviaba en camiones hasta Garrucha para su embarque.

Patente del fabricante alemán Adolfo Bleichert

Existían varios fabricantes de estos ingenios, con sistemas diferentes de enganche y transporte. Este cable concreto se trataba de una patente del fabricante alemán Bleichert, un fabricante prestigioso y muy conocido. Se trataba de un sistema bicable, en el que uno de los cables servía de carril y el otro, que era móvil, traccionaba las vagonetas gracias a un motor eléctrico. La diferencia principal con otros sistemas de cable de transporte era el enganche de la vagoneta al cable motriz, un de los aspectos más importantes ya que en los descargaderos y cambios de dirección del cable las vagonetas debían poder desengancharse y engancharse fácilmente. El sistema Bleichert utilizaba las vagonetas se enganchaba por medio de un ingenioso sistema de mordaza patentado por Bleichert que se accionaba por el propio peso de la vagoneta.

A la izquierda, sistema que evitaba el vuelco de la vagoneta. A la derecha, número sobre la percha de la vagoneta, la recuperada en Bédar es la número 25.

¿Existen otras vagonetas expuestas de este tipo o otros elementos de un cable similar en España? Realmente, los cables aéreos de transporte de minerales son un poco como los hermanos pequeños de los ferrocarriles por raíles tradicionales. De hecho, a veces se hace referencia a ellos como «ferrocarriles aéreos» y han sido relativamente poco estudiados. La conservación o puesta en valor de este tipo de instalaciones antiguas no es frecuente, pero aún así tenemos dos ejemplos que se publicitan por internet. Así nos encontramos con la vagoneta, también sistema Bleichert, preservada y expuesta en Viveiro del cable de las minas de Silvarosa (Lugo) y un interesante proyecto para recuperar un antiguo trazado de funicular entre Novo y Sierra con varias columnas de cable, también en Galicia, del cual se ha solicitado la declaración de Bien de Interés Cultural (BIC), sin que sepamos todavía si se han recuperado o expuesto vagonetas. Otra columna y dos vagonetas están también expuestas en Suria, algo más recientes. Y eso es todo lo que hemos podido encontrar (si alguien conoce más ejemplos, estaremos encantados de conocerlos).

A la izquierda, columna de cable preservada del funicular entre Novo y Sierra. A la derecha, vagoneta Bleichert preservada en Viveiro (Lugo).

En todo caso, podemos afirmar sin lugar a dudas que se trata de algo único en la provincia de Almería, que sin embargo tuvo una historia muy rica en este tipo de transportes que tan eficazmente eran desmantelados cuando dejaban de prestar servicio. No deja de llamarnos la atención que este tipo de instalaciones empiecen a declararse como BIC, pues aparte de la vagoneta preservada, el cable aéreo Serena-Los Gallardos, se conservan mucha de las instalaciones de su trazado, incluida una tensora, la estación motriz y muchos de los soportes de las columnas.

Dos ruedas de vagoneta aérea recuperadas en la sierra de Bédar en el trazado del antiguo cable Bédar-Garrucha, con algunas diferencias. En Bédar funcionaron diversos cables, sistema Pohlig, Bleichert y Roe.

Para concluir, podemos afirmar que la vagoneta que se expone en Bédar, que esperamos que pronto cuente con algún tipo de información y/o inauguración oficial, es una auténtica rareza digna de todos los cuidados. Y no podemos acabar sin indicar que Bédar aún reservan alguna sorpresa para el escasamente representado patrimonio de los «ferrocarriles aéreos», pues recientemente la Legión española tuvo a bien recuperar una canasta de uno de estos ferrocarriles que, puede, sea la de más antigüedad hasta el momento conservada en España, pues se trata de una vagoneta de sistema aéreo de sistema Pohlig, otro fabricante alemán muy conocido, instalada en 1909 por otro no menos conocido alemán, el ingeniero Carlos Bahlsen, para dar servicio a una mina de nombre Carabinera. Este cable conectaba con otro de los cables aéreos míticos almerienses, en cable de Serena a Garrucha, que fue en su momento el más largo, el de más capacidad y con el que el fabricante Pohlig revolucionó este tipo de sistemas de transporte a nivel internacional. Todavía no sabemos qué destino a previsto el Ayuntamiento de Bédar para esta centenaria vagoneta.

Vagoneta recuperada por la Legión del ramal de cable de la mina Carabinera en Serena (Bédar) de 1909. Este cable fue fabricado e instalado por el ingeniero Carlos Bahlsen en La Maquinista de Almería, utilizando el sistema patente Pohlig, que conocía muy bien como director que fue también del cable Bédar-Garrucha. Como detalle interesante, presenta un fondo de madera que amortiguaba la caída del mineral, evitando el deterioro del fondo de la vagoneta, un detalle de la calidad del trabajo de esta fundición de hierro almeriense.

Aparte de esta segunda vagoneta, se conservan algunas rodaduras del antiguo cable Bédar-Garrucha (las ruedas que se movían por el cable fijo portador en lo que se conocía como el «carretón»), además de algunos enganches de las antiguas columnas y fragmentos de cable.

Fotografía de varios operarios sobre una columna del cable de Malpàs a Xerallo, en el Pirineo de Lleida. Este cable, muy similar al de Bédar, fue instalado poco antes del inicio de las obras de su homólogo almeriense por el mismo ingeniero, Joaquín Larragoiti. Fotografía cortesía de Feliu Izard

La capilla minera de El Pinar de Bédar: la iglesia que sobrevivió a la guerra civil

Hoy arrojaremos luz, con documentos, sobre un hecho muy poco conocido de nuestra historia. Es comúnmente conocido que durante ese triste episodio de nuestra historia que es la guerra civil, se destruyó el patrimonio de muchas iglesias de nuestra comarca. Pero una se salvó: la iglesia minera de El Pinar.

En la pasada exposición “Luces y Sombras” realizada en Vera, se exponían dos objetos muy curiosos y muy relacionadas con la minería: un copón de eucaristía y una talla de un Sagrado Corazón originarios de la iglesia minera de El Pinar de Bédar. No hay que olvidar que El Pinar de Bédar era en su momento un poblado minero ligado a la Compañía de Águilas, que incluía los talleres, oficinas y todo lo necesario para dar servicio a las minas, como podía ser la cooperativa minera. Como era habitual en esos momentos, la empresa minera también quiso proporcionar auxilio espiritual a sus trabajadores, y para ello habilitó una capilla o iglesia. Aunque desconocemos la fecha en la que se instaló, ya aparece en fotografías de 1910. Y podemos decir que la Compañía de Águilas no reparó en gastos para su iglesia privada, como veremos más adelante, pagando un sueldo al párroco que se encargaba de realizar los oficios.

Reconstrucción de la capilla/iglesia de El Pinar de Bédar. El campanario se puede ver en una fotografía de 1910 y los planos de una empresa minera nos ubican dicha iglesia en el lugar marcado con color azul en la fotografía de las ruinas que acompaña a la ilustración.

Cuando cesó la actividad minera en la sierra de Bédar en 1922 las minas no fueron abandonadas, como se pensaba. La Compañía de Águilas siguió manteniendo las instalaciones y los servicios en el poblado, mientras que una cuadrilla de trabajadores se encargaba de mantener las minas con vistas a una reapertura, que se creyó factible hasta el estallido de la guerra civil en 1936. Y es aquí donde entran las historias que durante tanto tiempo se han contado en Bédar, en las cuales las tallas religiosas de la iglesia minera se salvaron del fuego, literalmente, y cómo parte de esa iglesia fue a equipar la expoliada iglesia de Bédar. En concreto, se sabe que una talla de San Fernando, que era el patrón de El Pinar y una talla de la Virgen de Lourdes.

Fotografía de las ruinas de El Pinar hacia los años 70/80 y ubicación de la capilla/iglesia según unos planos posteriores de la empresa TRAMISA que realizó trabajos en la zona. Con la flecha roja se muestra lo que parece que fue uno de los nichos de la misma. A pesar de lo que indican los planos, es posible que la construcción a la izquierda no fuera más que una vivienda más y que la iglesia solo fuera el edificio central.

Y hasta aquí lo que dice la tradición oral. Pero ¿cómo consiguió salvarse esta iglesia?, ¿es verdad que el retablo actual de la iglesia de Bédar era originariamente el de El Pinar?, ¿es cierto que las tallas de San Fernando y de la Virgen de Lourdes también proceden de esa iglesia?, ¿de dónde proceden los objetos expuestos?, ¿hubo otras iglesias de la zona que recuperaron objetos de esta iglesia?

Hoy contestaremos a estas preguntas porque, aunque sobrevivió a la guerra, la iglesia de El Pinar no sobrevivió al desmantelamiento del viejo poblado minero que ocurrió después de la misma. Pero, aunque el edificio desapareció, no pasó lo mismo con los objetos que albergaba.

Excepcional documento de agosto de 1936 en el que se aclara cómo se salvaron las imagenes de esta capilla.

Un documento excepcional de 2 de agosto de 1936, al poco de comenzada la guerra, nos indica claramente cómo y por qué se salvó esta iglesia. Fue el ingeniero Ismael Fernández el encargado que se quedó en el poblado durante toda la guerra, y fue realmente gracias a él que la iglesia se salvó. En esta carta, el ingeniero escribe al director general de la Compañía, el alemán Alfredo Dörn, que estaba en Mazarrón cuando estalló la guerra. Como súbdito alemán, Dörn no tardó mucho en salir de España por Cartagena, dejando a Ismael como encargado. Ismael relata cómo había estado en Vera para ver al abogado de la Compañía, relatando como las imágenes de todas las iglesias de Vera, que hasta entonces eran las únicas que quedaban en todos los alrededores, habían sido quemadas hacía dos días, y que estaba preocupado por las de la capilla de El Pinar. El abogado, Francisco Ferrer, le había aconsejado que las imagenes de la capilla “las recogiésemos en un edificio o Cueva aislado y que en caso de que vinieran en su busca hiciésemos constar que eran de extranjeros”.

Carta e inventario del párroco de Los Gallardos indicando los objetos prestados por parte de la Compañía de Águilas.

Al parecer, Ismael Fernández no solo consiguió salvar las imágenes, también todo lo demás. Una vez finalizada la guerra, las iglesias de los pueblos colindantes comenzaron a solicitar a la sociedad minera que les prestaran los elementos necesarios para realizar las liturgias, y para demostrarlo presentamos algunos documentos muy esclarecedores al respecto. En una carta del párroco de Los Gallardos de 27 de mayo de 1939, se pide el precio por una serie de elementos que les habían prestado, entre los que se incluía un Vía Crucis y un Confesionario. En otra carta de 14 de mayo de 1940, el párroco de Turre solicitaba al ingeniero el precio de 14 cuadros del Vía Crucis que le habían dejado, así como el Confesionario y dos candelabros. Presumiblemente, tanto el Confesionario como el Vía Crucis son los mismos que se habían prestado anteriormente a la iglesia de Los Gallardos.  En otra carta de 20 de septiembre de 1941, el párroco de Antas y Bédar, José Sirvent, solicitaba el cáliz, para poder consagrarlo y usarlo en los oficios.

Carta del párroco de Turre de mayo de 1940 pidiendo precio por 14 cuadros del Vía Crucis y un Confesionario.

Carta del párroco de Antas y Bédar de septiembre de 1941 solicitando un cáliz para los oficios.

Copias de los recibos por la compra de un Confesionario y un Trono por parte del ayuntamiento de Turre.

Recibo de los objetos cedidos al ayuntamiento de Bédar «regalo al pueblo» por parte de la filial de la Compañía de Águilas.

Finalmente, y ante la necesidad de desmantelar todos los edificios, la sociedad minera acabó vendiendo muchos de esos efectos en 1941, como lo demuestran los recibos que hemos recuperado. Así, sabemos que el Confesionario fue adquirido finalmente por la iglesia de Turre por 75 pesetas, además de un Trono por 120 pesetas. Bédar recuperó las imágenes de San Fernando y de una Virgen, dos pilas de agua bendita, el retablo con todas sus repisas, una lámpara del Santísimo, un Sagrario, dos armarios, un Catafalco y una cómoda. Todo estaba tasado en más 1.500 pesetas, aunque fue un regalo para el pueblo.

A la izquierda, el Sagrado Corazón original de la iglesia de El Pinar que fue expuesto en «Luces y Sombras». A la derecha, la Virgen de Lourdes, otras de las imagenes que se salvaron de la quema y que hoy se conserva (restauradada gracias a un particular) en la iglesia de Bédar. La imagen de San Fernando se cayó del Trono durante una procesión y no pudo ser reparado por el mal estado en el que se encontraba.

El Púlpito originario de la capilla de El Pinar fue parte de los objetos cedidos a la iglesia de Bédar. Finalmente fue vendido a un particular y ha acabado como balcón en una casa de Bédar. Allí sigue.

Como curiosidad, en abril de 1935 se presentaron en El Pinar de Bédar unos administradores de una hermandad de Vera, entre ellos Paco Ferrer, para comprar la campana grande de la capilla de El Pinar, además de cinco casullas, una capa y el armario en las que se encontraban. Sabemos que la Compañía consintió en la venta de las casullas, la capa y el armario, pero no vendió la campana, porque temía que la gente del poblado se preocupara al ver desaparecer lo que debía ser entonces algo tan visible y característica. Desconocemos donde acabó dicha campana finalmente.

A la izquierda, retablo de la iglesia de Bédar, antiguo retablo de la iglesia de El Pinar que fue un regalo de la Compañía de Águilas para el pueblo. A la drecha, la iglesia original de Bédar.

Obviamente, no todo se vendió a otras iglesias. Algunos objetos fueron adquiridos por los mismos empleados de la Compañía, y es de ahí de donde proceden los dos objetos expuestos en “Luces y Sombras”: la imagen del Sagrado corazón y el copón de eucaristía.  Y no está de más decir que sería de desear que el nuevo equipo de gobierno de Bédar, que se constituye de aquí a pocas horas, dedique un poco de esfuerzo en intentar adquirir la imagen del Sagrado Corazón para que pase a ser patrimonio de Bédar. Si consiguió salvarse de la fratricida guerra civil, bien merecería el esfuerzo.

Copón de eucaristía originario de la iglesia de El Pinar en la exposición «Luces y Sombras» de Vera.

Viendo el actual retablo de la iglesia de Bédar, no es difícil imaginar esa capilla del Pinar de Bédar, que no tenía mucho que envidiar a otras iglesias. Gracias a las pocas fotografías existentes, hemos intentado reconstruir dicha iglesia. Se trataba de un modesto edificio que se encontraba junto a la Cooperativa y que no se diferenciaba mucho de las casas alargadas que eran la vivienda de los mineros, solo identificable por el pequeño campanario del que disponía. Sin duda la Compañía de Águilas no reparó en gastos, viendo el adornado retablo y el hecho que la patena de plata que acompaña al copón de eucaristía es obra de un famoso orfebre de París, Placide Poussielge-Rusand (que llegó a ser el orfebre de su Santidad el Papa) , que contrasta con el humilde y gastado copón bañado en plata que lo acompaña. Creemos, y solo es una hipótesis, que el copón habría tenido también el mismo origen pero que, en algún momento, fue dañado o sustraído y, ya en épocas de menos bonanza, sustituido por un copón más acorde a las posibilidades económicas del momento.  

Y hasta aquí esta historia. Hay muchas más cosas que se podrían contar, pero lo dejaremos para otro momento.

Espectacular reconstrucción del escritorio del director de las minas de Bédar: Fritz Beuther, Guillermo Bobrzyk y Alfredo Dörn

Uno de los objetos que más llamó la atención en la pasada exposición «Luces y Sombras» de Vera fue la reconstrucción de un despacho de un director de minas con diversos elementos originales que estimamos que serán muy difícil de ver de nuevo juntos.

Se pude observar Una vieja máquina de escribir y diverso material de oficina, un viejo globo terráqueo en miniatura, un tintero, diversos sellos de compañías mineras, libros de registros de mineros y de concesiones mineras. Anuarios de minas y diversas revistas científicas de la época. Una silla usada por uno de los ingenieros de El Pinar de Bédar , una maleta metálica para planos y un pantómetro original de los usados en las minas de Bédar son varios de los efectos, no menos curiosos, que acompañan a esta singular mesa. En la pared, destacan un reloj inglés que marcó la hora durante muchos años en las Oficinas del poblado minero de El Pinar de Bédar y una rara acción minera de las minas ricas de Sierra Almagrera, que completan esta impresionante escena que rezuma historia minera por todos lados y con un más que marcado sabor bedarense.

En uno de los cajones de esta mesa se puede observar todavía una vieja etiqueta, muy esclarecedora del uso que se le dio a la misma:

Con alguna dificultad, se puede leer todavía «Rapports de las minas de Serena», minas que fueron de la filial de la «Compañía de Águilas», de la que fue director el ingeniero de origen alemán Alfredo Dörn. Pero la historia nos da sorpresas, y la robusta mesa de pino canadiense nos reservaba todavía alguna sorpresa más.

En efecto, entre la documentación consultada, se recoge cómo el mobiliario de Alfredo Dörn estuvo en la vivienda de la vieja fundición de San Jacinto, en Garrucha/Vera, que fue propiedad de la Compañía de Águilas. Gracias a la necesidad de realizar un peritaje de los efectos con ocasión de la liquidación de la Unión Bedareña, se realizó un listado de los muebles del ingeniero, incluyendo el presente escritorio, y una carta del mismo Alfredo Dörn que pretendía confirmar la tasación de dichos muebles. Y es aquí donde nos encontramos con la historia de esta centenaria mesa:

Literalmente «…los muebles compré en el año 1894 la Sdad de Don Guillermo Bobercky, quien los había adquirido en su tiempo del Sr. Beuther.« Guillermo Bobrzyk fue un ingeniero de minas de origen polaco muy implicado en la minería del levante durante el siglo XIX. Entre otros, Bobrzyk fue director de la fundición San Jacinto con la Compañía de Águilas, instaló una fábrica de esencias en Sierra Cabrera y se hizo cargo de la desecación de las Rozas de Herrerías por parte de la casa Borner, tomando en arrendamiento Santa Matilde y Virgen de las Huertas. El ingeniero polaco falleció de forma inesperada en 1897.

Pero antes de Bobrzyk, la mesa perteneció al Sr. Beuther. Fritz Beuther fue otro ingeniero de minas alemán afincado en Almería, fue cónsul de Alemania en Almería y representante de la sociedad alemana Stolberg & Westfalia, empresa que explotó minas en diversos cotos como el de San José en Cabo de Gata (Níjar) y en Sierra Almagrera (Cuevas del Almanzora).

Sin duda no se le puede pedir más a tan digna mesa, y es difícil imaginar cuantos planos de minas, contratos, cartas e informes habrán pasado por ella o se habrán alojado en sus cajones. ¿Acabará, como merece, en un museo? El tiempo dirá, pero nos parece que su historia todavía no ha acabado…

Las gemelas de Bédar: la «Mulata» y la «Angelita»

Hoy vamos a hablar del patrimonio minero de Bédar y concretamente de las dos viejas locomotoras 020T del ferrocarril Bédar-Garrucha de la empresa minera de Chávarri que se usaron en los ramales de La Mulata y de Santa Catalina. Habiendo propuesto la idea de presentar un modelo a escala de una de sus hermanas mayores a escala 1:25 para la exitosa exposición «Luces y Sombras» celebrada en Vera, no pudimos resistir la tentación de elaborar otra de las pequeñas 020T Saint Léonard del ferrocarril. Faltos de tiempo, optamos por una escala más pequeña, concretamente la una 1:35, lo suficiente para poder realizar un detallado correcto de la misma. Otro ejemplo más de las numerosas piezas relacionadas con Bédar en esta exposición.

Como es habitual en el modelismo, se utilizaron los planos disponibles y todo el material fotográfico disponible sobre estas locomotoras, que no es muy abundante pero que está recogido en la obra sobre la minería del levante publicada en 2021.

Fotografía de la locomotora expuesta en la exposición «Luces y Sombras» (fotografía de Marc Dolci)

Estos nombres se recogieron gracias a entrevistas con testigos, y es muy posible que esos nombres como los que popularmente se conocían estos ingenios de vapor entre los mineros y vecinos de Bédar, Los Gallardos y Garrucha. Sin embargo, y gracias a unos documentos de la policía minera, sabemos que no eran exactamente así. Ya comentaremos en otra ocasión en lo que hace referencia a las locomotoras grandes, pero la sorpresa es que los nombres que llevaban en las placas de latón de las dos 020T eran los de «Mulata» y «Angelita».

Modelo a medio construir sobre los planos utilizados

Tampoco ha sido una sorpresa completa. Ya en una noticia de un periódico de la época se la menciona con este nombre, concretamente cuando Clifton Pecket, montado en ella, se dirigía a visitar una de sus minas en Los Pinos, concretamente la mina Angelita. Considerando que una sola noticia no podía confirmar el nombre real de la locomotora, sí que hay que considerar a la mina Angelita, y no a la mina Santa Catalina, como el verdadero inicio de ese ramal de ferrocarril, lo que justificaría el nombre de la locomotora. Con el tiempo Santa Catalina llegó a ser una mina más importante y productiva que Angelita, y seguramente debido a eso empezó a llamársela más como «Santa Catalina» y no con su nombre real de «Angelita».

Comprobando la simetría

Comprobando que las dimensiones son correctas, las medidas están tomadas de los datos proporcionados por el fabricante, la Société Anonyme Saint Léonard (Liège, Bélgica)

Aunque también persiste el secreto del destino posterior de estas locomotoras, la misma documentación nos va dando pistas sobre su final. En efecto, al menos una de esas locomotoras fue utilizada en la construcción del puerto de Garrucha, como confirman las fotografías de la época. Lo que desconocíamos (hasta ahora) es que a las dos locomotoras las llamaban las «gemelas», lo que no es de extrañar dado que eran dos locomotoras idénticas. También queda claro que se les dio un uso intenso y sufrieron un gran desgaste, por lo que es muy posible que en las obras del puerto se mantuviera una de ellas en funcionamiento gracias a piezas de la otra, como ya sabemos que pasó con sus hermanas mayores. Tras un uso continuado durante largos años y al final de su vida, las pocas referencias a ellas en la documentación por la empresa se indica que, en 1939, tras la Guerra Civil, estaban «inutilizadas» y que «las gemelas» fueron vendidas por la empresa propietaria en 1941, aunque de momento no sabemos a quién ni para qué. Seguramente fueron desmanteladas, pues ahí se les pierde la pista.

Todo comienza con la construcción del chasis en poliestireno y finaliza con el hiperdetallado artesanal, lo cual toma muchísimo tiempo (tuberías, indicadores, válvulas, remaches, etc.)

Para el modelo a 1:35 se utilizó poliestireno, resinas y láminas de latón. Se caracterizó como la «Mulata», que ahora sabemos que era su nombre correcto y decidimos darle un aspecto de acorde a una locomotora que debió sufrir un gran desgaste por el enorme uso, los muchos años en los que estuvo en servicio y el medio duro en el que se utilizó: la sierra de Bédar. En el artículo incluimos algunas fotografías de las diferentes fases de su construcción.

La vagoneta del cable Bédar-Los Gallardos vuelve a Bédar

Tras la finalización de la exitosa exposición «Luces y Sombras» en Vera (que han disfrutado más de 5.000 visitantes y con una importante repercusión en diferentes medios, incluidas la televisión), uno de sus reclamos principales emprendió ayer su regreso a Bédar.

La vagoneta recién instalada delante de la entrada a la exposición con el bastidor construido por el equipo de mantenimiento municipal de Vera. Tras su instalación, tuvo que ser limpiada de óxido, especialmente la «canasta» y se le aplicó posteriormente un producto para evitar la oxidación, necesario para su exposición, especialmente en exteriores.

Miembro de APAMIBE durante las tareas de restauración y resultado final.

Extrañamente, y a pesar de la gran representación que la minería de Bédar ha tenido en esta exposición, ésta no ha tenido gran repercusión en la localidad, donde a duras penas ha sido comentada en las redes sociales más activas del municipio, si no tenemos en cuenta la propia difusión realizada por este humilde blog. Por supuesto, cabe destacar la colaboración del Ayuntamiento cediendo el vagón de la vagoneta y la presencia de su alcalde en la inauguración, pero la falta de interés en Bédar contrasta vivamente con el enorme interés que ha generado la exposición, en un contexto de interés y revalorización creciente de la historia y patrimonio minero y geológico de la comarca cuyo mayor exponente es, hoy día, la geoda gigante de Pulpí, que está proporcionando pingües beneficios a los pulpileños. Siendo uno de los pueblos con más patrimonio arqueológico-minero de todo el levante y cuyo porvenir está ligado necesariamente al turismo, es difícil explicar este desinterés y desidia en algo con tanto potencial. La recuperación por parte del ayuntamiento de la vagoneta que ha estado expuesta en Vera, uno de los principales atractivos de la misma, servirá para medir la temperatura del interés real en Bédar por su patrimonio. Se trata de una vagoneta completa, recuperada gracias al trabajo desinteresado de la asociación Correcaminos de Turre, el equipo de mantenimiento del ayuntamiento de Vera (que la ha ensamblado e instalado un bastidor) y la asociación APAMIBE, que se ha encargado de restaurarla y aplicarle una cobertura antióxido (necesaria para su exposición en exteriores), todo esto sin coste alguno para el municipio de Bédar ¿Será instalada en un lugar prominente de Bédar con un acto inaugural como merece o quedará arrinconada sin pena ni gloria en algún rincón discreto de Bédar, o peor aún, en algún almacén? Sería un triste destino para la que creemos es la única vagoneta aérea de este tipo recuperada y expuesta públicamente.

Miembros de la asociación Correcaminos de Turre, completando la restauración. Fueron también los encargados de la dura tarea de recuperar el pesado carretón y suspensor, que se encontraba en un lugar de difícil acceso en la sierra de Bédar.

¿De qué se trata exactamente? pues se trata de una verdadera reliquia del cable aéreo que se instaló desde las minas de Serena hasta Los Gallardos, en el punto de la Venta del Empalme de la Carretera de Almería-Murcia (Las Canteras), con 3.849 m. de longitud horizontal total. En Los Gallardos se contruyó un cargadero de 500 toneladas de capacidad desde el que se cargaba el mineral en camiones. La capacidad de transporte de este cable se era de 35 toneladas/hora.  La construcción del cable se prolongó durante dos años bajo la dirección de Joaquín Larragoiti Larragoichea, ingeniero de la empresa vizcaína instaladora (García de Legarda, Hijo, domiciliada en Bilbao) y empezó a funcionar en 1956.

Vagoneta ya cargada en el camión para su transporte a Bédar, fotografía efectuada el 05/06/2023.

Se trataba de un bicable del sistema del fabricante Bleichert, en la que la vagoneta, provista de un sistema de suspensión, se desplazaba sobre un cable fijo «portante» por medio de un carretón. El movimiento se aseguraba gracias a un cable tractor móvil, movido por un motor instalado en Serena, al cual las vagonetas se enganchaban por medio de un ingenioso sistema de mordaza patentado por Bleichert que se accionaba por el propio peso de la vagoneta.

Acabamos de recibir una fotografía de la ubicación actual de la vagoneta:

¿Se trata de si ubicación definitiva o es simplemente temporal hasta que se decida dónde ubicarla? ¿Parece el lugar más adecuado para sacarle partido a dicho bien?

Más de 4000 registros de mineros de la provincia de Almería: descárgate ahora el listado

Tras el fin de la exposición «Luces y Sombras» celebrada en Vera y como prometimos, procedemos a publicar el listado actualizado de registros sobre mineros de la provincia de Almería entre 1850 y 1875 recopilados en centenares de documentos inéditos de empresa y certificados, publicaciones de época y otras fuentes de diferente procedencia.

PULSAR PARA DESCARGAR

Si alguien localiza a un posible familiar puede ponerse en contacto con nosotros por medio del mail bedar.asociacion@gmail.com para obtener toda la información complementaria y copias de los documentos conservados, si es el caso. También pueden indicarnos los nombres de mineros no incluidos en la misma. La lista se irá ampliando conforme avancen las investigaciones, nuevas actualizaciones ser irán publicando periódicamente.

En cuanto a Bédar, aprovechamos que nos acercamos a tiempos de campaña política, la época de la promesa por excelencia, para pedir que se piense en contactar con los propietarios del Jesús del Sagrado Corazón de Jesús expuesto en la dicha exposición «Luces y Sombras», uno de los que sobrevivió a nuestra Guerra Civil escondido en una casa-cueva de El Pinar de Bédar.

Minas de Bédar: nuevos descubrimientos

El 27 de diciembre del ya pasado año 2022 se celebró en el teatro municipal de Bédar una presentación para dar a conocer los últimos descubrimientos sobre la minería de Bédar después de la publicación en 2020 del libro sobre minería. Sin embargo, no se trata solamente de la minería bedaranse, ya que las compañías estudiadas tuvieron actividad en otros lugares tan dispares como Almagrera, Níjar, Mazarrón y hasta en el Protectorado Español de Marruecos. Intensa fue también la relación de otros municipios del levante almeriense, como Los Gallardos, Lubrín, Cuevas del Almanzora, Turre, Garrucha, Mojácar y, especialmente Vera, lugar donde se halló el archivo empresarial posiblemente más completo de la minería almeriense, cubriendo especialmente el periodo entre 1910 hasta 1942, una fase muy desconocida de la minería en la comarca, incluyendo todas las vicisitudes acaecidas durante la guerra civil, todas desde el punto de vista de la minería comarcal.

La conservación de los miles de cartas, balances, recibos, estudios, registros de mineros, incluidas fotografías y diferentes objetos mineros, lo debemos a la familia del ingeniero Don Ismael Fernández, además de otra documentación recuperada de la empresa TRAMESA, que realizó estudios topográficos y análisis en la zona del Pinar de Bédar. En dicha presentación, que podrán visualizar pulsando en la fotografía siguiente (gracias a Iron Mountain Bédar).

Con la inestimable colaboración de Magdalena Navarro, investigadora veratense, se expone tanto el material como se describen los principales personajes relacionados con el archivo (los hermanos Ismael y Ovidio Fernández, Alfredo Dörn, Carlos Bahlsen y muchos otros). Todo el material será expuesto en Vera durante una exposición de minería que se celebrará durante los meses de marzo y abril próximos y de la que ya iremos dando más información.

Para completar dicha presentación, incluimos una de las cartas, que nos ha parecido especialmente curiosa y que mostramos a título de ejemplo:

A continuación, una galería de varios de los numerosos sellos de estas cartas, también a título de ejemplo de la variedad de la información que contienen:

Antonia Vilches, la Retratista, nos ha dejado

Hoy nos ha dejado Antonia Vilches, la Retratista. Ante todo queremos dar el pésame a toda su familia y que sepan que los acompañamos en el sentimiento en estos momentos tan difíciles.  

Antonia nació el 29 de noviembre de 1925 en Guarromán (Jaén), siendo la cuarta y única hija entre los 10 hijos de la familia formada por José García Valero y María Vilches Pareja. Dedicada durante su juventud a las responsabilidades propias de una familia numerosa, también ayudó a la economía familiar, dedicada a la venta de barquillos, caramelos y helados en as ferias y verbenas de la zona.

Durante la Guerra Civil tuvieron que adaptarse a la carestía de productos y comenzaron a realizar retratos con las populares cámaras del minuto. Fue al finalizar la Guerra Civil cuando Antonia conoció a quien sería su marido Cristóbal Martínez López, natural de Lubrín, con el que contrajo matrimonio cuando contaba 20 años de edad. Fue por esos entonces cuando aprendió el oficio de peluquera en Cazorla, formándose también para utilizar las cámaras minuteras para los retratos.

Finalmente, la pareja decidió trasladarse a Bédar cuando una de las hermanas de Cristóbal contrajo matrimonio con Bernardo Ortega Carrillo, que poseía un cortijo y terrenos de cultivo, de esta manera podían ayudar el cultivo de esos terrenos. Cuando Antonia advirtió que no había ni peluquera ni retratista en Bédar ni Los Gallardos, decidió empezar a ejercer ambas profesiones en ambos pueblos, ampliando su radio de acción también a Lubrín, Turre, Vera y Mojácar. Supo adaptarse en todo momento a la evolución técnica de las cámaras fotográficas, pasando de los retratos a los reportajes fotográficos.

Antonia se ganó rápidamente la estima y el cariño de todos los habitantes, y aunque tuvo que dejar el oficio de peluquera por sus problemas de salud, ejerció el de retratista y fotógrafa desde 1945 hasta 1990 por su más que merecida jubilación, 45 años de retratos y fotografías que han dejado un patrimonio fotográfico inmenso y han retratado toda una época que nunca volverá. Pero para los que la conocimos, nos deja también una huella indeleble, por su humanidad y gentileza.

Hoy nos ha dejado, estando acompañada de sus seres queridos. Su recuerdo y sus fotografías quedarán con nosotros, junto con todos los recuerdos atrapados que vivirán siempre en ellas. La recordaremos como a ella le gustaría, con la alegría que siempre mostró, hasta en los momentos más difíciles. Y hoy lo hacemos como sin duda ella lo hubiera querido, con sus propias fotografías, de las que incluimos unas cuantas en este post.

Como ella misma dijo:

«Yo siempre tengo a Bédar y a todos sus vecinos en mi pensamiento, siempre me habéis tratado con cariño y respeto, como yo a vosotros. He pasado ahí casi toda mi vida y eso no se puede olvidar.

Ya se me han echado los años encima y muchas dolencias, pero doy gracias a Dios que mi cabeza me riega como un ordenador.«

Extracto de una carta escrita por Antonia al músico Diego Rubio. Otoño de 2017.

Descanse en paz.

La línea verde del ferrocarril Bédar-Garrucha: ¿es posible volver a ver las viejas locomotoras a vapor en funcionamiento?

Representación de una de las locomotoras 030T Saint Léonard del ferrocarril Bédar-Garrucha de Chávarri, concretamente la número 1 o «Garruchera», junto al depósito de agua que estaba ubicado en la estación de Tres Amigos de Bédar, los restos de este depósito se pueden ver en la página 243 del libro.

Antes de empezar, querría dar las gracias a toda la gente que participó y asistió a las presentaciones de nuestro libro «Minas, cales y ferrocarriles, fundiciones y embarque de minerales», al editor y a todos los concejales y alcaldes de Bédar, Los Gallados, Garrucha, Vera y Turre que han hecho posible que este proyecto viera finalmente la luz.

Se vuelve a hablar de la línea verde del antiguo ferrocarril de Chávarri que unía Mojácar y Garrucha con las minas de Bédar, una ruta más conocida hoy en día por ciclistas, pero que todavía es recuperable y que solo espera la iniciativa de los diferentes ayuntamientos por las que discurre para que sea una realidad.

Uno de los paneles indicativos de la ruta verde del ferrocarril de Lucainena de las Torres
la inversión en la ruta ha sido notable, hasta el punto de rehabilitar algunos de los viejos puentes gracias a la sólida construcción de los estribos.

Por poner un ejemplo de las cosas que se pueden hacer no hay que ir muy lejos, como recuperación de una antigua línea de ferrocarril tenemos Lucainena de las Torres, donde la recuperación de la vía verde ha supuesto un aumento apreciable del turismo a este precioso pueblo enclavado en sierra Alhamilla y donde los proyectos de recuperación de su patrimonio minero e industrial deberían ser ejemplo.

Pero aún se podría ir más allá de recuperar el antiguo trazado. Si realmente hubiera interés, no sería imposible construir una répica de alguna de las locomotoras que prestaron servicio en esta línea (tres 030T y dos 020T del fabricante belga Saint Léonard y una diésel. ¿Sería posible la construcción de una réplica de alguna de las locomotoras de la línea? ¿Se podrían recuperar alguno de los trayectos del ferrocarril? Las respuesta es un sí a ambas preguntas. Es más, tampoco hay que irse muy lejos para encontrar las soluciones. Desde hace un tiempo se están desarrollando en Zurgena con un proyecto de restauración de la estación de tren de Zurgena, la creación de un taller de restauración ferroviaria y de un museo de material ferroviario rodante, tal y como explicó Rafael García de la Mata durante la presentación realizada del libro en Los Gallardos. Actualmente llevan a cabo una recogida de donaciones para la compra de una dresina para el proyecto, en la que yo personalmente ya he hecho mi donación:

https://www.facebook.com/donate/426627138488212/327056939215566/

Un taller de restauración podría replicar modelos de las locomotoras (o poner en marcha modelos adecuados que estuvieran disponibles) y recuperar algunos tramos del trayecto. ¿Un proyecto imposible? pues realmente no, no costaría más que cualquier otro proyecto y recuperar una locomotora similar y repararla sería incluso mucha mejor opción y no mucho más caro que cualquier otro proyecto turístico que nos pueda venir a la cabeza. Dejo a su imaginación el impacto sobre el turismo que podría tener una atracción de tal calibre (en especial para las empresas que viven de ellos), un factor que incidiría de manera importante de la desestacionalización del turismo.

No hay ninguna descripción de la foto disponible.

Nosotros ya hemos puesto nuestro granito de arena recuperando todo el material disponible sobre este ferrocarril, incluida memoria y planos, además de las primeras fotografías publicadas de este tren cuando la línea estaba en funcionamiento, además de documentar todos la línea y todos los elementos del patrimonio que aún existen.

En fin, quiero llamar de nuevo la atención a todos aquellos responsables de todos los pueblos por los que discurre el trazado del viejo ferrocarril de Chávarri (y por los que no, también, pues todos nos veríamos beneficiados) para que tomen en serio este proyecto y que se pongan manos a la obra.

Juan Antonio Soler Jódar