En 2023 nos llamó mucho la atención un copón de eucaristía, procedente de la iglesia de la Compañía de Águilas en El Pinar de Bédar, que se pudo ver en la Exposición «Luces y Sombras», celebrada en Vera. Sin duda, el análisis de los sellos o contrastes que toda pieza de plata debe llevar estampada nos iba a ser muy útil conocer más detalles sobre esta curiosa pieza.
El copón sabemos que procede de la antigua capilla o iglesia para los mineros de El Pinar de Bédar, formando parte de una serie de objetos que se libraron de la destrucción y pillaje al que fueron sometidos muchos de estos objetos durante la Guerra Civil. Todo fue gracias a la intervención del ingeniero encargado, don Ismael Fernández, que pudo preservar diferentes objetos e imágenes religiosas al esconderlos en una Casa-Cueva en El Pinar. El copón y la patena claramente no tienen el mismo origen, y la tapa parece también diferente. Se hace referencia a este cáliz en 1941 (carta inferior), cuando el párroco de Antas y Bédar pidió el cáliz para poder celebrar los oficios, debido a la falta generalizada de elementos litúrgicos tras la guerra.

Al analizar la copa, encontramos contrastes en la patena y en la copa, pero no en la tapa. Es aquí donde empiezan las sorpresas.
La patena presenta, ni más ni menos, que el sello de la casa del célebre orfebre francés Placide Poussielge-Rusand (1824-1889), que llegó a ser orfebre de su Santidad el Papa. Junto al sello característico del orfebre (con un ancla y una cruz cruzados, sus iniciales y un «coeur enflammé»), se encuentra una cabeza de Mineva de «premier titre», que la identifica como fabricada en plata de excelente calidad (925/1000).
El copón, sin demasiados adornos y que, claramente, ha tenido un uso intenso, nos depara también una agradable sorpresa. Se trata de una obra de plata realizada en la Real Fábrica de Platería Martínez (contraste ZM) con los sellos de la Villa de Madrid de 1819. Esta platería fue una escuela de plateros impulsada por el rey Carlos III, sirviendo piezas en toda España, en especial para la Iglesia, las Hermandades religiosas y la Corona, hasta su cierre en 1869. Un copón sencillo pero sin duda de la categoría que cabe esperar de una poderosa compañía minera como la Compañía de Águilas.
Quedan las preguntas de cómo se formó este histórico conjunto de objetos ligados a Bédar y, en especial, a su minería. El poblado minero de El Pinar de Bédar se fundó hacia 1874 por la Compañía de Águilas como centro de operaciones de sus minas de plomo primero y, después, de las de hierro. No se sabe cuando se creó la capilla o iglesia, pero debió ser en sus primeros tiempos, pues era habitual que, por el bien moral de sus mineros, las compañías mineras les facilitaran los oficios y servicios religiosos a ellos y a sus familias. Dado el curioso conjunto (patena de plata francesa de un fabricante muy conocido, copón de plata de la célebre Real Fábrica de Platería Martínez, y tapadera sin contrastes), nos planteamos, a título de hipótesis, que inicialmente todo el conjunto tendría un mismo origen y que, posteriormente por pérdida (deterioro o robo), se completara con los elementos faltantes.
El copón es más antiguo que la patena, por lo que es posible que fuera parte del conjunto original y que se completara posteriormente con una patena de plata francesa y una tapa. También podría ser también al revés. Lo que es seguro es que se trata de una reliquia de la historia de Bédar.


































