II VISITA HISTÓRICA NOCTURNA- Cementerio Antiguo de San José (Vera)

Hoy se celebra por segunda vez la visita histórica guiada al cementerio de Vera, que organiza nuestra amiga Magdalena Navarro para el Ayuntamiento de Vera y con la que colabora APAMIBE. Tal fue el éxito de la primera edición, que en esta ocasión las plazas se agotaron en menos de 24 horas y aún se ha tenido que realizar una lista de espera con vistas a una repetición de la misma, tal ha sido la avalancha de demandas para participar.

Felicitamos al Ayuntamiento de Vera y a Magdalena Navarro por tan exitosa iniciativa.

La minería en las nuevas calles de Vera: la Escuela de Capataces y Juan Pié

Con sana envidia recibimos la noticia de los nuevos nombres de calles aprobadas en la sesión ordinaria del Pleno del Ayuntamiento de Vera el 29 de septiembre pasado para el nuevo polígono industrial proyectado en el municipio. Con emoción, hemos visto como la pasada exposición “Luces y Sombras” ha despertado la memoria olvidada del patrimonio histórico-minero, proponiendo como nombres de las calles de la futura zona industrial los de prohombres de la industria minera relacionadas con la ciudad y, como principal, la Escuela de Capataces y Maestros Fundidores de Vera.

No podemos menos que aplaudir y felicitar al Ayuntamiento de Vera por la iniciativa, así como a todos los grupos políticos, que apoyaron por unanimidad el proyecto. Pero mejor véanlo ustedes mismos:

Una de las calles se dedicará muy merecidamente a Juan Pié y Allué, que también merecería una calle en Bédar. Juan Pié, nacido en 1858 en Zaragoza, completó de manera sobresaliente la carrera de ingeniero de minas, ingresando en el Cuerpo de Ingenieros a los 21 años. Tras realizar prácticas durante algunos meses en Almadén, pasó al distrito de Almería, donde trabajó en la enseñanza privada en La Compañía Peninsular Azucarera. Su llegada al levante almeriense fue de mano de la empresa The Union Bank of Spain and English Ltd para la explotación de algunas minas en sierra Almagrera, instalándose en la mina Guzmana, donde se encargó de la dirección técnica.

Juan Pié fue durante un corto periodo de tiempo jefe del distrito de Albacete hacia 1886, pasando a fundar la Escuela de Capataces en Vera, de la que fue nombrado subdirector en marzo de 1890, ocupándose también en empresas industriales de la localidad. En 1894 ascendió a ingeniero primero del cuerpo de minas y, tras ofrecerle el puesto de director de la Sociedad de explotación de las minas de hierro de Bédar, pidió licencia para ocupar el cargo, que mantuvo hasta 1897.

Juan Pié compaginaba su carrera de ingeniero con diferentes aficiones. Era músico y tocaba varios instrumentos; hablaba inglés y francés correctamente; era un buen fotógrafo; fue uno de los primeros en España en usar el taquímetro y la máquina de escribir, y a ratos perdidos ensayaba un excelente microscopio que había adquirido. Era además un agudo polemista que nos ha dejado numerosos escritos profesionales (entre ellas las conocidas Tablas Taquimétricas Universales, varios trabajos sobre los criaderos de hierro y plomo del Levante de España) y artículos de opinión en diferentes medios.

A pesar de la importancia del personaje, la falta de descendientes directos hizo que su enorme legado se perdiera inexorablemente, por lo que no ha sido hasta hace muy poco que han podido ser identificado (con una alta probabilidad) en dos fotografías, en las que por la fecha, lugar y posición que ocupa dicho personaje, nos hace pensar con una muy alta probabilidad de que se trate de este ingeniero. No hay que olvidar que se conservan fotografías bien identificadas de todos los directores de las minas de Bédar, de todos salvo de Juan Pié, Herman Leonhardt y Andrés López de La Presa. Hemos de añadir a esta lista de directores con fotografía a Juan Pié.

Juan Pié falleció relativamente joven en Madrid a causa de una enfermedad, en la madrugada del 23 de enero de 1900. La viuda de Juan Pié, Magdalena Benítez, falleció el 11 de diciembre en Almería y su única hija, Antonia Pié Benítez, falleció soltera y sin hijos, víctima de una enfermedad incapacitante. A raíz de su muerte, se entabló una pugna judicial por la enorme herencia que dejó este ingeniero, valorada en 200.000 pesetas de la época, que se disputaron la orden de los jesuitas y una tía de la mujer de Juan Pié, Antonia Benítez Cano.

Los efectos personales, escritos, fotografías, etc, fueron recogidos por los familiares de la oficina de Juan Pié en El Pinar de Bédar y desconocemos donde pudieron acabar. Y es aquí que le perdemos la pista a este ingeniero, aunque la huella que ha dejado es imborrable y se hace justicia dándole su nombre a una calle en Vera. ¡Qué menos!

Guerra Civil en el levante almeriense: los sellos más curiosos relacionados con la minería

Las investigaciones que llevamos a cabo sobre la minería en el levante almeriense durante la Guerra Civil (incluyendo también los años de la República previos y la posguerra inmediata) son complicadas debido a la escasa documentación al respecto. Sin embargo, ya contamos con una interesante lista de sindicatos y ayuntamientos de Los Gallardos, Vera, Bédar, Huércal-Overa y Garrucha; organismos gubernamentales y otros extranjeros más sorprendentes que, de una manera o de otra, estuvieron implicados. Es importante recalcar que no se trata de una investigación sobre la Guerra Civil Española, se trata de lo que pasó en una comarca tan minera como es el levante durante esta época y las importantes repercusiones que tuvo.

Los resultados de estas investigaciones serán publicadas a su debido tiempo, pero para ir abriendo boca vamos a desvelar, siguiendo nuestro post anterior sobre «sellos de caucho mineros», varios de los sellos identificados hasta ahora. No indicaremos todavía en qué se relacionan con la minería, pero algunos se pueden intuir y algunos, sin duda, van a sorprender mucho.

Sorprende la cantidad y variedad de sindicatos y organizaciones en Los Gallardos, y por ellos empezamos. En esta un sello de la Juventud Socialista Unificada, decorado con una simple estrella.

Aquí tenemos los de la Sociedad de trabajadores de la tierra y oficios varios, de la Unión General de Trabajadores y el que ya conocíamos previamente, el del Comité Local Antifascista de Los Gallardos.

Aquí tenemos un interesantísimo y raro sello del Regimiento Popular Autónomo de Los Gallardos, firmado en diciembre de 1936. Sobre lo que era y su relación con la minería ya lo trataremos en otra ocasión, pero llama mucho la atención cómo se ha eliminado la corona del escudo y se ha sustituido por una estrella, un hoz y un martillo, denotando sus inclinaciones comunistas.

Los ayuntamientos, posteriormente Consejos Municipales, tuvieron que adaptar la simbología en sus respectivos sellos durante la guerra. La corona-castillo del sello de Bédar no daba muchos problemas, pero la monárquica del sello de Los Gallardos precisaba de un buen borrón en rojo para adaptarse a los tiempos que se vivían.

La Comunidad de Obreros Mineros de la Mina Fuensanta de Mazarrón tuvo una relación más que interesante con una conocida sociedad minera en Almería. La Piqueta, de Garrucha, también tuvo una serie de interacciones, muy relaccionadas con el puerto de Garrucha.

Sellos del Comité Ejecutivo de Enlace del Frente Popular y del ayuntamiento (posteriormente Consejo Municipal) de Bédar.

El sello del muy desconocido Hospital Militar de Vera y el de la Asamblea Local de la Cruz Roja Española de Huércal-Overa, en una carta del ayudante de minas José Pérez Alarcón. Ambos mantuvieron unas relaciones con empresas mineras que desvelaremos en su momento.

Es bien conocida la búsqueda de los alemanes de wolframio para los blindajes de sus tanques, pero también buscaron recursos y el sello habla por sí solo. En ambos casos, hay una historia que contar relacionada con el levante almeriense y su minería. La carta está firmada por un tal Schneider.

Un sello del Sindicato Obrero «Fraternidad» de Oficios Varios de Bédar. El nombre seguramente sonará a muchos bedarenses.

Dos sellos sin duda muy antagónicos. ¿Qué relación pudo tener los Talleres de Fundición «Pablo Iglesias» de Murcia con el levante almeriense durante la guerra? El segundo sellos nos muestra el sello del ayuntamiento de Los Gallardos en la inmediata posguerra.

Ciertamente, la Subsecretaría de Armamento del Ministerio de Defensa Nacional de la República Española en Almería, tuvo también algo que decir. El otro sello es, como se indica, del Distrito Minero de Almería.

Otro de los organismos gubernamentales que vemos implicados es el del Parque Central Automóvil del Ejército n.º 6 (Ministerio de Defensa Nacional, Dirección de Transportes).

Y hasta aquí la selección especial de hoy, esperamos que les haya gustado.

La capilla minera de El Pinar de Bédar: la iglesia que sobrevivió a la guerra civil

Hoy arrojaremos luz, con documentos, sobre un hecho muy poco conocido de nuestra historia. Es comúnmente conocido que durante ese triste episodio de nuestra historia que es la guerra civil, se destruyó el patrimonio de muchas iglesias de nuestra comarca. Pero una se salvó: la iglesia minera de El Pinar.

En la pasada exposición “Luces y Sombras” realizada en Vera, se exponían dos objetos muy curiosos y muy relacionadas con la minería: un copón de eucaristía y una talla de un Sagrado Corazón originarios de la iglesia minera de El Pinar de Bédar. No hay que olvidar que El Pinar de Bédar era en su momento un poblado minero ligado a la Compañía de Águilas, que incluía los talleres, oficinas y todo lo necesario para dar servicio a las minas, como podía ser la cooperativa minera. Como era habitual en esos momentos, la empresa minera también quiso proporcionar auxilio espiritual a sus trabajadores, y para ello habilitó una capilla o iglesia. Aunque desconocemos la fecha en la que se instaló, ya aparece en fotografías de 1910. Y podemos decir que la Compañía de Águilas no reparó en gastos para su iglesia privada, como veremos más adelante, pagando un sueldo al párroco que se encargaba de realizar los oficios.

Reconstrucción de la capilla/iglesia de El Pinar de Bédar. El campanario se puede ver en una fotografía de 1910 y los planos de una empresa minera nos ubican dicha iglesia en el lugar marcado con color azul en la fotografía de las ruinas que acompaña a la ilustración.

Cuando cesó la actividad minera en la sierra de Bédar en 1922 las minas no fueron abandonadas, como se pensaba. La Compañía de Águilas siguió manteniendo las instalaciones y los servicios en el poblado, mientras que una cuadrilla de trabajadores se encargaba de mantener las minas con vistas a una reapertura, que se creyó factible hasta el estallido de la guerra civil en 1936. Y es aquí donde entran las historias que durante tanto tiempo se han contado en Bédar, en las cuales las tallas religiosas de la iglesia minera se salvaron del fuego, literalmente, y cómo parte de esa iglesia fue a equipar la expoliada iglesia de Bédar. En concreto, se sabe que una talla de San Fernando, que era el patrón de El Pinar y una talla de la Virgen de Lourdes.

Fotografía de las ruinas de El Pinar hacia los años 70/80 y ubicación de la capilla/iglesia según unos planos posteriores de la empresa TRAMISA que realizó trabajos en la zona. Con la flecha roja se muestra lo que parece que fue uno de los nichos de la misma. A pesar de lo que indican los planos, es posible que la construcción a la izquierda no fuera más que una vivienda más y que la iglesia solo fuera el edificio central.

Y hasta aquí lo que dice la tradición oral. Pero ¿cómo consiguió salvarse esta iglesia?, ¿es verdad que el retablo actual de la iglesia de Bédar era originariamente el de El Pinar?, ¿es cierto que las tallas de San Fernando y de la Virgen de Lourdes también proceden de esa iglesia?, ¿de dónde proceden los objetos expuestos?, ¿hubo otras iglesias de la zona que recuperaron objetos de esta iglesia?

Hoy contestaremos a estas preguntas porque, aunque sobrevivió a la guerra, la iglesia de El Pinar no sobrevivió al desmantelamiento del viejo poblado minero que ocurrió después de la misma. Pero, aunque el edificio desapareció, no pasó lo mismo con los objetos que albergaba.

Excepcional documento de agosto de 1936 en el que se aclara cómo se salvaron las imagenes de esta capilla.

Un documento excepcional de 2 de agosto de 1936, al poco de comenzada la guerra, nos indica claramente cómo y por qué se salvó esta iglesia. Fue el ingeniero Ismael Fernández el encargado que se quedó en el poblado durante toda la guerra, y fue realmente gracias a él que la iglesia se salvó. En esta carta, el ingeniero escribe al director general de la Compañía, el alemán Alfredo Dörn, que estaba en Mazarrón cuando estalló la guerra. Como súbdito alemán, Dörn no tardó mucho en salir de España por Cartagena, dejando a Ismael como encargado. Ismael relata cómo había estado en Vera para ver al abogado de la Compañía, relatando como las imágenes de todas las iglesias de Vera, que hasta entonces eran las únicas que quedaban en todos los alrededores, habían sido quemadas hacía dos días, y que estaba preocupado por las de la capilla de El Pinar. El abogado, Francisco Ferrer, le había aconsejado que las imagenes de la capilla “las recogiésemos en un edificio o Cueva aislado y que en caso de que vinieran en su busca hiciésemos constar que eran de extranjeros”.

Carta e inventario del párroco de Los Gallardos indicando los objetos prestados por parte de la Compañía de Águilas.

Al parecer, Ismael Fernández no solo consiguió salvar las imágenes, también todo lo demás. Una vez finalizada la guerra, las iglesias de los pueblos colindantes comenzaron a solicitar a la sociedad minera que les prestaran los elementos necesarios para realizar las liturgias, y para demostrarlo presentamos algunos documentos muy esclarecedores al respecto. En una carta del párroco de Los Gallardos de 27 de mayo de 1939, se pide el precio por una serie de elementos que les habían prestado, entre los que se incluía un Vía Crucis y un Confesionario. En otra carta de 14 de mayo de 1940, el párroco de Turre solicitaba al ingeniero el precio de 14 cuadros del Vía Crucis que le habían dejado, así como el Confesionario y dos candelabros. Presumiblemente, tanto el Confesionario como el Vía Crucis son los mismos que se habían prestado anteriormente a la iglesia de Los Gallardos.  En otra carta de 20 de septiembre de 1941, el párroco de Antas y Bédar, José Sirvent, solicitaba el cáliz, para poder consagrarlo y usarlo en los oficios.

Carta del párroco de Turre de mayo de 1940 pidiendo precio por 14 cuadros del Vía Crucis y un Confesionario.

Carta del párroco de Antas y Bédar de septiembre de 1941 solicitando un cáliz para los oficios.

Copias de los recibos por la compra de un Confesionario y un Trono por parte del ayuntamiento de Turre.

Recibo de los objetos cedidos al ayuntamiento de Bédar «regalo al pueblo» por parte de la filial de la Compañía de Águilas.

Finalmente, y ante la necesidad de desmantelar todos los edificios, la sociedad minera acabó vendiendo muchos de esos efectos en 1941, como lo demuestran los recibos que hemos recuperado. Así, sabemos que el Confesionario fue adquirido finalmente por la iglesia de Turre por 75 pesetas, además de un Trono por 120 pesetas. Bédar recuperó las imágenes de San Fernando y de una Virgen, dos pilas de agua bendita, el retablo con todas sus repisas, una lámpara del Santísimo, un Sagrario, dos armarios, un Catafalco y una cómoda. Todo estaba tasado en más 1.500 pesetas, aunque fue un regalo para el pueblo.

A la izquierda, el Sagrado Corazón original de la iglesia de El Pinar que fue expuesto en «Luces y Sombras». A la derecha, la Virgen de Lourdes, otras de las imagenes que se salvaron de la quema y que hoy se conserva (restauradada gracias a un particular) en la iglesia de Bédar. La imagen de San Fernando se cayó del Trono durante una procesión y no pudo ser reparado por el mal estado en el que se encontraba.

El Púlpito originario de la capilla de El Pinar fue parte de los objetos cedidos a la iglesia de Bédar. Finalmente fue vendido a un particular y ha acabado como balcón en una casa de Bédar. Allí sigue.

Como curiosidad, en abril de 1935 se presentaron en El Pinar de Bédar unos administradores de una hermandad de Vera, entre ellos Paco Ferrer, para comprar la campana grande de la capilla de El Pinar, además de cinco casullas, una capa y el armario en las que se encontraban. Sabemos que la Compañía consintió en la venta de las casullas, la capa y el armario, pero no vendió la campana, porque temía que la gente del poblado se preocupara al ver desaparecer lo que debía ser entonces algo tan visible y característica. Desconocemos donde acabó dicha campana finalmente.

A la izquierda, retablo de la iglesia de Bédar, antiguo retablo de la iglesia de El Pinar que fue un regalo de la Compañía de Águilas para el pueblo. A la drecha, la iglesia original de Bédar.

Obviamente, no todo se vendió a otras iglesias. Algunos objetos fueron adquiridos por los mismos empleados de la Compañía, y es de ahí de donde proceden los dos objetos expuestos en “Luces y Sombras”: la imagen del Sagrado corazón y el copón de eucaristía.  Y no está de más decir que sería de desear que el nuevo equipo de gobierno de Bédar, que se constituye de aquí a pocas horas, dedique un poco de esfuerzo en intentar adquirir la imagen del Sagrado Corazón para que pase a ser patrimonio de Bédar. Si consiguió salvarse de la fratricida guerra civil, bien merecería el esfuerzo.

Copón de eucaristía originario de la iglesia de El Pinar en la exposición «Luces y Sombras» de Vera.

Viendo el actual retablo de la iglesia de Bédar, no es difícil imaginar esa capilla del Pinar de Bédar, que no tenía mucho que envidiar a otras iglesias. Gracias a las pocas fotografías existentes, hemos intentado reconstruir dicha iglesia. Se trataba de un modesto edificio que se encontraba junto a la Cooperativa y que no se diferenciaba mucho de las casas alargadas que eran la vivienda de los mineros, solo identificable por el pequeño campanario del que disponía. Sin duda la Compañía de Águilas no reparó en gastos, viendo el adornado retablo y el hecho que la patena de plata que acompaña al copón de eucaristía es obra de un famoso orfebre de París, Placide Poussielge-Rusand (que llegó a ser el orfebre de su Santidad el Papa) , que contrasta con el humilde y gastado copón bañado en plata que lo acompaña. Creemos, y solo es una hipótesis, que el copón habría tenido también el mismo origen pero que, en algún momento, fue dañado o sustraído y, ya en épocas de menos bonanza, sustituido por un copón más acorde a las posibilidades económicas del momento.  

Y hasta aquí esta historia. Hay muchas más cosas que se podrían contar, pero lo dejaremos para otro momento.

Las gemelas de Bédar: la «Mulata» y la «Angelita»

Hoy vamos a hablar del patrimonio minero de Bédar y concretamente de las dos viejas locomotoras 020T del ferrocarril Bédar-Garrucha de la empresa minera de Chávarri que se usaron en los ramales de La Mulata y de Santa Catalina. Habiendo propuesto la idea de presentar un modelo a escala de una de sus hermanas mayores a escala 1:25 para la exitosa exposición «Luces y Sombras» celebrada en Vera, no pudimos resistir la tentación de elaborar otra de las pequeñas 020T Saint Léonard del ferrocarril. Faltos de tiempo, optamos por una escala más pequeña, concretamente la una 1:35, lo suficiente para poder realizar un detallado correcto de la misma. Otro ejemplo más de las numerosas piezas relacionadas con Bédar en esta exposición.

Como es habitual en el modelismo, se utilizaron los planos disponibles y todo el material fotográfico disponible sobre estas locomotoras, que no es muy abundante pero que está recogido en la obra sobre la minería del levante publicada en 2021.

Fotografía de la locomotora expuesta en la exposición «Luces y Sombras» (fotografía de Marc Dolci)

Estos nombres se recogieron gracias a entrevistas con testigos, y es muy posible que esos nombres como los que popularmente se conocían estos ingenios de vapor entre los mineros y vecinos de Bédar, Los Gallardos y Garrucha. Sin embargo, y gracias a unos documentos de la policía minera, sabemos que no eran exactamente así. Ya comentaremos en otra ocasión en lo que hace referencia a las locomotoras grandes, pero la sorpresa es que los nombres que llevaban en las placas de latón de las dos 020T eran los de «Mulata» y «Angelita».

Modelo a medio construir sobre los planos utilizados

Tampoco ha sido una sorpresa completa. Ya en una noticia de un periódico de la época se la menciona con este nombre, concretamente cuando Clifton Pecket, montado en ella, se dirigía a visitar una de sus minas en Los Pinos, concretamente la mina Angelita. Considerando que una sola noticia no podía confirmar el nombre real de la locomotora, sí que hay que considerar a la mina Angelita, y no a la mina Santa Catalina, como el verdadero inicio de ese ramal de ferrocarril, lo que justificaría el nombre de la locomotora. Con el tiempo Santa Catalina llegó a ser una mina más importante y productiva que Angelita, y seguramente debido a eso empezó a llamársela más como «Santa Catalina» y no con su nombre real de «Angelita».

Comprobando la simetría

Comprobando que las dimensiones son correctas, las medidas están tomadas de los datos proporcionados por el fabricante, la Société Anonyme Saint Léonard (Liège, Bélgica)

Aunque también persiste el secreto del destino posterior de estas locomotoras, la misma documentación nos va dando pistas sobre su final. En efecto, al menos una de esas locomotoras fue utilizada en la construcción del puerto de Garrucha, como confirman las fotografías de la época. Lo que desconocíamos (hasta ahora) es que a las dos locomotoras las llamaban las «gemelas», lo que no es de extrañar dado que eran dos locomotoras idénticas. También queda claro que se les dio un uso intenso y sufrieron un gran desgaste, por lo que es muy posible que en las obras del puerto se mantuviera una de ellas en funcionamiento gracias a piezas de la otra, como ya sabemos que pasó con sus hermanas mayores. Tras un uso continuado durante largos años y al final de su vida, las pocas referencias a ellas en la documentación por la empresa se indica que, en 1939, tras la Guerra Civil, estaban «inutilizadas» y que «las gemelas» fueron vendidas por la empresa propietaria en 1941, aunque de momento no sabemos a quién ni para qué. Seguramente fueron desmanteladas, pues ahí se les pierde la pista.

Todo comienza con la construcción del chasis en poliestireno y finaliza con el hiperdetallado artesanal, lo cual toma muchísimo tiempo (tuberías, indicadores, válvulas, remaches, etc.)

Para el modelo a 1:35 se utilizó poliestireno, resinas y láminas de latón. Se caracterizó como la «Mulata», que ahora sabemos que era su nombre correcto y decidimos darle un aspecto de acorde a una locomotora que debió sufrir un gran desgaste por el enorme uso, los muchos años en los que estuvo en servicio y el medio duro en el que se utilizó: la sierra de Bédar. En el artículo incluimos algunas fotografías de las diferentes fases de su construcción.

La vagoneta del cable Bédar-Los Gallardos vuelve a Bédar

Tras la finalización de la exitosa exposición «Luces y Sombras» en Vera (que han disfrutado más de 5.000 visitantes y con una importante repercusión en diferentes medios, incluidas la televisión), uno de sus reclamos principales emprendió ayer su regreso a Bédar.

La vagoneta recién instalada delante de la entrada a la exposición con el bastidor construido por el equipo de mantenimiento municipal de Vera. Tras su instalación, tuvo que ser limpiada de óxido, especialmente la «canasta» y se le aplicó posteriormente un producto para evitar la oxidación, necesario para su exposición, especialmente en exteriores.

Miembro de APAMIBE durante las tareas de restauración y resultado final.

Extrañamente, y a pesar de la gran representación que la minería de Bédar ha tenido en esta exposición, ésta no ha tenido gran repercusión en la localidad, donde a duras penas ha sido comentada en las redes sociales más activas del municipio, si no tenemos en cuenta la propia difusión realizada por este humilde blog. Por supuesto, cabe destacar la colaboración del Ayuntamiento cediendo el vagón de la vagoneta y la presencia de su alcalde en la inauguración, pero la falta de interés en Bédar contrasta vivamente con el enorme interés que ha generado la exposición, en un contexto de interés y revalorización creciente de la historia y patrimonio minero y geológico de la comarca cuyo mayor exponente es, hoy día, la geoda gigante de Pulpí, que está proporcionando pingües beneficios a los pulpileños. Siendo uno de los pueblos con más patrimonio arqueológico-minero de todo el levante y cuyo porvenir está ligado necesariamente al turismo, es difícil explicar este desinterés y desidia en algo con tanto potencial. La recuperación por parte del ayuntamiento de la vagoneta que ha estado expuesta en Vera, uno de los principales atractivos de la misma, servirá para medir la temperatura del interés real en Bédar por su patrimonio. Se trata de una vagoneta completa, recuperada gracias al trabajo desinteresado de la asociación Correcaminos de Turre, el equipo de mantenimiento del ayuntamiento de Vera (que la ha ensamblado e instalado un bastidor) y la asociación APAMIBE, que se ha encargado de restaurarla y aplicarle una cobertura antióxido (necesaria para su exposición en exteriores), todo esto sin coste alguno para el municipio de Bédar ¿Será instalada en un lugar prominente de Bédar con un acto inaugural como merece o quedará arrinconada sin pena ni gloria en algún rincón discreto de Bédar, o peor aún, en algún almacén? Sería un triste destino para la que creemos es la única vagoneta aérea de este tipo recuperada y expuesta públicamente.

Miembros de la asociación Correcaminos de Turre, completando la restauración. Fueron también los encargados de la dura tarea de recuperar el pesado carretón y suspensor, que se encontraba en un lugar de difícil acceso en la sierra de Bédar.

¿De qué se trata exactamente? pues se trata de una verdadera reliquia del cable aéreo que se instaló desde las minas de Serena hasta Los Gallardos, en el punto de la Venta del Empalme de la Carretera de Almería-Murcia (Las Canteras), con 3.849 m. de longitud horizontal total. En Los Gallardos se contruyó un cargadero de 500 toneladas de capacidad desde el que se cargaba el mineral en camiones. La capacidad de transporte de este cable se era de 35 toneladas/hora.  La construcción del cable se prolongó durante dos años bajo la dirección de Joaquín Larragoiti Larragoichea, ingeniero de la empresa vizcaína instaladora (García de Legarda, Hijo, domiciliada en Bilbao) y empezó a funcionar en 1956.

Vagoneta ya cargada en el camión para su transporte a Bédar, fotografía efectuada el 05/06/2023.

Se trataba de un bicable del sistema del fabricante Bleichert, en la que la vagoneta, provista de un sistema de suspensión, se desplazaba sobre un cable fijo «portante» por medio de un carretón. El movimiento se aseguraba gracias a un cable tractor móvil, movido por un motor instalado en Serena, al cual las vagonetas se enganchaban por medio de un ingenioso sistema de mordaza patentado por Bleichert que se accionaba por el propio peso de la vagoneta.

Acabamos de recibir una fotografía de la ubicación actual de la vagoneta:

¿Se trata de si ubicación definitiva o es simplemente temporal hasta que se decida dónde ubicarla? ¿Parece el lugar más adecuado para sacarle partido a dicho bien?

Juan Antonio Jódar Cánovas (a) El Alpargatero

Hablamos de otros tiempos, de cuando Bédar era un importante centro minero lleno de actividad y varios miles de habitantes, con su Hospital, almacenes de comestibles, cuartel de la Guardia Civil… diversos cables aéreos de transporte de mineral, e incluso un ferrocarril que la conectaba con Garrucha… hasta el alcalde de Bédar escribía sus cartas en papel con membrete propio.

Una de las locomotoras del ferrocarrión Bédar-Garrucha con dos vagones y la jardinera en la estación de Tres Amigos (Bédar) hacia 1903, colección del autor

Hacia 1919, y tras el parón ocasionado por la Gran Guerra, se creaba la Unión Bedareña, como fusión de las dos grandes compañías mineras que hasta entonces habían explotado las minas bedarenses. La nueva compañía estaba entregada a una actividad febril, reparando las vías del ferrocarril, construyendo nuevas e impresionantes tolvas, como la tolva de la Barrilla, la famosa tolva-depósito de Tres Amigos o las tolvas cónicas de la Cueva Oscura o la del barranco de la Fuentecica, en el actual campo de fútbol del municipio. Los ingenieros directores de la empresa, Alfredo Dörn y Andrés López de la Presa se afanaban en ultimar los preparativos para una reanudación de las explotaciones que varios compradores esperaban con impaciencia.

Juan Antonio Jódar Cánovas, en la única fotografía conocida, ya muy mayor y afecto de cataratas

En los planes de explotación, se había previsto instalar una vía para vagonetas que conectara el pozo Plaza, de la mina Segunda Mulata, con la tolva de la Fuentecica. Pero había un problema… los terrenos por donde debía pasar la vía pertenecía a Juan Antonio Jódar Cánovas, también conocido como El Alpargatero.

Aunque desconocemos su fecha de nacimiento, sí que sabemos que Juan Antonio sufrió a los 17 años un grave accidente en la mina, seguramente en La Mulata. Un desprendimiento le fracturó ambas piernas, un tipo de fracturas conocidas como «conminutas» en término médico, es decir, con numerosos fragmentos. Tras 5 años de rehabilitación, quedó incapacitado, y durante toda su vida tuvo que ir retirando las astillas de hueso que, periódicamente, perforaban la piel y que tenían que ser extraídas con unas pinzas. Como no pudo volver a la mina pero no carecía de iniciativa, rápidamente se formó e inició en el negocio de la fabricación de alpargatas junto a unos zapateros de Vera, ganando el apodo que conservaría toda su vida y que heredarían sus descendientes. Con el tiempo los socios se separaron. Más tarde, los de Vera consiguieron algo de capital, instalando una conocida fábrica de alpargatas en Vera. Juan Antonio continuó en solitario con el oficio, ya que habiendo enviudado pronto y con cinco hijos a cargo, no tuvo más remedio.

Membrete de una carta de la fábrica de alpargatas de Vera de 1940

Con una inteligencia prodigiosa y una no menos fuerte de determinación, Juan Antonio Jódar tenía fama de intratable en cuanto veía afectados sus intereses, siendo imposible ni de engañar ni de intimidar. Se han conservado en la tradición oral de la familia numerosas anécdotas al respecto. Ya muy mayor y casi ciego por cataratas, todavía era capaz de recordar de memoria obras de teatro completas, hasta recordaba el oficio litúrgico completo en latín. Literalmente, se sabía la misa en latín.

Pero más allá de lo que se cuenta en la familia, hemos localizado unas cartas del ingeniero director Andrés López dirigidas al otro ingeniero, Alfredo Dörn. En ellas le comenta las complicadas negociaciones con el propietario de los terrenos que necesitaban en el barranco de la Fuentecica: Juan (Antonio) Jódar Cánovas. Ni consiguió convencerlo en una entrevista ni tampoco sirvió de nada la intermediación del entonces alcalde, Bernardo Ortega. Tampoco sirvió de nada la influencia de su entonces cuñado, Juan Campoy Fernández. Andrés López, ya algo desesperado, escribió varias veces a su colega Alfredo Dörn, llegando a solicitar la intervención del abogado de la compañía Francisco Ferrer. La correspondencia indica como al final Juan Antonio consigió las indemnizaciones que solicitaba por los terrenos.

Carta de febrero de 1919 en la que el ingeniero director Andrés López de la Presa explica el problema con el propietario de los terrenos de Sengunda Mulata a su colega Alfredo Dörn.

Estas cartas demuestran, sin duda alguna, los relatos conservados en la familia y hoy aquí yo, bisnieto de este hombre, me encargo de recordarlo para la posteridad.

Juan Antonio Soler Jódar

Más de 4000 registros de mineros de la provincia de Almería: descárgate ahora el listado

Tras el fin de la exposición «Luces y Sombras» celebrada en Vera y como prometimos, procedemos a publicar el listado actualizado de registros sobre mineros de la provincia de Almería entre 1850 y 1875 recopilados en centenares de documentos inéditos de empresa y certificados, publicaciones de época y otras fuentes de diferente procedencia.

PULSAR PARA DESCARGAR

Si alguien localiza a un posible familiar puede ponerse en contacto con nosotros por medio del mail bedar.asociacion@gmail.com para obtener toda la información complementaria y copias de los documentos conservados, si es el caso. También pueden indicarnos los nombres de mineros no incluidos en la misma. La lista se irá ampliando conforme avancen las investigaciones, nuevas actualizaciones ser irán publicando periódicamente.

En cuanto a Bédar, aprovechamos que nos acercamos a tiempos de campaña política, la época de la promesa por excelencia, para pedir que se piense en contactar con los propietarios del Jesús del Sagrado Corazón de Jesús expuesto en la dicha exposición «Luces y Sombras», uno de los que sobrevivió a nuestra Guerra Civil escondido en una casa-cueva de El Pinar de Bédar.

«Luces y Sombras», minería y religión: la capilla de El Pinar de Bédar y el báculo de la Virgen de las Angustias

En estas fechas de Semana Santa son las perfectas para hacer una pequeña referencia a otras de las joyas que se pueden observar en la exposición «Luces y Sombras» de Vera, que sobrepasa ya los 3000 visitantes y que, gracias a las aportaciones particulares, ha aumentado los objetos expuestos.

«Minería y religión» es una de las secciones que se pueden ver esta exposición, que pone en evidencia la fuerte vinculación entre creencias religiosas y el mundo minero almeriense, en especial la Virgen del Carmen, patrona de los mineros y transportadores. En la exposición destaca una talla de un Sagrado Corazón con una historia más que interesante, muy ligada a la minería bedarense. El que fue el antiguo poblado minero de El Pinar de Bédar, actualmente una pedanía bedarense muy implicada en la recuperación de su pasado minero, fue creado en los años 1870 por la poderosa Compañía de Águilas tras adquirir el coto de minas de plomo y cobre.

Cuando la Compañía se centró finalmente en las minas de hierro de Serena, aprovechó sus instalaciones en El Pinar, desarrollando un completo poblado minero, alrededor de la bomba de suministro de agua que llegó a albergar además un hospital y un cuartel de la Guardia Civil.

Ruinas de la iglesia de El Pinar marcada sobre una fotografía aérea de 1973

Como no podía ser de otra manera y para asegurar también el bienestar moral de sus mineros, la Compañía instaló una capilla dedicada a San Fernando, que sería el patrón oficial de esta pedanía, celebrando unas ostentosas fiestas patronales en su honor. No poseemos muchos datos de como era esta iglesia, a pesar de ser las pocas que se salvó de la destrucción durante los tristes episodios ocurridos durante la guerra civil española, no escapó sin embargo al cierre y desmantelamiento del poblado tras el cese de la actividad.

Al tratarse de una iglesia de titularidad privada, los directores de la Unión Bedareña consiguieron evitar su destrucción, especialmente de las tallas religiosas, escondiéndolas en una de las muchas casas-cueva que había entonces. Tras la contienda, y ante la falta de elementos religiosos, diferentes parroquias solicitaron a la compañía minera que les prestaran los objetos litúrgicos necesarios para realizar los oficios o celebrar fiestas religiosas, en especial la de Los Gallardos y la de Turre.

Sagrado Corazón de Jesús original de la capilla de El Pinar. Delante de él se expone un lampadario del panteón de la familia Anglada

La desmantelación de los edificios del poblado se realizó durante los años de la posguerra, sin embargo, la presencia de algunos guerrilleros por la zona aceleró la partida de los últimos encargados que quedaban en El Pinar, por lo que muchos de los elementos de esta iglesia fueron vendidos, algunos cedidos y una parte fueron adquiridos empleados de la compañía.

Sabemos, por ejemplo, que el confesionario fue adquirido por la iglesia de Turre, mientras que el retablo fue cedido a la iglesia de Bédar, que es el que actualmente podemos ver allí. La iglesia de Bédar también recuperó la imagen de San Fernando y una pequeña talla de la Virgen de Lourdes. El San Fernando se rompió durante una procesión cuando se utilizaba como sustituto de San Gregorio, por entonces se comentaba que estaba en mal estado y no fue reparado; la virgen aún se conserva. El resto de los efectos fueron también vendidos, incluida la campana de la capilla, por la que sabemos que se interesó una hermandad de Vera.

Afortunadamente, una talla de un Sagrado Corazón y un copón de eucaristía fueron adquiridos por un empleado de la Compañía y ha sido conservados hasta hoy en día, pudiendo contemplarse de nuevo en la exposición «Luces y Sombras» junto a otro objeto sorprendente, el copón de eucaristía de la iglesia.

Copón de eucaristía de la iglesia de El Pinar a la izquierda. Punzón de la casa del orfebre francés Placide Poussielge-Rusand y su fotografía a la derecha. Placide Poussielgue-Rusand (1824-1889) fue un importante orfebre francés, cuyo negocio fue seguido por su hijo y nieto hasta su cierre en 1963

El copón nos indica que la Compañía realizó una inversión importante en la capilla para sus mineros. Por lo que parece, todo el conjunto fue adquirido en París en la casa de un prestigioso orfebre, la casa de Placide Poussielge-Rusand, que fue orfebre de su Santidad el Papa. En efecto, la patena presenta el sello de esta prestigiosa casa, no así el copón, por lo que creemos que en algún momento se perdió, siendo substituido por otro de menor calidad pero apto para seguir celebrando los oficios. Este copón con la patena original. Este copón se expone también en la citada exposición «Luces y Sombras», otra de las reliquias expuestas ligadas a la historia minera de la provincia.

Báculo de la Virgen de las Angustias realizada con plata sin refinar de la fundición Esperanza

Para acabar, queremos resaltar también un objeto realmente remarcable. Se trata de un báculo realizado con plata no refinada con un origen realmente asombroso: se trata de la primera plata copelada en la fundición Esperanza de Villaricos, procedente de la mina del mismo nombre del barranco Jaroso, una de las míticas minas ricas de Almagrera.

Os recordamos que debido al éxito de visitas a la exposición «Luces y Sombras. La sociedad del Sureste de España en tiempos mineros. S. XIX y S. XX», se ha acordado ampliar el horario de apertura hasta las 21’00 horas. El horario de visitas será de Lunes a sábado de 10’00 a 14’00 h y de 17’00 h a 21’00h y domingos por la mañana. El jueves Santo por la tarde y viernes Santo ( mañana y tarde), la exposición estará cerrada. Se volverá a abrir en su horario habitual el sábado 8 de abril hasta el 7 de mayo. ¡Os esperamos!.

«Luces y Sombras», la esencia de la minería de la provincia de Almería en Vera

Debido al éxito de visitas a la exposición «Luces y Sombras. La sociedad del Sureste de España en tiempos mineros. S. XIX y S. XX», se ha acordado ampliar el horario de apertura hasta las 21’00 horas. El horario de visitas será de Lunes a sábado de 10’00 a 14’00 h y de 17’00 h a 21’00h y domingos por la mañana. El jueves Santo por la tarde y viernes Santo ( mañana y tarde), la exposición estará cerrada. Se volverá a abrir en su horario habitual el sábado 8 de abril hasta el 7 de mayo. ¡Os esperamos!.

Continúa instalada en el Convento de la Victoria de Vera la exposición «LUCES Y SOMBRAS: La Sociedad del sureste de España en tiempos mineros. S. XIX y XX», gracias al Ayuntamiento de Vera y a la comisaria Magdalena Navarro Arias y que está siendo un éxito rotundo. Con más de 600 objetos originales, fotografías, herramientas mineras, etc. jamás expuestos antes y procedentes de numerosas familias de la provincia y que cuenta con la ayuda de asociaciones muy conocedoras de la minería almeriense como son APAMIBE y Elc Los Correcaminos de Turre, ya ha sido visitada por más de 2000 personas.

Impresionante modelo a escala del desaparecido palacio de Juan Anglada en Madrid obra de José Manuel Haro

La exposición incorpora hoy una impresionante reproducción a escala 1:35 del desaparecido palacio de Juan Anglada obra de José Manuel Haro, un ejemplo de la importancia que alcanzó la minería almeriense. Se exponen también nuevos objetos, porque la gente sigue aportando más reliquias para la exposición aún después de ser inaugurada, impactados por una historia que desconocían. Ya se empiezan a escuchar voces, que reclaman que la exposición se prolongue y que pase a ser algo permanente, pues Vera a recuperado su antiguo orgullo minero y toda la comarca mineral del levante cuenta hoy con un escaparate inigualable de nuestro rico patrimonio y pasado esplendor minero, a todos los niveles.

Magdalena Navarro, comisaria de la exposición delante de la original entrada en forma de bocamina

La vagoneta Bleichert de la exposición ya con su mineral de hierro y en el momento de su restauración, con Antonio González Jódar

Como si fuera algo contagioso, hace unos días y gracias a la iniciativa de los vecinos de la barriada de El Pinar de Bédar, nuestra Legión recuperaba una vagoneta aérea perdida en la sierra de Bédar, más antigua y de un fabricante diferente a la expuesta a la puerta del Convento de la Victoria. Hoy mismo, los miembros de la asociación Elc Los Correcaminos de Turre llenaban la caja de la vagoneta con el mineral de hierro que una vez llevó, recolectado directamente de lal mina Porfiado, en Serena, porque en esta exposición todo es original. Hoy la vagoneta luce con hematites de hierro que una vez fueron explotadas por los sufridos mineros en la mina Porfiado de Bédar.

Los miembros de Los Correcaminos de Turre recuperando mineral de la mina Porfiado para llenar la vagoneta en la exposición.

Destacamos de nuevo este interesante elemento, cuya vagoneta o caja de transporte de mineral fue cedida por el ayuntamiento de Bédar, mientras que la estructura de soporte y el carretón fueron recuperados por los miembros de Elc Los Correcaminos en el barranco de Serena. Todo el conjunto conforma una de las reliquias mineras más impresionantes, la única vagoneta de esta antigüedad recuperada y expuesta, creemos, en España. Se trata de una vagoneta de transporte aéreo del cable Bédar-Los Gallarodos, instalada hacia 1954 y que transportaba el hierro de las minas de Serena hasta la estación de descarga de Los Gallardos, desde la cual el mineral se llevaba en camiones hasta el puerto de Garrucha, donde otro cable aéreo permitía la carga del mineral en los vapores desde un depósito ubicado más o menos donde hoy en día se encuentra el Mercadona de Garrucha. El elemento está perfectamente conservado, en especial el soporte con el carretón, instalado en un bastidor y tratado con un producto especial que evitará que la oxidación la deteriore. Como se explica en el panel explicativo, se trataba de un sistema Bleichert de dos cables, uno grueso por el que corría la vagoneta y otro «tractor» movido por un motor eléctrico que permitía el desplazamiento de vagonetas. Aparte del cable Bédar-Los Gallardos, este tipo de bicable fue instalado también en otro de los cables aéreos míticos de la comarca, el de la mina de Los Tres Pacos, en sierra Almagro (Cuevas del Almanzora).

Seguiremos presentando alguno de los muchos objetos increíbles que pueden observarse en esta exposición, que seguirá abierta (de momento) hasta el 7 de mayo.