La expedición minera de la Sociedad Schneider (1898). Un viaje por el sureste español

Ayer se presentó, en la Casa Molino Ángel Ganivet de Granada el libro «La expedició minera de la Sociedad Schneider (1898)», con la participación de la diputada de Cultura y Educación, Pilar Caracuel, Juan Antonio Soler Jódar, Manuel Titos Martínez y Ángel Bañuelos Arroyo.

El álbum fotográfico, con casi 300 fotografías, muestra el viaje de una expedición en 1898 de la sociedad francesa Schneider, una importante multinacional en la actualidad, en busca de yacimientos de hierro. Desde Cartagena a Moncorvo (Portugal), pasando por Almería, Granada y la Alpujarra Granadina, se trata de un testimonio fotográfico de primer orden. Con algunas fotografías mineras, destacan sobre todo las fotografías de escenas del día a día de las gentes de los diferentes pueblos, paisajes, edificios y todo lo relacionado con el viaje (carruajes, posadas, pasos de vados, etc.), incluidos edificios desaparecidos, como la fábrica de azúcar de Nuestra Señora de la Cabeza en Motril, víctima de un incendio en 1901.

Son numerosas las ciudades y pueblos que fueron retratados: Murcia, Cartagena, Almería, Berja, Benaudalla, Padul, Cástaras, Motril, Vélez, Salobreña, Motril, Calahonda, Órgiva, Trevélez, Busquistar, Almejijar, Loja, Córdoba, Sevilla, Moncorvo, Madrid… Destacan series fotográficas como las de Cástaras o las de Motril, con la industria de la caña de azúcar.

Entre los pueblos por los que pasaron se encuentra también Bédar, al parecer invitados por el vicecónsul inglés en Garrucha, Clifton Pecket. El resultado fueron unas 20 fotografías de Cuatro Amigos, el Jauto y Serena, incluidas las principales minas de hierro, Santa Catalina y La Mulata, la icónica Cueva Oscura de Bédar (abajo).

25/10/2025- Presentación de la Revista FARUA en Berja: el cable aéreo de Beires al detalle

El 25 de octubre se presenta en el salón de actos del Molino del Perrillo de Berja, a las 19:30H el número 28 de la revista FARUA. Nos hacemos eco de la publicación, en este número de un artículo publicado en colaboración de Joaquín Gaona Villegas y Juan Antonio Soler Jódar sobre el cable aéreo de transporte de Beires, que conectaba las minas de esta localidad con la estación de Doña María, para la carga en el ferrocarril de Linares a Almería.

En este artículo, se da a conocer un álbum inédito de fotografías en la que se documenta con detalle la instalación del cable aéreo en 1901, siendo la primera colección de fotografías que muestra, con tanto detalle, la instalación de una de estas líneas de carga. Desde la sala de máquinas, estaciones tensoras, de ángulo, diferentes fases de la instalación de los cables, columnas, etc. Todas las fotografías con gran detalles y debidamente comentadas tas un trabajo de identificación y análisis de las fotografías para ubicarlas en su contexto geográfico y tecnológico.

Además se trata de un cable aéreo con muchos paralelismos con el de Bédar-Garrucha de 1888, mostrando las dificultades y esfuerzos de la adaptación de estos ingenios a las zonas montañosas. Sin duda un artículo que no puede perderse ningún aficionado al patrimonio minero-metalúrgico de Almería.

El castillico de Serena (Bédar)

Hoy continuamos con el otro castillico de Bédar, el de Serena. Olvidado durante mucho tiempo, fue redescubierto por el investigador Juan Antonio Soler en 2010, siguiendo las indicaciones del Libro de Apeo y convencido de que una población independiente en época nazarí como lo fue Serena, debía contar con su propio castillo defensivo.

Como se indica en el Libro de Apeo y Repartimiento de Serena, la «antigua fortaleza» se encontraba a un lado del gollizno del camino que seguía desde el pago de la Coca hasta el pago de la Mar. 

Una vez localizado, la abundancia de cerámica medieval en superficie y la identificación de un felus de 1474 acabaron por confirmar el hallazgo. Más tarde, se pudo documentar algunos dirhemes de plata procedentes de este castillo, posiblemente hallados en los trabajos realizados para enterrar un cable telefónico o de la luz. También aparecierón otros restos, algunos de los cuales hemos podido documentar, como por ejemplo una punta de flecha, un virote de ballesta, clavos antiguos, una contera de estilete, un viejo anillo decorado con unas líneas onduladas, etc.

Veamos, algunos de estos restos:

dinr5

Nº 1. Fracción de 1/2 dirham de ‘Alī ibn Sa’ad (Abū al-Hasan ‘Alī, conocido como Muley Hacén o Mulhacén, 1464–1485) de 0,19 gramos de plata. Medina n.º 263. Es a destacar que el recorte de este medio dirham es muy cuidadoso y parece que con la intención de conservar una parte de las leyendas religiosas.

Leyendas (las leyendas que se indican entre paréntesis están fuera del cospel por recorte):

IA (izquierda): (No dios sino) / Dios, Mahoma / enviado de Dios

IIA (derecha): (Siervo de D)ios ‘Alī / (Al-Gaih) Bīllāh / Granada

medir2

Nº 2. Medio dirham anónimo del reino nazarí de Granada de 0,73 gramos de plata, Medina n.º 266 (Vives n.º 2197) Datada entre el 1238-1492.  Presenta dos perforaciones.

En cuanto a las leyendas, este tipo de dirham llevaba únicamente leyendas religiosas, de las que en este ejemplar se pueden ver la primera línea y la segunda parcialmente (IA izquierda y IIA derecha, respectivamente, por lo que la ceca no es visible en nuestro ejemplar:

dirhem nazari

Las monedas de plata nazaríes no llevan fecha y tan solo el nombre del emir con Muḥammad I (1230–1273), después son anónimas y no vuelven a tener el nombre del sultán hasta ‘Alī ibn Sa’ad (1464–1485) y Muḥammad XIII. Es por este motivo que este tipo de dirham no es útil para estimar muy precisamente la fecha, ya que se emitieron desde 1238 hasta 1492. De los 4 medios dirham anónimos descritos en Serena, es el de mejor factura, a pesar de que la acuñación es defectuosa.

medio

Nº 3. 1/2 dirham. A diferencia de la anterior la acuñación es más descuidada y la escritura más tosca y con ceca de Almería (Medina nº. 266 d). Es de vellón de 0,78 grs. Presenta una grieta, al parecer por el intento fallido de perforarla.

Las leyendas, que se ven parcialmente, son las siguientes en IA (izquierda) y IIA (derecha):

ALMERIA

Parece que las emisiones con ceca de Almería eran de peor calidad que las de Granada. en este ejmplar se puede apreciar además parte de la grafila de otro cuño en IIA (derecha).

medir1

Nº 4. Fragmento de 1/2 dirham de plata de 0,26 gr de peso. Se pueden leer parcialmente las dos primeras líneas del texto, lo que permite su clasificación aunque la ceca no es visible. Presenta una única perforación que ha agrietado la pieza.

dir4

Nº 5. Fragmento de 1/2 dirham de vellón de 0,73 gr de peso de acuñación descuidada, con escritura tosca y con ceca de Almería, del mismo tipo que la nº. 3 pero más tosca. Presenta igualmente una perforación que parece haber sido hecha con un estilete.

cuarto1(1)

N.º 6. 1/4 de dirham de plata de 0,38 gramos del reino nazarí de Granada (Medina n.º 269). Son tres los ejemplares de este tipo y de los tres éste es el que presenta una escritura menos tosca y una mejor acuñación a pesar de lo irregular del cospel. Es la única que no está perforada. Se trata del tipo «almohade» o «rombo» con la datación entre 1238-1492.

Las leyendas son como siguen:

c

La ceca se encuentra en las esquinas que delimita el rombo, se trata también de monedas anónimas sin fecha.

medir3

N.º 7. 1/4 de dirham de vellón de 0,38 gramos del reino nazarí de Granada tipo rombo (Medina n.º 269). La escritura es tosca si se compara con la anterior (aunque lleva las mismas leyendas) y la plata es de menos calidad, pues contiene cobre (vellón.) Presenta dos perforaciones, lo que es remarcable para una moneda tan pequeña.

cuarto2

N.º 8. Fragmento de 1/4 de dirham de vellón del que no disponemos del peso. Por el tamaño se trata con toda seguridad de un 1/4 de dirham tipo rombo (Medina n.º 269).

almoh

N.º 9. Esta  pieza es una de las más sorprendentes de todo el conjunto. Se trata de un dirham incompleto almohade de plata de Abd al Mu’min ben Alī de 0,24 gramos de peso. Está muy deteriorado y sus leyendas casi ilegibles. Presenta una perforación única (es posible que otra perforación sea la causante de la parte faltante pues no presenta las marcas de corte típicas de los fragmentos.) 

Las pocas leyendas y orlas restantes muestran una orla cuadrada dentro de una circular. Las únicas leyendas visibles se encuentran en IIA (derecha), lo que permite identificarla como una Vives nº 196 a nombre de  Abd al Mu’min ben Alī pero atribuida a Idris I (1227-1232). Los nazaríes utilizaron las monedas existentes a su llegada al poder, aunque inmediatamente empezaron a acuñar las suyas propias, sustitutendo paulatinamiente. De hecho, el sistema nazarí siguió el patrón almohade en sus emisiones.

felus

N.º 10.  Se trata de una moneda muy diferente al resto, ya que se trata de una emisión en bronce de 1,34 gr. Se trata de un felus de cobre del reino nazarí de Granada, Medina n.º 272 y atribuido a ‘Alī ibn Sa’ad (Muley Hacén.)

Solo son legibles parcialmente las leyendas por uno de sus lados. El interés de estos felus es que solía indicarse la fecha, y afortunadamente las leyenas legibles de este ejemplar nos indican la misma:

f

Se trata del año 1474 (897 de la Hégira), catorce años antes de la entrega de las plazas de Mojácar y Vera al rey Don Fernado, lo que aconteció en julio de 1488, tras lo cual todas las alquerías de la zona se entregaron, entre ellas la de Serena, representada por Almaf Canif. Tras su entrega, todas las fortalezas fueron derribadas excepto las de Vera y Mojácar, para evitar que fueran utilizadas en caso de insurrección.

Este grupo de monedas documentadas nos permite llegar a algunas conclusiones sobre el mismo castillo. Nos encontramos con un muy limitado número de monedas, lo que parece ser solo una parte de un acúmulo de monedas de época nazarí que pudo haberse ocultado poco antes de la entrega de Serena a Fernando el Católico en 1488. La presencia de un fragmento de dirham del sultán Abū al-Hasan ‘Alī, además de un felus de 1474 que con toda evidencia formaba parte del conjunto, parecen indicar que el ocultamiento se produjo poco antes de este hecho histórico, entre 1474 y 1488, seguramente como consecuencia del miedo ante la llegada de las huestes cristianas. La mayor parte se compone de monedas anónimas y sin fecha de las cecas de Granada y Almería, varias fragmentadas y casi todas con diferentes perforaciones. La presencia de una moneda atribuible a la época almohade puede resultar extraña, pero según se ha comentado en alguna ocasión, parece que hubo acuñaciones almohades con un período de circulación muy prolongado e incluso algunos tipos almohades que continuaron acuñándose por los nazaríes, según el historiador Ibn Jatib, que las describe entre las que circulaban en su tiempo.

Para acabar, veremos otros de los restos que hemos podido documentar:

 Dos anillos de bronce que parecen representar ojos (un elemento de buena suerte) y uno de plata con líneas onduladas.

Esta contera de espada atestigua la función primordialmente militar de esta estructura.

Fragmentos de cerámica esgrafiada al manganeso procedentes de Bédar de origen probable nazarí. A la izquierda encontramos un interesante fragmento procedente del castillico de Serena en el que se aprecia lo que parece un índalo, seguramente algún tipo de decoración que aparenta una forma antropomorfa y que recuerda vivamente a otro fragmento hallado en Bédar (derecha), cercano a la fuente, con una figura similar.

El misterioso final de la locomotora «Chimpún» de Garrucha

Hoy hablaremos de una de las viejas locomotoras del ferrocarril Bédar-Garrucha, injustamente olvidada: la «Chimpún». Se trataba una pequeña locomotora de gasolina para maniobras adquirida tardíamente por la compañía minera, pocos años antes de la paralización de las labores, pero que tuvo un papel importante en la construcción del puerto de Garrucha durante los difíciles años de preguerra y durante la guerra civil.

Representación artística de la «Chimpún» en las obras de construcción del puerto de Garrucha elaborada a partir de una de las dos fotografías conocidas en las que aparece esta locomotora (abajo). Probablemente estaría pintada en verde oscuro (Deutzgrün), pues era el color corporativo característico de Deutz en esa época y no hay constancia de que fuera pintada a su llegada a Garrucha.

Es posible que recibiera algún nombre de bautizo, aunque no se hace referencia alguna en la documentación conservada. Según testimonios orales (Trenes, cables y minas de Almería, 2000) parece que se la conocía popularmente como la «Chimpún», a causa del característico ruido de su motor a gasolina.

En 1922, la Unión Bedareña compró un tractor diésel Deutz con el número de serie 4224 con motor C XIV F de 10 caballos de potencia para las maniobras en la estación junto a Garrucha. Esta compra formó parte de un gran esfuerzo de inversión de capital, tras la Primera Guerra Mundial, que pretendía modernizar las instalaciones, con un ambicioso plan de nuevas infraestructuras y material. Sin embargo, y a pesar del dinero invertido, los trabajos se demoraron demasiado y el mercado internacional no permitió que la actividad se mantuviera, paralizándose los trabajos en 1923.

Anuncio de locomotoras de combustión con motor Otto-Deutz de 1921. La ilustración muestra una locomotora del mismo tipo que la adquirida por la Unión Bedareña.

Pero no acabó aquí la vida útil de esta locomotora. En 1933 fue arrendada para el servicio en una desconocida línea de ferrocarril de transporte de yesos de 2,8 km de longitud, para unas canteras pertenecientes a los Berruezo cercanas a Garrucha sobre la que pronto publicaremos un artículo dando todos los detalles. Posteriormente, fue adquirida por la empresa constructora del puerto de Garrucha por 6.400 pesetas, siendo utilizada en las obras de construcción del puerto. Las dos únicas fotografías conocidas (hasta el momento) que nos muestran esta locomotora lo hacen a cierta distancia, lo que nos impide apreciar los detalles, pero parece que fue intensamente utilizada para el acarreo de piedras hacia los espigones desde la cantera junto a Garrucha.

Marca de fábrica de la portada de la carpeta que sobre esta locomotora se guardaba en las oficinas de la Unión Bedareña, aunque no contenía documento alguno, probablemente por haberse entregado tras la compra por la empresa constructora del puerto.

Le perdemos la pista durante la guerra civil , aunque es de suponer que se utilizó durante todo el conflicto en dichas obras del puerto, ya que los trabajos se continuaron todo el tiempo, ya que en los documentos de la Unión Bedareña se registra la venta de los repuestos que disponían para la misma al nuevo propietario. No sabemos si la «Chimpún» fue desguazada o si el nuevo propietario le buscó otro destino, pero en todo caso desaparece de la historia conocida. Al igual que pasa con las «gemelas» (las dos locomotoras 020T del ferrocarril Bédar-Garrucha), su final sigue siendo un misterio.

Para más información:

Un año de publicaciones

¡Gracias a todos los que han adquirido nuestros libros y guías! Todos están disponibles en Amazon. Un nuevo proyectos está en preparación, les mantendremos informados.

El misterioso final de la locomotora «Chimpún» de Garrucha

Hoy hablaremos de una de las viejas locomotoras del ferrocarril Bédar-Garrucha, injustamente olvidada: la «Chimpún». Se trataba una pequeña locomotora de gasolina para maniobras adquirida tardíamente por la compañía minera, pocos años antes de la paralización de las labores, pero que tuvo un papel importante en la construcción del puerto de Garrucha durante los difíciles años de preguerra y durante la guerra civil.

Una de las dos fotografías en las que se ve la «Chimpún» en las obras de construcción del puerto de Garrucha.

Es posible que recibiera algún nombre de bautizo, aunque no se hace referencia alguna en la documentación conservada. Según testimonios orales (Trenes, cables y minas de Almería, 2000) parece que se la conocía popularmente como la «Chimpún», a causa del característico ruido de su motor a gasolina.

En 1922, la Unión Bedareña compró un tractor diésel Deutz con el número de serie 4224 con motor C XIV F de 10 caballos de potencia para las maniobras en la estación junto a Garrucha. Esta compra formó parte de un gran esfuerzo de inversión de capital, tras la Primera Guerra Mundial, que pretendía modernizar las instalaciones, con un ambicioso plan de nuevas infraestructuras y material. Sin embargo, y a pesar del dinero invertido, los trabajos se demoraron demasiado y el mercado internacional no permitió que la actividad se mantuviera, paralizándose los trabajos en 1923.

Anuncio de locomotoras de combustión con motor Otto-Deutz de 1921. La ilustración muestra una locomotora del mismo tipo que la adquirida por la Unión Bedareña.

Pero no acabó aquí la vida útil de esta locomotora. En 1933 fue arrendada para el servicio en una desconocida línea de ferrocarril de transporte de yesos de 2,8 km de longitud, para unas canteras pertenecientes a los Berruezo cercanas a Garrucha sobre la que pronto publicaremos un artículo dando todos los detalles. Posteriormente, fue adquirida por la empresa constructora del puerto de Garrucha por 6.400 pesetas, siendo utilizada en las obras de construcción del puerto. Las dos únicas fotografías conocidas (hasta el momento) que nos muestran esta locomotora lo hacen a cierta distancia, lo que nos impide apreciar los detalles, pero parece que fue intensamente utilizada para el acarreo de piedras hacia los espigones desde la cantera junto a Garrucha.

Marca de fábrica de la portada de la carpeta que sobre esta locomotora se guardaba en las oficinas de la Unión Bedareña, aunque no contenía documento alguno, probablemente por haberse entregado tras la compra por la empresa constructora del puerto.

Le perdemos la pista durante la guerra civil , aunque es de suponer que se utilizó durante todo el conflicto en dichas obras del puerto, ya que los trabajos se continuaron todo el tiempo, ya que en los documentos de la Unión Bedareña se registra la venta de los repuestos que disponían para la misma al nuevo propietario. No sabemos si la «Chimpún» fue desguazada o si el nuevo propietario le buscó otro destino, pero en todo caso desaparece de la historia conocida. Al igual que pasa con las «gemelas» (las dos locomotoras 020T del ferrocarril Bédar-Garrucha), su final sigue siendo un misterio.

Para más información:

El Pinar de Bédar: objetos curiosos del mayor archivo privado conocido referente a la minería histórica.

En primer lugar querríamos agradecer a todos los que ya han adquirido el libro sobre El Pinar, ya sea en su versión en españolo o en inglés. Para los que dudan, vamos a comentar alguna de las novedades incluidas en esta obra, especialmente para los aficionados a la historia y patrimonio del Levante almeriense.

Candil de piquera de época califal con decoraciones epigráficas.

Es conocido lo difícil que es acceder, con fines de investigación, a la documentación y objetos de época de las empresas mineras del XIX y principios del XX, no digamos ya fotografías. Por lo general, lo poco que hay es buscado con avidez y atesorado por coleccionistas privados, en un lucrativo mercado de libros, periódicos, planos de época, minerales de colecciones antiguas, acciones mineras y las siempre codiciadas fotografías de época. De esta manera, los descubrimientos documentales rápidamente se fragmentan y distribuyen por los diferentes mercados con destino a coleccionistas, cuyo único objetivo es adquirir una nueva pieza para sus respectivas colecciones, sin importarles su contexto o valor para los investigadores.

Nos queda, casi en exclusiva, los archivos públicos, en especial el Archivo Municipal de Vera y el Archivo Histórico Provincial de Almería, además de las diferentes hemerotecas públicas nacionales. Estos archivos nos permiten suplir en parte esta carencia, pero echamos mucho de menos los documentos de primera mano de las empresas, que son los que suelen contener dar más pistas sobre las motivaciones y los por qués de los acontecimientos investigados.

Dos de los objetos procedentes del hospital minero de El Pinar. Se trata de un inhalador de cloroformo en su estuche, utilizado para anestesias (izquierda) y una Pipe of Peace de Sir Hiram Maxim (derecha), un inhalador para tratar afecciones bronquiales ideado por el inventor de la famosa metralleta que lleva su nombre.

Al enfrentar el estudio de la minería de El Pinar nos encontramos tan solo con una serie de tradiciones orales de difícil comprobación y, eso sí, gran cantidad de documentación en los referidos archivos. Esto nos permitió perfilar su historia con algo más de precisión, pero quedaban muchas preguntas en el aire y enormes lagunas sober las que solo podíamos emitir algunas hipótesis.

Esto cambió con el descubrimiento de los archivos familiares de Dietrichson y Thorkildssen en Noruega (gracias a nuestra amiga Lise Hansen). Este es un momento clave que marca un punto de inflexión claro en nuestra forma de investigar, atisbando la dimensión internacional de lo que ocurrió en nuestra tierra, buscando y localizando documentación en lugares tan distantes como Alemania, Inglaterra, Francia y EEUU. Es evidente que, además de suponer un avance significativo en nuestras pesquisas, este nuevo enfoque nos permitió expandir nuestras investigaciones más alla de las fronteras de la provincia, escapando al tradicional localismo de la investigación histórica almeriense y de sus dogmas históricos establecidos, ya un poco manidos y faltos de actualización. Además pudimos liberarnos de la dependencia asfixiante de los pocos archivos locales, privados o no, existentes.

El nuevo flujo de datos, documentos y fotografías nos permitió elaborar una primera obra de síntesis que seguramente muchos conocerán, se trata del libro «MINASCABLES, FERROCARRILES, FUNDICIONES Y EMBARQUE DE MINERALES», publicado en 2021. En esta obra volcamos toda la información y documentación recopilada hasta el momento, lo que la ha convertido en una referencia para la minería en el Levante.

Báscula de precisión del laboratorio de El Pinar.

Pero a pesar de todo, no estaría completo sin la documentación de primera mano, la de las propias empresas que gestionaron la minería en El Pinar de Bédar. Y finalmente, ya sea a causa de nuestra constancia o por algún tipo de milagro, llegó finalmente. Así llegaron accedimos a los archivos de la 2ª división de la Compañía de Águilas y de la Unión Bedareña, con domicilio social en El Pinar de Bédar primero y en Vera después. Siguendo la buena racha, también localizamos los de la empresa TRAMISA, que siguieron los trabajos de las primeras

No entraremos en cómo se descubrió este completo archivo de una empresa histórica, que creemos único, lo importante es que pasamos de contar, con suerte, con una carta sobre un tema específico a tener que seleccionar las cartas más relevantes. En efecto, con más de 5.000 cartas, muchas personales, unos 300 planos, objetos topográficos y administrativos, libros, cuadernos de notas, folletos de proveedores. Por primera vez nos vimos desbordados de documentación, lo que supuso un ardúo trabajo de identificación, clasificación y catalogación de la documentación y objetos encontrados, lo que llevó un trabajo continuado de 4 meses.

En especial, esta documentación venía a cubrir el muy desconocido periodo minero entre 1910 y el final de la guerra civil española, por lo que a la historia se se añadía el difícil periodo bélico, con una cantidad asombrosa de documentación que haría las delicias de cualquier investigador de ese periodo, incluyendo el espinoso asunto del contrabando de wolframio por parte de los alemanes durante la segunda guerra mundial.

Este reloj de pared es el original que estuvo instalado en la fachada de las Oficinas centrales de la Compañía minera en El Pinar de Bédar.

La obra sobre el Pinar de Bédar que hemos publicado recientemente incluye mucha información procedente de este archivo. Es precisamente esa información la que nos ha permitido completar y actualizar la información que ya pubicamos en nuestra anterior obra. Por motivos obvios, no está incluida toda la documentación, como solemos hacer, pero sí la más relevante y los objetos más curiosos.

Entre algunas de las curiosidades encontramos los recibos de avance de fondos para los últimos partidarios de las minas de plomo en 1926; unos rarísimos vales para bienes de consumo de la guerra civil española, la tercerola rolling block de calibre 43 de uno de los guardias jurados de El Pinar, una de las máquinas de escribir originales Remington de las oficinas o incluso el antiguo reloj de pared, objetos de la iglesia y del hospital del poblado minero, etc.

Las antiguas minas de El Pinar de Bédar

El Pinar de Bédar atesora yacimientos con bonitos minerales secundarios de cobre (como la malaquita y la azurita) muy conocidos y apreciados por los coleccionistas, en unas minas que han sido explotadas desde la antigüedad

Todo este patrimonio estuvo casi a punto de desaparecer entre 2004 y 2008 bajo una monstruosa urbanización, pero tras la crisis de 2008, la naturaleza está recuperando el espacio perdido.

A partir del 3 de agosto de 2025 podrán conocer con detalle la historia de este antiguo poblado minero. Sus orígenes, las sucesivas fases mineras, la crisis definitiva y un resurgimiento que han conformado El Pinar actual, conservando (afortunadamente) mucho de su pasado.

Rutas mineras en Bédar: 20 de julio de 2025

El próximo domingo 20 de julio, a las 19:30h, está previsto que se lleve a cabo la ruta minera de Bédar, la primera ruta guiada tras la mejora de la ruta y la instalación de nuevos paneles informativos. Allí estaremos para poder documentar las mejoras en la ruta.

Para inscripciones de última hora, pueden pulsar sobre la imagen inferior:

Precisamente durante este año de 2025, se han publicado dos de las primeras guías completas sobre las rutas históricas de Bédar, muy documentadas e ilustradas, que pueden ser adquiridas libremente por Amazon a precios muy asequibles (pulse sobre la imagen correspondiente):

Y como no hay dos sin tres, damos la exclusiva de la pronta publicación del tercer tomo de esta serie, centrado esta vez en El Pinar de Bédar, centro de la minería de minerales de plomo y cobre de Bédar y en el que se están desarrollando hoy en día nuevas rutas mineras, tanto por el ayuntamiento de Bédar, como por Los Gallardos, en su ya establecida «ruta de la cueva de las Palomas». Este tercer capítulo se aparta un poco del esquema de los dos anteriores, ya que las rutas en esta pedanía de Bédar, de gran pasado minero, son recientes o están en curso de desarrollo, por lo que se trata más de un libro de historia con toda la información necesaria para establecer rutas mineras que una verdadera guía.

Dado el alto porcentaje de vecinos de nacionalidad inglesa que viven en El Pinar, el investigador y gran conocedor de la minería bedarense, Adrew Devey, ha preparado una versión en inglés de este tercer tomo, con idénticos contenidos e ilustraciones.

Con 220 páginas, se sigue la costumbre de presentar una abundante documentación, procedente de la cosecha propia de los investigadores. Las casi 250 ilustraciones se corresponden a fotografías, documentos y planos, muchos de ellos inéditos, además de diversas ilustraciones que ayudan a comprender la rica historia de este antiguo coto minero. Su salida, salvo retrasos inesperados, está prevista para el 3 de agosto.

La nueva guía de las rutas de Bédar

Tras publicar en febrero la guía de la ruta minera, hoy toca presentar la de las rutas urbana y del agua de Bédar, dos cortas pero intensas rutas, cargadas de historia y de patrimonio.

Establecidas desde hace ya varios años, las rutas de Bédar permiten conocer un pueblo que guarda mucho de la esencia de su pasado hispano musulmán, y en el que se preserva el sitema tradicional de tandas arábigas, con un patrimonio con elementos únicos. Las rutas son fáciles de efectuar y tremendamente refrescantes incluso en los días más cálidos, con la posibilidad de disfrutar del excelente agua que surge de los manantiales de la sierra. Por si fuera poco, el pasado minero se añade con elementos únicos como una vagoneta aérea original preservada, la única en la provincia de Almería, y una mina de película, donde se rodaron escenas de la Isla del tesoro de de 1972, con el mismísimo Orson Welles como protagonista.

Para aprovechar al máximo esta experiencia, y en caso de no poder disfrutar de una visita guiada, presentamos esta pequeña guía, de unas 70 páginas y muy ilustrada (más de sesenta fotografías, planos y dibujos). Incluye planos guía ampliados y mejorados de la ruta urbana y de la ruta del agua; una completa sección de historia, con la historia antigua, hipótesis sobre la fundación y el origen del nombre de la localidad; explicaciones detalladas sobre las pinturas califales de la Balsa Alta (aunque todavía no están preparadas para su visita, pero todo llegará); una sección para comprender el sistema de riego y el significado de los antiguos topónimos de las balsas (Cahara, Begira, Alain…); todo lo que se necesita saber sobre los castillos, iglesias, monumentos y ermitas del pueblo, incluida la posición de la antigua mezquita de la población; información sobre las minas cercanas al pueblo y lo que es aún visitable, y, finalmente, reproducciones de muchos de los restos arqueológicos (monedas, cerámica, pesas, etc.) documentados durante décadas por nuestros investigadores, que ayudan a comprender y a ilustrar la visita. La guía está ya disponible en Amazon, muchos siglos de historia concentrados y todo por el módico precio de 10 euros.