LA EXPLOTACIÓN DEL TALCO DE SOMONTÍN (ALMERÍA) DURANTE EL PERIODO DE ACTIVIDAD EMPRESARIAL DE MANUEL BERRUEZO AYORA (1845-1874)

Ya está disponible la versión completa de este artículo, el último publicado por J. Berruezo García y J.A. Soler Jódar. En este artículo se describe la primera época de explotación del talco de Somontín (1845-1874), periodo que coincide con la actividad comercial de Manuel Berruezo Ayora, principal referente empresarial de este sector en el levante almeriense, cuyas cartas comerciales y otros documentos conservados han permitido conocer la exportación desde la rada de Garrucha (Almería) de miles de quintales de talco (jaboncillo) para la industria textil de Cataluña. También se detallan las diferentes formas de contratación del jaboncillo; los litigios habidos con el Ayuntamiento, en cuyos montes comunales se encontraban las canteras, así como las técnicas mineras empleadas para su explotación, que tanto beneficios reportó a los vecinos de Somontín durante más de un sigl

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Ferrocarriles y cables aéreos mineros (continuación)

Aparte de las extensas descripciones de las vías de ferrocarril y de cable aéreo, se presta especial atención a las condiciones en las que trabajaban los mineros, así como a los accidentes y enfermedades a los que estaban expuestos. A finales del siglo XIX el hecho que la vida de un minero fuera corta era algo comúnmente aceptado, en aras del desarrollo y la prosperidad del país.

En 1888 el 30 por ciento de los operarios que trabajaban en las minas eran menores. Empezaban a trabajar normalmente a los 9 años y hasta los 16 eran conocidos como los «muchachos», que debían trabajar en condiciones lamentables y, en no pocas ocasiones, eran maltratados. Por 1,75 pesetas e jornal, un minero sin experiencia se jugaba diariamente la vida en las minas, los muchachos empezaban con tan solo 0,75 pesetas de jornal y como mucho llegaban a 1,25 pesetas.

Placa de fabricante con el número de fabricación que llevaban las locomotoras fabricadas por la Saint Léonard de Liège en su lateral derecho. Las tres locomotoras del ferrocarril de Bédar a Garrucha eran las únicas de su tipo y llevaron este tipo de placas con los números 993, 994 y 995.

Además de la deficiente alimentación y de las duras jornadas laborales, literalmente de sol a sol, los mineros estaban expuestos a numerosos y variados riesgos de seguridad, como explosiones, desprendimiento de techos y colapso de galerías, caídas a pozos y por terraplenes, atropellos por vagonetas, etc. No faltaron tampoco atropellos mortales por las locomotoras y caída desde las vagonetas del cable, aunque estuviera prohibido viajar en ellas.

El anquilostoma o «gusano ganchudo» (hookworms en inglés), era el desagradable nemátodo con aspecto casi alienígena que causaba la «anemia del minero».

Por si fueran ya pocos problemas, los riesgos de higiene no estaban tampoco ausentes. El trabajo agotador y la deficiente alimentación hacían mella en los trabajadores, que además de las enfermedades que periódicamente afectaban a toda la población, hubieran de soportar las propias de su profesión. A las ya más conocidas silicosis y saturnismo (intoxicación por plomo), se le añadió una enfermedad producida por unos desagradables gusanos cuyas larvas se encontraban en el agua que inundaba muchas minas y que tras atravesar la piel se instalaban en el intestino provocando una desnutrición y pérdida de sangre que llevaba a la anemia, la temida «anemia de los mineros».

Representación de una de las locomotoras 030T Saint Léonard del ferrocarril Bédar-Garrucha en la Estación de Tres Amigos de Bédar, ante la casa de los Ingenieros, residencia del ingeniero director de las minas.

Aún están a tiempo de reservar sus ejemplares, ya sea en su versión inglesa (andy-tank-1@hotmail.co.uk) o española (juan.ant.soler@gmail.com).

Ferrocarriles y cables aéreos mineros

Más de 30 años de funcionamiento del cable aéreo y del ferrocarril de Bédar a Garrucha han dejado muchas historias detrás suyo. Desde las obras de instalación, en tiempo récord, hasta la paralización definitiva no han faltado accidentes, sabotajes y robos. Los ingenieros de minas tuvieron que aplicarse a fondo para poder conectar las diferentes minas diseminadas por la accidentada Sierra de Bédar con las líneas de transporte general, lo que se tradujo en decenas de diferentes planos inclinados, vías de transporte, túneles, ramales de cable… que han dejado numerosos restos que hoy en día pueden visitarse en la actual ruta minera de Bédar.

Uno de los diversos accidentes que sufrió el ferrocarril acabó con una locomotora bocabajo, la chimenea clavada en el suelo. ¿Hubo heridos? ¿cómo pudo ocurrir?

Uno de los objetivos del libro «Minas, cables, ferrocarriles, fundiciones y embarque de minerales» es el de recoger todos los datos históricos disponibles, tanto desde el punto de vista técnico como el social y económico, un pasado minero que conforma una parte importante de la historia de Bédar, Los Gallardos y Garrucha, municipios que estuvieron conectados por el cordón umbilical que suponían estas líneas de transporte, pero también de Mojácar y Turre, cuya actividad se vio muy influenciada por la minería, que también se desarrolló, aunque a diferente escala, en Sierra Cabrera.

<p value="<amp-fit-text layout="fixed-height" min-font-size="6" max-font-size="72" height="80">Desde los viejos cotos mineros de Mojácar, Garrucha y Turre, hasta los restos de las importantes minas de plomo y hierro de la Sierra de Bédar, la antigua ruta del ferrocarril sigue reclamando su protagonismo, esta vez como vía verde, asegurando como antaño una conexión entre la costa y la sierra. Este eje sería el complemento perfecto para completar la oferta del levante almeriense, que ya encabeza la geoda de Pulpí y que ha de completarse, necesariamente, con la recuperación turística de la importante zona minera de Sierra Almagrera. Desde los viejos cotos mineros de Mojácar, Garrucha y Turre, hasta los restos de las importantes minas de plomo y hierro de la Sierra de Bédar, la antigua ruta del ferrocarril sigue reclamando su protagonismo, esta vez como vía verde, asegurando como antaño una conexión entre la costa y la sierra. Este eje sería el complemento perfecto para completar la oferta del levante almeriense, que ya encabeza la geoda de Pulpí y que ha de completarse, necesariamente, con la recuperación turística de la importante zona minera de Sierra Almagrera.

Aún están a tiempo de reservar sus ejemplares, ya sea en su versión inglesa (andy-tank-1@hotmail.co.uk) o española (juan.ant.soler@gmail.com).

Julio de 2019: «La reutilización de los monumentos megalíticos en El Argar»

El 5 de julio de 2019, el Profesor de Prehistoria, Gonzalo Aranda Jiménez impartió la conferencia «La reutilización de monumentos megalíticos en el Argar», dentro de las IX Jornadas de estudio sobre la  Cultura de El Argar. La conferencia se llevó a cabo en el Edificio Museo Pedro Flores de Antas. Como novedad en las conferencias promocionadas por la Asociación Amigos de El Argar, se organizó una visita a los yacimientos arqueológicos, de la mano de Gonzalo Aranda y el arqueólogo Domingo Ortiz Soler.

 

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La asistencia superó todas las espectativas, lo que demuestra el interés de este importante yacimiento cercano a Antas.

 

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Este importante yacimiento de la Edad del Bronce, que dio nombre a la cultura de El Argar, es de una importancia equivalente a otros como La Almoloya o La Bastida, que ya han sido puestos en valor y que experimentan cada año un número creciente de visitantes. En nuestro levante de Almería, podría ser la joya de toda una serie de ofertas culturales turísticas de renombre, entre las que ya se encuentra la visita  a la geoda gigante de Pulpí y el museo de Villaricos como los más importantes, pero que pronto esperamos que se aumente con las proyectadas minas visitables en Bédar, las que podrían serlo en Cuevas de Almanzora, y el rico patrimonio medieval que atesora nuestra tierra. Este valor añadido al turismo de playa y sol, puede hacer del levante una de las zonas más atractivas para todo tipo de visitantes.

El éxito de esta convocatoria nos anima a seguir trabajando por la puesta en valor de este yacimiento. Gracias de nuevo a todos.

 

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Adjuntamos un resumen de la conferencia:

LA CONFERENCIA QUE IMPARTIÓ EL DR. GONZALO ARANDA EN EL MUSEO EDIFICIO PEDRO FLORES DE ANTAS, ALMERIA, EXPUSO LAS PRÁCTICAS DE RESISTENCIA A LA DIVISIÓN SOCIAL. LA CONTINUIDAD Y REUTILIZACIÓN DE MONUMENTOS MEGALÍTICOS EN El ARGAR

Las sociedades argáricas han sido tradicionalmente consideradas como culturalmente monolíticas y uniformes. Desde una perspectiva evolucionista, la aparición en torno al ca. 2200 cal BC de la cultura de El Argar supuso el abrupto final de las sociedades calcolíticas y sus características formas culturales. Efectivamente, el inicio de El Argar dio paso a numerosas innovaciones como la fundación de nuevos poblados en donde se generalizaron las viviendas de planta rectangular, trapezoidal o absidal que se yuxtaponen unas a otras creando un denso caserío. La nueva casa argárica fue concebida el espacio social por antonomasia que incorporaba no solo a los vivos, sino también a los muertos. La aparición de sepulturas individuales en el interior de los poblados, habitualmente bajo los pisos de las viviendas, es otra importante innovación cultural. Además, se produjeron destacados cambios en la forma y propiedades de objetos tan habituales como las vasijas cerámicas o los metales cuya producción experimentó un relevante proceso de intensificación y especialización artesanal.

Este proyecto singular sobre la Cultura Argárica, tiene sus objetivos principales en la investigación arqueológica del poblamiento argárico en el Sudeste de la Península Ibérica, a la luz de los estudios de los yacimientos de esta cultura en todo el amplio territorio referenciado, para la contribución al progreso del conocimiento histórico de las primeras manifestaciones de una civilización -estado.

El Proyecto  debe contribuir a la superación de los paradigmas histórico-culturales que desde los tiempos de Luis Siret y Pedro Flores venían siendo reciclados sin profundizar en el estudio de la «Economía Política» de la sociedad argárica, y sin desarrollar un estudio parangonable con el impacto antrópico de dicha cultura con respecto de la transformación de la naturaleza del Sudeste peninsular durante la Edad del Bronce.

En cuanto a las conclusiones sobre esta Cultura han quedado puestas en evidencia las características urbanas propias de esos poblados y la función de producción de cada una de ellos, así como en particular el yacimiento arqueológico de El Argar, ubicado en  una planicie sobre el río Antas  en el área nuclear del territorio argárico, como estado central. Permitiendo los resultados obtenidos a partir del año 1984 (Schubart y Arteaga, en Homenaje a Luis Siret, Sevilla, 1986) postular por primera vez respecto de la prehistoria de la Península Ibérica la existencia de una «sociedad clasista inicial» (Arteaga, 1992), mostrativa de la aparición del Estado en el Sudeste (Arteaga, 2000).

En referencia al tema de la imagen del territorio en aquellos momentos de esplendor de la Cultura Argárica a través del análisis geoarqueológico de la Depresión litoral de Vera, decir que este tema es parte de una de sus muchas líneas de investigación, que radica en la aplicación de la Geoarqueología como una ciencia interdisciplinar abocada en el estudio de las transformaciones paleoambientales y alteraciones ecológicas ocurridas en las costas atlánticas-mediterráneas de Andalucía durante todo el Holoceno, mostrando ejemplos de líneas litorales fósiles que conformarían pequeñas islotes,  cuando la depresión quedaría totalmente ocupada por una amplia llanura aluvial inundada, trayendo consigo, desde el punto de vista paleogeográfico, la formación de lenguas de agua en las desembocaduras de los tres ríos, Almanzora, Antas y Aguas, y tierra adentro de la comarca litoral, con niveles de marismas, que confirmaría que el núcleo urbano de El Argar tendría salida al mar mediante fondeadero.

El enorme énfasis puesto en el cambio y la innovación que supuso El Argar ha provocado que todos aquellos aspectos culturales relacionados con la continuidad y permanencia de tradiciones calcolíticas hayan sido minusvalorados o considerados como propios de sociedades marginales o en proceso de aculturación. Este es el caso de la aparición de objetos típicos de época argárica como parte de los ajuares de sepulturas megalíticas. Sin embargo, el análisis de la continuidad y reutilización de estos espacios funerarios durante época argárica permite plantear una situación muy diferente.

Lejos de la consideración residual de estos espacios rituales colectivos, el análisis de la documentación disponible muestra que las más importantes necrópolis megalíticas del sureste peninsular fueron objeto de una intensa actividad ritual durante la Edad del Bronce. En ellas se documentaron ajuares funerarios cuyas características formales y tecnológicas son indistinguibles de los que aparecen en las sepulturas argáricas del interior de los poblados. Se trata fundamentalmente de recipientes cerámicos, entre los que destacan formas clásicas como las copas, y objetos metálicos como los puñales de remaches, punzones, brazaletes, cuentas, anillos y pendientes.

Además de la documentación de objetos argáricos, en el año 2012 iniciaron un programa de dataciones radiocarbóncias sobre hueso humano con el objetivo de profundizar en la escala, intensidad y temporalidad de las prácticas de reutilización de sepulturas megalíticas. Para ello, centraron su atención en las necrópolis de Panoría (Darro, Granada), El Barranquete (Níjar, Almería), Las Churuletas, La Atalaya y El Llano de El Jautón (Purchena, Almería). Como resultado se han obtenido 90 nuevas dataciones, lo que supone un considerable avance si tenemos en cuenta que hasta 2012 solo se conocían 10 fechas.

La nueva serie radiocarbónica permite establecer diferentes valoraciones. La actividad funeraria megalítica comenzó entre el 3810–3635 cal BC y los últimos enterramientos se produjeron entre el 425–690 cal AD, aunque la mayor intensidad ritual se concentró durante el tercer y segundo milenio. Sorprende que en la serie radiométrica no existe ninguna interrupción o hiatus en el ca. 2200 cal BC cuando aparecen las sociedades argáricas. Al contrario, las sepulturas megalíticas fueron intensamente utilizadas hasta el final de la Edad del Bronce. La discontinuidad cultural entre las Edades del Cobre y Bronce no parece que tuviera ningún efecto en los tradicionales rituales funerarios megalíticos.

Las dataciones pertenecientes a la Edad del Bronce se concentran muy especialmente en las sepulturas tipo tholoi. Si centramos nuestra atención en la serie radiocarbónica de estas sepulturas destaca la escala y relevancia de las prácticas de reutilización. De las cuarenta y seis fechas disponibles, el 48% pertenece a la Edad de Bronce, una situación imaginable antes de que se llevara a cabo este programa de datación por radiocarbono. Si descendemos al análisis comparativo de las tres sepulturas de la necrópolis de El Barranquete que poseen amplias series radiocarbónicas encontramos igualmente algunas consideraciones relevantes. En primer lugar, las series radiocarbónicas de las sepulturas 8 y 11 presentan muchas similaridades. En ambos casos se distinguen dos fases, la más antigua de la Edad del Cobre concentra la mayoría de los inhumados y en la más reciente todos los enterramientos pertenecen a la Edad del Bronce. Sin embargo, en la serie radiocarbónica de la sepultura 9  sorprende que solo una datación pertenezca a la Edad del Cobre. Su situación contextual en el corredor, en la capa más superficial de enterramientos permite sospechar que se trata de un enterramiento secundario de restos antropológicos procedentes probablemente de otro sitio. Si este fuera el caso, todas la deposiciones de restos antropológicos se habría realizado durante el Bronce argárico.

Las prácticas de reutilización de sepulturas megalíticas durante la Edad del Bronce evidencian un fenómeno de enorme relevancia que pone en tela de juicio la supuesta uniformidad cultural de las sociedades argáricas. Durante la cultura de El Argar coexistirían dos prácticas rituales y funerarias muy diferentes: una nueva caracterizada por enterramientos individuales en el interior de los poblados con significativas diferencias en sus ajuares funerarios, y otra tradicional consistente en la continuidad y reutilización de monumentos funerarios colectivos. Las primeras se han asociado al surgimiento de las elites sociales argáricas y la construcción de nuevas identidades basadas en el proceso de fragmentación y división social. Por el contrario, las segundas supondrían un claro énfasis en prácticas rituales colectivas relacionadas con el pasado, la memoria y los ancestros.

Estas formas claramente diferenciadas de construcción de las identidades sociales pueden explicarse en términos de resistencia a los procesos de cambio e innovación cultural argárica. La reutilización de tumbas megalíticas podría considerarse como parte de estrategias de resistencia al proceso de diferenciación social argárico. Los intentos de consolidar profundas asimetrías sociales habrían entrado en conflicto con el deseo de mantener formas culturales ancestrales que se oponían a la división social en favor de las identidades colectivas.

 

Julián Pérez Flores

Arquitecto

Presidente de la Asociación Amigos de El Argar

Identificada por fin la ubicación de la vieja mezquita de Bédar

 

Representación artística del aspecto que pudo tener la mezquita de Bédar (Juan Antonio Soler)

 

Tras mucho tiempo intentando identificar el lugar que ocupaba la antigua mezquita del municipio y gracias a la ayuda de Francisco Soler Antequera, hemos podido por fin localizar el lugar que ocupó este esquivo elemento del patrimonio bedarense.

La antigua mezquita de Bédar, reutilizada tras la conquista como iglesia y que seguramente tuvo un aspecto no muy diferente a la mezquita de Serena cuando fue reconvertida en iglesia mudéjar. Sin embargo, si tenemos en cuenta algunos hallazgos procedentes de viejo castillo roquero y, especialmente, las pinturas murales medievales de la Balsa Alta, del siglo X-XI, podríamos aventurar que que la mezquita de la antigua Bédar pudo haber sido construida mucho antes que la de Serena, que muestra un estilo más bien almohade o nazarí. Podríamos suponer que, aunque muy similar, pudo tener algo más de decoración y un menos aspecto de «fortaleza», pues las fronteras con los reinos cristianos se encontraban todavía lejos.

El libro de Apeo y Repartimiento nos da algunas pistas sobre la vieja mezquita ya reformada en iglesia. El el documento se identifica claramente a la «iglesia vieja», ya entonces en ruinas, como lindando con las casas de los moriscos Martín Galbez, Anton Galbez, Diego Albolote y la del Beneficiado, Diego Marín. Por las otras casas que lindan con las anteriores, pudimos ubicar aproximadamente la iglesia vieja entre «la rambla» y la calle principal, pero sin lindar directamente con ellas. Estaría, lo que no es muy sorprendente, en una posición central, tal y como ocurre con la mezquita-iglesia de Serena, que sí que se ha conservado y que se encuentra en una posición central junto a una pequeña placeta.

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Primera representación de Bédar, del Catastro de la Ensenada (1750).

 

Fue, como hemos dicho, nuestro amigo Francisco Soler Antequera quien dio la pista definitiva para ubicar, con bastante precisión, su ubicación. En efecto, no pudimos menos que sorprendernos al saber que a una pequeña parcela de Bédar se la conocía habitualmente por la «iglesia vieja», sin duda otro de los ejemplos de antigua tradición oral, esta vez confirmada documentalmente gracias al Libro de Apeo. La posición de esta parcela, ya edificada, coincide perfectamente con los datos disponibles sobre su ubicación y, en cierta manera, confirma el hecho que el antiguo camino principal de Bédar no se corresponde con el que actualmente recorre el pueblo desde el Empalme hasta la carretera a Serena. De hecho, el viejo camino central pasaba por la actual calle Estación, junto a la Iglesia actual, siguieno una pendiente más suave en dirección a la fuente Temprana.

 

En amarillo, ubicación de la antigua mezquita de Bédar. En verde, el trayecto aproximado del camino principal de la Bédar musulmana.

 

Se trata, sin duda, de un elmento importante del patrimonio bedarense, pues se trata de una localización que podrá incorporarse a la ruta Urbana que recorre este bonito pueblo del levante almeriense.

 

Propuesta de cartel promocinal por parte de la asociación APAMIBE, con algunos de los principales elementos del patrimonio hispano-musulmán de Bédar, como es el castillo de los moros y las pinturas de la Balsa Alta, datadas en el siglo X-XI.

Santa Fe de Mondújar, junio de 2018: «El dominio de Los Millares sobre la cuenca del Andarax»

En nuestro repaso a las conferencias de gran nivel promocionadas por la Asociación Amigos de El Argar le toca el turno a «El dominio de Los Millares sobre la cuenca del Andarax«, que corrió a cargo de D. Juan Antonio Cámara Serrano, profesor Titular de Prehistoria de la Universidad de Granada.

 

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Los Millares es uno de los yacimientos europeos más importantes de la Edad del Cobre, y a diferencia del otro gran yacimiento almeriense, el de El Argar, se ha avanzado bastante en su protección y puesta en valor. En efecto, se ha vallado el poblado y la necrópolis y se han llevado a cabo distintas intervenciones de consolidación, con diversos proyectos de acondicionamiento y rehabilitación. Una zona interpretativa del yacimiento fue creada en 2005.

 

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Dos momentos de la conferencia del 29 de junio de 2018, en la mesa el presidente de la Asociación Amigos de El Argar, la alcaldesa de Santa Fe de Mondújar, Trinidad , y el profesor Juan Antonio Cámara.

 

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Visita al yacimiento de Los Millares el 30 de junio de 2018, guiada por D. Juan Antonio Cámara, sin duda un guía de excepción.

 

El Argar, en Antas, corresponde a uno de los asentamientos fundamentales de la Edad del Bronce en el mediterráneo, pero todavía ni siquiera hay constatada una partida presupuestaria para acondicionar este yacimiento. Por el momento, las peticiones para una intervención de emergencia han sido ignoradas por la Comisión de Cultura de la Junta de Andalucía, con argumentos que muchas veces rozan el ridículo. Creemos que esta preocupante falta de interés tiene mucho de político, aderezada con una gran dosis de ignorancia, pues olvidan que se trata de uno de los yacimientos arqueológicos cruciales para el conocimiento de la Edad del Bronce en la península. El asunto es todavía más incomprensible cuando constatamos que uno de los votos negativos fue el de un diputado almeriense, José Luis Sánchez Teruel.

 

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El ingeniero belga Louis Siret fue quien descubrió ambos yacimientos, y se publicó un artículo sobre Los Millares en la revista HISTORIA de National Geographic, en su último número de agosto de 2018. En el artículo se explica el descubrimiento de Los Millares y destaca el importante trabajo realizado por Siret. Destaca también el importante papel de su capataz, Pedro Flores. Dado que el ingeniero belga debía ocuparse de los negocios mineros en Sierra Almagrera, era su capataz el que estaba al frente de las excavaciones, siguiendo una metodología precisa, y enviando todos los datos al arqueólogo para que los analizara. Un artículo muy recomendable.

 

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Abril de 2018: LA CIUDAD DE VIRA, UN TERRITORIO FRONTERIZO A LO LARGO DE LA EDAD MEDIA

Seguimos recordando las coferencias patrocinadas por la Asociación Amigos de El Argar (AAA), en este caso la presentada por los arqueólogos Lorenzo Cara Barrionuevo y Domingo Ortiz Soler el 27 de abril de 2018 en el marco de las actividades realizadas por el V Centenario del terremoto de Vera.

La Asociación Amigos de El Argar, en su constante apoyo a todas las iniciativas en favor de la puesta en valor y conservación del importante patrimonio arqueológico del sureste almeriense, hace tiempo que promociona conferencias, impartidas siempre por especialistas conocedores del tema, para dar a conocer nuestro rico legado historico-arqueológico, y en especial los importantes restos arqueológicos de la cultura del Argar.

En esta ocasión, Lorenzo Cara Barrionuevo, arqueólogo y exconservador de la Alcazaba de Almería y Domingo Ortiz Soler, arqueólogo y director del Museo Historico de Vera, hablaron de la Vera de la Edad Media y del importante yacimiento arqueológico del cerro del Espíritu Santo.

 

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Lorenzo Cara Barrionuevo y Domingo Ortiz Soler.

 

Conferencia

La ciudad de Vira, un territorio fronterizo a lo largo de la Edad Media’, es el título de la conferencia que Domingo Ortiz y Lorenzo Cara pronunciaron el pasado 27 de abril en el Convento de la Victoria de Vera. Aprovechando la Conmemoración del V centenario del Terremoto de 1518, que asoló la ciudad, el Ayuntamiento pretende llevar a todos los ciudadanos la historia y arqueología del Cerro del Espíritu Santo, antiguo enclave de Vera la Vieja. Lo hará a través de actividades que se celebrarán a lo largo de todo el año así como la divulgación a través de conferencias y publicaciones.

LA CIUDAD DE VIRA, UN TERRITORIO FRONTERIZO A LO LARGO DE LA EDAD MEDIA

Domingo Ortiz- Lorenzo Cara

Con esta conferencia de arqueología -que es la ciencia que se ocupa del estudio de las sociedades humanas a partir, fundamentalmente, del análisis de sus restos materiales- trataremos los aspectos más relevantes de la práctica arqueológica en el cerro del Espíritu Santo con los procedimientos de investigación acordes con nuestra profesión, reflexionando también sobre los aspectos relativos a la conservación, protección y transmisión de este pasado como importante  patrimonio arqueológico. Con ello planteamos acercar la Historia y la Arqueología de este enclave desde la prehistoria, a través del ejemplo concreto de los más de 34 años de voluntariosa investigación que venimos llevando a cabo, y para transmitir la importancia de lo que fue Vera la Vieja, con método científico y con pensamiento crítico para el conocimiento del pasado y del presente de los orígenes de esta ciudad, además de concienciar sobre la importancia y la defensa del patrimonio histórico y arqueológico desde una perspectiva global (que integre este Monumento  y otros elementos menos visibles del este Patrimonio histórico en su contexto geo-histórico). Este elemento Patrimonial ha sido declarado con la tipología jurídica Como Zona Arqueológica BIC (Bien de Interés Cultural), publicado en el BOJA  con fecha 20 de marzo de 2006.

El yacimiento es de gran potencial arqueológico, dado que se han constatado restos desde época prehistórica y romana, aunque los restos emergentes más importantes se vinculan directamente a momentos de la ocupación musulmana, en concreto a la ciudad de Bayra. De este asentamiento se aprecia su perímetro amurallado, diversas torres de planta rectangular y una alcazaba que se situaba en la parte más elevada. En el interior de este recinto, que alcanza una extensión de 12.500 metros cuadrados, se han documentado restos de viviendas, silos, aljibes, entre otras estructuras, mientras que en la parte superior y con fisonomía rectangular se halla la alcazaba. También se han podido localizar, en este caso extramuros, dos arrabales con cimentaciones de viviendas y un aljibe además de hornos de alfarero. Las viviendas ocupaban las laderas, adaptándose al terreno y desarrollándose en terrazas.

En la parte superior del cerro se ubica la alcazaba, de planta rectangular, que se vio afectada profundamente por el terremoto de 1518. Presenta restos de un muro perimetral de tapial con evidencias de tres torres rectangulares en las esquinas. La entrada se realizaba mediante escalinatas, de las que se conservan tres peldaños y un posible acceso acodado en rampa hacia la zona donde se emplazaría la torre residencial.

En el interior de este recinto superior se distinguen restos de una habitación cuadrada que en planta presenta evidencias de la división en dos espacios diferenciados. En el sector sur aparecen una serie de muros sobre los que se ha colocado una peana del Sagrado Corazón, mientras que en el lado este se localiza un aljibe que atraviesa la zona superior en su totalidad. Las torres de esta alcazaba son de fábrica distinta a los muros, en este caso estos son de cal y cantos. Las torres que se adosan a las esquinas presentan un sistema constructivo a base de un zócalo de calicanto, sobre el que se levantan cuerpos en tapial. El acabado exterior se hace mediante enlucido, creando un aspecto alisado. También se han hallado restos de viviendas extramuros, documentándose al norte y sureste del recinto.

La muralla que rodea este recinto es de varios tipos de fábrica. En algunos lienzos se observa un zócalo y la continuación del alzado, realizado mediante cajones, siguiendo la técnica de la tabiya, a base de piedras de pequeño y mediano tamaño, usando como aglutinante cal y arena, así como también muros de sillarejos, que recuerdan la arquitectura defensiva califal. Estos paños de muralla, mediante estudios de arqueología muraria que hemos desarrollado, nos confirman varios momentos de construcción, reparaciones y readaptaciones, confirmando sus diferentes cronologías a lo largo de su existencia.

El amurallamiento del sistema defensivo de la ciudad se extendía a media ladera del cerro, adaptándose al relieve del mismo. Anexos a la muralla se localizan cinco aljibes, encontrándose adosados a las murallas con el fin de contribuir a su solidez, recoger la máxima cantidad de agua y economizar espacio, se dispusieron simétricamente a ambos lados de las vertientes. Todos los aljibes tienen las mismas características generales: una sola nave abovedada con paredes de mortero hidráulico de cal y canto. El segundo aljibe se adosa a un saliente de la muralla opuesta, rebajando en parte su paramento interior. El tercer aljibe se encuentra perpendicular a la muralla. El último aljibe es conocido como «Cueva de la Bruja» y presenta características semejantes a los anteriores.

En un momento indeterminado se acondicionó una ermita en uno de los aljibes. Ésta presenta una sola nave rectangular con cubierta de bóveda de cañón, en cuyo centro se encuentra la apertura por donde se alimentaría la cisterna. Al transformar esta estructura en ermita se acondicionó e incorporaron una serie de elementos, como un pequeño cuerpo a la entrada, que define un espacio superior a modo de coro, al cual se accede mediante una escalera de caracol. Se abrió también un vano, que actuarían como puerta y, aprovechando el hueco de la entrada de agua del decantador como vano de ventana. Aún se conservan restos de la decoración como un marco en bajorrelieve, situado en lo que sería la cabecera del edificio, para la colocación de un cuadro que en sí constituiría un sencillo altar; también una estrella de ocho puntas situada en la parte inferior del forjado del coro, así como un zócalo pintado que simula un despiece de mármol con formas diversas. Una inscripción pintada en negro sobre la pared reza P.V.D. AD 1870.

Datos históricos

La zona geográficamente denominada como Tierra de Vera mantiene una ocupación humana de forma continuada desde el Paleolítico Superior con ejemplos, que señalan la importante evolución histórica de la zona que le llevará a desarrollar marcos propios para procesos posteriores como el Neolítico o el Bronce. Los últimos estudios llevados a cabo evidencian la relación e importancia directa entre el comercio y explotación de los recursos mineros de la zona, con la expansión y desarrollo de esta cultura material. A partir de este momento, la explotación de los recursos mineros potencian las relaciones comerciales por todo el mediterráneo y en la zona surge el poblado de Villaricos, junto a la desembocadura del río Almanzora y situada sobre una zona de ensenada. De esta forma, nos encontramos ya con la Baria fenicia que posteriormente se convertirá en la Baria romana, hasta llegar al topónimo de Bayra árabe. Es evidente que el cerro del Espíritu Santo mantiene vínculos con todos estos procesos históricos, la aparición de materiales prehistóricos y materiales romanos tardíos, lo relacionan con los diferentes momentos. Los restos emergentes más importantes y visibles en la actualidad lo vinculan directamente a momentos de ocupación musulmana.

Vera fue centro administrativo de la comarca, camino natural de entrada hacia Almería por la zona de Levante. La provincia de Bayra perteneció a la cora de Tudmir, dentro de la división territorial musulmana. En ella se establecen grupos clánicos. Fue distrito dependiente de Toledo, dentro de una división político-administrativa más pequeña, de las que dependían un numero de ciudades y pequeñas villas. Bayra es el iqlim costero más meridional de la Cora, sobre ella se encuentran referencias en algunos cronistas musulmanes citado por Al-Udri como ciudad administrativa y financiera, puramente agrícola.

Al Idrisi (s. XII) menciona su amurallado recinto, la importancia de esta apreciación por parte del cronista viene motivada por el conocimiento y exhaustividad con que se refiere a las murallas de la ciudad. Fuentes árabes indican la importancia de la ciudad fortificada, ya en las referencias a la construcción de su mezquita. La muralla del Espíritu Santo, la antigua ocupación de Vera, es el referente arqueológico para explicar los diferentes acontecimientos históricos, por lo que ha pasado reflejo de su actual estado de conservación. En ella, se han documentado algunas pequeñas torres rectangulares. Sin embargo, el conjunto ha llegado hasta la actualidad bastante modificado.

En el periodo Taifas, de 1009 a 1091, la cora de Tudmir, con la tierra de Vera en su órbita, cae durante los primeros cuatro años en manos de los beréberes. De 1013 a 1038 está en poder de los reyes eslavos de Almería. De 1038 a 1041, es regida por Ibn Tahir bajo la soberanía del rey de Valencia Abd al Asís. De 1041 a 1051, obedece con Lorca al rey de Almería. De 1051a 1054, siempre a la órbita de Lorca, se independiza de Almería para caer en manos de Ibn Tahir, rey de Murcia. De 1078 a 1090, los reinos de Lorca y Murcia son disputados por el rey de Sevilla al Mutamid e Ibn Rasiq, un caudillo local. Poco después, todo el sudeste cae en manos del almorávide Yusuf b. Taxufin.

A partir del tratado de Alcaraz firmado por el rey de Murcia y el infante D. Alfonso, el dominio castellano se consolida en tierras de Murcia. Vera asume un papel de ciudad fronteriza, convirtiéndose en un peón de los reinos de Lorca y Almería. Alrededor de las grandes fortalezas fronterizas, se desarrolla un sistema de atalayas cilíndricas de mampostería, levantadas en el primer cuarto del siglo XIV, zona de Vera y los Vélez. Muhammad V durante su reinado, emprende obras de restauración y consolidación de las fortalezas de la frontera y del interior. En 1436 capitularon las poblaciones de Vélez Blanco, Vélez Rubio, Albos, Oria, Arboleas, Cantoria, Zurgena, Albanchez, Overa y Cuevas

Los datos más antiguos de época islámica se remontan al siglo IX, asentándose ya durante el siglo XI como ciudad-medina cuando se convirtió en el centro administrativo de la comarca con su planteamiento como fortificación de frontera durante el reino de Taifa de Almería con Murcia y camino natural de entrada hacia Almería por la zona de Levante, perteneciendo a la cora de Tudmir, dentro de la división territorial musulmana.

Es aquí, donde nace la Vera musulmana, ciudad fronteriza también del reino nazarí de Granada con las cristianas tierras de Lorca partir de la segunda mitad del siglo, y tierra por lo tanto de frecuentes enfrentamientos hasta su toma, en 1488 por Fernando el Católico.

Munzer, en su viaje a Vera en 1494 afirma que había unas 600 viviendas en la población del cerro.

En 1518 fue asolado por un terremoto que destruyó todo el pueblo, sólo quedando en pie parte de la muralla y algunos aljibes.

Pero esta es otra historia…

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Artículo de Carlos Visiedo en La Voz de Almería

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Diferentes publicaciones de Domingo Ortiz en el Ideal.

 

Diciembre de 2017, conferencia: Antas en la Prehistoria reciente a través de los ojos de Luis Siret y de Pedro Flores

Seguimos recordando las conferencias promocionadas por la Asociación de Amigos de El Argar. El 2 de diciembre de 2017, la Dra. Ruth Maicas Ramos impartió la conferencia Antas en la Prehistoria reciente a través de los ojos de Luis Siret y de Pedro Flores, dentro de las Jornadas de estudio sobre la Cultura del Argar  que se llevó a cabo en Antas.

VIII JORNADAS ANTAS - 2 diciembre 2017

La Dra. Ruth Maicas es doctora en Prehistoria y Arqueología del Museo Arqueológico Nacional (el MAN), donde se encuentra el Archivo Siret, que cuenta con un centenar y medio de cuadernos de excavación, además de diferentes misivas entre Siret y su capataz, Pedro Flores. La minuciosa recopilación de las excavaciones que se recogen en estos cuadernos les confieren, sin duda, un valor excepcional e intemporal, que permitió poner las bases de la Prehistoria del sudeste peninsular, siendo todavía una documentación de referencia en todos los estudios arqueológicos referidos a esta zona.

La presentación de la conferencia fue realizada por Julián Pérez Flores, presidente de la AAA y biznieto de Pedro Flores, y la ponente fue la Sra. Ruth Maicas Ramos, doctora en Prehistoria y Arqueología. Fue invitada por el Ayuntamiento de Antas, La Asociación Amigos de El Argar y la Confederación de Pueblos Argaricos. Desde 1991 trabaja en el Museo Arqueológico Nacional, actualmente como conservadora del Departamento de Prehistoria. Ha desarrollado su actividad profesional en el ámbito de la Arqueología Prehistórica y la etnológica, con especial atención a la industria ósea y cerámica y de las sociedades del Neolítico y Calcolítico peninsular.

Participa en proyectos de investigación de la Dirección General de Investigación Científica y Técnica, y ha publicado cerca de un centenar de trabajos de diversa índole dentro de sus temas de investigación. Julián Pérez Flores manifestó que era una satisfacción para él poder coordinar esta conferencia de Ruth Maicas, dentro de las VIII Jornadas Arqueológicas de Antas.

 

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Dichas jornadas se iniciaron en el 2010 y han tenido cierto éxito de participación, no solo por los arqueólogos científicos de prestigio y arqueólogos investigadores de la Cultura de El Argar, que nos han visitado sino por su labor científica que han desarrollado en el conocimiento de la cultura de El Argar que año tras año han explicado en un lenguaje pedagógico y ameno, llegando de una manera clara y nítida a todo el tejido social que nos han acompañado en las distintas conferencias.

La importancia de la conferenciante como conservadora del departamento de Prehistoria del MAM, hizo que su interés por el tema no quedara únicamente centrado en el mundo científico, sino también a todas las personas aficionadas a la arqueología y a todo el público en general.

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Desde esta tribuna se manifestó una vez más transmitir nuestra cordial gratitud a todos y especialmente a los conferenciantes que de una manera totalmente desinteresada, participan cada año en estos actos, con la única finalidad de transmitir y exponer su conocimiento y experiencias pasadas y presentes, a todos los asistentes y especialmente de manera muy especial agradecer la presencia de la Dra. Ruth Maicas Ramos.

La conferencia que impartió Ruth Maicas, se basó en el yacimiento de El Garcel, perteneciente al Neolítico. En El Garcel se descubrieron, en el interior de los silos granos carbonizados de trigo, centeno, también aparecieron huesos de aceituna y bellota, y sobre 20.000 elementos líticos. Cazaban cabras montesas, linces ibéricos, uros, ciervos, jabalíes, corzos, osos, zorros y otras especies, aparecieron restos de anélidas y urogallos.

En El Garcel el mecanismo dinamizador será el desarrollo de estrategias de almacenamiento y presenta más de 300 posibles silos.

Las recientes excavaciones apuntan a la edad eneolítica como atribución cronológica correcta de El Garcel (Pilar Acosta 1976) sobre H120+100 AC y 3850 +700 (SUA-1173).

Se desarrollarían alianzas defensivas a nivel comarcal que tratarían de evitar las guerras entre las aldeas vecinas y a la vez tener capacidad de defensa y de respuesta frente a los ataques externos de otras poblaciones limítrofes.

Hacemos mención al Yacimiento de la Pernera, donde se encontró el famoso idolillo de pizarra que se encuentra en el Museo del Cincuentenario de Bruselas (y que es el onagra que se utiliza en Antas).

Realzó la figura de Luis Siret y de su colaborador Pedro Flores que colaboró 50 años con Siret.

El Garcel fue incoado BIC el 11/01/1998.

El Garcel/Aljoroque (Antas), este es uno de los más famosos yacimientos de nuestra prehistoria, podría definirse como un campo de hoyos, presenta dos áreas que el propio Pedro Flores individualizó en Garcel I y Garcel II, que corresponde a dos pequeños cabezos. Fue excavado por Pedro Flores, que escribió entre los años 1988 y 1986, 6 cuadernos recogiendo los datos de cada una de sus estructuras recuperadas en el yacimiento y menciona 232 hoyos con más de un millar de piezas, pero la gran parte del material carece de referencia (alrededor de 19000 piezas). La gran cantidad de materiales descontextualizados, no nos parece posible que corresponda a errores en la documentación de Flores; por el contrario, nos parece más probable que estos materiales respondan a una ocupación carente de referencias constructivas claras y por ello Flores recogió el material sin hacer divisiones aunque encontró: Garcel-Industria lítica, sílex, hojitas de sílex, trapecios de sílex, media luna de sílex, microburilex de sílex.

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El Garcel es un poblado constituido por estructuras perecederas excavadas en la Roca, con alzados de entramados de madera y cañas recubiertas de arcilla y en cuyo interior se organiza el especio para un hogar y uno o varios silos, existían grandes adobes con improntas de caña y postes de madera, se encontraron resto de escorias que se atribuye a una actividad metalúrgica. La gran mayoría de los materiales se encuentran en MAM  y un pequeño conjunto en Bruselas, por ejemplo algunos fragmentos óseos no trabajados así como un diente de jabalí  con un extremo con muescas y dos cuentas cilíndricas.

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La hipótesis de un origen íbero de Bédar

El origen etimológico de “Bédar” es uno de los misterios de este bonito pueblo de la sierra del levante almeriense, sobre el que ya hemos hablado en otras ocasiones. Con el tiempo, y ante la falta de un origen confirmado y oficial, se acabó desarrollando una curiosa historia que afirma que su origen procede el nombre de un influyente personaje hispano-musulmán, ben Beder, que habitó en el lugar. Nadie sabe ni dónde ni cuándo surgió este relato, pero sin duda era algo necesario y pronto empezó a usarse “ben Beder” de forma más o menos oficial como origen, siendo adoptado como por ejemplo por la Asociación musical ben Beder.

Pero queda claro que se trata de un relato inventado, sin ninguna base documental ni arqueológica. Fue precisamente Joan Corominas, un famoso lingüista y filólogo español que además se casó con Barbara Haro, originaria de Bédar, quien apuntó a un origen íbero. Joan Corominas y Josep María de Casacubierta escriben en su Onomasticon Cataloniae que las terminaciones átonas -ar y -al están muy extendidas en la toponimia que se considera íbera. Considera así que procede del íbero-vasco (bide/beda) “camino” del que cita como ejemplo precisamente al pueblo de Bédar.

Pero no todos los autores están de acuerdo en la relación que pudo haber existido entre el vasco y la lengua íbera, habiendo intentos en los que se ha intentado leer la hasta ahora muy desconocida lengua íbera por medio del vasco actual (a pesar de que el vasco moderno no debe parecerse mucho al proto-vasco). Siguiendo esta hipótesis, se habría propuesto que Bédar significa “hierba”,” hierbas”,” herbazal” en íbero, pues compartiría la raíz etimológica de la palabra vasca bedartz (=” hierba”,” herbazal”).

 Hay autores, como Georges Díaz-Montexano, que apuntan más bien a un origen del íbero como antiguo idioma paleo-Eurasiático relacionado principalmente con las lenguas de la macrofamilia Altaica (túrquicos, mongoles y tungús). Los parecidos con el proto-vasco podría explicarse más como transferencias procedentes del íbero. Así, en Eurasia se encuentra el mongol bide- «viaje» y el altaico peda, beda «vado»

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Hay que decir que Bédar no siempre se ha escrito tal cual. A mitad del siglo XIX no era raro verlo escrito como “VEDAR”, e incluso en un documento de 1495 se refieren al pueblo como “VIDAR” (Un padrón de los mudéjares de la “Tierra” de Vera en 1495. Victoriano del Cerro Bex, Chronica Nova 11, 1980, 57-87), lo cual no deja de recordar el bide (“camino”) que indica Corominas como origen íbero-vasco o el bide- del mongol en la hipótesis del origen euroasiático (“viaje”).

En todo caso, parece descartarse las teorías que hacen derivar el origen de Bédar del Badr árabe. Aunque esto nos lleva a una cuestión clave, ¿existe alguna traza arqueológica que indique la presencia íbera en la actual Bédar? Aunque no hay ningún estudio ni excavación arqueológica oficial que sepamos, todo parece apuntar al lugar que ocupa actualmente el castillico de los moros, en la cima amesetada de un cerro, junto a las ruinas de un poblado y que parecen ser de mayor antigüedad que otros castillos roqueros cercanos como por ejemplo el de la vecina Serena la de Teresa.

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Como hallazgos ocasionales, ya apuntamos en este blog de la existencia de dos hallazgos ocasionales de dos ponderales de plomo que pudimos localizar y documentar. El primero parece que se encontró en la ladera sur del cerro del castillico, en el que existen numerosos restos del castillo, en una lenta erosión que hace desprenderse numerosos materiales desde la cima. La segunda se encontró se encontró hace unos 40 o 50 años cuando se labraba un campo de cultivo, puede que cerca de la Basalta, a los pies del mismo cerro.

Estos ponderales nos recuerdan mucho a otros procedentes de la vecina zona de la Contestania ibérica (vecina en su tiempo de la Bastetania, donde se ubica el pueblo de Bédar actualmente) y publicados en el artículo de Ignacio Grau Mira y Jesús Moratalla Jávega del Área de Arqueología de la Universidad de Alicante (La regulación del peso en la Contestania ibérica. Contribución al estudio formal y metrológico de las pesas de balanza). En este artículo se describen ponderales típicos en forma de disco, muchas veces perforados para facilitar su transporte mediante un alambre o vástago central, pero no siempre.

Estos discos podían estar fabricados en bronce o plomo, teorizando con la posibilidad de que los de bronce, más perfectos y de pesos más constantes, serían los modelos a partir de los cuales se realizarían copias en plomo, material sujeto a más posibles variaciones en el tiempo, para su utilización en el día a día. Estos discos raramente llevan signos o marcas, pero si la dicha perforación central para el transporte o diferentes muescas, que podrían interpretarse como algún tipo de soporte que facilitaría poder guardarlas en algún tipo de recipiente.

El estudio de estos ponderales íberos parece indicar un sistema predominantemente basado en la dracma griega, de 8,6 gr. en el siglo IV a. C; otro en una unidad de 7,2 gr. durante el s. III a. C, y  una época final en la que se basaría en los 7 gr. o incluso menores.

Nuestros ponderales presentan la siguiente metrología:

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Destaca el hecho que ambos tienen el mismo diámetro y que podrían considerarse como múltiplos de una unidad de valor aproximado de 7.

El ponderal número 1, de casi 15 gramos de peso, correspondería perfectamente a un múltiplo de una unidad basada en la dracma griega. La presencia de un bebedero cuidadosamente limado en uno de los costados, nos indica que se trata de una pieza fundida con molde, incluyendo la muesca que presente, que podría tratarse bien de una marca de identificación o para sujetarlo al guardar el ponderal en, por ejemplo, alguna caja.

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El ponderal número 2 presenta una marca de rascado que se presume de hace bastantes años, seguramente realizado por su descubridor para comprobar si se trataba de un metal precioso. El hecho que la rascada, que ha deteriorado parte de la superficie, esté repatinada con un color más oscuro, indica que se hizo hace bastantes años. Presenta también un signo inciso con una pátina igual al del resto del ponderal.  Sus casi 27,2 gr del peso podrían corresponderse a los de un As uncial (peso estándar del As de bronce romano, unidad de las monedas de bronce) que se utilizó entre el 179 y el 158 a. C (siglo II a. C.). Esta medida fue usada para la acuñación de Ases Íbero-romanos en Cástulo, importante ciudad minera, capital de la Turdetania íbera y cuyas monedas se han encontrado en Baria y Cadima. La coincidencia de peso nos hizo formular la hipótesis de que la marca incisa que presenta el ponderal (marcado en color rojo en la imagen inferior) se tratara de una letra íbera, concretamente la “Ka” del alfabeto íbero del sur, como acrófono del nombre íbero de Castulo, KASTILO kastilo.jpg, pues de ser correcta esta hipótesis, el ponderal serviría para comprobar el peso de estas monedas.

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Sin embargo, otros hallazgos arqueológicos apuntan a otra posibilidad para explicar la marca en este ponderal. El hallazgo de dados con signos íberos han ayudado a comprender mejor los números en escritura ibera, expresados como acrófonos: bi, e, l, ti, be y ta:

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Dado ibérico (Museo Numantino)

Siguiendo la hipótesis del origen euroasiático del íbero del mencionado Georges Díaz-Montexano, el signo que correspondería al 3  se correspondería con l1 (l) o l2 (u) como acrófonos del ibero (i)lun/(i)lur o lur/lun, que significa 3 o tercero, que podrían proceder del proto-tungúsico ilan (3) o del proto-túrquico üč (3), ambas lenguas euroasiáticas. Es decir, en cualquiera de los dos sentidos en los que se leyera este signo, significaría «3» según la hipótesis euroasiática. dado

No cabe duda de la similitud entre ambos signos, por lo que el signo sobre el ponderal de Bédar podría tratarse, simplemente, de un acrófono del «3» íbero para poder identificarlo más fácilmente

Podemos concluir que nos encontramos con varias pruebas claras en favor de la hipótesis de un origen íbero de Bédar:

1. Ambos ponderales pueden considerarse como múltiplos de unidad equiparable a la dracma griega y que se sabe que era usada en la vecina Contestania ibérica hacia el siglo III a. C. y que era diferente del sistema que usaron los romanos.

2. La forma de los ponderales descritos(discos de plomo) también era característica de los pueblos íberos. Independientement del significado, la inscripción en uno de los ponderales puede corresponderse también a un signo en lengua íbera.

3. El origen etimológico (Bédar) parece también tener un origen íbero (camino, vado o viaje).

 

Huércal-Overa, noviembre de 2017: conferencia «Desentrañando Cerro Minado de Huércal-Overa. Un superviviente de la Minería Prehistórica en el Sudeste»

Juan Luis Fernández Díaz, miembro de la Asociación de Amigos de El Argar, nos invita de parte de la Concejalía de Cultura de Huércal Overa a una interesante conferencia que se llevará a cabo el martes 14 de noviembre a la 20:00 en el Salón de Plenos del Ayuntamiento (Av. Guillermo Reyna, 7, 04600 Huércal-Overa, Almería).

Hoy recordaremos la conferencia Desentrañando Cerro Minado de Huércal-Overa. Un superviviente de la Minería Prehistórica en el Sudeste, que corrió a cargo del Doctor en Arqueología Prehistórica Nicolau Escanilla Artigas y que se llevó a cabo en el Salón de Plenos de Ayuntamiento.

 

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La Asociación de Amigos de El Argar fue invitada al evento por Luis Fernández Díaz, también miembro de la asociación, por parte de la Concejalía de Cultura de Huércal Overa. Como muchos ya sabrán, la Asociación Amigos de El Argar, presidida por el arquitecto Julián Pérez Flores, es una asociación de personas dedicadas al estudio y conservación del Patrimonio de la cultura de El Argar, que comprende los importantes yacimientos de El Argar (Antas), Fuente Álamo (Cuevas del Almanzora), Gatas (Turre), entre otros. El objetivo principal es el de seguir con las excavaciones y conservación y catalogación de las piezas encontradas y su difusión tanto del Patrimonio arqueológico como del arquitectónico.

 

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Cantera oeste de Cerro Minado

 

Cerro Minado es especialmente importante ya que, aunque la metalurgia en el sureste peninsular jugó un papel muy destacado en el desarrollo de los grupos arqueológicos de Los Millares y El Argar, prácticamente se desconocía la existencia de algo tan importante en todo proceso metalúrgico como son las evidencias de explotaciones mineras prehistóricas. La identificación inequívoca de evidencias de esta minería en Cerro Minado viene a suplir esta carencia. Gracias a un programa de investigación muy especializado, se ha podido identificar un grupo de herramientas líticas mineras del periodo Calcolítico (previas al desarrollo de la cultura de El Argar) que durante largo tiempo habían sido ignoradas.

Gracias a esta conferencia, de mano de uno de los especialistas que mejor conoce este yacimiento, tuvimos la oportunidad de ponernos al día del estado de las investigaciones y de conocer todo lo referente a este interesantísimo conjunto de artefactos mineros del Calcolítico hallados en Cerro Minado. Además se destacó la importancia y excepcionalidad de Cerro Minado en el contexto de la minería  prehistórica en el sureste peninsular, comparable a la que tiene las minas de Gavà (Barcelona) y, por lo tanto, comprender el por qué de la necesidad de proteger todo el paraje para evitar su destrucción definitiva.

 

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