Los increíbles sellos de caucho mineros bedarenses de la exposición «Luces y Sombras» de Vera

Volvemos para analizar de los muchos objetos extraordinarios mostrados en la exposición «Luces y Sombras» celebrada hace los pasados meses de abril y mayo. Los que se dedican al estudio de la historia minera de nuestra provincia sabe lo difícil que es encontrar documentación original perteneciente a las muchas compañías mineras que se formaron, pues más difícil aún es contar con el material de oficina utilizado para generar esos documentos. Nos referimos a los sellos de caucho, imprescindibles para rubricar dichos documentos que ya son, de entrada, difíciles de encontrar.
Entre las muchas maravillas que pudimos ver en dicha exposición había varios sellos de caucho, cinco que fueron expuestos y dos que no. Hoy vamos a echarles un vistazo y sobre todo, volver a utilizarlos, algo que no se hacía con alguno de ellos desde hacía más de 100 años.

El primero de ellos estaba expuesto en «medicina y minería» y por una muy buena razón. Cuando lo volvemos a utilizar, nos aparece el sello de un médico, concretamente del médico bedarense Don Antonio Bolea, un personaje muy conocido en Bédar (una plaza del pueblo le está dedicada). No podemos olvidar que no solo fue médico del pueblo sino que también trabajó para la sociedad minera Unión Bedareña como médico perteneciente a la mutualidad Hispania. Un auténtico vestigio histórico.

Este otro sello estaba algo deteriorado por el mucho uso y los muchos años pasados, pero al volver a utilizarlo no tuvimos problemas en reconocer de qué se trataba por haberlo visto ya antes en algunos documentos. Se trata del sello de una de las sociedades cooperativas de mineros más antiguas, la sociedad La Igualdad de El Pinar de Bédar.

El siguiente sello es simple, pero hace referencia a la que fue una de las compañías mineras más importantes, la todopoderosa Compañía de Águilas, un sello que hemos visto en muchos certificados de trabajo de mineros de la misma, aunque normalmente con tinta roja.

La siguiente nos muestra otra de las sociedades mineras más importantes, la propietaria del cable aéreo Bédar-Garrucha. Se trata de la Sociedad de Explotación de las minas de hierro de Bédar, una filial de la Compañía de Águilas. Se trata también de un sello sencillo que se utilizaba básicamente en cartas y certificados para mineros, aunque a diferencia de la anterior, se solía utilizar con tinta azul, seguramente para evitar errores con la anterior.

El siguiente es quizás uno de los sellos de caucho más impresionantes y elaborados. Se trata de un sello de nuevo de la Compañía de Águilas-Sociedad Minera Anónima. El sello es también de mejor calidad, con una marca de latón en el pomo más elaborada (para identificar rápidamente la posición correcta del mismo) que se utilizaba para cartas más importantes. Como curiosidad, se indica «Apartado Vera Provincia Almería», por lo que podemos saber que se trata de uno de los últimos sellos de esta compañía minera utilizado en el levante almeriense, a pesar de lo cual ya sobrepasa los 100 años.

El siguiente sello no llegó a ser expuesto por falta de espacio, pero sí estuvo entre los objetos cedidos a los que hemos podido acceder. Se trata de un sello más moderno que los anteriores y que, por las informaciones que poseemos, posiblemente perteneció a un ingeniero de TRAMISA (Tratamientos Minerales SA), una empresa que se dedicó al lavado de minerales en Bédar y en la zona de Cabo de Gata. Lo único que se puede leer es «Ángel Vicente Grespo» y «Almería«. El resto del sello ha sido deliberadamente borrado, seguramente para poder seguir utilizándolo tras un cambio de empresa y de dirección, que podría tratarse perfectamente con la empresa minera mencionada.

El último sello, compañero del anterior y seguramente del mismo dueño. La utilidad es evidente.

De lo práctico a lo lujoso: proveedores mineros en el levante almeriense

Al contrario que se pensaba, las minas almerienses del siglo XIX y primera mitad del siglo XX contaron con la mejor tecnología de la época. Aún persiste la idea errónea que el pasado de nuestra comarca estuvo marcado por la miseria y que en sus minas se trabajaba casi como esclavos de la época de los faraones, tirando a base de latigazos.

Nada más lejos de la realidad, la investigación de vieja documentación minera procedente del levante almeriense nos ha proporcionado las pistas de numerosos proveedores de los más variados productos necesarios para las minas de última tecnología (para la época), y no sorprende ver cómo se compró e instaló, por ejemplo, equipamiento eléctrico desde finales del siglo XIX, locomotoras de aceite pesado, motores diésel, cabrestantes eléctricos, motores de gas pobre, etc.

Daremos un breve repaso por algunos de estos proveedores encontrados entre la documentación minera de empresas mineras del levante almeriense desde finales del siglo XIX hasta los años 1930, gracias a la colaboración de nuestro equipo de investigadores (Juan Antonio Soler, Magdalena Navarro, José Berruezo, Antonio González y Ine Thijs).

La desaparecida Weyher & Richemond de Pantin (Sena), fue que proporcionó muchas de las máquinas de vapor que se instalaron en la sierra de Bédar y Almagrera.

Los motores Otto de las locomotoras Deutz también estuvieron presentes en el levante.

No podían faltar los fabricantes de cables aéreos de transporte, en especial el alemán Julius Pöhlig, de Colonia.

Lauffer & Cía suministraba, entre otros, modernos compresores y motores.

Lo motores de gas pobre del fabricante alemán Körting dieron muy buenos resultados en algunas minas, especialmente para el desgüe de labores.

Los compresores de la Ingersoll-Rand fueron también de elección para el servicio de los martillos neumáticos.

La Thomson Houston Iberica S.A. proporcionaba también excelentes motores, incluidos los eléctricos.

Parece que eran especialmente apreciados los quebrantadores de la Georg Merck de Hannover, aunque también disponían de diverso material de extracción y lavado.

Un clásico entre los proveedores era la Salvador Escudero Vidal, con su amplio catálogo de material para minas, incluidos malacates, tornos, vagonetas, herramientas… todo lo que se pudiera necesitar, incluidas las correas para motores de pelo de camello.

La francesa Decauville era también una de las más solicitadas, especialmente su vagonetas, plataformas giratorias y vías. En la fotografía, una curiosa fotografía de las instalaciones de la fábrica, con numerosas vagonetas y unos operarios ajustando una pequeña locomotora.

Los tractores Daimler es otra de las sorpresas, un día volveremos sobre el tema.

Otro de los proveedores de material para minas eran El Candado, en Almería. El propietario, Segundo Peón, tuvo mucha relación con la minería de levante, pero ya retomaremos otro día el tema.

Algunos propietarios pudientes y directores de minas no tardaron en adquirir vehículos para sus desplazamientos, eligiendo entre diferentes marcas, como la alemana Dürkopp.

Otro fabricante alemán, R.A.W. Automobile.

Para diferentes repuestos no hacía falta ir muy lejos, aquí tenemos a este fabricante de Almería.

La practicidad no tenía que estar reñida con la elegancia, aquí tenemos un elegante «Torpedo» del fabricante francés Berliet.

Los neumáticos de la época precisaban repuestos y vulcanizadores. Aquí tenemos un catálogo de Michelin de 1913.

Y para acabar, no nos podía faltar la mítica Pegaso.

EL FERROCARRIL MINERO DEL SOCAVÓN SANTA BÁRBARA (SIERRA ALMAGRERA)

Hoy presentamos otro de los trabajos de nuestro equipo de investigación sobre patrimonio e historia de Vive Levante Almeriense. En este caso nos ocupamos de una de las obras de ingeniería más impactantes, el túnel de 4 km de Santa Bárbara. De la mano de uno de los mejores conocedores de Sierra Almagrera, Antonio González Jódar, con la ayuda de los mejores conocedores de la historia ferroviaria almeriense, utilizando abundante documentación y con el soporte de una buena selección de fotografías inéditas de la época de MASA, recordamos las visicitudes de la construcción de este túnel ferroviario de transporte. Atravesando 4 Km de una sierra y con la dificultad de atravesar terrenos minados desde hacía más de 100 años, se trata de una verdadera proeza técnica que merece ser recordada.

Nuestro agradecimiento a todos los que han colaborado: Antonio González Jódar, Ine Thijs, José Berruezo García, Magdalena Navarro, Juan Antonio Soler, Mario López, Antonio Aguilera Cantón y José Antonio Gómez Martínez. Pueden descargar el documento pulsando sobre cualquier imagen. Para más información sobre la Sierra de Almagrera y su patrimonio recomendamos visitar la página web BAJO LOS ESPARTALES gestionada por Antonio González.

Resumen:

En el presente artículo analizamos la fase minera protagonizada por Minas de Almagrera Sociedad Anónima (MASA) entre 1945 y 1958 en este mítico coto minero almeriense. Considerada generalmente como una inversión fallida por falta de previsión, MASA consiguió lo que nunca antes se había conseguido: la unificación de un coto minero tradicionalmente muy dividido, un desagüe efectivo y un socavón único de transporte. Existiendo ya estudios extensos de los aspectos económicos y sobre el desagüe, en el presente trabajo nos centramos en la construcción del socavón de transporte, de más de 4 km de longitud, todo un logro tecnológico; incidimos en las características del ferrocarril; y analizamos las técnicas mineras y la tecnología utilizadas para su construcción y para la explotación de las minas y escombreras, con base en la documentación existente y diferentes trabajos de campo.

Viaje al fondo de los pozos mineros de Bédar

Volvemos tras un periodo sin publicar novedades, aunque no porque hayamos seguido trabajando en diferentes temas ligados al patrimonio de la zona, en especial la recopilación de datos sobre mineros.

Gracias a Bajo los Espartales (https://agjodar.blogspot.com/) y a su administrador Antonio González Jódar y con la ayuda de Francisco Soler, hemos procedido a realizar los primeros descensos con cabria por dos de los pozos mineros más emblemáticos de Bédar: el pozo P de la mina Mahoma y el pozo Esperanza en la demasía a Sagunto.

La cabria, diseñada por Antonio González, dispone de una cámara robotizada y focos, lo que permite explorar con seguridad los viejos pozos mineros, además de recoger muestras de agua si fuera necesario. Habiendo ya sido testada en los profundos pozos de Sierra Almagrera, llegó el momento de «echar un ojo» a los pozos del coto minero de Bédar.

El pozo P, ubicado en el barranco de la Hoya, cerca de la barriada de Los Pinos (Serena) era uno de los pozos de extracción de la Compañía de Águilas (como todos los que fueron designados con letras mayúsculas). Se situaba en el margen de avance de la mina Mahoma en su avance desde el pozo Júpiter, siguiendo el buzamiento de la capa de mineral de hierro en lo que se conoción en 1901 como «fosa de Mahoma». El pozo disponía de un castillete de mampostería para dar soporte a la cabria, accionada por una máquina locomovil a vapor. Dos edificios completaban la instalación, uno de ellos para proteger la máquina de vapor.

De los muchos castilletes que llegó a haber en Bédar, es precisamente el castillete del pozo P el único que se conserva en Bédar, casi de forma milagrosa. Y, por una de esas casualidades, es del único el que hemos podido localizar los planos originales.

El pozo P, de esmerada construcción, presenta unos 60 metros de profundidad. Cerca del fondo se encuentra la galería de enganche, en la que todavía se puede observar una vía para vagonetas.

El pozo Esperanza era el pozo principal de extracción de las labores de la concesión demasía a Sagunto. En su época dispuso de una castillete y máquina se extraccion, provisto de una curiosísima tolva en forma de medio embudo que era el origen de una pequeña vía mienra, conocida como vía Esperanza, que conectaba con la de Vulcano, que llevaba el mienral hasta el cargadero de cable aéreo de la Compañía de Águilas.

Posteriormente y a diferencia del pozo P, la mina fue explotada de nuevo por Hierros de Garrucha a partir de 1952, rehabilitando los mismos elementos (pozo, tolva y máquina de extracción), aunque esta vez utilizando un motor eléctrico (de ahí la presencia de una torre de transformación). El pozo muestras las diferentes reparaciones efectuadas en esta segunda época de extracción.

El pozo, también de 66 metros de profundidad, presenta un primer enganche a 9 metros, un acceso para mineros y material, y otro, el principal, a 58 metros, con un curioso refuerzo metálico con raíles reutilizados.

El Faro de Bédar: nuevas videoteca y audioteca del blog

Inauguramos dos nuevas páginas en el web, en concreto la videoteca y la audioteca del blog. Desde la creación del blog en 2004, publicamos hoy la entrada número 604, en un total de 17 años. A día de hoy se acumulan en el blog miles de historias, documentos y fotografías de Bédar, tanto antiguas como recientes, así como de todo el levante almeriense. Principalmente nos centramos en la historia, el patrimonio y las tradiciones, con especial atención al importante pasado minero de la localidad, aunque también no han faltado noticias e información sobre la actualidad y el futuro de nuestro pueblo.

Aunque el blog ha sufrido varias modificaciones importantes, en especial una migración obligada en 2013, hace no muchos años, el blog evolucionó y empezamos a incluir audios y videos.

A pesar de que el blog cuenta con un buscador incorporado que facilita la localización de las entradas, las dimensiones del blog y la enorme cantidad de información que contiene, hacen difícil el acceso a mucho material, en especial a los videos y audios. Un sistema de páginas (a las que se puede acceder por medio del menú lateral derecho) ha sido de gran utilidad para ir clasificando la enorme cantidad de información en páginas temáticas mucho más manejables, pero aún así a veces cuesta acceder a ciertos contenidos. Entre estas páginas se encuentran colecciones completas de fotografías antiguas, colecciones de documentos de todo tipo: periódicos, artículos y revistas, de acceso fácil y gratuito, que se pueden descargar en la biblioteca, la hemeroteca y en el Arhivo histórico.

Una videoteca y una audioteca eran ya necesarias, ante el aumento en especial de videos, por lo que hemos procedido a incluirlos en el blog, añadiendo además un acceso directo rápido en el menú superior (debajo de la portada), en las secciones más consultadas del blog, las colecciones fotográficas de Antonia la Retratista, el registro de mineros y la biblioteca del blog. Esperemos poder seguir informando y aportando material durante mucho tiempo.

Gracias a todos nuestros seguidores por su confianza y fidelidad.

Captura de un viejo vídeo VHS de 1997 que, aunque con la mala calidad de este tipo de videos, conserva el color y los sonidos de las fiestas de moros y cristianos de Bédar que muchos guardamos en la memoria. Es alguno de los videos incluidos en la videoteca del Faro.
Captura de radio en la que se menciona al Faro de Bédar en Comunicación Vera Levante. La audioteca contiene pocos documentos, esperemos que se incremente progresivamente.
Una de nuestras páginas preferidas es la de Reconstrucciones históricas del patrimoinio de Bédar, en la que se incluyen reconstrucciones artísticas de los elementos más importantes del patrimonio bedarense y del levante.

Minas, cables y ferrocarriles del Levante almeriense: dos testimonios de excepción

Presentamos aquí un video que sin duda quedará para la historia de Bédar y de la minería del Levante almeriense. El proyecto de libro sobre minería en el Levante almeriense del que hemos hablado en otras ocasiones está cercano a ver la luz, y para su publicidad han editado este video en el que se recogen los testimonios de dos testigos de excepción de esa época: Diego Rubio (Bédar) y Mario Guillén (Los Gallardos) El video está basado en dos entrevistas realizadas por Juan Antonio Soler en un video realizado y editado por Juan Pedro Collado y publicado en la red YouTube (Iron Mountain).

El vídeo está subtitulado en inglés para que sea accesible a la importante comunidad inglesa de la zona, algo que se ha tenido especialmente en cuenta, dado que dicha obra es fruto del trabajo conjunto de dos apasionados del patrimonio minero del Levante, el inglés Andrew Devey y el bedarense Juan Antonio Soler, que ofrecen el libro en los dos idiomas.

Sin duda se trata de un documento imprescindible para conocer el importante pasado minero de la comarca del Levante almeriense, de manos de trabajadores de la empresa Hierros de Garrucha, que nos explicas sus recuerdos y vivencias desde el trabajo en las minas de Bédar hasta su embarque en el puerto de Garrucha.

trata con detalle la historia de la minería en las áreas de Bédar, Los Gallardos, Garrucha, Mojácar y Turre. Tras un periodo inicial de actividad rudimentaria, se siguió un proceso de industrialización puntero a nivel mundial, gracias a la implicación de importantes compañías mineras. La Compañía de Águilas instaló una planta de lavado mecánico sin precedentes que pronto fue seguida de la instalación del cable aéreo de Serena a Garrucha, el de más capacidad y de mayor longitud en la década de 1880. Por su parte, la Sociedad minera Chávarri, Lecoq y Compañía instaló un ferrocarril minero entre Bédar y Garrucha en la década de 1890, continuando la explotación del coto hasta la gran depresión que siguió al crack de Wall Street de 1929. También se incluyen la construcción del nuevo puerto de refugio en Garrucha y la última fase minera hasta el cese definitivo de actividad de 1970. En el libro se tratan todos los aspectos del proceso de industrialización, desde el punto de vista técnico hasta el social y económico. Las casi 500 ilustraciones la componen fotografías, planos, mapas y documentos originales, muchos de ellos inéditos. También incluimos cientos de textos originales de ingenieros, testigos y recortes de periódicos descriptivos, que se presentan a medida que se desarrollan los diferentes temas.

This book covers in detail the history of mining and its wider effects on the areas of Bédar, Los Gallardos, Garrucha, Mojácar and Turre. The early rudimentary activities were followed by a world leading industrialisation process as the wealthy mining companies became involved. La Compañía de Águilas installed a record-breaking mechanical wash plant in El Pinar de Bédar that was soon followed by the Serena to Garrucha aerial cable, the longest and largest capacity system in the world in the 1880’s. Chávarri Lecoq y Compañía installed the mining railway between Bédar and Garrucha in the 1890’s and the mining activities continued until the great depression that followed the 1929 Wall Street crash. The construction of a new port of refuge in Garrucha and the last phase of mining are also included until the mining operations finally ceased in 1970. Here we present all aspects of the industrialisation process from the technical, social and economic viewpoints. With almost 500 images we have compiled a visual feast of photographs, plans, maps and original documents many of which are previously unpublished. We also include hundreds of original texts from the engineers, witnesses and the newspaper reporters involved that describe the numerous different activities as they gradually unfolded.

Para adquisición del libro en:
andy1devey@outlook.com
juan.ant.soler@gmail.com

Minas, cables, ferrocarriles y transporte de mineral en Bédar, Los Gallardos, Garrucha, Turre y Mojácar

Por fin disponemos de una fecha para la publicación del libro bilingüe que llevamos tiempo preparando Andy Devey y el que suscribe este artículo. Con el permiso del virus que todavía nos amenaza, está previsto para marzo de 2021, un retraso debido a la desgraciada situación que todos conocemos.

Creemos que la espera merecerá la pena, pues en esta obra hemos volcado muchos años de investigación e incluido numeroso material inédito, lo que comprende numerosas fotografías, planos, documentos y todo tipo de ilustraciones que ayudarán a arrojar luz sobre la importante época minera que va desde 1840 y 1970. No es un libro que trata solo de Bédar y Los Gallardos, aunque sin duda bedarenses y gallarderos encontrarán numerosa información sobre su historia minera. En un sentido más amplio, se trata la minería de todas las zonas puestas en relación por el ferrocarril minero de Chávarri y el cable aéreo de la Compañía de Águilas, esto es, Garrucha, Mojácar y Turre.

Incluimos las últimas novedades de la historia minera que desde hace un tiempo investigo junto a José Berruezo García, investigaciones que todavía continúan y que están desvelando una época minera sorprendente y muy desconocida, previa a la llegada de las grandes compañías mineras en el último tercio del siglo XIX que inauguraron lo que podríamos considerar como la «Edad del hierro» de la minería almeriense. Entre ellas destaca la mina mojaquera de Fraternidad (conocida vulgarmente como Las Menas), como una de las más importantes, sin olvidar un muy desconocido coto minero de mineral de plomo y de hierro en Garrucha, con minas tan importantes como Felicidad y Unión, o la poco estudiada minería de mercurio en Turre. Todo sin olvidar las fundiciones de mineral en la zona, tanto las conocidas, como las desconocidas hasta ahora, interpretadas desde novedosos puntos de vista.

Como libro centrado en los sistemas de transporte y todo lo relacionado con las tareas de carga del mineral en los vapores, se presta especial atención a todos los aspectos técnicos, lo que estamos seguro que será del agrado de las personas interesadas en los detalles más técnicos relacionados con las tareas de instalación y funcionamiento de un cable aéreo y de un ferrocarril minero de vía estrecha. Numerosa información procedente de los mismos ingenieros que dirigieron las instalaciones se incluye, con gran detalle, en los que destacan el diario del ingeniero director de la instalación del cable aéreo, Gustav Thorkildssen (traducido de un incomprensible antiguo noruego gracias a nuestra amiga Lise Hansen), y diferentes escritos profesionales de Pohlig y Dietrichson. Entre otras sorprendentes novedades, sabemos que el cable aéreo Bédar-Garrucha llegó a ser el más largo del mundo tras su construcción y fue el banco de pruebas para la construcción del famoso (y posterior) cable del Transvaal (para las minas de oro de Sudáfrica), que lo superó en longitud, pero no en capacidad.

Se trata también con mucho detalle las tareas de embarque de minerales en Garrucha y las obras de construcción del puerto, con sus vías férreas. No nos olvidamos también de todo el aspecto humano y social ligado a las minas, con los movimientos obreros, las enfermedades, las costumbres y otros muchos aspectos curiosos, como pueden ser los espectaculares robos de los que fueron objeto las principales compañías mineras.

Finalmente, también se trata la última fase de la minería en la zona de Bédar y Garrucha durante la fase de autarquía en la dictadura franquista, con la empresa Hierros de Garrucha, lo que puso punto y final a la intensa fase minera de esta zona del levante almeriense.

Como ejemplos veremos algunos documentos y curiosidades. Entre la numerosa información hemos contado con numerosa correspondencia de ingenieros, lo que agradecemos especialmente a Juan Grima Cervantes. Esta correspondencia ha sido de gran ayuda para la interpretación de algunos aspectos sobre los que no existe mucha información, como son la evolución de las diferentes explotaciones mineras y la construcción de los embarcaderos de la Compañía de Águilas en la playa norte de Garrucha. Es menos frecuente encontrar los sobres de esas cartas, generalmente desprovistas de su valioso contenido y vendidas en diferentes subastas simplemente por su valor filatélico. Así nos encontramos con el sobre reproducido arriba, enviado desde Vera en 1901 a la Bergakademie (Escuela de minas) de Freiberg en Alemania, lugar en el que estudiaron casi todos los ingenieros jefes de la Compañía de Águilas en Bédar (Dietrichson, Putz, Dörn…). En este caso se trata de una carta dirigida a Profesor Friedr. Kollbeck, cuyo nombre completo era Friedrich Ludwig Wilhelm Kolbeck (1860-1943) y que podemos ver en la fotografía de la izquierda, fue profesor de mineralogía y petrología y el creador de varias colecciones especiales para la educación de los estudiantes, colecciones que luego fueron trasladadas al castillo de Freudenstein. En su honor se puso el nombre de Kolbeckita a un mineral descubierto en la mina de cobre de Sadisdorf, un fosfato de escandio hidratado. ¿Se trataría de alguna pregunta por parte de alguno de los ingenieros de la Compañía de Águilas a su viejo profesor ? ¿Se trataría a lo mejor del descubrimiento de algún espécimen interesante de mineral? ¿Puede que se enviaran minerales de la zona a Alemania que pudieron acabar formando parte de esas colecciones? Seguramente no lo sepamos nunca, pero ahí tenemos ese viejo sobre como testigo de una todavía muy poco conocida época minera bedarense que, a todas luces, guarda todavía muchos secretos e historias.

Otras historias conectan más con la misma tradición de los pueblos que estuvieron implicados en esta fase minera. Todo el mundo en Bédar sabe quién fue Antonio Bolea García, el médico. Pocos conocen, sin embargo, lo relacionado que estuvo su padre, Antonio Bolea Rodríguez, con la minería bedarense y, especialmente, con el mineral de plomo de El Pinar de Bédar. Parte de esta desconocida historia ha sido investigada por José Berruezo y esperamos que pronto su trabajo vea la luz, pues a pesar de haber sido recogida en sus términos generales en la obra que nos ocupa, todos los pormenores e interesantes datos que lo acompañan los aportará su inédito artículo. Esto muestra, en definitiva, que lejos de lo que se pudiera pensar, la población de finales del siglo XIX y principios del XX en Bédar y en Los Gallardos y, en menor medida, en Garrucha, Mojácar y Turre, giraban casi en exclusiva en torno a estos negocios mineros. También sorprenderá como la participación de elementos locales de forma autónoma (partidarios, contratistas, etc.) estaba muy generalizada, descartando la idea tan comúnmente aceptada de mineros casi esclavizados por las grandes compañías. Algunos incluso llegaron a tener la iniciativa y el capital suficiente como para crear sus propias empresas mineras y llegar a contar con sus propios trabajadores. Tenemos ejemplos como Francisco Ureña, pero el que más impacto tuvo y que más sorprenderá es sin duda Antonio Bolea Rodríguez, de manera que el negocio minero pudo estar en la base del importante patrimonio que dejó a sus descendientes y del que todavía queda de testigo la imponente casa de Antonio Bolea en Bédar (fotografía a la izquierda), que tanto nos hacer recordar otras como la que poseía en Somontín Manuel Berruezo, señal inequívoca de su prestigio social.

Para quien esté interesado en historias como éstas, todavía es posible reservar su libro a los mails habituales (juan.ant.soler@gmail.com) para las reservas en español y (andy-tank-1@hotmail.co.uk) para las reservas del libro en inglés.

13/09/2020

Juan Antonio Soler Jódar

 

Los Gallardos: bronce del emperador Teodosio en Cadima

Flavius Theodosius Augustus (346-395 d.C.), emperador romano nacido en Cauca (Hispania) que se conocería como Teodosio I el Grande, fue el último de de los emperadores romanos que llegó a gobernar sobre todo el imperio romano. A su muerte, la división del imperio entre Occidente y Oriente fue ya definitiva, siendo ya imposible reunir dos territorios ya muy diferenciados cultural, política y económicamente, controlados desde Roma y Constantinopla respectivamente, que quedaron a su muerte bajo el control de sus hijos Honorio y Arcadio.

La aparición de un pequeño bronce de Arcadio en Cadima (curiosamente el emperador de Oriente y no de Honorio como sería más lógico) ya auguraba que muy posiblemente habría también de su padre Teodosio. Finalmente lo encontramos en este pequeño bronce de poco más de un centímetro de diámetro del que nos han facilitado estas fotografías.

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Teodosio era cristiano, fiel de la doctrina de Atanasio, fue el emperador que adoptó el cristianismo como religión oficial del imperio, prohibiendo el arrianismo, que tenía mucha tradición en oriente y prohibiendo los cultos paganos en todo el imperio a partir del 392. En nuestro bronce aparece el Crismón, el símbolo instaurado por Constantino I el Grande. La ceca es AQS (Aquileia, oficina segunda). El reverso es del tipo «SALUS REI PVBLICAE» (la salud del del bien público) y representa una Victoria en marcha arrastrando un cautivo con la mano izquierda y portando un trofeo con la derecha.

 

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Fracción de centenional acuñada en Antiochia (Siria) del emperador Aracadio, hallada posiblemente en Cadima. Se trata del mismo tipo de moneda que la de su padre, Teodosio, con reverso «SALUS REI PVBLICAE», representando también un crismón.

 

 

 

Castillo de Bédar: posible ponderal ibérico de plomo

Hoy presentamos un extraño hallazgo del tipo al que ya nos tiene acostumbrado nuestro «castillico de los moros», que poco a poco parece dar señales de ser mucho más antiguo de lo que se suponía.

Esta vez se trata de una pieza monetiforme de plomo, bien clara en las fotografías que hemos podido coseguir, en las que afortunadamente se indican estas medidas y pesos: 14,98 gramos de peso, 21-23 mm de diámetro y un grosor de unos 3-4 mm. Al parecer fue encontrada hace ya bastante tiempo entre los escombros que, procedentes del castillo, se extendían y extienden por la ladera sur del cerro, en la lenta erosión que hace que se desprendan algunos materiales arqueológicos desde el yacimiento.

La pieza presenta una muesca cuadrangular en una zona marginal de uno de los lados. No parece que dicha muesca haya sido practicada por medio de un estilete o punzón al no haber ningún tipo de abombamiento por el otro lado. Este hecho, junto a la presencia de un bebedero cuidadosamente limado en uno de los costados, nos indican que se trata de una pieza fundida con molde, incluyendo dicha muesca. A parte de algunas estrías en la periferia, no parece presentar ningún dibujo o marca clara en ninguna de sus caras.

En la discusión de cual era la función de esta pieza, parece que su función como pieza monetal o ficha de algún tipo con valor fiduciario queda razonablemente descartada. Lo más posible es que estemos ante un ponderal, lo cual no debería suponer ningún problema, salvo que no se trataría de un ponderal típico hispano-musulmán sino más bien de uno íbero-romano, lo que nos hace plantear numerosas cuestiones sobre el origen de este castillo de Bédar, o mejor dicho, de lo que había previamente en la cima amesetada del cerro antes de que se construyera el castillo.

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Ponderal de plomo probablemente ibérico (Bédar) de 14,98 gramos.

Como es una pregunta a la que solo un estudio arqueológico reglado podría darnos respuesta, y ante las pocas posibilidades hoy en día de que se realice en Bédar algo parecido a lo que se ha hecho hace poco en la vecina Mojácar la Vieja, nos tendremos que contentar con algunas especulaciones al respecto de esta curiosa e inesperada pieza.

Tratándose probablemente de un ponderal, es el peso uno de los datos que más nos pueden interesar. Con casi 15 gramos de peso, este ponderal nos recuerda mucho a varios de los estudiados procedentes de la vecina zona de la Contestania ibérica (vecina en su tiempo de la Bastetania, donde se ubica el pueblo de Bédar actualmente) y publicados en el artículo de Ignacio Grau Mira y Jesús Moratalla Jávega del Área de Arqueología de la Universidad de Alicante (La regulación del peso en la Contestania ibérica. Contribución al estudio formal y metrológico de las pesas de balanza). En este artículo se describen ponderales típicos en forma de disco, muchas veces perforados para facilitar su transporte mediante un alambre o vástago central, pero no siempre.

Estos discos podían estar fabricados en bronce o plomo, teorizando con la posibilidad de que los de bronce, más perfectos y de pesos más constantes, serían los modelos a partir de los cuales se realizarían copias en plomo, material sujeto a más posibles variaciones en el tiempo, para su utilización en el día a día. Estos discos raramente llevan signos o marcas, pero si la dicha perforación central para el transporte o diferentes muescas, que podrían interpretarse como algún tipo de soporte que facilitaría poder guardarlas en algún tipo de recipiente.

El estudio de los pesos parece indicar un sistema predominantemente basado en la dracma griega, de 8,6 gr. en el siglo IV a. C; otro en una unidad de 7,2 gr. durante el s. III a. C, y  una época final en la que se basaría en los 7 gr. o incluso menores.

Es interesante destacar el hecho de que este tipo de ponderales están típicamente ligados al mundo ibérico, sin que existan paralelos tipológicos en otras culturas. Nuestro probable ponderal, de casi 15 gramos de peso, correspondería perfectamente a un múltiplo de las unidades que se mencionan. Dejamos, por lo tanto, este elemento de reflexión, que sin duda nos lleva a interesantes posibilidades para un castillo de origen ciertamente desconocido.

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Típico aspecto de un ponderal hispano-árabe de dinar (Cadima), de bronce de forma rectangular y con leyendas. La religión musulmana era muy exigente en cuanto a la exactitud de los pesos.

Aprovechamos también para recordar que todos los que encuentren restos claramente arqueológicos, han de llevarlos lo antes posible a las autoridades competentes, pues eso marca la ley. Sin embargo, y sin ánimo de criticar a las autoridades competentes (que solo se limitan a hacer su trabajo, es decir, hacer cumplir la ley), creemos que sin duda la legislación vigente no facilita en absoluto que la gente colabore en estos aspectos.

No nos referimos al espinoso asunto de los buscadores de metales o de las redes, más o menos organizadas, de expolio. Nos referimos a los labriegos que trabajan en los campos, senderistas, trabajadores en pequeñas obras, que pueden llegar a encontrar algún tipo de resto de este tipo. Está claro que si el campesino o en la pequeña obra, se encuentra algo, siempre que pueden lo ocultan, destruyen o tapan. No es de extrañar, esas cosas solo significan problemas. Cuando se habla de detectoristas de metales, son delirantes los argumentos que se utilizan para no aplicar una legislación más parecida a la inglesa (de efectividad más que probada ya que no está prohibido fuera de zonas arqueológicas y todo descubrimiento importante conlleva un reconocimiento y una recompensa económica en función de la importancia del hallazgo), y es que claro, nosotros, pobres españoles, no estamos preparados moralmente para tal responsabilidad. En otras palabras, somos genéticamente maliciosos y con una tendencia natural a delinquir si no se nos vigila y sanciona de forma permanente.

CASTILLO

Reconstrucción artística del aspecto que debio tener el casillo de Bédar y el pequeño poblado que se encontraba a sus pies, ¿Bédar la Vieja?

Claro que, viendo el diferente criterio que parece seguirse cuando el que destruye yacimientos son grandes empresas o constructoras (y ejemplos podríamos dar bastantes solo en Almería), no es de extrañar la desconfianza generalizada en la legislación vigente. De esta manera se da la hipocresía casi permanente de ver como desaparecen yacimientos enteros bajo campos de lechugas o urbanizaciones sin ninguna consecuencia, mientras que se publican esporádicamente heroicas actuaciones en mercadillos para requisar monedas en venta de origen dudoso o cazan a algún particular que intenta vender algunas monedas por ebay que habrá sacado con detector y que, desde luego, no le iban a sacar de pobre.

Todo sobre la fundición Carmen de Bédar

Hoy voy a hablar extensamente de la fundición Carmen de Bédar. Es una pena que todavía no se haya hecho ninguna actuación en este importante resto, y  antes de que acabe desapareciendo por pura desidia, quiero que quede bien clara su importancia, pues aún dirán que no sabían nada.

Todavía recuerdo bien la impresión que me dio la primera vez que la vi, debería ser 2003, cuando ya me empezaba a interesar mucho todo el tema de la minería. Acompañaba a mi padre a por higos, él me llevó allí sin duda a sabiendas de que me iba a gustar bastante. Y así fue, La chimenea en la cima de la colina y las abundantes ruinas me dejaron atónito, y eso que ya sabía los suficiente como para saber que se trataba de una fundición de plomo, básicamente por la galería de condensación que subía hasta la chimenea.

Me podía esperar minas e incluso algún resto de un cortijo-almacén de las mina, pero nunca una fábrica de fundición completa  ¿Qué se sabía entonces de ella? Pues absolutamente nada. Lo conocían, y no todos en Bédar, como «La Chimenea», y más por las tres o cuatro higueras reales que allí hay, que proporcionaban una buena cantidad de higos y brevas.La investigación fue muy difícil, tanto como las dificultades para interpretar los restos como la casi absoluta falta de documentación sobre ella. El hecho de que Rodrigo no la retratara en sus famosa serie fotográfica sobre El Pinar me convenció que no era una de las estructuras construidas por la Compañía de Águilas, como hubiera sido fácil pensar. Finalmente pude asociarla a una época concreta y a una casi desconocida sociedad minera de mediados del siglo XIX; pude establecer una fecha de construcción, 1845, y lo más importante: el nombre: Carmen de Bédar. Al fin lo publicamos en el primer catálogo de las minas de Bédar, y desde entonces todo el mundo la llama por su nombre. Antes de eso, se desconocía practicamente su existencia.

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Sin duda es muy notoria la presencia en el Pinar de los restos bien conservados de una fábrica de fundición, en todo equiparable a las que se construyeron en el levante almeriense en esa época. Tenemos que encuadrarla entre las muchas construidas a partir de 1841, aunque debió tener una vida muy efímera; hemos de descartar el dato que hubiera estado en funcionamiento en 1848 a tenor de los datos aportados por Madoz en su obra.

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En 1843 se consiguió por fin fundir en Cartagena escorias antiguas con éxito y aprovechar el plomo que contenían. así ya se podrían beneficiar los escoriales antiguos que antes de esto se consideraban sin valor. Rápidamente se registraron concesiones en todas aquellas zonas con escoriales, incluida Bédar. Para regular todo este frenesí registrador, se exigió que para la concesión y explotación de registros de escoriales se establecieran, en un plazo no superior a un año, una fábrica de beneficio donde se llevarían esos escoriales.

Así sabemos que en Bédar, la sociedad Alfonso Moreno y Compañía demarcó una serie de escoriales desde abril de 1845, una vez finalizados estos registros, en junio del mismo año, Francisco Cano Torres resgistraba la fábrica de beneficio «Carmen de Bédar» en el paraje de la Arboleja del Pino. Es éste el motivo por el que se instaló en Bédar esta fundición, y podemos afirmar con bastante seguridad que estaba relacionada con esta desconocida sociedad Alfonso Moreno y Compañía. Sin embargo y a tenero de los restos estudiado, no solo se pretendía explotar los escoriales, la fábrica incluía un pozo de extracción y un lavadero de mineral. El suministro de agua se garantizaba mediante un sistema de acequias de los cuales quedan numerosos restos todavía.

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Al lado de los hornos se encuentran tres muros paralelos que hemos interpretado como los restos del lavadero de mineral asociado a la fundición.

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A un nivel inferior, al nivel del pozo y junto a la estructura de muros paralelos, se han encontrado diversos restos que suponen una evidencia clara que esta fundición contaba con un lavadero. En la parte inferior del complejo y tapada por una arena fina, se encuentra la base de una balsa de agua de varios metros de amplitu. Entre la arena que la cubre y la rodea se han hallado diversas piezas metálicas (tuercas, tornillos…) y entre ellas dos fragmentos de chapa perforada de 0,8 cm y una pieza rectangular de hierro de 17,4x24cm con uno de los bordes doblado que pudo ser utilizada como rascadora. Pero la pieza más importante es una antigua bomba de agua en hierro forjado con sus soportes, con un tamaño de 21 cm de largo, con una abertura de 2 cm por un lado y otra de 0,5 por otra, que apareció cubierta de la misma capa de sedimentos que el resto de material rescatado. En el boceto superior se describe una curiosa estructura junto a los tres hornos de fundición que es donde suponemos que estuvo instalado el sistema de lavado. No en vano, presenta como tres muros paralelos con una hendidura central. El agua llegaba por la parte superior, procedente del suministro general, y hay restos de acequias en su parte inferior, seguramente de recogida del agua. Por lo que sabemos de estos tipos de lavadero, debió de tratarse de algún sistema de lavado con cribas oscilantes o móviles.

BOMBA DE AGUACRIBA

                      DIVERSO
Todos estas piezas metálicas se descubrieron en los residuos que tababan una balsa de recogida de agua del lavadero de la fundición y que denotan que, con seguridad, estaba mecanizado. Los restos de cribas de 8 mm de perforación y el resto de elementos metálicos hallados, confirman esta suposición. Todos estos elementos estaban cubiertos por la misma capa de sedimentos endurecidos, han tenido que ser limpiados con mucha paciencia. Casi todo los elementos aparecieron en los bordes o el interior de la mencionada balsa, ubicada en el piso inferior de la fundición.

RASCADORA
Esta chapa presenta un borde doblado, podría haber sido utilizada como rascadora para elmiminar las capas superiores de estériles en las operaciones de cribado o lavado. Apareció en medio de la balsa de recogida de aguas.

SISTEMA CONDUCCION AGUAACEQUIA

Se puede seguir las acequias que suministraban el agua a la fundición y aún parte de las conducciones que la llevaban dentro de las instalaciones (están marcadas en azul en los bocetos). Se pueden seguir las conducciones, que llevan en dirección al actual núcleo de la urbanización de El Pinar. Desgraciadamente, las obras de allanamiento (por llamarlas de alguna forma) que han realizado en los alrededores de la fundición, han destrozado algunas, pero adjunto un esquema de como estaba dispuesto. Incluso disponía de un pequeño acueducto para salvar un pequeño barranco.

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Formando parte de la fundición se puede encontrar un pozo de mina y que parecía estar cubierto de alguna estructura,  en uno de sus esquinas se observan restos de unos pilares de una obra que cubría o rodeaba este pozo o que podrían formar parte de un castillete o soporte de cabestrante. Cercano a este pozo existe una piedra (2) donde había estado instalado algún tipo de maquina o maquinaria para el acceso al pozo (presenta marcas de fijaciones de pernos). Existen otras estructuras identificables, como los restos de dos casetas y lo que es parte de una tercera (los restos situados más a la derecha en el esquema, justo debajo del pozo) aunque de extraña forma y difícil interpretación. Hay que destacar una especie de pozo cubierto (4) de unos 10 metros de altura, con unos artísticos arcos y con una abertura inferior, por lo que podría tratarse de un horno de cuba. En la parte superior existe un curioso sistema que parece diseñado para recoger agua de lluvia (5) y cuya conducción está quebrado por una grieta sobre el terreno. Justo debajo de este sistema de recogida de agua de lluvia se encuentra una pequeña cueva. Unas escaleras daba acceso a la parte inferior donde se encontraban las edificaciones, posiblemente unas oficinas o almacén.

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INTERIOR CUBACUBA

Esta estructura se ha interpretado como un horno de cuba, presenta unos decorativos arcos en su parte superior, pero en su parte inferior se puede encontrar la abertura típica de estos hornos de cuba. Como se ve en la fotografía, unas obras de mantenimiento podrían evitar que esta curiosísima estructura no se viniese abajo.

POZOPOZO2

El pozo, rectangular, es de gran profundidad y se pueden apreciar como llegan a él galerías a distinta profundidad. Es muy peligroso y recomiendo no acercarse. Antaño estaba señalado por una cinta de aviso (véase la fotografía de la izquierda), pero creo que actualmente no hay nada que indique su existencia.
 
CONDENSACIONchimenea

La chimenea de esta fundición está ubicada en lo alto de un cerro para la evacuación de los gases venenosos, se aprecian los hogares de tres hornos con bóveda de cañón (dimensiones 2 x 1.5 x 6 m) situados bajo la planta principal y un edificio auxiliar de función incierta que creemos puede ser un horno de cuba. En comparación con establecimientos similares de la época, hay que destacar la poca longitud de la galería de condensación (27 m) y su pequeño diámetro (0,72X1m).  En este tipo de instalaciones, las galerías de condensación tenían dos funciones básicas, alejar los humos tóxicos y permitir la sublimación del plomo en las paredes para luego poder recogerlo (aunque en esa época no se conocía bien el mecanismo por el cual el plomo de los humos se depositaba en la galería). A más longitud de la galería, más plomo era posible recoger (algunas llegaban a tener 3,5 km de largo), pero la chimenea tenía menos tiro por lo que se tenía que gastar más combustible. Dada la lejanía de esta fundición de la costa, es seguro que primaba el ahorro de combustible (el coke traído desde Inglaterra en vapores), por lo que es lógico que se tratara de una galería pequeña y corta, que permitiera un buen tiro y ahorrara combustible, aunque no permitiera luego recoger el plomo contenido en los humos.

HORNOS-CASAHONO-CASA2

Los hornos de fundición fueron «rehabilitados» como viviendas de mineros pobres, seguramente por los partidarios de la Compañía de Águilas, que sabemos que vivían en pésimas condiciones en estas casas-cueva minúsculas e insalubres. En El Pinar se podían ver muchos ejemplos de estas casas de mineros, aunque la urbanización las ha destruido casi todas. A pesar de todo quedan algunas, incluidas las que aprovechaban los hornos de la fundición (véase como la chimenea va adosada a la pared con yeso), para lo cual excavaron puertas de comunicación entre ellas y alacenas en las paredes.

INTERIOR CASA CUEVAINTERIOR CASA CUEVA2

Estos son otros ejemplos de casas-cueva de mineros cercanas a la fundición. Véase como están encaladas por dentro. Son diminutas, a duras penas una persona de 1,7 metros puede estar de pie dentro.  Todas disponían de hogares con perforaciones a modo de chimenea (fotograía de la derecha) y una o dos «habitaciones» en las que a veces excavaban alacenas.

CONTRAPESOAlgunas de las piezas recogidas son de función desconocida, como esta pieza de hierro fundido que presenta una perforación central.

Y hasta aquí hemos llegado, es el estado actual de investigación de estos restos. La idea es que de una vez se reconozca su importancia y empiecen a ponerse medios para su rehabilitación, antes de que acabe cayendo la chimenea y otras estructuras que presentan grandes grietas como el horno de cuba, que piden a gritos una actuación urgente de consolidación. También queda muy feo el vertedero de restos de obra que se puede ver en la fotografía inferior y que denota la poca importancia que le dan a estras ruinas. Ni siquiera se ha respetado un perímetro, las «excavaciones» han llegado hasta el límite mismo de los restos e incluso los han afectado. Sin embargo, como ya dije en el anterior post, no pueden ya tocarlo, es un resto reconocido y sobre todo CONOCIDO, siendo ésto último lo que creo que lo ha salvado de las palas de las excavadoras.

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