





¡Gracias a todos los que han adquirido nuestros libros y guías! Todos están disponibles en Amazon. Un nuevo proyectos está en preparación, les mantendremos informados.






¡Gracias a todos los que han adquirido nuestros libros y guías! Todos están disponibles en Amazon. Un nuevo proyectos está en preparación, les mantendremos informados.
El próximo domingo 20 de julio, a las 19:30h, está previsto que se lleve a cabo la ruta minera de Bédar, la primera ruta guiada tras la mejora de la ruta y la instalación de nuevos paneles informativos. Allí estaremos para poder documentar las mejoras en la ruta.
Para inscripciones de última hora, pueden pulsar sobre la imagen inferior:
Precisamente durante este año de 2025, se han publicado dos de las primeras guías completas sobre las rutas históricas de Bédar, muy documentadas e ilustradas, que pueden ser adquiridas libremente por Amazon a precios muy asequibles (pulse sobre la imagen correspondiente):


Y como no hay dos sin tres, damos la exclusiva de la pronta publicación del tercer tomo de esta serie, centrado esta vez en El Pinar de Bédar, centro de la minería de minerales de plomo y cobre de Bédar y en el que se están desarrollando hoy en día nuevas rutas mineras, tanto por el ayuntamiento de Bédar, como por Los Gallardos, en su ya establecida «ruta de la cueva de las Palomas». Este tercer capítulo se aparta un poco del esquema de los dos anteriores, ya que las rutas en esta pedanía de Bédar, de gran pasado minero, son recientes o están en curso de desarrollo, por lo que se trata más de un libro de historia con toda la información necesaria para establecer rutas mineras que una verdadera guía.
Dado el alto porcentaje de vecinos de nacionalidad inglesa que viven en El Pinar, el investigador y gran conocedor de la minería bedarense, Adrew Devey, ha preparado una versión en inglés de este tercer tomo, con idénticos contenidos e ilustraciones.


Con 220 páginas, se sigue la costumbre de presentar una abundante documentación, procedente de la cosecha propia de los investigadores. Las casi 250 ilustraciones se corresponden a fotografías, documentos y planos, muchos de ellos inéditos, además de diversas ilustraciones que ayudan a comprender la rica historia de este antiguo coto minero. Su salida, salvo retrasos inesperados, está prevista para el 3 de agosto.
Uno de los trazados más impresionantes de la ruta de la minería de Bédar es sin duda la Vía Vulcano. Esta antigua vía minera conecta el cargadero de San Manuel con el trayecto correspondiente a la vía Esperanza. El estrecho sendero discurre a cierta altura del barranco de Los Lobos, con algunas zonas bastante vertiginosas, atravesando también tres pequeños túneles.

Las tolvas de Vulcano.
Lo abrupto de la sierra de Bédar dio más de un dolor de cabeza a los ingenieros que debían diseñar los transportes hasta las respectivas estaciones de carga. Una maraña de vías mineras, cables aéreos secundarios y planos inclinados aseguraban que todo el mineral de las minas que la Compañía de Águilas poseía en Serena, llegara al cargadero de San Manuel.


Una de las tolvas conserva todavía las compuertas metálicas, en la que se pueden apreciar los restos del ultimo cargamento de mineral.
En el punto de conexión entre las diferentes vías (San Marcial, Esperanza y Vulcano) es donde se construyó más adelante, en una fecha que no conocemos, las famosas «tolvas de Vulcano». Estas tolvas aprovechan perfectamente la pendiente rocosa de la ladera del barranco y el desnivel entre la vía Esperanza y la de Vulcano. La mayor, con más de 30 metros de diámetro en su parte Superior, dispone de tres compuertas de carga, la más pequeña solo dos.
Su utilidad era la de poder almacenar el mineral y poder darle salida cuando los barcos de carga llegaban a Garrucha. Aunque sin datos que puedan comprobarlo, la hipótesis más factible es que se construyeron cuando el avance de las labores subterráneas procedentes del Hoyo Júpiter habían avanzado tanto que el coste de llevar el mineral por el camino habitual (por medio de la galería número 4 y el Plano Grande) resultaba demasiado costoso.
Los ingenieros deberion percatarse de la posibilidad de prolongar una de las galerías hasta conectar con la Vía Vulcano, la pendiente era favorable y resultaría muy cómodo y económico dar salida a toda esa parte de la mina. Esta nueva bocamina, de nombre socavón San Pablo o más conocida como el socavón de Los Lobos, se hizo efectiva en una época indeterminada, seguramente a principios del siglo XX. La Vía Vulcano se convertía así en el eje de transporte principal. Ya sin uso el pozo Y ni la vía de San Marcial, la vía Vulcano era la continuación de la Vía Esperanza.

Interesantísimo fragmento de plano de finales del siglo XIX que muestra el origen de la Vía Vulcano antes de la construcción de las tolvas. El pozo «Y», representado por un rectángulo dividido, se conecta con la vía por medio de una galería. Un desdoblamiento de la vía al principio de la misma facilitaría el cruce de las vagonetas que llegaban vacías con las que partían llenas. Un pequeño ramal conectaba con el barranco de los Lobos, cuyo lecho a esa altura está muy próximo a la vía. Los barrancos fueron las primeras vías de transporte por excelencia, por lo que seguramente ese pequeño ramal facilitaba el ascenso hacia la Vía Vulcano del mineral procedente de las pequeñas canteras que existen a lo largo del barranco y, especialmente, la conocida por los mineros como «roza del tío Pepe». El plano nos muestra como llegan también la Vía Esperanza y la Vía San Marcial. Otra vía, la de San Alfonso, discurría a un nivel Superior, de la que desconocemos tanto su procedencia como su final.
Cuando la empresa minera Hierros de Garrucha volvió a abrir las minas en 1952, retomó los mismos sistemas de transporte que anteriormente se habían diseñado. El ingeniero Alfredo Dorn y el facultativo de minas Ovidio Fernández aportaron los planos y datos necesarios para poder retomar la explotación en el punto en el que se dejó más de veinte años atrás. Se rehabilitó el viejo Plano Grande, pero también la vía Vulcano, el socavón de San Pablo y como no, las tolvas de Vulcano.
El uso de estas tolvas-reguladoras quedaba más que justificado. El mineral procedente de la mina Esperanza podía descender a la vía Vulcano por medio de un plano inclinado o bien almacenarse en las tolvas, si es que era preciso por no haber en ese momento barcos de transporte en la rada de Garrucha. Una iniciadas las tareas de carga en el puerto, este mineral podía ser trasladado rápidamente hasta el cable aéreo cuyo cargadero Hierros de Garrucha instaló en el mismo sitio en el que se encontraba el antiguo.


Dos vistas de la Vía Vulcano en su vertiginoso trayecto junto al barranco de Los Lobos. Esta es una de las secciones más pintorescas del recorrido por la ruta de las minas.
En el tiempo de las antiguas minas, las vagonetas de mineral se transportaban por la Vía Vulcano tiradas por mulas, esto es, se trataba de un «ferrocarril de sangre», y en los últimos años utilizaron una pequeña locomotora diésel de 6 HP capaz de arrastrar 8 vagonetas. Hierros de Garrucha decidió adquirir pequeños tractores diésel fabricados por Batignolles-Châtillon, modelo M 4115 BE. Estas pequeñas máquinas de 2,8 toneladas llegaron a Bédar en 1955, y resultaron perfectas para las pequeñas vías de montaña en las que quería usarse.
Diseñada para mulas arrastrando una o dos vagonetas, la Vía Vulcano es bastante estrecha. A pesar de que las tractoras M 4115 BE eran de pequeño tamaño, podían arrastrar bastantes vagonetas cargadas. Tal y como nos comentaba el caballista de Hierros de Garrucha Antonio Imbernón (QEPD), ver la pequeña locomotora arrastrando tal cantidad de vagonetas por la estrecha senda al lado del barranco era algo que no dejaba de impresionar. Ocurría muchas veces que las vagonetas traseras descarrilaban y caían al barranco, pero siempre los maquinistas eran lo bastante hábiles con sus pequeños artefactos para poder subirlas de nuevo a la vía. A pesar de lo peligroso del trayecto, no hubo desgracias que lamentar en la Vía Vulcano (no fue así en el Plano Grande).

En la imagen superior observamos una ilustración representando a la pequeña locomotora diésel que podía arrastrar hasta 8 vagonetas Decauville por la vía Vulcano y que fue adquirida por la Unión Bedareña. Abajo tenemos una ilustración de una composición ante las tolvas de Vulcano a punto de ser arrastradas por una de las locomotoras adquirida por Hierros de Garrucha. Las pequeñas tractoras M4115 BE permitían transportar de manera rápida y eficaz gran cantidad de vagonetas. El maquinista debía ir con cuidado por la Vía Vulcano. Debía además mirar con frecuencia por los laterales para comprobar la buena marcha, ya que el compartimento motor quitaba bastante visibilidad frontal. Sin embargo los maquinistas adquirieron gran pericia en el uso de estas pequeñas locomotoras, incluso la usaban para desbloquear el Plano Grande cuando alguna vagoneta se quedaba atascada, con el riesgo que conllevaba subir por la gran pendiente de este plano. En la reconstrucción, una de estas tractoras en las operaciones de carga en las tolvas de Vulcano.
Desgraciadamente, hay muchos errores en lo que se cuenta sobre la ruta. Entre algunos de los que hemos visto es que todo este sistema de vías y tolvas fue diseñado por «los ingleses» o que el Hoyo Júpiter fue formado por filtraciones. A pesar de que sí había ingleses (la The Serena Iron Mining o Clifton G. Pecket), la mayor parte del patrimonio preservado tiene como origen a los ingenieros de la empresa francesa la Compañía y de Águilas y la bilbaína Chávarri, Lecoq y Cía. El Hoyo Júpiter debe su existencia única y exclusivamente a la minería: donde antes había una colina de hierro ahora hay un enorme Hoyo, y tengan mucho cuidado con acercarse mucho al borde del mirador, sobretodo si van con animales o niños, porque no hay protecciones. Hay muy pocos guías formados en la historia minera de Bédar que conozcan bien esta ruta, pero aún sin contar con nadie que la conozca, la visita merece la pena.
Iniciamos una nueva sección en la que iremos mostrando algunos documentos inéditos para la historia de Bédar. Se trata de dos cartas de dos alcaldes de Bédar en 1918 y 1919.
En esta primera carta, firmada por el entonces alcalde Bernardo Ortega en mayo de 1918, se informa al ingeniero de minas Ismael Fernández, residente en el barrio de Reforma (El Pinar de Bédar) que las cuotas por arbitrios de las compañías que formaron la Unión Bedareña quedan refundidos en uno solo.
Otra carta de otro alcalde, Robustiano Martínez, firmada en mayo de 1918, en la que informa al ingeniero Director de la Unión Bedareña del fallecimiento de Antonio Bolea García, padre de Antonio Bolea Flores.
El 27 de diciembre del ya pasado año 2022 se celebró en el teatro municipal de Bédar una presentación para dar a conocer los últimos descubrimientos sobre la minería de Bédar después de la publicación en 2020 del libro sobre minería. Sin embargo, no se trata solamente de la minería bedaranse, ya que las compañías estudiadas tuvieron actividad en otros lugares tan dispares como Almagrera, Níjar, Mazarrón y hasta en el Protectorado Español de Marruecos. Intensa fue también la relación de otros municipios del levante almeriense, como Los Gallardos, Lubrín, Cuevas del Almanzora, Turre, Garrucha, Mojácar y, especialmente Vera, lugar donde se halló el archivo empresarial posiblemente más completo de la minería almeriense, cubriendo especialmente el periodo entre 1910 hasta 1942, una fase muy desconocida de la minería en la comarca, incluyendo todas las vicisitudes acaecidas durante la guerra civil, todas desde el punto de vista de la minería comarcal.
La conservación de los miles de cartas, balances, recibos, estudios, registros de mineros, incluidas fotografías y diferentes objetos mineros, lo debemos a la familia del ingeniero Don Ismael Fernández, además de otra documentación recuperada de la empresa TRAMESA, que realizó estudios topográficos y análisis en la zona del Pinar de Bédar. En dicha presentación, que podrán visualizar pulsando en la fotografía siguiente (gracias a Iron Mountain Bédar).
Con la inestimable colaboración de Magdalena Navarro, investigadora veratense, se expone tanto el material como se describen los principales personajes relacionados con el archivo (los hermanos Ismael y Ovidio Fernández, Alfredo Dörn, Carlos Bahlsen y muchos otros). Todo el material será expuesto en Vera durante una exposición de minería que se celebrará durante los meses de marzo y abril próximos y de la que ya iremos dando más información.
Para completar dicha presentación, incluimos una de las cartas, que nos ha parecido especialmente curiosa y que mostramos a título de ejemplo:
A continuación, una galería de varios de los numerosos sellos de estas cartas, también a título de ejemplo de la variedad de la información que contienen:














Seguimos informando de la evolución de las acciones de los vecinos de Bédar que se oponen al trayecto de la línea de alta tensión qu eestá previsto cruce la sierra de Bédar y que puede suponer un perjuicio tanto al patrimonio natural como al histórico, sin contar con el riesgo para la salud de muchos de sus vecinos.
La campaña de firmas por change.org sigue en curso, y ya han rebasado las 500, todo el que no haya firmado puede hacerlo pulsando sobre la imagen siguiente:
Las acciones no se quedan aquí, una asociación contra este proyecto ha visto la luz y rápidamente (cables No en Bédar, Antas y Los Gallardos) se ha propuesto un escrito dirigido a la Subdelegación del Gobierno en Almería para protestar contra la nueva línea. El documento, que es individual, puede firmarse en el ayuntamiento, donde hay ejemplares dispuestos o puede imprimirse (la copia que adjuntamos), cumplimetarla, escanearla y enviarla al ayuntamiento (al mail bedar@bedar.es) para todos aquellos que no estén ahora en Bédar y que quieran colaborar. El ayuntamiento se encargará de enviarlos a la subdelegación. El plazo de alegaciones es hasta el 11 de junio, no duden en imprimirlo y enviarlo a la dirección indicada, se trata de una forma eficaz de oponerse a este proyecto.
La nueva asociación ha preparado un comunicado de presna
En el Faro de Bédar pensamos que una imagen vale más que mil palabras. A continuación vemos uno de los símbolos de la ruta minera de Bédar, el castillete del pozo P de la mina Mahoma, el último castillete en pie de Bédar. Ubicado en medio del barranco de la Hoya, es uno de los puntos culminantes y fotografía obligada con el impresionante barranco del río Jauto al fondo, poco antes de maravillarnos ante el espectáculo que ofrece el Hoyo Júpiter.
¿Cómo quedaría con la nueva línea de alta tensión? pues aquí lo vemos a continuación. Porque una de las torres se ubiaría a escasos metros del castillete.

Muchos ya conocerán la nueva aplicación de MyHeritage «Deep Nostalgia» que está causando furor. Se trata de una herramienta que permite animar viejas fotografías (y no tan viejas) por medio de un algoritmo de Inteligencia Artificial.
Evidentemente, no hemos podido resistirnos a ver cómo quedarían en movimiento algunos de los personajes que han formado parte de la historia de nuestro pueblo y queremos compartir con todos vosotros los resultados, añadiendo algunos comentarios para quienes no los conozcan. Algunas impresionan bastantes. Otras, en cambio, no convencen tanto. Véanlas ustedes mismos y decidan.
El noruego Anton Getz fue el primer director de la Compañía de Águilas en Bédar, director de las minas de plomo de El Pinar hasta que fue sustido por Federico Dietrichson. A nuestro parecer, se trata de una de las animaciones mejor conseguidas.
Federico (Fredrik) Dietrichson sustituyó a Anton Getz en la direccion de la 2ª Sección de la Compañía de Águilas (Bédar y Herrerías y Sierra Almagrera). Bajo su dirección se instaló en cable aéreo Bédar-Garrucha.
Georges C. Pecket. Vicecónsul británico en Garrucha y poseedor de concesiones mineras en Bédar, fue el principal promotor del ferrocarril de Bédar a Garrucha.
No podría faltar en este repaso Víctor Chávarri y Salazar, industrial vasco responsable de la instalación del ferrocarril Bédar-Garrucha.
Otros de los personajes muy ligados a Bédar fue el Dr. Bernardo Renovales, quien fue médico de la Compañía de Águilas y de la Sociedad Chávarri.
El ingeniero de origen alemán Alfredo Dörn fue el último de los directores de las antiguas minas de Bédar, hasta el cierre de la Unión Bedareña. El algoritmo ha interpretado las manchas de la fotografía como lunares, pero aparte de eso, está bien conseguida.
Otro de los directores de la Compañia de Águilas en Bédar entre 1901 y 1902, Willhem Baron von Fircks. De origen alemán, trabajó posteriormente en las minas de los montes Urales y acabó siendo un político relevante de la minoría alemana en Letonia tras la declaración de independencia en 1920. No se olvidó de Bédar en su memoria «Meine Reisedecke», que podría traducirse como «Mi manta de viaje», donde relata el milagroso rescate de una minero en El Pinar de Bédar, Juanito «el Moro».
Gustav Thorkildssen fue el ingeniero que instaló el cable aéreo de Bédar a Garrucha entre 1888 y 1889, siendo la mano derecha del famoso industrial Julius Pohlig. A él le debemos mucha información sobre este episodio vital en la historia de Bédar. Una de sus descendientes fue la esposa del importante político alemán Willy Brandt. La animación no es de las mejor conseguidas pero eso no quita ni un ápice de importancia al personaje.
Johan Nordahl Brun Preus fue otro de los ingenieros noruegos que trabajaron en Bédar. Era cuñado de Fredrik Dietrichson y le reemplazaba en Bédar cuando éste debía viajar a Noruega. Tampoco es de las animaciones mejor conseguidas.
El bedarense Matías Castro fue el capataz de la mina La Palmera. Fue el abuelo de nuestra querida Maruja Cintas.
Esta animación es una de la que más nos ha impresionado. Se trata de una figura muy conocida en Bédar, el médico Antonio Bolea hacia 1910. Sobran comentarios.
De todos estos personajes, y de muchos más, se trata en el libro que, si el virus lo permite, está previsto publicarse.
A causa de un accidente reciente en El Pinar de Bédar en el que un perro ha caído a un pozo de unos 12 metros de profundidad (afortunadamente el animal ha podido ser rescatado con vida) nos ha parecido interesante volver sobre el tema de los pozos, que ya hemos tratado alguna vez.
No es un problema solo de Bédar, sin ir muy lejos tenemos el caso de Sierra Almagrera, con multitud de pozos de profundidades que sobrepasan tranquilamente los 100 metros, pero no solo pasa en zonas mineras tan conocidas, hasta en Garrucha se ha dado el caso de la necesidad de enterrar pozos mineros. El problema es casi siempre la falta de estudio y catálogo adecuado del patrimonio minero, lo que hace que sea muy difícil que las autoridades puedan estar al tanto de estas peligrosos accesos mineros, que no fueron protegidos como era necesario tras el cierre de las correspondientes compañías mineras que los utilizaron y de los que, en muchas ocasiones, se olvidó su existencia, salvo para los que frecuentan esos lugares que los conocen y evitan.
Como en muchos otros municipios con historia minera, en Bédar desde luego hay pozos mineros sin proteger, aunque ya se han realizado intervenciones en algunos de ellos. Queremos recordar que, sin embargo, lo mejor no es meter una máquina para taparlo, destrozando parte del patrimonio y toda posibilidad de estudio posterior. Lo ideal es poder indicarlos y protejerlos con alguna estructura que impida que nada ni nadie caiga dentro, pero que puerda permitir en un futuro el acceso a posibles investigadores (por ejemplo una protección de ladrillo con puerta con candado o rejillas).
Por el momento y para los habitantes de Bédar, facilitamos un plano en My Maps con los pozos localizados hasta el momento en las diferentes investigaciones sobre el patrimonio minero que se ha realizado. Por supuesto estamos abierto a modificaciones y añadidos, pues toda información puede ser útil para los posibles senderistas y también para las autoridades competentes, que podrán evaluar el riesgo y tomar así las medidas que consideren más adecuadas para proteger a su población. He aquí el enlace:
Empezamos este nuevo post de nuevo con un recuerdo a todos aquellos familiares, amigos y conocidos que nos han dejado en estos momentos tan difíciles y mandamos un abrazo a todas sus familias. Sin duda habrá cosas que cambiarán después de los terribles acontecimientos que vivimos, o al menos debería. Como muchos en estos días, hemos recurrido al pasado con fotografías, ya sea en blanco o en color, que nos retrotraen a tiempos quizás más felices. Pretendemos, sin embargo, poner un punto positivo e intentar hablar de proyectos para el futuro… aunque basadas en el pasado.
Almería y el levante almeriense volverá a ser sin duda ese lugar privilegiado de turismo, pero queda pendiente avanzar y adaptarse, no sería buena idea quedarse tan solo en el turismo de playa y chiringuito, con hoteles abarrotando la costa. La rehabilitación y reciente abertura al público de la geoda gigante y la mina Rica de Pulpí, con gran éxito, parece haber abierto la veda para una actividad inédita en Almería, la del turismo geominero. No es nada nuevo, sin embargo, y Bédar desde hace años se plantea y se trabaja por realizar proyectos de visita de dos de sus minas emblemáticas: la Higuera y la Mulata.

En la parte superior mostramos un esquema de la mina Mulata y sus labores en relación a Bédar. Como se puede observar están literalmente junto al núcleo poblacional y, algunas, hasta por debajo. Además, esta mina es el punto de partida de uno de los ramales del ferrocarril de Bédar a Garrucha, de lo que en un futuro podría ser un cordón umbilical que uniera Bédar y su sierra a Garrucha y la zona de playa y fiesta, tal y como proponen Andrew Devey y Juan Antonio Soler en el trabajo sobre el cable aéreo y el ferrocarril Bédar-Garrucha que pronto verá la luz.
Si la mina Higuera se encuentra en una posición privilegiada junto a la ruta de la minería de Bédar, la mina Mulata tiene la ventaja de encontrarse junto (y debajo) de Bédar, lo que facilita y abre numerosas posibilidades turísticas. Un proyecto preliminar de estudio de las posibilidades turísticas fue ya realizado y presentado al Ayuntamiento de Bédar, que hasta el confinamiento obligado estaba planeando ya el inicio de sus primeras fases.

Plano de las galerías y niveles de parte de la mina Mulata, procedente del estudio realizado en 2018 por Thomas Pesenti y Maxence Regnault.
Entre las muchas y variadas posibilidades de aprovechamiento turístico de esta enrevesada red de salas y galerías subterráneas, lo suficientemente impresionantes como para que fueran elegidas como lugar para esconder el tesoro de Flint, en la conocida película La Isla del Tesoro de 1972, que contaba con el célebre Orson Welles como Long John Silver. En la película se aprecia perfectamente las escenas rodadas en la mina Mulata, en unas escenas rodadas en la entrada superior y en una de las salas más grandes de la red de labores.


Dos fotogramas de La Isla del Tesoro de 1972, en los que se ve a Orson Welles en una de las «salas» de la mina, concretamente a la que se accede por la entrada número 3 en el plano superior.
No trataremos aquí de los muchos y diversos tipos de aprovechamiento turístico que se proponen en el estudio de 2018, nos ceñiremos al tipo de turismo más típico y que se espera de una mina cargada de historia, pues empezó a explotarse en 1896: las reconstrucciones históricas. De este tipo de adaptaciones tenemos numerosos ejemplos en toda España y Europa, galerías preparadas para mostrar el trabajo en la mina, visitas guiadas por las galerías, trenes turísticos de exterior y de interior, efectos de luz… muchos son los tipos de actividades que se pueden llevar a cabo y de los que haremos un recorrido.

Los trenes turísticos son un recurso habitual para acercar a los turistas a las minas algo alejadas. En Bédar casi no sería necesario dada la cercanía al pueblo, pero no estaría de más algún tipo de circuito, sobre todo en un municipio como Bédar, con una extensa historia ferroviaria que no se espera en una población tan pequeña. En la fotografía superior tenemos un tren turístico en una mina de La Unión (Murcia).

Los trenes mineros que recorren el interior de las labores son más raros, pero en Bédar sería posible, al menos teóricamente, contar con uno. En la fotografía superior tenemos un montaje de uno de estos ferrocarriles en una de las galerías reales de la mina Mulata para poder hacernos una idea de lo que significaría. Como bien dicen una imagen vale mil que mil palabras, así que nos vamos a ayudar de muchas de estas reconstrucciones para que no haga falta ni imaginar cómo podría quedar realmente.

La iluminación de edificios emblemáticos del patrimonio siempre consigue unos efectos remarcables. En la fotografía superior tenemos unas instalaciones mineras iluminadas en Linares. En la Mulata de Bédar los efectos de iluminación sería otra de las posibilidades.

Las posibilidades de iluminación son muchas, tanto para apreciar bien los detalles como para recuperar el ambiente original con la iluminación, como en el caso de la reconstrucción superior de una galería de la mina Mulata, de la luz característica de un carburo en una oscura galería.

La recreación de escenas mineras, con material de la época (auténtico restaurado o reconstrucciones) es otra de las posibilidades, quizás la más clásica y muy apreciada por los que quieren conocer la historia de la mina y zambullirse en la sensación y el ambiente que se vivía en estos lugares. En la fotografía superior tenemos una de estas galerías preparada en las minas de sal de Wieliczka, en Polonia.

Esta es otra fotografía de una galería preparada para visitas de una mina española, con una vía y una vagoneta volquete, el suelo está cubierto con grava para evitar el polvo y una iluminación adecuada permite apreciar todos los contrastes y texturas de las galerías que se visitan.

Otra visita guiada, esta vez en las minas de Almadén, donde se muestra la figura de un minero en pleno trabajo.
¿Cómo quedarían estas escenas en la mina Mulata de Bédar? Veamos algunas reconstrucciones:

Sin duda lo que todo visitante espera encontrar en una mina son vagonetas. En la Mulata se usaron las típicas vagonetas basculantes, de las que hubo numerosos modelos. Aunque no se ha conservado ninguna, no sería descabellado conseguir alguna de ellas o incluso reconstruirla, se conservan fotografías de época de esta mina donde se ven dichas vagonetas, por lo que su reconstrucción más que exacta históricamente es perfectamente posible. En la fotografía vemos dos de estas vagonetas acompañadas del maniquí de un minero en uno de los pasos interiores de la mina Mulata, junto a varios de los pilares de mampostería de la mina.

Otra de las posibilidades es mostrar la fauna típica cavernícola, tanto salvaje como la utilizada en las labores mineras. En la imagen superior, el maniquí de una mula arrastra unas vagonetas por una de las galerías de la mina Mulata, en lo que se conocían como «ferrocarriles de sangre». Las minas podían contar con establos improvisados y muchos de estos animales no veían el sol con mucha frecuencia.

Una buena colección de minerales y rocas es otra de las posibilidades, ya sean típicas de la zona o recogiendo curiosidades de la región. En Bédar ya se cuenta con una colección geológica, per no cabe duda que una mina real, como la Mulata (la que se muestra en la fotografía superior) sería el marco perfecto para exponerlas.

Pero no hay mina sin mineros, y el trabajo quizás más duro era el del picador, como en la reconstrucción superior, en el que el maniquí de un minero arranca el mineral a pico en un frente de corte de una mina. Unos carteles explicativos en varios idiomas serán de gran ayuda para el visitante.

Pero no todos los mineros usaban el pico. Los barreneros se encargaban de hacer los agujeros para las cargas de dinamita. En la Mina Mulata, que cerró hacia 1926, la evolución de las técnicas mineras permitió el uso de martillos neumáticos y otros avances tecnológicos como las barrenadoras. Estos operarios realizaban las barrenas en las zonas con mineral de forma estratégica para poder arrancar la máxima cantidad posible. Una vez preparados los explosivos se avisaba mediante el sonido de una caracola que se iba a proceder a la explosión para que todos pudieran ponerse a salvo. Un maniquí barrenando un frente de mineral en la mina Mulata sería una posibilidad para mostrar estas tareas tan típicas de las minas.

Sin duda, una de las cosas más terribles es el trabajo infantil, que pese a lo que se piense se prolongó mucho más allá de principios del siglo XX. Y, desgraciadamente, sigue practicándose en otros países. En la Mulata también fue una práctica habitual el trabajo de los «muchachos», como en todas las minas de la época. Cuentan que los niños llevaban el mineral a la espalda en cestas de esparto de una arroba, sobre una chapa de hierro para evitar que el mineral, casi siempre húmedo, empapara la ropa del muchacho. Con ellas a la espalda subían y bajaban las estrechas trancadas, escalas y rampas. Una escena muy dura, pero necesaria, sería la de un maniquí de un niño de los de entonces en pleno trabajo, como el que se representa en la escena, con un niño cargado subiendo por una precaria escalera de pitas por un pozo casi vertical. Para que la experiencia sea más interactiva, un cesto cargado con una arroba exacta de mineral puede servir para que visitante experimente lo que debía ser llevar esa carga.

Reconstrucción artística de las cestas de mineral tal y como se describe por los testigos que hemos consultado. La cesta de esparto estaba fijada a una placa de chapa, que permitía sujetarla al cuerpo por medio de sogas y cuya función principal era la de evitar que el mineral húmedo empapara la ropa, lo que podría hacer enfermar rápidamente al usuario.
Seguimos con los trabajos de catalogación del patrimonio minero de Bédar, en concreto con la difícil identificación de lo que hemos dado en llamar «minas menores».
En muchas de las miles de concesiones mineras que se registraron en el término de Bédar no pasaron de ser meros planos y sus correspondientes sociedades, simple «minería de papel». La especulación, en especial tras la instalación del ferrocarril de Chávarri, solo dio frutos en algunas contadas ocasiones, fuera de las minas más ricas.
La mina Cuaresma podría haber sido otra de otras tantas concesiones mineras de mineral de hierro sin más de interés. La concesión minera, que ostenta el número 14.281, se representó en algunos planos que se conservan y la documentación parece indicar como interesado a Manuel Caravaca Alarcón, un vecino de Garrucha conocido por su actividad registradora en la provincia (lo que se puede traducir por «especuladora») y que en Bédar se encuentra especialmente relacionado como propietario de una de las minas importantes, la mina Alerta. También aparece relacionado, no sabemos si como un propietario más o fruto de algún arrendamiento, el vecino de Bédar Rafael Jordá Pérez, del que se poseen menos datos, con cierta actividad registradora también en la provincia.


La concesión minera no hubiera tenido mayor interés, a pesar de haber sido mencionada por el ingeniero de minas S. Czyszkowski en 1897, colindante de la concesión Segunda Mulata, aunque reconociendo su poca importancia, con solo algunas trazas de mineral.
El reconocimiento de la mina, que se encuentra cercana a las ruinas del Cortijo Alambre de Bédar, muestra sin embargo cierta actividad minera, pero de escasa entidad, sobre unos pequeños crestones de mineral que parece que se abandonó por no continuarse en profundidad. Algunos muros de mampostería seca, unas pequeñas escombreras y un pozo de unos 3 metros de profundidad son los restos más notables. A pesar de su escasa entidad, la presencia de trabajos permite que esta concesión minera adquiera el estatus de mina y se incorpore al catálogo de las de Bédar.

Los crestones de mineral de hierro de la mina Cuaresma son la continuación de otros que se encuentran en el límite de las concesiones Mozambique y Segunda Mulata, las concesiones colindantes y que se observan al otro lado de la carretera de Bédar a Serena.


Crestones de mineral de la mina Cuaresma con Bédar al fondo.


Pequeños muros de mampostería seca y escombreras de la mina.


Pequeño pozo sobre la zona mineralizada que deja al descubierto una pequeña masa de mineral.
